por Caroline Markolin,
Ph.D.
traducción de
Adela Kaufmann
versión
original
Vancouver, Canada
Este artículo fue publicado por primera vez en: EXPLORE! Vol. 6
/Nº. 3 - Mayo 2007
del sitio Web
GermanNewMedicine
Acerca
del Autor
Caroline Markolin, Ph.D., es una maestra a tiempo completa de la
Nueva Medicina Alemana ®, entrenada y aprobada por el Dr. Hamer.
Ella vive en Canadá y ofrece seminarios semanales de NMA en base
regular en Montreal y Vancouver.
Para más información acerca del NMA, visite:
http://germannewmedicine.ca
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INTRODUCCIÓN
En agosto de 1978, el Dr. Ryke Geerd Hamer, M.D., en ese tiempo jefe
de internistas en la clínica oncológica en la Universidad de Munich,
Alemania, recibió la terrible noticia de que a su hijo Dirk le
habían disparado. Dirk murió en diciembre de 1978. Unos pocos meses
más tarde, el Dr. Hamer fue diagnosticado con cáncer de testículo.
Puesto que el nunca había estado seriamente enfermo, inmediatamente
supuso que este desarrollo del cáncer podría estar directamente
relacionado la trágica pérdida de su hijo.
La muerte de Dirk y su propia experiencia con el cáncer apuró a que
el Dr. Hamer investigara la historia personal de sus pacientes de
cáncer. El rápidamente aprendió que, así como el, todos sus
pacientes habían pasado a través de algún episodio excepcionalmente
lleno de tensión antes de desarrollar el cáncer. La observación de
una conexión mente-cuerpo no fue realmente sorprendente. Numerosos
estudios ya han enseñado que el cáncer y otras enfermedades son a
menudo precedidas por un evento traumático.
Pero la investigación del Dr. Hamer tomó una medida trascendental,
más adelante. Buscando la hipótesis que todos los eventos corporales
son controlados desde el cerebro, el analizó las tomografías de
cerebro de sus pacientes y las comparó con sus expedientes médicos.
El Dr. Hamer descubrió que cada enfermedad – ¡y no solo el cáncer! –
está controlada desde su propia área específica en el cerebro, y
vinculada a un muy particular e identificable “choque de conflicto”.
El resultado de su investigación es una tabla científica que ilustra
la relación biológica entre la psiquis y el cerebro en correlación
con los órganos y tejidos de todo el cuerpo humano (la “Tabla
Científica de NMA” está todavía en proceso).
El Dr. Hamer llamó a sus hallazgos, “Las cinco Leyes de la Nueva
Medicina ”, porque estas leyes biológicas, las cuales son
aplicables a cualquier caso de pacientes, ofrecen un completamente
nuevo entendimiento de la causa, el desarrollo y el proceso natural
de sanación de enfermedades.
(En respuesta al creciente número de malas representaciones de estos
descubrimientos, y para preservar la integridad y autenticidad de
este trabajo científico, el Dr. Hamer ahora ha protegido legalmente
el material de su investigación, bajo el nombre Nueva Medicina
Alemana (NMA) [Las siglas en inglés son NGM [New German Medicine].
El término “Nueva Medicina” no pudo ponerse con derechos reservados
internacionalmente.)
En 1981, el Dr. Hamer presentó sus hallazgos a la Facultad de
Medicina de la Universidad de Tübingen como una tesis post-doctoral.
Pero hasta este día, la Universidad se ha negado a probar la
investigación del Dr. Hamer, a pesar de su obligación legal para
hacerlo. Este es un caso sin precedentes en la historia de las
universidades. De manera parecida, la oficina oficial se rehúsa a
aprobar sus descubrimientos, a pesar de que se hicieron unas 30
verificaciones científicas, tanto por físicos independientes como
por asociaciones profesionales.
Poco después de que el Dr. Hamer sometió su tesis, le dieron el
ultimátum para que renunciara a sus descubrimientos, o bien se le
negaría la renovación de su contrato en la clínica universitaria. En
1986, aunque su trabajo científico nunca había sido censurado y
mucho menos desaprobado, el Dr. Hamer fue despojado de su licencia
médica con el motivo de que el se había negado a ajustarse a los
principios de la medicina estándar. No obstante, el estaba decidido
a continuar con su trabajo.
