Figura 38
Las manifestaciones más imponentes fueron las filas de esfinges con cabezas de carnero que flanqueaban el camino procesional a los grandes templos en Karnak (Fig. 39), cuya construcción, por faraones del recientemente establecido Reino Medio, comenzó apenas Marduk/Ra ascendió a la supremacía.
Eran faraones que cargaban con nombres teofóricos honrando a Amon/Amen, de modo que ambos templos y reyes estaban dedicado a Marduk/Ra, como Amon, El Invisible, por Marduk, ausente de Egipto por seleccionar a Babilonia en Mesopotamia como su Ciudad Eterna.
Tanto Marduk como Nabu sobrevivieron inermes a la conmoción nuclear. Aunque Nabu era un blanco personal de Nergal/Erra, él aparentemente se escondió en una isla del Mediterráneo y escapó sin daño.
Textos subsecuentes indican que le fue dado su propio centro de culto en Mesopotamia un sitio llamado Borsipa, una ciudad nueva situada cerca de la Babilonia de su padre, pero él continuó deambulando y siendo ofrendado en sus tierras favoritas del Oeste.
En su texto autobiográfico La Profecía de Marduk el previó la llegada de un Tiempo Mesiánico, cuando los dioses y los hombres reconocerán su supremacía, cuando la paz reemplace a la Guerra y la abundancia borre el sufrimiento, cuando un rey de su elección ‘hará de Babilonia la más importante’ con el templo Esagil (como su nombre indica) levantando su cabeza al cielo—
Esa nueva Torre de Babel, sin embargo, no tenía como objetivo (como la primera) ser una torre de lanzamiento.
Su supremacía, reconocía Marduk, estaba creciendo no sólo por la posesión de una conexión espacial física sino de los signos del Cielo, los Kakkabu (estrellas/planetas) del firmamento. Por consiguiente visualizó al futuro Ensagil como el observatorio astronómico reinante, haciendo redundantes el Eninnu de Ninurta y los varios Stonehenge levantados por Toth.
Figura 40
El apocalipsis nuclear y sus no planeadas consecuencias llevaron a un abrupto fin el debate en miras a cual Era Zodiacal era; el Tiempo Celestial era ahora el Tiempo de Marduk. Pero el planeta de los dioses, Nibiru, estaba orbitando y marcando el reloj del Tiempo Divino—y la atención de Marduk cambió hacia allá.
Como deja claro su texto profético, él ahora imaginó sacerdotes astrónomos escaneando los cielos desde los pisos del zigurat para ‘el legítimo planeta del Esagil’:
Una religión estelar había nacido. El dios—Marduk—se convirtió en
estrella; una estrella (nosotros le llamamos planeta)—Nibiru—se
convirtió en “Marduk”. La Religión se convirtió en Astronomía, y la
Astronomía se convirtió en Astrología.
Figura 41
Esto hizo a Marduk el ‘Señor’ en el Cielo y en la Tierra. Su destino—en los cielos, su orbita—era la más grande de todos los dioses celestiales (los otros planetas) (ver fig. 1); paralelo a eso, él estaba destinado a ser el más grande de los dioses Anunnaki en la Tierra.
Figura 43
El Festival de Año Nuevo—el evento religioso más importante del año—comenzaba el primer día de mes de Nissan, coincidente con el Equinoccio de Primavera. Llamado en Babilonia el festival Akiti, evolucionó ahí hasta una celebración de doce días de celebración en vez de los diez días sumerios del festival A.KI.TI (‘Trayendo Vida a la Tierra’). Se realizaba de acuerdo a ceremonias definidas elaboradamente y rituales prescritos que volvieron a la vida (en Súmer) la historia de Nibiru y la venida de los anunakis a la Tierra, igual que (en Babilonia) la historia de la vida de Marduk.
Incluía episodios de la Guerra de las Pirámides, cuando fue sentenciado a morir en una tumba sellada, y su ‘resurrección’ cuando fue sacado de ahí con vida; su exilio para convertirse en el Invisible; y su Retorno final y victorioso.
Procesiones, venidas e idas, apariciones y desapariciones, e incluso obras de teatro con actores que vívida y visualmente presentaban Marduk a la gente como un dios sufriente—sufriendo en la Tierra pero finalmente victorioso por ganar supremacía mediante una contraparte celestial. (La historia de Jesús en el Nuevo Testamento era tan similar que académicos y teólogos en Europa debatieron durante un siglo si Marduk era el ‘Prototipo de Jesús,’).
Es evidente que la parte solitaria simbolizaba el viaje celestial de Marduk desde la ubicación en el espacio exterior del planeta hogar al sistema solar interior—una jornada en barca sobre aguas, en conformidad con el concepto que el espacio interplanetario era una ‘Profundidad Acuosa’ virginal a ser viajada por ‘barcas celestiales’ (naves aéreas)—un concepto representado gráficamente en el arte egipcio, donde los dioses celestiales eran graficados como navegando en los cielos en ‘barcas celestiales’ (Fig. 44).
