por Mike Smith, Nolan Higdon, Sy Cowie
16 Agosto 2012
del Sitio Web
RedVoltaire
El temor impide el debate de temas
sensibles sobre el 9/11
Numerosos temas polémicos
aún contaminan la versión oficial del gobierno
estadounidense sobre los acontecimientos del 11 de
septiembre de 2001.
El poder político en Washington
junto con las élites dueñas de los grandes medios de
comunicación, siempre desearon que se esfumaran los
cuestionamientos, discrepancias y dudas surgidas de los
continuos debates públicos con respecto a lo ocurrido el
11/9, a pesar de la gran cantidad de evidencias que sugieren
que a los ciudadanos estadounidenses se les dijo solo una
pequeña parte de la verdad sobre el ataque más grande de la
historia ocurrido en territorio continental de los EEUU.
9-11 Press for Truth (Prensa
para la Verdad) es un documental video (verlo abajo)
acerca de la historia de un
grupo de mujeres que perdieron a sus maridos
en la torres gemelas el 11 de
septiembre de 2001.
La historia de estas viudas
se ha convertido en un clásico de la verdad
frente a las mentiras de la
Casa Blanca respecto a los trágicos sucesos de Nueva York.
A casi once años de estos hechos, todavía
existen muchas preguntas sin contestar:
-
¿Cómo cayó el Edificio Nº 7?
-
¿Qué causó la destrucción de las torres
gemelas?
-
¿Fue realmente Osama Bin Laden el autor
o más bien el pretexto para una nueva geopolítica de dominación
mundial?
-
¿Dónde estaba realmente escondido Osama
Bin Laden durante todo este tiempo?
-
¿Por qué tardó tanto en ubicarlo el
espionaje estadounidense?
-
¿Fue Osama Bin Laden verdaderamente la
persona capturada y eliminada en gran secreto en Paquistán o más
bien un show para engañar a la opinión pública mundial y justificar
la falta de respuestas?
-
¿Por qué no se le capturó y juzgó
entonces?
-
¿Son aquellos que cuestionan la historia
oficial del 11/9 peligrosos «teóricos» de la conspiración?
Los académicos e intelectuales que han intentado responder estas
interrogantes han sido ignorados o ridiculizados por los grandes medios
corporativos (e incluso por progresistas de izquierda), expertos políticos y
funcionarios del gobierno, que claramente se proponen silenciar el llamado «Movimiento
por la Verdad sobre el 11/9» o a cualquier persona que dude de la
cuestionada postura oficial sobre este asunto.
Sin embargo, las preguntas no dejarán de
aparecer y cada vez se pedirán más respuestas.
Hasta la primavera de 2010,
más de 1,200 arquitectos e ingenieros han pedido
una nueva investigación sobre lo ocurrido el 11/9.
Estos académicos y
profesionales de la construcción están motivados por varios elementos: las
múltiples explicaciones del Informe de la Comisión 11/9 han resultado
probadamente erróneas, las aclaraciones científicas son imperfectas y
contradictorias, y los estadounidenses merecen una explicación basada en los
hechos.
9-11 PRESS FOR TRUTH
SUBTITULADO EN ESPAÑOL.
Uno de los mejores y más simples documentales que
demuestran
las manipulaciones de Washington para ocultar la verdad
acerca de
los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Al mismo tiempo, en las trazas de polvo de las torres del
World Trade Center
(WTC) y del
Edificio Nº 7 ubicado en el mismo complejo se han encontrado
nuevas evidencias de explosivos que se utilizan para demoliciones
controladas.
Después de un cuidadoso examen de la versión oficial sobre el
11/9 (donde la Comisión incluso nunca mencionó el Edificio No 7) y de datos
forenses omitidos en los informes, estos profesionales concluyeron que se
requiere una investigación independiente y transparente sobre estos
enormes
y misteriosos defectos estructurales.
Richard Gage, un arquitecto de San Francisco y fundador de Arquitectos e
Ingenieros por la Verdad sobre el 11/9, dijo:
«Los informes oficiales de la
Agencia Federal de Gestión de Emergencias y del Instituto Nacional de
Estándares y Tecnologías (NIST) proporcionan explicaciones insuficientes y
fraudulentas sobre las circunstancias de la destrucción de las torres».