Por 1987, pudo extender sus descubrimientos a prácticamente cada
enfermedad conocida a la medicina.
El Dr. Hamer ha sido perseguido y hostigado durante 25 años, en
particular por las autoridades alemanas y francesas. Desde 1997, el
Dr. Hamer ha estado viviendo en el exilio, en España, en donde sigue
con su investigación, y donde él continúa luchando por el
reconocimiento oficial de su “Nueva Medicina”.
Pero mientras que la facultad de medicina de la Universidad de
Tübingen mantenga su táctica de retraso, los pacientes en todo el
mundo estarán privados del beneficio de los revolucionarios
descubrimientos del Dr. Hamer.
EL ORIGEN DE LA ENFERMEDAD EN EL CEREBRO
El Dr. Hamer estableció que “cada enfermedad es causada por un
choque de conflictos que atrapa completamente fuera de guardia a
cualquier individuo” (Primera Ley Biológica).
En honor a su hijo, el
Dr. Hamer llamó a este inesperado acontecimiento de choque un
Síndrome de Dirk Hamer, o DHS.
Psicológicamente hablando, un DHS es un incidente personal,
condicionado por nuestras experiencias pasadas, nuestras
vulnerabilidades, nuestras percepciones individuales, nuestros
valores y creencias. No obstante, el DHS no es un conflicto
meramente psicológico, sino más bien un conflicto biológico que debe
ser entendido en el contexto de nuestra evolución.
Los animales experimentan estos choques biológicos en términos
concretos, por ejemplo, a través de la repentina pérdida del nido o
de su territorio, una separación de la pareja, o una amenazas
inesperada de inanición, o miedo a morir. Puesto que a través del
tiempo, la mente humana ha adquirido una manera figurativa de
pensar, podemos experimentar estos conflictos biológicos también en
un sentido transpuesto.
Un hombre, por ejemplo, puede sufrir una “conflicto de pérdida
territorial” cuando inesperadamente pierde su hogar o su lugar de
trabajo; un “conflicto del nido” para una mujer podría ser una
preocupación sobre el bienestar de un “miembro de su nido”, un
“conflicto de abandono” puede ser detonado por un divorcio
inesperado o por haber tenido que apresurarse al hospital. Los niños
a menudo sufren un “conflicto de separación” cuando mama decide
regresar al trabajo, o cuando los padres se separan.
Analizando miles de tomogramas computarizados (CT) cerebrales en
relación a las historias de sus pacientes, el Dr. Hamer descubre que
en el momento que ocurre una DHS, este choque impacta un área
específica, predeterminada en el cerebro, causando una “lesión” que
es visible en un escaneo CT, como un juego de agudos anillos
concéntricos. (En 1989, Siemens, el fabricante alemán de los escáner
CT, certificó que esta formación de anillos no son artefactos del
equipo.)
Después del impacto, las células cerebrales afectadas comunican el
shock al órgano correspondiente, el cual a su vez responde con una
alteración particular—¡predecible!
La razón porqué conflictos específicos están indisolublemente atados
a áreas específicas del cerebro es que durante nuestra evolución
histórica, cada parte del cerebro fue programada a responder
instantáneamente a conflictos que podrían amenazar nuestra
supervivencia. Mientras el “viejo cerebro” (tallo cerebral y
cerebelo) están programados con temas de supervivencia básica que se
relacionan a la respiración, alimentación o reproducción, el “Nuevo
cerebro” (cerebrum) está codificado con temas más avanzados, tales
como conflictos territoriales, conflictos de separación, conflictos
de identidad y conflictos de auto-devaluación.
La investigación médica del Dr. Hamer está firmemente vinculada a la
ciencia de la embriología, porque si el órgano responde a un
conflicto por un crecimiento tumoral, por la fusión del tejido fino,
o por una debilitación funcional es determinado por la capa
embrionaria del germen desde donde, tanto el órgano y el
correspondiente tejido fino del cerebro se originan (Tercera Ley
Biológica).
El “Sistema Ontogenético de Tumores” del NMA ilustra que los órganos
controlados por el “Viejo-cerebro”, los cuales derivan del
endodermo o del mesodermo del “cerebro viejo”, como los pulmones, el
hígado, colon, próstata, útero, piel de la dermis, pleura,
peritoneo, pericardio, glándulas mamarias, etc. siempre general
proliferación de células en cuanto ocurre el correspondiente
conflicto. Los tumores de estos órganos, por ello, se desarrollan
exclusivamente durante la fase active del conflicto (iniciado por el DHS).