Figura 44
La festividad comenzaba con el exitoso retorno de Marduk del externo y solitario Bit Akiti. Aquellas públicas y gozosas ceremonias comenzaban con el saludo de Marduk de otros dioses en el embarcadero , y su acompañamiento por el rey y los sacerdotes en una Procesión Sagrada, seguidas por multitudes cada vez mayores.
Las descripciones de las procesiones y sus rutas estaban tan detalladas que guiaron a los arqueólogos que excavaron la antigua Babilonia. De los textos inscritos en tablillas de arcilla y de la topografía descubierta de la ciudad, emerge que había siete estaciones en las cuales la procesión sagrada hacía detenciones para rituales prescritos.
Las estaciones empleaban nombres tanto sumerios como acadios y simbolizaban (en Súmer) los viajes de los Anunnaki dentro del sistema solar (de Pluto a la Tierra, el séptimo planeta), y (en Babilonia) las ‘estaciones’ en la historia de la vida de Marduk:
La original Epopeya de la Creación sumeria (Sumerian Epic of Creation) se extendió en seis tablillas (paralelo con los seis días de la creación bíblicos). En la Biblia, Dios descansó el séptimo día, empleándolo para revisar los que había hecho.
La revisión babilónica de la Epopeya culminó con la adición de una séptima tablilla enteramente dedicada a la glorificación de Marduk por el otorgamiento a él de cincuenta nombres—algo que simbolizaba su asunción al Rango de Cincuenta que era hasta entonces de Enlil (y al cual Ninurta había estado en espera).
Finalmente, le fue otorgado el nombre NIBIRU, ‘Aquel que mantendrá el cruce del Cielo y la Tierra’: El Kakkabu que en los cielos es brillante…
Los largos textos establecen en conclusión ‘Con el título ‘Cincuenta’ los grandes dioses lo proclamaron; Aquel cuyo nombre es ‘Cincuenta’ los dioses hicieron supremo.’
Cuando la lectura de toda la noche de las siete tablillas se completaba—probablemente era madrugada por entonces—los sacerdotes que conducían el ritual hacían los siguientes pronunciamientos de prescripciones:
Cuando Marduk aparecía a la vista de la gente, iba vestido con magníficas vestimentas que avergonzaban los simples tejidos de lana de los dioses mayores de Súmer y Acadia (Fig. 45).
Figura 45
Aunque Marduk fue un dios no-visto en Egipto, su veneración y aceptación ahí fue algo bastante rápido. Un Himno a Ra-Amon que glorificaba al dios con una variedad de nombres como emulación de los Cincuenta Nombres Acadios
Era invisible en los cielos, porque ‘él está lejos en el cielo,’ debido a que fue ‘hasta la parte de atrás del horizonte… a la altura del cielo.’ El símbolo del reinado de Egipto—un Disco Alado flanqueado por serpientes—es comúnmente explicado como un disco Solar porque ‘Ra era el Sol’; pero de hecho, era el símbolo omnipresente de Nibiru (Fig. 46), y era Nibiru el que se había convertido en una lejana ‘estrella’ invisible.
Figura 46
Porque Ra/Marduk estaba físicamente ausente de Egipto, fue en Egipto que su Religión Estelar fue expresada en su forma más clara. Ahí, Aton, la ‘Estrella del Millón de Años’ que representa Ra/Marduk en su aspecto celestial, llegó a ser El Invisible porque estaba ‘lejos en el cielo,’ porque se había ido ‘al otro lado del horizonte.’
La calamidad que le ocurrió a Súmer, debe ser recordada, no fue la explosión nuclear sino el consecuente viento radiactivo. Las ciudades quedaron vacías de sus residentes y ganado, pero estaban físicamente indemnes. Las aguas fueron envenenadas, pero el flujo de los dos grandes ríos pronto corrigió eso. El terreno absorbió el veneno radiactivo, y eso tomó más tiempo en recuperarse; pero también eso, mejoró con el tiempo. Y así fue posible para la gente repoblar y rehabitar lentamente su desolada tierra.
Su esfuerzo de rehabilitación fue continuado por algunos sucesores, todos con nombres semíticos, la así-llamada ‘Dinastía de Isin.’ Entre todos, les tomó casi un siglo revivir Ur, el centro económico de Súmer, y a la larga Nippur, el tradicional corazón religioso de la tierra; pero por entonces ese proceso de una- ciudad-a-la-vez sufrió provocaciones de otros gobernadores locales, y la antigua Súmer permaneció fragmentada como tierra quebrada.
La recuperación y reconstrucción había sido iniciada por Ishbi-Erra en Ur, pero no hay mención de Nannar/Sin y Ningal volviendo a Ur. Hay mención de la presencia ocasional de Ninurta en Súmer, especialmente en vista de sus guarniciones de tropas de Elam y Gutium, pero no existe un documento que él o su esposa Bau alguna vez volvieron a su amada Lagash.
Los esfuerzos de Ishbi-Erra y sus sucesores para restaurar los centros de culto y sus templos culminaron—después de pasar 72 años—en Nippur, pero no hay referencia que Enlil y Ninlil volvieran a residir allí.
