por April McCarthy

 3 Febrero 2014

del Sitio Web PreventDisease

traducción de Adela Kaufmann
Versión original en ingles

 

 

 

April McCarthy es un periodista comunidad jugando un papel activo reportando y analizando los acontecimientos mundiales para avanzar en nuestras iniciativas de salud y ecológicas.

 

 

 

No tarda más de 100 segundos para que las células inmunes del cuerpo identifiquen y maten una célula cancerosa. 

 

Las células inmunes sufren cambios "espontáneos" sobre una base diaria, los cuales podrían conducir al cáncer, si no fuera por la vigilancia diligente de nuestro sistema inmunológico, han encontrado científicos en Melbourne.


 


 

 

Un equipo de investigadores del Instituto Walter y Eliza Hall encontraron que el sistema inmunológico se encarga de eliminar las potencialmente cancerosas células inmunes B en sus primeras etapas, antes de que se desarrollen en linfomas de células B (también conocidos como linfomas no Hodgkin).

 

Los resultados del estudio se publicaron hoy en la revista Nature Medicine. 

 

La tarea básica del sistema inmune es reconocer células "propias" (las células del propio cuerpo) y "no-propias" (un antígeno - un virus, hongo, bacteria, o cualquier pieza de tejido extraño, así como algunas toxinas). Para hacer frente a lo no-propio, o antígenos, el sistema fabrica células especializadas - células blancas de la sangre - para reconocer infiltrados y eliminarlos. Todos venimos al mundo con una cierta inmunidad innata. 

 

Cuando nos relacionamos con nuestro entorno, el sistema inmune se vuelve más hábil para protegernos. Esto se conoce como inmunidad adquirida. 

Muchos glóbulos blancos maduros son altamente especializados. Los llamados linfocitos T (T significa derivados del timo) tienen diversas funciones, entre ellas el interruptor en varios aspectos de la respuesta inmune, y luego, (igualmente importante) los apagan. Otros linfocitos, las células B, fabrican anticuerpos.

 

Una especie más grande de glóbulo blanco, el carroñero llamado fagocito (sobre todo los macrófagos), se comen todo tipo de residuos en los tejidos y el torrente sanguíneo, y alertan a ciertas células T a la presencia de antígenos.

''Las células T básicamente detectan al enemigo y luego lanzan granadas a la célula cancerosa hasta que explota'', dijo el inmunólogo Misty Jenkins, del Centro de Cáncer Peter MacCallum.

Las células T son un tipo de glóbulos blancos que son fundamentales para la respuesta inmune del cuerpo.

 

Normalmente, cuando una célula T mata al objetivo, la única manera que usted sabe que el objetivo ha sido golpeado o asesinado es cuando empieza a morir físicamente. 

 

Sin embargo, las células B se unen a un antígeno y anticuerpo específico contra estos antígenos, realizando así el papel de células presentadoras de antígenos (CPA), y convertirse en células B de memoria después de la activación por la interacción del antígeno. 


Esta vigilancia inmune da cuenta de lo que los investigadores del instituto llaman la 'rareza sorprendente" de los linfomas de células B en la población, teniendo en cuenta con qué frecuencia ocurren estos cambios espontáneos.

El descubrimiento podría conducir al desarrollo de una prueba de alerta temprana que identifique a los pacientes con alto riesgo de desarrollar linfomas de células B, lo que permite un tratamiento proactivo para prevenir el crecimiento de tumores. 

 

Todas las células, ya sea sanas o cancerosas, tienen en su superficie proteínas. Para tratar a los pacientes con la enfermedad, los investigadores tienen que encontrar la manera de reprogramar sus células T para encontrar las proteínas y atacar a las células B que lo acarrean. 

El Dr. Axel Kallies, el Profesor Asociado David Tarlinton , el Dr. Stephen Nutt y sus colegas hicieron el descubrimiento mientras investigaban el desarrollo de linfomas de células B. 

El Dr. Kallies dijo que el descubrimiento proporciona una respuesta a por qué se producen los linfomas de células B en la población con menos frecuencia de lo esperado.

"Todos y cada uno de nosotros tiene mutaciones espontáneas en las células B del sistema inmune que se producen como consecuencia de su función normal", dijo el Dr. Kallies. 

 

"Es entonces una paradoja que el linfoma de células B no sea más común en la población.

"Nuestro hallazgo de que la vigilancia inmunológica por células T permite la detección temprana y la eliminación de estas células cancerosas y precancerosas proporciona una respuesta a este enigma, y demuestra que la vigilancia inmune es esencial para prevenir el desarrollo de este cáncer de la sangre".

El linfoma de células B es el cáncer de la sangre más común en Australia, con aproximadamente 2,800 personas diagnosticadas cada año y los pacientes con un sistema inmunológico debilitado corren un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. 

El equipo de investigación hizo el descubrimiento mientras investigaban cómo las células B cambian cuando se desarrolla el linfoma.

"Como parte de la investigación, 'discapacitamos'  las células T para suprimir el sistema inmunológico y, para nuestra sorpresa, encontramos que el linfoma se desarrollaba en cuestión de semanas, cuando ordinariamente tomaría años", dijo el Dr. Kallies.

 

"Parece que nuestro sistema inmunológico está mejor equipado de lo que imaginamos para identificar y eliminar las células B cancerosas, un proceso impulsado por las células T inmunes en nuestro cuerpo."

El profesor Asociado Tarlinton dijo que la investigación podría permitir a los científicos  identificar las células pre-cancerosas en las etapas iniciales de su desarrollo, lo que permitiría una intervención temprana para los pacientes en riesgo de desarrollar el linfoma de células B.

"En la mayoría de pacientes, la primera señal de que algo anda mal es encontrar un tumor establecido, que en muchos casos es difícil de tratar", dijo el Profesor Asociado Tarlinton.

 

"Ahora que sabemos que el linfoma de células B es suprimido por el sistema inmunológico, podríamos utilizar esta información para desarrollar una prueba de diagnóstico que identifique a las personas en las primeras etapas de esta enfermedad, antes de que los tumores se desarrollen y progresen a cáncer.

 

Ya existen terapias que podrían eliminar estas 'aberrantes' células B en pacientes de riesgo, por lo que una vez que se haya desarrollado una prueba, puede moverse rápidamente hacia el uso clínico."