Tomemos, por ejemplo, el cáncer de pulmón: El conflicto biológico
vinculado al cáncer de pulmón es un “conflicto de muerte-miedo”,
porque en términos biológicos, el pánico a la muerte es igualado a
ser incapaz de respirar.
Con el choque de muerte-miedo, las células alvéolos del pulmón, las
que regulan la respiración, instantáneamente comienzan a
multiplicarse, formando un tumor del pulmón. Contrariamente al punto
de vista convencional, esta multiplicación de células de pulmón no
es un proceso insustancial, sino que sirve para un propósito
biológico muy bien definido, es decir, incrementar la capacidad de
los pulmones, y así optimizar la oportunidad de supervivencia del
organismo.
Los análisis de las exploraciones del cerebro del Dr. Hamer
demuestran que cada persona con cáncer de pulmón muestra una
distinta configuración del anillo-meta en el área correspondiente en
el tallo cerebral, y que cada paciente ha sufrido un pánico de
muerte inesperado, antes del inicio del cáncer. En la mayoría de los
casos, el temor a la muerte fue detonado por un shock sobre un
diagnóstico de cáncer que la persona experimentó como una “sentencia
de muerte”.
Dado que fumar está en disminución, esto arroja una nueva luz en el
enigmático incremento de cáncer de pulmón (“El asesino #1”) y
cuestiona si fumar per se es una verdadera causa de cáncer de
pulmón.
El cáncer de pecho glandular, según los hallazgos del Dr. Hamer, es
el resultado, ya sea de un conflicto “madre-hijo(a)” o un conflicto
de “preocupación de pareja”. Estos tipos de conflicto siempre
impactan el “viejo-cerebro” en el área que controla las glándulas
que producen leche. Una mujer puede sufrir un conflicto de
preocupación madre-hijo cuando su retoño es repentinamente herido o
está seriamente enfermo.
Durante la fase activa de tensión del conflicto, las células de las
glándulas mamarias se multiplican continuamente, formando un tumor.
El propósito biológico de la proliferación de células es habilitarse
para proporcionar más leche para el descendiente que sufre, y de esa
manera acelerar la sanación. Cada mujer humana y mamífera nace con
este antiguo programa de respuesta biológico. Los muchos estudios de
casos del Dr. Hamer muestran que las mujeres, incluso cuando no dan
de mamar, desarrollaron un tumor en las glándulas mamarias, de
preocuparse obsesivamente acerca del bienestar de un ser amado (ya
sea un niño en problemas, un padre o madre enfermos, o algún amigo
querido que sea causa de preocupación).
Lo que se ha dicho acerca del cáncer de pulmón y cáncer de pecho,
igualmente aplica a todos los otros cánceres que se originan en el
“viejo-cerebro”. Cada uno es detonado por un shock específico de
conflicto que active un “Programa Biológico Especial Significativo”,
“Quinta Ley Biológica”, la cual permite que el organismo elimine el
funcionamiento diario y se ocupe físicamente de la situación de
emergencia. Para cada atipo de conflicto hay una retransmisión
cerebral desde donde se coordina el programa biológico en
particular.
Mientras los órganos controlados por el “viejo-cerebro” generan un
crecimiento tumoral durante la fase activa del conflicto, lo opuesto
es el caso con todos los órganos que son controlados desde el
cerebrum (“nuevo cerebro”). Referente a la capa germinal
embrionaria, todos los órganos y tejidos finos (ovarios, testículos,
huesos, nódulos linfáticos, epidermis, el alineado de la cerviz, los
tubos bronquiales, los recipientes coronarios, los conductos de
leche, etc.) se originan del ectodermo o del mesodermo del “muevo
cerebro”.
El momento en que ocurre el conflicto, el tejido orgánico
biológicamente correspondiente responde con degeneración de células.
Necrosis de los ovarios o testículos, osteoporosis, cáncer de hueso,
o úlceras de estómago, por ejemplo, son condiciones que solamente
ocurren mientras una persona está en un estado de desesperación
emocional relacionado con el conflicto.
Como es de esperarse, la pérdida de tejido tiene una significación
biológica.