Gage y otros arquitectos e ingenieros, atacaron el primer informe del NIST
hasta el punto de que ese organismo cambió finalmente sus conclusiones,
presentó nuevas evidencias y en 2008 emitió una primera versión del reporte.
En los treinta días posteriores a su presentación el NIST recopiló las dudas
sobre este. El grupo encabezado por Gage envió una carta que cubría las
muchas inconsistencias y omisiones del documento; sin embargo, el reporte
final de 2008 no se refirió a casi ninguna de las inquietudes planteadas. El
método científico no estuvo presente en ese estudio.
Las acciones de Gage y Arquitectos e Ingenieros por la Verdad sobre el 11/9
obligaron al NIST a reconocer que el rascacielos metálico de 47 pisos
llamado Edificio Nº 7 del WTC no había sido impactado por un avión y se
desmoronó con una aceleración de caída libre superior a 30 metros por
segundo.
El NIST no proporcionó explicación de cómo o por qué se había
desplomado de esa manera, más bien continúa planteando que la observación de
los materiales que contenían termita hallados en el Punto Cero, incluidos en
la teoría de la demolición, «no tenía que ser necesariamente concluyente».
A
pesar de su propia afirmación de que las pruebas de la demolición son poco
concluyentes, decidieron no comprobarlas ni tenerlas en cuenta en absoluto,
como si esto no pudiera y/o no hubiese sucedido (para más detalles, ver
artículo en este link). Una vez más las agencias gubernamentales eludieron
completamente el método científico.
En otros temas relacionados con el 11/9 sigue en pie el misterio respecto al
paradero del supuesto perpetrador,
Osama Bin Laden.
A pesar de que Bin Laden
no se adjudicó el atentado (de hecho, alegó lo contrario; tampoco el FBI lo
tiene como sospechoso de esos crímenes por falta de pruebas), funcionarios
gubernamentales de ambos partidos [republicanos y demócratas] regularmente
se refieren a él como el responsable de los ataques del 11/9 (véase artículo
sobre el FBI).
Además, el doctor David Ray Griffin, ex profesor de la Escuela de Teología
de Claremont, California, y autor de numerosos libros sobre las incógnitas
del 11/9, sugiere que Osama Bin Laden pudo haber muerto hace casi nueve años,
exactamente el 13 de diciembre de 2001, a causa de insuficiencia renal o una
enfermedad del riñón.
Existen registros de tratamientos médicos
proporcionados a Bin Laden en un hospital militar estadounidense de Dubai
por una infección urinaria, ligada a menudo a enfermedades del riñón, y
también documentación sobre un pedido de una máquina portátil de diálisis,
esencial para su supervivencia, que fue enviada a Afganistán.
Griffin cita a
un grupo de médicos y plantea que sería imposible que Bin Laden sobreviviera
en una cueva con esa máquina durante cualquier período sustancial de tiempo.
Observó que EE.UU. y el gobierno británico están conscientes de la muerte de
Bin Laden, pero la han ocultado para continuar la guerra antiterrorista. [Véase
el libro de Griffin,
Osama Bin Laden: Dead or Alive?
(Osama Bin Laden: ¿Muerto
o vivo?)].
El profesor Cass Sunstein trabaja para la administración Obama en
Washington,
su tácticas son aquellas del Programa de Contrainteligencia del
FBI para controlar la opinión pública
Otro conflicto referido al 11/9, y en pleno desarrollo en el frente interno,
se refiere a que el profesor de Derecho de Harvard, el Sr. Cass Sunstein,
nombrado por el presidente
Obama para dirigir la Oficina de Información y
Asuntos Regulatorios, propuso que el gobierno de EE.UU. debe infiltrar
agentes y desacreditar a los grupos de activistas.
En relación con esto último, el llamado de Sunstein incluye a los «Activistas
de la Verdad 11/9» (llamados Truthers 11/9), quienes desafían la visión
oficial de los hechos, y aunque reconoce que en el pasado el gobierno de
EE.UU. ha estado implicado en conspiraciones, cree confiadamente que eso ya
no es un problema. (Para abundar sobre el tema, véase la
sección Emergencia
por la Verdad y el capítulo 6 de Censored 2011.)
Sunstein asegura que los grupos que cuestionan la versión oficial sobre los
acontecimientos del 11 de septiembre son peligrosos y podrían conducir a
alguna gente a la violencia, pero no presenta ninguna prueba concreta para
corroborar su afirmación.