Estaba satisfecho de dejarlos ser, mientras sus prerrogativas estuvieran sujetas a su control; una tablilla babilónica documentó (en su porción no dañada) la siguiente lista de atributos divinos que ahí en adelante fueron intereses personales de Marduk:
Los demás dioses permanecieron, mantuvieron sus atributos—pero ahora disponían de poderes de Marduk que él les había otorgado.
Figura 47
Mirando la estela Hamurabi que contiene su código legal (Fig. 47), lo vemos recibiendo las leyes de nada menos que Utu/Shamash—el mismo, de acuerdo a la reciente lista citada, cuyas prerrogativas como Dios de Justicia ahora pertenecían a Marduk; y el preámbulo inscrito en la estela invoca a Anu y Enlil—aquel cuyo ‘Señorío y Consejo’ estaba siendo presumiblemente asumido por Marduk—como los dioses a quienes les estaba en deuda por su estatus.
Estos reconocimientos del continuo otorgamiento de poderes a dioses
enlilitas, dos siglos después de iniciada la Era de Marduk, reflejan
el real estado de cosas: no vinieron a retirarse en el sagrado
precinto de Marduk. Dispersos lejos de Súmer, algunos acompañaron a
sus seguidores a tierras lejanas en los cuatro rincones de la
Tierra; otros permanecieron en las cercanías, congregando a sus
seguidores, antiguos y nuevos, a un renovado cuestionamiento a
Marduk. El sentimiento que Súmer no fue más una tierra hogar se halla expresado con claridad en las instrucciones divinas a Abram de Nippur—en vísperas de la conmoción nuclear—de ‘semitizar’ su nombre a Abraham (y el de su esposa Sarai a Sarah), y hacer su hogar permanente en Canaán. Abraham y su esposa no fueron los únicos sumerios que necesitaban un nuevo refugio. La calamidad nuclear gatilló desplazamientos migracionales a una escala desconocida hasta entonces.
La evidencia de una amplia diáspora sumeria con su lenguaje, escritura, símbolos, costumbres, conocimiento celestial, creencias y dioses viene de muchas formas. Junto a las generalidades—una religión basada en un panteón de dioses que habían venido del cielo, una jerarquía divina, nombres con epítetos divinos que significan lo mismo en diferentes lenguajes, conocimiento astronómico que incluía un planeta hogar de los dioses, un zodíaco con sus doce casas, relatos de la creación virtualmente idénticos, y recuerdos de dioses y semidioses que los académicos tratan como ‘mitos’—existe multitud de asombrosas similitudes específicas que no pueden ser explicadas sino sólo por la presencia real de sumerios.
Figura 48
Fue formulado en la
difusión del símbolo de la doble águila de Ninurta en Europa (Fig.
48); el hecho que tres lenguajes europeos—húngaro, finlandés [o
finés], y vasco—sean parecidos sólo al sumerio; la descripción
ampliamente difundida en todo el mundo—incluso en Sudamérica—de
Gilgamesh peleando a mano limpia con dos feroces leones (Fig. 49).
Figura 49
La familia del emperador se ha considerado ser linaje de los semidioses descendientes del dios Sol, y la investidura de un nuevo rey incluia una solitaria secreta estadía nocturna con la diosa del Sol—una ceremonia ritual que increíblemente emula los antiguos ritos del Sagrado Matrimonio del antiguo Súmer, cuando el nuevo rey pasaba una noche con Inanna/Ishtar.
En las viejas Cuatro Regiones, las oleadas migratorias de diversos pueblos iniciada por la calamidad nuclear y la Nueva Era de Marduk, a semejanza de ríos corriendo y otros inundando y riachuelos después de lluvias tormentosas, están llenas las páginas de los siglos siguientes con la subida y caída de naciones, estados, y ciudades estado.
Pero después naciones como la hitita, estados como Mitanni, o capitales reales como Mari, Carchemish, o Susa, los cuales eran incógnitas muy dudosas, fueron literalmente reveladas por la arqueología; en sus ruinas fueron hallados no sólo artefactos de escritura sino además miles de tablillas de arcilla que trajeron a la luz tanto su existencia como lo grande de su deuda por el legado sumerio.
Virtualmente en todas partes, Súmer lleva la delantera en ciencia y tecnología, literatura y arte, su reino y sacerdocio fueron la base sobre la cual se desarrollan las subsecuentes culturas. En astronomía se han mantenido, la terminología, fórmulas orbitales, listas planetarias, y conceptos zodiacales de Súmer. La escritura cuneiforme sumeria se mantuvo en uso por otros mil años, y más. El lenguaje sumerio fue estudiado, los léxicos sumerios fueron compilados, y los relatos épicos sumerios de dioses y héroes fueron copiados y traducidos.
Y una vez que esos lenguajes diversos de las naciones fueron descifrados, apareció que sus dioses eran, después de todo, miembros del antiguo panteón Anunnaki.
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