Tomemos, por ejemplo, el revestimiento del tejido fino de los
conductos de leche. Puesto que el revestimiento epitelial de los
conductos de leche, desarrollados en un plazo más tarde que las
glándulas productoras de leche, este tejido más joven está
controlado desde una parte más joven del cerebro, es decir, la
cortaza cerebral. El conflicto biológico del revestimiento del os
conductos de leche es un “conflicto de separación” experimentado
como si “mi crío [o mi pareja] fue arrebatado de mi pecho”.
Un mamífero femenino puede sufrir tal conflicto cuando su cría se
pierde o es muerta. Como reflejo natural al conflicto, el
revestimiento del tejido de los conductos de leche comienza a
ulcerarse. El propósito de la pérdida de tejido es incrementar el
diámetro de los ductos, porque con ductos agrandados, la leche que
ya no se usa puede drenarse fácilmente y no se congestiona en el
pecho.
El cerebro de cada mujer está programado con esta respuesta
biológica. Puesto que el pecho femenino es, biológicamente hablando,
sinónimo de cuido y nutrición, las mujeres sufren tal conflicto por
una separación inesperada de un ser querido que es intensamente
importante.
Virtualmente no hay síntomas físicos durante la fase activa del
conflicto, excepto un ligero y ocasional “tirón” en el pecho.
EL PATRÓN BIFÁSICO DE CADA ENFERMEDAD
El Dr. Hamer también descubrió que, si hay una resolución del
conflicto, cada enfermedad procede en dos fases: (Segunda Ley
Biológica). Durante la primera fase, o fase activa del conflicto, el
organismo enero está engranado a ocuparse del conflicto.
Mientras una alteración celular significativa corre su curso a nivel
físico, la psiquis y el sistema vegetativo autónomo también trata de
manejar la inesperada situación.
Cambiado a un estado de tensión (simpaticotonia), la mente se vuelve
completamente pre-ocupada con el contenido del conflicto. Disturbios
de sueño y carencia de apetito son síntomas típicos. Biológicamente
hablando, es vital, porque el enfoque en el conflicto y las horas
extra de desvelo proporcionan las condiciones correctas para
trabajar a través del conflicto y encontrar una resolución. La fase
activa del conflicto es también llamada la “fase fría”.
Puesto que los vasos sanguíneos se constriñen durante el estrés, los
síntomas típicos de actividad del conflicto son extremidades frías
(particularmente manos frías), escalofríos y sudar helado. La
intensidad de los síntomas es naturalmente dependiente de la
magnitud del conflicto.
Si una persona permanece en un estado intenso de conflicto-activo
por un largo período de tiempo, la condición puede ser fatal. Pero
el Dr. Hamer prueba más allá de la duda razonable, que un organismo
nunca puede morir de cáncer por sí mismo. Una persona puede morir
como resultado de complicaciones médicas o de un tumor que, por
ejemplo, ocluya un órgano vital, como el colon o los conductos
biliares, pero de ninguna manera pueden las células del cáncer, por
sí mismas, causar la muerte.
En la “Nueva Medicina Alemana”, la distinción entre el cáncer
“maligno” y “benigno” es enteramente sin sentido. El término
“maligno” es una construcción artificial (igual se aplica a los
marcadores de tumores) que simplemente indica que la actividad de
reproducción de células ha excedido cierto límite arbitrario.
Si una persona muere durante la fase activa del conflicto, es
usualmente por pérdida de energía, de peso, privación de sueño y
agotamiento emocional y mental. A menudo, es un devastador
diagnóstico de cáncer o un pronóstico negativo—“A usted le quedan
seis meses de vida!” – que tira al paciente de cáncer (incluyendo a
sus seres queridos) en un estado de desesperación. Con muy poca o
ninguna esperanza, y privados de su fuerza de vida, se dejan caer y
eventualmente mueren de caquexia, un proceso agonizante que los
procesos convencionales de tratamiento de cáncer solamente aceleran.
Si el paciente no ha sido sometido a ningún tratamiento convencional
(especialmente quimioterapia o radioterapia), el NMA tiene una tasa
de éxito de un 95 a un 98%. Irónicamente estas estadísticas para el
notable éxito del Dr. Hamer fueron entregadas por las mismas
autoridades.