El profesor de Derecho de Harvard asevera que no resulta productivo refutar
a estos grupos en público y, en cambio, sugiere que es más eficaz infiltrar
agentes y desacreditar premeditadamente sus fuentes internas.
En esencia, Sunstein está pidiendo un regreso del
Cointelpro (Counter Intelligence
Program o Programa de Contrainteligencia del FBI), de los días de la Guerra
Fría, cuando agentes encubiertos del gobierno de EE.UU. eran infiltrados
secretamente entre los grupos antibelicistas, ecologistas y de derechos
civiles para intentar destruirlos desde adentro y desacreditar sus
actividades.
Con ello provocaba violencia o los agentes infiltrados planificaban actos
ilegales que llevaran a los grupos a ser juzgados por cargos criminales.
El
llamado de Sunstein concierne fundamentalmente a determinados grupos de
activistas 11/9 y lo más preocupante es que puedan ser objeto de
infiltración y más tarde juzgados por cargos fabricados de terroristas o
criminales. (Véase los temas 6 y 20 de Censored 2009 y 2008 respectivamente.)
Tal clima de miedo e intimidación no es un buen presagio para los derechos
de la Primera Enmienda, ni para la libertad de cátedra en EE.UU., y menos
aún para descubrir la verdad sobre qué sucedió realmente el 11 de septiembre.
Actualización de Shawn Hamilton
(Examiner.com)
Más de mil arquitectos e ingenieros han firmado la petición de reinvestigar
la destrucción acontecida el 11/9. Cuando fui a San Francisco a cubrir la
rueda de prensa de Architects & Engineers 9/11Truth (Arquitectos e
Ingenieros por la Verdad sobre el 11/9, AE911Truth), no se lo informé a los
medios de noticias con el que frecuentemente más colaboro: temí que me
dijeran que no me metiera en ese tema.
Puede que esto no sorprenda a quienes
están conscientes del silencio ensordecedor de los principales medios ante
los sucesos del 11/9, pero este no era un órgano de los grandes medios: se
trata de una estación de radio alternativa fundada en los principios que
fomentan la cobertura de aquellos temas e historias no reportados.
Para ser
justo, ningún director de información me dijo que «no podría» cubrir la
noticia, y esta salió ese fin de semana. El asunto es que me sentí limitado
debido a la atmósfera de sospecha y miedo que generalmente subyace ante la
recepción por los medios de los trabajos relacionados con el 11/9,
incluyendo a esta estación «progresista», donde la gente tiene opiniones
divididas sobre el asunto.
Con la excepción del asesinato de Kennedy, nunca he visto tanto misterio en
los medios ante la cobertura de un tema.
La gente de los años setenta se
burlaban de los pocos que sugerían que Lee Harvey Oswald no había actuado
solo, y los calificaban de «chiflados conspiradores» (conspiracy nuts), tal
como ahora catalogan a los que trabajan por que se esclarezcan los sucesos
del 11/9 de «Activistas de la Verdad» (truthers), que suena como flat
earthers (los anticuados o los fuera de moda).
Algunos de estos activistas
han acogido el término «truther», pero les sugiero que se abstengan de
usarlo, pues no es un cumplido.
Le pregunté al teólogo David Ray Griffin - quien habló en la conferencia
- cuál consideraba él que era la razón por la que los medios han actuado de
una forma tan extraña frente a los temas relacionados con el 11/9.
Este
precisó cómo las expresiones «teoría de la conspiración» y «teórico de la
conspiración» se manipulan para hacer que los reporteros teman perder su
reputación y su trabajo.
«Usted sabe cómo eso funciona; todos en los medios saben cómo eso funciona»,
dijo. «Nadie tiene que ser amenazado explícitamente; ellos, simplemente,
conocen las reglas».
Sea verdad o no lo que alega el grupo, la conferencia
de prensa de AE911Truth fue un acontecimiento de interés periodístico.
Es
una historia válida porque muchos ciudadanos se están cuestionando las
explicaciones oficiales de la tragedia del 11 de septiembre de 2001. La
importancia del tema aumenta por el hecho de que más de mil arquitectos e
ingenieros con licencia están exigiendo una nueva investigación.
