5 de Marzo, 2001
Sr. Rabino DENOUN
Consistoría Central de los Grandes Rabinos de Francia
19 rue Saint Georges
75009 – Paris
Tel.: 031/3899331
Fax: 031/3899162
Asunto: La Nueva Medicina
Correo Adjunto:
Carta al Sr. Paul Spiegel (Consejo Central Judío en Alemania)
Carta al Sr. Gran Rabino Menahem Schnerson
Sr. Gran Rabino DENOUN,
Como muy bien recordará Vd., mi amigo Antoine D’Oncieu y yo, fuimos
invitados a su casa en 1986, época en la que su hermano estaba
aquejado de un cáncer.
En dicha ocasión, incluso en presencia de su otro hermano médico en
Marsella, Vd. nos declaró lo siguiente:
Que en esa época, vuestro
jefe, el Gran Rabino Menahem Schnerson, en compañía de sus médicos
judíos sionistas, habían verificado la validez científica de la
Nueva Medicina constatando que era cierta de manera evidente.
Después de esto, el Sr. Scherson había escrito a todos los Rabinos
del mundo para que las personas que acuden a la Sinagoga fueran
tratadas como pacientes de la Nueva Medicina, ya que esta medicina
es indudablemente correcta, pero debería mantenerse en secreto para
el resto.
Le hice partícipe de mi decepción (Vd. sin duda lo recordará), ya
que de esta manera sólo los judíos sionistas disfrutarían de nuestra
Nueva Medicina impidiendo su práctica a mi propio pueblo y a todos
los pacientes no judíos del mundo.
Vd. nos dijo que eso le apenaba, que no estaba de acuerdo, pero que
si su jefe lo ordenaba de esta manera, debía obedecer.
Le comenté que yo sentía eso como una locura criminal de una
comunidad religiosa. Se trataría de un genocidio mundial. Le rogué
encargarse de detenerlo inmediatamente.
Por aquellas fechas, rápidamente envié una carta en tono vehemente
al Sr. Schneerson (al parecer hijo de Joseph S. Schneerson, quien en
1939 fue trasladado de Varsovia a Nueva York con su familia, por el
Almirante Canaris, Jefe de Defensa Alemana).
El mismo Sr. Schneerson
que tres años más tarde me dio su respuesta enviándome su asistente
Vanderby, quien me atrajo a Dinamarca con el fin de envenenarme. Lo
que no pudo hacer, ya que me di cuenta antes.
No hubiera podido imaginarme por entonces que los judíos, sobre todo
los Hassidim, realizarían esta locura religiosa de limpieza mundial
de los no-judíos.
Este hecho prueba una falta de escrúpulos desmesurada, su desprecio
a la humanidad al imponer - con ayuda de la prensa mundial israelí
(99% de la prensa mundial) - la quimioterapia mortal al 98% de los no
judíos, y la astucia de evitar estos tratamientos para sí mismos,
dándose la posibilidad de sobrevivir en un 98% con la Nueva Medicina.
Sr. Denoun, yo le conocía como una persona razonable. Fui invitado
en su casa mientras su hermano luchaba por su vida en la habitación
de al lado. Si hay una comunidad religiosa como la sionista que se
atribuye, según el Talmud, el "derecho" de "liberarse" de dos mil
millones de no judíos a través del cáncer, de la no-enfermedad del
SIDA, de la quimio y la morfina, entonces todos los no-judíos de la
tierra deben levantarse y defenderse pues ningún hombre honesto
podrá ya vivir con los judíos sionistas que, en su fanatismo
religioso, sólo piensan en destruirles.
En ese año (1986) ignoraba que la élite médica judía ya había
comprobado la veracidad de la Nueva Medicina y se había ocupado de
impedir su conocimiento a toda persona no judía. Hoy sé que la
dimensión de este horror va más allá de lo imaginable.
A pesar de que los judíos sionistas están habituados a dominar el
mundo a través de sus logias, tomando a los no judíos por necios,
cobardes y corruptibles, estoy convencido de que poco a poco las
personas comprenderán, se defenderán y no se dejarán asesinar con quimio, radioterapia y morfina.
El hecho de que actualmente su propio hermano, el Dr. y Rabino
Denoun en Marsella, con sus amigos el rabino Israël de París y el
rabino Sabbath de Marsella, después de asistir a más de 20 de mis
seminarios pretendan, 20 años más tarde, haber descubierto la Nueva
Medicina, es ridículo. Esto es sencillamente la estrategia habitual
judía de robar cada descubrimiento silenciando y eliminando al
verdadero descubridor.
Después de 10 atentados a los cuales he sobrevivido y habiendo
tenido que mirar, tan a menudo, de frente a la muerte conozco el "ars
moriendi". Incluso si me enviaseis 100 Vanderby de entre vuestros
correligionarios de la B’nai B’rith para asesinarme, esto no sería
suficiente para hacer desaparecer este crimen de la tierra. Más bien
al contrario. Porque entonces nadie podrá ya perdonar la masacre de
la cuarta parte de la población no judía.
Sr. Denoun, le valoré al conocerle como una persona inteligente y
razonable.
No me dé ahora una respuesta estúpida o una evasiva. Soy
teólogo y conozco el Talmud. Pero frente a este mega-crimen
que acaba
de ser descubierto, al lado del cual todos los crímenes de la
segunda guerra mundial parecen un juego de niños, Vd. debería tener
el coraje de levantar el veto a la divulgación del descubrimiento de
la Nueva Medicina para los no judíos impuesto por vuestros colegas
los grandes rabinos de la B’nai B’rith.
Porque si Vd. y sus colegas los grandes rabinos no detienen de
inmediato el boicot a esta divulgación para los no judíos, y no
intentan reparar lo que todavía es reparable, piensen que una gran
catástrofe puede cernirse sobre su comunidad religiosa.
Espero que los grandes rabinos tengan la inteligencia suficiente
para comprender que esta es su última oportunidad, ya que surgirá en
el mundo entero una amargura gigantesca contra los judíos sionistas
y un odio abismal podría caer sobre Vds. y mantenerse por siglos,
pues incluso ahora siguen Vds. recibiendo grandes compensaciones
económicas utilizando su papel de víctimas.
En espera de su respuesta por correo, le ruego acepte mis más
sinceros saludos.
Dr. en Medicina-Dr. en Teología
Ryke Geerd HAMER
P. S: Querría aclararle que yo soy todo lo contrario a un racista o
a un fanático religioso como Vds. los talmudistas. Si los chinos o
esquimales cometieran crímenes tampoco estaría de acuerdo.
Esto es
igualmente válido para la comunidad judía que son de
origen Khazar-Mongol
en el 95%. ¡Un crimen siempre seguirá siendo un crimen!