Cuando el Dr. Hamer fue arrestado en 1997 por haberle dado consejo
médico a tres personas sin licencia médica, la policía confiscó los
archivos de sus pacientes y los hizo analizar. Subsecuentemente, un
fiscal público fue forzado a admitir, durante el juicio que, después
de cinco años, que 6,000 de 6,500 de sus pacientes, casi todos con
cáncer “terminal” estaban todavía vivos. Con tratamientos
convencionales, las figuras son generalmente el reverso de esto.
Según el epidemiólogo y un bio-estatista, Dr. Ulrich Abel
(Alemania),
“El éxito de la mayor parte de las quimioterapias es aterrador…No
hay evidencia científica de su habilidad para extender de manera
apreciable las vidas de pacientes que sufren del más común cáncer
orgánico… La quimioterapia para las malignidades demasiado avanzadas
para la cirugía, que cuenta para aprox. el 80% de los cánceres, es
un desperdicio científico.”
(Lancet 1991).
EL CUERPO SE SANA SOLO
La resolución del conflicto señala el comienzo de la segunda fase
del programa biológico. Nuestras emociones y nuestro organismo
cambian inmediatamente a un modo de sanación asistido por un cambio
del sistema vegetativo hacia la función de “vagotonia”.
Durante la fase de sanación, el apetito vuelve, pero hay mucho
cansancio (podríamos incluso no ser capaces de levantarnos de la
cama). El descanso y suministrándole al organismo nutrientes que son
esenciales, mientras el cuerpo está tratando de sanarse. La segunda
fase es también llamada la “fase cálida”, cuando durante la
vagotonia, los vasos sanguíneos se agrandan, causando manos cálidas,
pies cálidos y piel cálida.
Con la resolución del conflicto, hay también un cambio inmediato a
nivel orgánico.
La proliferación de las células (crecimiento tumoral
controlado por el “cerebro viejo”) o la fusión de la célula (pérdida
controlada de tejido – “cerebro-nuevo”), inmediatamente viene a un
paro, y se pone en movimiento el proceso apropiado de reparación. Un
área que se neurotizó o se ulceró durante la fase activa del
conflicto está ahora siendo rellenada y recargada con nuevas
células.
Esto va usualmente acompañado de una potencialmente dolorosa
inflamación, causada por un edema que protege el tejido mientras
está curándose. Otros síntomas típicos de reparación son:
Ejemplos de “enfermedades” que
solamente ocurren en la fase de sanación son:
-
ciertos desórdenes de
piel
-
hemorroides
-
laringitis
-
bronquitis
-
artritis
-
arterosclerosis
-
desórdenes de vejiga o riñones
-
ciertas
enfermedades del hígado
-
infecciones (ver
abajo)
De acuerdo con la observación de la multiplicación de las células
(mitosis) y la distinción estándar entre tumores “benignos” y
“malignos”, la medicina convencional interpreta la producción
natural de células de tejidos en proceso de sanación, como una
“malignidad”.
En el NMA, nosotros también distinguimos dos tipos de
tumores. Pero los tumores no están divididos en “buenos” y “malos”;
más bien están clasificados de acuerdo con su tipo de tejido y la
parte del cerebro desde donde se originan y son controlados. Estos
son aquellos tumores que se desarrollan exclusivamente durante la
fase activa del conflicto (tumores de pulmón, colon, hígado, útero,
próstata, etc.) y, también inversamente, aquellos que resultan del
proceso natural de reparación.
Así como con los cánceres controlados por el “viejo cerebro”, el
crecimiento tumoral no es ni accidental ni sin sentido, puesto que
la proliferación de las células se detiene tan pronto como se repara
el tejido. El cáncer de testículo, ovarios, linfomas, linfomas
no-Hodgkin, varios tipos de sarcomas, carcinomas bronquiales y
laríngeos, y el cáncer cervical son todos de una naturaleza curativa
y son exclusivamente fenómenos de la fase curativa.
Si el proceso curativo no se interrumpe a través de medicación o una
recaída del conflicto, estos tumores eventualmente se degradan
durante la terminación de la fase curativa.
El segundo tipo de cáncer de seno, el “carcinoma ductal in situ”
(DCIS), también cae dentro de esta categoría. Mientras un cáncer
glandular de seno es indicación de que una mujer está en la fase
activa de un conflicto de preocupación, un cáncer intra-ductal es
una señal positiva de que el conflicto de separación relacionado
(“arrebatado de mi pecho”) ha sido resuelto.