Incluso, si
lo que dicen fuera en parte verdad, las implicaciones son profundas, pero de
cualquier manera hay un trabajo periodístico legítimo.
No creo que las agencias de noticias aprueben las ideas y puntos de vista de
grupos como AE911Truth, pues ese no es su papel; sin embargo, espero que no
corran cuando oigan las inquietantes palabras: «Once-Nueve» (Nine-Eleven).
Los reporteros que temen cubrir temas sensibles no sirven para nada a la
democracia.
Hasta el verano de 2010 [del hemisferio norte], AE911Truth (ae911Truth.org)
había conseguido que más de 1,200 profesionales de la construcción firmaran
la petición al Congreso demandando una investigación verdaderamente
independiente, en tanto un grupo de reciente formación, denominado «Bomberos
por la Verdad 11/9» (firefightersfor911truth.org), desafía los informes
oficiales y errores generalizados sobre qué ocurrió el 11 de septiembre.
Otro, llamado «Coalición de la ciudad de Nueva York para la responsabilidad
ahora» (New York City Coalition for Accountability Now, NYC
CAN),
intenta convencer al Consejo de esa ciudad para que se investigue las
extrañas circunstancias que rodean el derrumbe del Edificio Nº 7 del World
Trade Center.
Todos los vínculos que he mencionado conducen a algunos de los
sitios web más creíbles sobre el 11/9.
La página de AE911Truth es un buen lugar para comenzar:
http://www.ae911truth.org/. Para seguir temas relacionados:
http://www.examiner.com/conspiracy-in-national/shawn-hamilton...
Mi dirección electrónica es: lesseroftwoevils@rocketmail.com
Actualización de Daniel Tencer
(Raw Story)
En mayo de 2010, la revista New York Times (NYT) publicó un perfil completo
de
Cass Sunstein, el primero que se realiza en los principales grandes
medios desde que el profesor de Derecho asumió el cargo de jefe de la
Oficina de Información y Asuntos Regulatorios (OIRA) de la Casa Blanca.
El
título del artículo - «Cass Sunstein quiere darnos un pequeño empujón -
Cass Sunstein Wants to Nudge Us» - es un
eufemismo, teniendo en cuenta las opiniones que este ha expresado a través
de años, pero por lo menos dirige la atención en la dirección correcta: y es
que mucha escritura académica de Sunstein se ha centrado en el control
social y el control gubernamental sobre la información.
Como era de esperar, el artículo trató a Sunstein con guantes de seda y
disimuló extensamente los elementos más polémicos de sus ideas.
Se refirió a
él como uno de los principales defensores del concepto «paternalismo
libertario», un floreciente nuevo campo de estudio que mezcla psicología del
comportamiento con economía de libre mercado y postula que a la gente se le
puede «dar un pequeño empujón» para que tomen las decisiones correctas - es
decir, aquellas opciones deseadas por el gobierno - no por leyes ni
regulaciones, sino tomando la decisión «correcta», lo que parece
psicológicamente más atractivo.
En el diario online Huffington Post, Russ Baker criticó a NYT por «enterrar»
las aserciones más polémicas de Sunstein en 35 párrafos de la historia,
donde finalmente nos dicen que el profesor de Derecho abogó por la «infiltración
cognoscitiva» de los grupos de teoría de la conspiración.
Entonces el Times
cita a Sunstein, y sugiere que como funcionario del gobierno, él no
ejecutaría los aspectos más radicales o más experimentales de sus ideas
académicas. Pero, como señala Baker, ese comentario fue hecho a fines de
2009, antes que saliera en los medios el trabajo de Sunstein sobre teorías
de la conspiración.
Aunque el artículo del Times aparenta ser una retractación de las ideas más
polémicas de Sunstein, en realidad no es así. Comprender a Cass Sunstein y
su efecto sobre el gobierno y la sociedad es un hecho difícil por dos
razones. La primera es que él es una quimera política que tiene partidarios
y detractores en ambos lados del espectro político.
Entre críticos
conservadores, los populistas se han declarado contra él, mientras los
intelectuales parecen haberlo apoyado abiertamente.
