Babili, donde Marduk había declarado la supremacía, se libró del
Viento Maligno.
Todas las tierras al sur de Babili fueron devoradas por el Viento
Maligno, también alcanzó al corazón de la Segunda Región.
Cuando con posterioridad a la Gran Calamidad, Enlil y Enki se
encontraron para estudiar el desastre,
Enki le hizo considerar a Enlil el libramiento de Babili como un
augurio divino.
¡El libramiento de Babili confirma que Marduk ha sido destinado para
la supremacía! Así le dijo Enki a Enlil.
¡Debe haber sido la voluntad del Creador de Todo!, dijo Enlil a
Enki. Entonces, Enlil le reveló la visión-sueño y la profecía de
Galzu.
Si eras conocedor de eso, ¿por qué no impediste el uso de las Armas
de Terror?, le preguntó Enki.
¡Hermano mío!, dijo Enlil a Enki con una voz apesadumbrada. Era
evidente el motivo.
Tras tu llegada a la Tierra, cada vez que la misión se veía
obstaculizada, encontrábamos una forma de eludir el obstáculo; de
ahí, la creación de los Terrestres, la gran solución,
fue también una fuente de miles de giros y vueltas no deseados.
Cuando llegaste a comprender los ciclos celestes y asignaste
constelaciones,
¿quién hubiera previsto en ellas las manos del Destino?
¿Quién habría podido distinguir entre los hados que elegimos y el
inquebrantable destino?
¿Quién proclamaba falsos augurios y quién podía pronunciar profecías
verdaderas'?
De ahí que decidiera guardar para mí mismo las palabras de Galzu.
¿Era de verdad el emisario del Creador de Todo, o era una
alucinación mía? ¡Lo que tenga que suceder, suceda!, me dije a mí
mismo. Enki escuchaba las palabras de su hermano, mientras afirmaba
con la cabeza arriba y abajo. La Primera Región está desolada, la
Segunda Región está sumida en la
confusión, la Tercera Región está herida,
el Lugar de los Carros Celestiales ya no existe; ¡eso es lo que ha
sucedido!, dijo Enki a Enlil. ¡Si era ésa la voluntad del Creador de
Todo, eso es lo que ha quedado de
nuestra Misión en la Tierra! ¡Las semillas se sembraron con las
ambiciones de Marduk, lo que salga de
ello será para que lo coseche él!
Así le dijo Enlil a su hermano Enki, entonces aceptó el triunfo de
Marduk. ¡Que el rango de cincuenta, que tenía pensado para Ninurta,
le sea dado en
su lugar a Marduk!
¡Que Marduk declare su supremacía sobre la desolación en las
Regiones! En cuanto a mí y a Ninurta, no nos vamos a interponer más
en su camino. ¡Partiremos hacia las Tierras de Más Allá de los
Océanos, por lo que vinimos, llevaremos a término la misión de
obtener oro para Nibiru! Así le dijo Enlil a Enki; había abatimiento
en sus palabras. ¿Habrían sido diferentes las cosas si no se
hubieran usado las Armas de
Terror?, cuestionó Enki a su hermano.
¿Y si no hubiéramos escuchado las palabras de Galzu para que no
volviéramos a Nibiru?, replicó Enlil.
¿Y si hubiéramos detenido la Misión Tierra cuando los Anunnaki se
amotinaron? Yo hice lo que hice. Tú hiciste lo que hiciste. ¡No se
puede desandar el
pasado!
¿Acaso no hay en eso también una lección?, preguntó Enki para ambos.
¿Acaso lo que ha ocurrido en la Tierra no es un reflejo de lo que
tuvo lugar en Nibiru?
¿Acaso no está escrito en el Pasado el esbozo del Futuro?
¿Repetirá la Humanidad, creada a nuestra imagen, nuestros logros y
fracasos?
Enlil guardó silencio. Cuando se puso en pie para marcharse, Enki le
tendió el brazo.
¡Estrechemos los brazos como hermanos, como camaradas que, juntos,
se enfrentaron a muchos desafíos en un planeta extraño!
Así le dijo Enki a su hermano.
Y Enlil, asiendo el brazo de su hermano, lo abrazó también.
¿Nos volveremos a encontrar en la Tierra o en Nibiru?, preguntó
Enki.
¿Estaría en lo cierto Galzu de que moriríamos si volvíamos a
Nibiru?, respondió Enlil. Luego, se volvió y se fue.
Enki quedó solo; acompañado tan sólo por los pensamientos de su
corazón.
Se sentó y reflexionó sobre cómo había comenzado todo y cómo había
terminado.
¿Estaba todo destinado, o fue el hado forjado por esta o aquella
decisión? Si Cielo y Tierra estaban regulados por ciclos dentro de
ciclos, ¿volverá a ocurrir lo que ha sucedido? ¿Acaso el Pasado es
el Futuro? ¿Imitarán los Terrestres a los Anunnaki, revivirá la
Tierra lo que vivió Nibiru? ¿El primero en llegar será el último en
partir? Asediado por sus pensamientos, Enki tomó una decisión:
De todos los acontecimientos y decisiones, comenzando desde Nibiru
hasta este día en la Tierra,
tomar nota, para que fuera una guía para generaciones futuras;
¡Que la posteridad, en el tiempo que designe el destino,
lea el registro, recuerde el Pasado, comprenda el Futuro como
profecía,
que el Futuro sea el juez del Pasado!
Estas son las palabras de Enki, Primogénito de Anu de Nibiru.
Decimocuarta tablilla: Las Palabras del señor Enki.
Escritas de boca del gran señor Enki,
ninguna palabra perdida, ninguna palabra añadida,
por el escriba maestro Endubsar, un hombre de Eridú,
hijo de Udbar.
Por el señor Enki, con larga vida he sido bendecido.