¡Una mujer no desarrolla cáncer de seno sin razón!
Ni tampoco
desarrolla cáncer de seno por coincidencia, en precisamente su seno
derecho o izquierdo.
EL SIGNIFICADO DE NUESTRA LATERALIDAD BIOLÓGICA
El Dr. Hamer encontró que nuestra lateralidad determina si una
enfermedad, como el cáncer, se desarrolla en el lado derecho o el
izquierdo del cuerpo. Esta es la regla:
Una persona con mano derecha
responde a un conflicto con su madre o hijos, con el lado izquierdo
del cuerpo, pero responde a un conflicto relacionado a una “pareja”,
es decir, padre, hermano, pariente, amigo, colega, etc. con el lado
derecho.
Para personas zurdas es al revés.
Hay siempre una relación cruzada desde el cerebro al cuerpo, porque
cada hemisferio del cerebro (excluyendo el tallo cerebral) dirige el
lado opuesto del cuerpo.
La manera más simple para identificar si somos biológicamente
derechos o izquierdos es la prueba del aplauso. La mano de arriba es
la mano guía, e indica si somos derechos o izquierdos. No obstante,
un cáncer de seno en el seno derecho, un quiste ovárico en el ovario
izquierdo, un desorden de piel en el lado derecho o izquierdo (o
ambos), una parálisis motora en el lado izquierdo (es decir, después
de un derrame cerebral), nos da una primera indicación de “quien”
estuvo implicado(a) cuando tuvo lugar el conflicto original.
Con referencia a conflictos más avanzados (y regiones cerebrales),
el estado hormonal también debe tomarse en cuenta para una
evaluación exacta.
EL BENEFICIOSO PAPEL DE LOS MICROBIOS
Otro aspecto de la investigación del Dr. Hamer ha sido el papel de
los microbios durante el desarrollo de la enfermedad.
Esto, en resumen, es lo que él encontró (Cuartal Ley Biológica):
Los microbios, tales como hongos, bacterias y virus están activos
solamente durante la fase de curación, y la manera en que operan es
en total concordancia con la lógica evolutiva. Las bacterias
tuberculares, por ejemplo, pueblan solo tejidos controlados por el
“viejo-cerebro”.
Su función durante la fase de la reparación es descomponer los
tumores que son ahora superfluos, es decir, los tumores de pulmón,
colon, riñones próstata, útero, tumores de glándulas mamarias,
melanomas y mesoteliomas.
Las bacterias tuberculares son esenciales
para romper la acumulación de “células descartables” que
proliferaron por una razón biológica durante la fase activa del
conflicto. Si la bacteria requerida no está disponible, ya sea por
vacunación o el abuso de antibióticos, o tratamiento de
quimioterapia, el tumor no puede desintegrarse apropiadamente.
Como resultado, se queda en su lugar y se encapsula sin daños.
Sin
embargo, detectado en un chequeo de rutina, tal crecimiento
encapsulado puede conducir a un diagnóstico de “cáncer” y,
potencialmente, nuevos choques de conflicto con nuevos síntomas.
Entendiendo las leyes biológicas del desarrollo de la enfermedad,
esta perspectiva puede virtualmente ser eliminada.
Mientras la bacteria destruye las células tumorales que ya no se
necesitan, los virus parecen estar implicados en el proceso de
curación de – exclusivamente – tejidos controlados por la corteza
cerebral (es decir, bronquios, membranas nasales, revestimiento
estomacal, revestimiento de los ductos biliares y epidermis). La
hepatitis, neumonía, herpes, influenza, influenza estomacal, son
indicaciones de está en curso un “virulento” pero natural proceso de
curación.
Respecto al papel de los virus, el Dr. Hamer prefiera hablar de
“virus hipotéticos”, puesto que últimamente ha sido cuestionada la
existencia de los virus.
Esto estaría en concordancia con los hallazgos tempranos del Dr.
Hamer, que el proceso de reconstrucción y restauración de tejido
ulcerado o necrotizado todavía ocurre, incluso si los virus
relacionados con el tejido no están presentes.