Incluso Glenn Beck
declaró que Sunstein es «más poderoso que la Fed» - Consejo Directivo de
la
Reserva Federal - y se muestra deseoso de «controlar cada uno de tus
movimientos», en tanto el columnista George F. Hill dijo que sus ideas
conllevarían a un mejor gobierno, más pequeño, y que,
«tendrían la virtud
adicional de fastidiar a esos molestosos entrometidos, niñeras liberales de
Estado».
En el Reino Unido, los trabajos de Sunstein son,
«lectura obligatoria para
las aspiraciones de MPs (miembros del parlamento) conservadores», reportó el
Daily Telegraph.
El segundo elemento que dificulta entender a Sunstein es que su posición
dentro del gobierno se ocupa sobre todo de negociar primariamente problemas
ásperos, burocráticos, que no despiertan el interés ni de los principales
medios de prensa ni de los medios alternativos.
Como jefe de la OIRA, Sunstein es responsable de revisar las nuevas
disposiciones gubernamentales. Con todo, hasta el momento sus decisiones - aquellas
que conocemos - se han quedado en una escala pequeña y en gran parte técnica,
por ejemplo, su convocatoria a organizar los procesos de nombramientos y de
redacción de las regulaciones, de manera que los ciudadanos tengan mejor
acceso a ellas.
Sunstein, sin embargo, recientemente logró enojar a los ecologistas cuando
bloqueó una nueva regulación de la Agencia de Protección del Ambiente, que
aseguraba que la ceniza de carbón como un peligroso agente cancerígeno.
Los
ecologistas lo acusaron de ceder ante la industria del carbón, la cual es
opuesta a que se aumente el costo de los residuos de ceniza, bajo la nueva
regulación.
¿Hacia dónde se dirige Sunstein? ¿Es probable que intente el tipo de
programas de control de la información por los que abogó en el pasado?
Incluso si lo hace, es probable que los grandes medios de prensa apoyen por
lo menos algunos de sus esfuerzos para empujar el debate político hacia un
centro «aceptable».
La revista New Yorker, al hacer la reseña de su libro On Rumors (Sobre
rumores) de 2009, dijo que Sunstein merece crédito por predecir las
circunstancias que llevarían al aumento de rumores en Internet, tales como
la afirmación birther [orientación racista] de que el presidente Obama no
nació en EE.UU. y el alegato del «panel de la muerte» contra la reforma de
la atención de salud.
Entonces, le dan el papel del héroe que lucha contra
estas tendencias.
Teniendo en cuenta el precedente existente, es factible
que cualquier tentativa de Sunstein por moldear el contenido de la
información pública encuentre una respuesta positiva en los grandes medios
de la vieja guardia.
Fuentes
-
“1,000 Architects & Engineers Call
for New 9/11 Investigation: Cite Evidence of Explosive Demolition at
Three World Trade Center Towers,” PR News Wire, February 19, 2009,
http://www.prnewswire.com/newsrelea...
-
Shawn Hamilton, “Over 1,000
architects and engineers have signed petition to reinvestigate 9-11
destruction,” Examiner.com, February 23, 2010,
http://www.examiner.com/x-36199-Con...
-
Architects & Engineers for 9/11
Truth, “1,000+ Architects & Engineers officially demand new 9/11
investigation,” Infowars.com, January 18, 2010,
http://www.infowars.com/1000-archit...
-
“1,000 Architects & Engineers Call
for a Real 9/11 Investigation,” Global Research, January 25, 2010,
http://www.globalresearch.ca/index....
Sue Reid, “Has Osama Bin Laden
been dead for seven years– and are the U.S. and Britain covering it
up to continue war on Terror?” Daily 96 Proyecto Censurado 2011
Mail, UK, September 1, 2009,
http://www.dailymail.co.uk/news/art...
-
Daniel Tencer, “Obama staff er wants
‘cognitive infiltration’ of 9/11 conspiracy groups,” Raw Story,
January 13, 2010,
http://rawstory.com/2010/01/obama-s... ltration-911-groups/
-
Estudiantes investigadores: Mike Smith,
Nolan Higdon y Sy Cowie, de Diablo Valley College; Mikey Hemkens,
Ryan Huff man y Colin Doran, de DePauw University; y Greg Bernardi,
de Sonoma State University.
-
Evaluadores académicos: Mickey Huff , de
Diablo Valley College; Andrea Sununu y Kevin Howley, de DePauw
University; Rick Luttmann y Peter Phillips, de Sonoma State
University.