El dilema en el cual la medicina convencional se encuentra a sí
misma es al fallar reconocer el patrón bifásico de cada enfermedad,
la primera fase activa de conflicto rutinariamente es pasada por
alto. Puesto que los microbios están solamente activos durante la
fase de curación, y puesto que la actividad de microbios va
típicamente acompañada por inflamación, fiebre, pus, descarga y
dolor, los microbios son considerados malévolos y la causa de
enfermedades infecciosas. Pero los microbios no causan la
enfermedad. Después de todo, es nuestro organismo que emplea los
microbios para optimizar el proceso curativo.
Los microbios pueden, por supuesto, ser transmitidos, pero
permanecen dormidos hasta que la persona está en la fase de curación
del mismo tipo de conflicto.
CUESTIONANDO LAS METÁSTASIS
De acuerdo con el NMA, el “Sistema Ontogenético de los Tumores”, la
extensamente propaganda teoría de las metástasis, que sugiere que
las células cancerosas viajan a través de los vasos sanguíneos o
linfáticos y causan cánceres en nuevos sitios es, en las palabras
del Dr. Hamer, una “ficción puramente académica”.
Las células en
general, y las células cancerosas en particular no pueden bajo
ninguna circunstancia cambiar su estructura histológica o cruzar el
umbral de la capa del germen.
Por ejemplo, una célula tumoral del pulmón, que es de origen
endodérmico, controlada desde el tallo cerebral (“viejo cerebro”), y
que prolifera durante la fase activa del conflicto no puede
transformarse en una célula de hueso, que es de origen mesodérmico,
controlada desde el
Tronco del Encéfalo ("viejo
cerebro"), y que
se deteriora durante un proceso de descalcificación de conflicto
activo. En el escenario “cáncer pulmonar que se metastasea a los
huesos”, las células de pulmón cancerosas realmente estarían creando
un agujero (es decir, una fusión de la célula!—lo contrario del
cáncer) en algún hueso en el cuerpo.
También debemos preguntarnos porqué las células de cáncer raramente
se “riegan” al tejido vecino más cercano, como por ejemplo del útero
a la cerviz. Si las células cancerosas viajan por medio del torrente
sanguíneo,
-
¿Porqué la sangre donada no es examinada a ver si
contiene células cancerosas?
-
¿Porqué no son encontrados allí los
tumores multitudinarios, encontrados en las paredes de los vasos
sanguíneos de pacientes de cáncer?
Hace dos años, el 19 de agosto de 2004, el periódico canadiense
Globe and Mail publicó un artículo titulado, “Investigadores
Persiguen Pruebas de Cáncer de seno en Exámenes de Sangre”,
conteniendo reveladoras afirmaciones,
“La cacería de células tumorales en el torrente sanguíneo ha tomado
10 años…”, y, “Hasta muy recientemente, no existía tecnología para
aislar confiablemente la rara célula tumoral de los millones de
células sanguíneas, rojas y blancas, contenidas en un solo frasco de
sangre humana.”
Además del hecho de que la “persecución” está lejos de terminar
(como lo indica el artículo), ¿no implicará esto que la hipótesis de
la “metástasis” estaba desinformando al público y asustando a muerte
a millones de pacientes de cáncer por más de cuatro décadas?
El Dr. Hamer, por supuesto, no disputa el hecho de cánceres
secundarios, pero éstos tumores subsecuentes no son causados por
células cancerosas migratorias que milagrosamente se transforman en
diferentes tipos de células, sino más bien por nuevos choques de
conflictos. Un nuevo proceso DHS puede iniciarse por experiencias
adicionales traumáticas, o a través de shocks de diagnóstico.
Como ya hemos mencionado anteriormente, un inesperado diagnóstico de
cáncer, o que le digan al paciente que está haciendo “metástasis”
podría detonar un miedo-mortal (causando cáncer de pulmón) o
cualquier otro tipo de shock relacionado con el diagnóstico,
causando nuevos cánceres en otras partes del cuerpo.
En muchos
casos, estos pacientes no logran llegar a la fase de curación,
porque el severo estado de estrés los debilita, hasta tal punto
donde tienen muy poca oportunidad de sobrevivir el altamente tóxico
tratamiento de quimioterapia.
El segundo cáncer más frecuente después del cáncer de pulmón es el
cáncer de los huesos.
El doctor Hamer encontró que nuestros huesos están biológicamente
vinculados a nuestra auto-estima y nuestro auto-valor. Así pues, si
nos dicen que tenemos una “enfermedad que amenaza nuestra vida”,
especialmente una que supuestamente se “riega como incendio salvaje”
a través del cuerpo, puede igualarse a “ahora yo no soy útil”, y
los huesos o el hueso cercano a donde nos sentimos “inútiles”
comienza a descalcificarse (en el caso de cáncer de seno es a menudo
en el área del esternón o las costillas). Así como con un hueso
fracturado, el propósito del programa biológico (o la “enfermedad”)
aparece al final de la fase curativa.
Cuando la fase de reparación se completa, el hueso será mucho más
fuerte en ese sitio, asegurando así que estamos mejor equipados para
la eventualidad de un nuevo “conflicto de auto-devaluación”.
LA NATURALEZA DE LOS TUMORES CEREBRALES
Una vez que el conflicto ha sido resuelto, la lesión cerebral –
junto con la psiquis y el órgano – también entran en la fase
curativa. Como con cualquier herida que está siendo reparada, se
desarrolla un edema (exceso de fluido) para proporcionar protección
del tejido neural en recuperación. En un escaneo cerebral, los
cambios son claramente notables: los agudos anillos del objetivo se
sumergen en el edema y aparecen ahora borrosas, indistinguibles y
oscuras.
A la altura de la fase curativa, cuando el edema cerebral ha
alcanzado su máximo tamaño, cuando el edema del cerebro ha alcanzado
su máximo tamaño, el cerebro acciona un breve y fuerte empuje que
expele el edema.
En la terminología NMA, esta contra regulación es
llamada la “Crisis Epileptoide”. (EC).
Durante esta crisis, el organismo entero es brevemente empujado a un
estado de simpaticotonía, es decir, volver a revivir los típicos
síntomas de la fase activa del conflicto, como sudar helado,
extremidades frías, y rápidos latidos, náusea.
La intensidad y duración de esta crisis pre-programada es
determinada por la intensidad y la duración del conflicto
precedente. El tipo de “crisis” siempre dependen de la naturaleza
del conflicto y el área precisa implicada.
Después de que el edema cerebral ha sido expulsado, la neuroglia,
que es el tejido cerebral conectivo que proporciona el apoyo
estructural para las neuronas, se establece en el sitio para
restaurar la función de las células nerviosas que fueron afectadas
por el shock del conflicto (DHS). Es natural una acumulación de
glia, lo que la medicina convencional etiqueta como un “tumor
cerebral”, a menudo con calamitosas consecuencias para el paciente.
El Dr. Hamer estableció ya en 1981 que un “tumor cerebral” no es una
enfermedad en sí, sino que sintomático de una fase curativa que
corre paralela en el órgano (controlada desde el área correlativa
del cerebro que está simultáneamente una fase de reparación).
“Cánceres cerebrales metastáticos”, por ello, tampoco existen.
TERAPIA NMA (resumen
conciso)
El
primerísimo paso en la terapia NMA es proporcionar un
entendimiento de la naturaleza biológica de un síntoma, es decir, un
cierto cáncer, en relación a su causa física.
Un escaneo cerebral y
una minuciosa historia médica son vitales para determinar si el
paciente todavía está conflicto-activo o si ya se está sanando.
Si
está todavía en la fase activa, el enfoque es identificar el DHS
(Síndrome de Dirk Hamer)
original y desarrollar una estrategia para resolver el conflicto. Es
crucial preparar al paciente para los síntomas de curación y para
potenciales complicaciones.
¡Estos síntomas son muy predecibles!
Los hallazgos del Dr. Hamer nos proporcionan – por primera vez en la
historia de la medicina – con un sistema confiable que nos permita,
no solo comprender, sino también predecir el desarrollo y síntomas
de todas y cada una de las enfermedades.
Esta es una verdadera
medicina preventiva, un aspecto de la Nueva Medicina Alemana el cual
no puede enfatizarse más. La verdadera prevención requiere un
entendimiento de la causa real de una enfermedad, y eso es lo que la
investigación del Dr. Hamer proporciona en espléndido detalle.
Al entender las “Cinco Leyes Biológicas” del proceso y la causa de
curación de enfermedades, podremos liberarnos del miedo y pánico que
a menudo vienen con el comienzo de los síntomas.
Este conocimiento es más que poder, puede salvar vidas.
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