por Richard Spence del Sitio Web NewDawnMagazine
traducción de Editorial-Streicher del Sitio Web Editorial-Streicher
El Dragón Verde
Mito y Realidad de Una Sociedad Secreta Asiática
Los Caballeros Templarios, por ejemplo, son
un objeto perenne de fascinación y especulación. Si los Templarios fueron la
inspiración para los no menos polémicos francmasones, o si fueron una banda
de herejes depravados o las víctimas inocentes de una conspiración nacida de
la avaricia y la envidia, sigue siendo un tema de intenso debate.
El principio y el final formal de la Orden pueden ser datados con precisión, y los nombres de sus líderes son una materia del registro histórico. Incluso de una organización dudosa como el Priorato de Sión puede demostrarse que ha tenido una existencia genuina, aunque reciente, a pesar de que sus afirmaciones de tener siglos de tradición e influencia oculta permanezcan no demostradas.
Pero hay otros grupos que parecen existir sólo
en aquella zona gris entre la realidad y la imaginación, cuyos orígenes,
número, alcance y propósito permanecen desesperantemente vagos.
Otra evidencia, o al menos acusación, sostiene que sus verdaderos orígenes están en China o en el Tíbet, y que su influencia se extendió a los centros de poder de la Rusia zarista y de la Alemania nacionalsocialista.
Figuras históricas desde el Emperador Hirohito a Rasputin y Adolf Hitler han sido vinculadas al Dragón Verde, legítimamente o no. Las aguas han sido enturbiadas posteriormente por juegos de interpretación de roles que han combinado a dicha Sociedad con lo Mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft y otros elementos ficticios.
Determinar lo que es "real" y lo que es la
invención lúdica de la imaginación de alguien puede ser complicado.
Al hacer eso, se ofrecerá una vislumbre
seductora de una organización misteriosa que puede haber desempeñado un
papel significativo en la formación de la historia moderna.
Esta última apareció primeramente alrededor de 1901 y era un vástago de otra sociedad secreta japonesa más antigua, el Océano Negro o Genyosha. Como su progenitor, el Dragón Negro era un organismo militante "ultra-nacionalista" que trabajó para expandir la influencia del Japón imperial en el continente asiático.
La Sociedad del Dragón Negro inicialmente se concentró en combatir los intereses rusos en la vasta provincia china de Manchuria.
Por cierto, la Sociedad tomó su nombre del
"Dragón Negro" o río Amur que separaba a Manchuria y Siberia. La red del
Dragón Negro de espías y saboteadores participó activamente en la posterior
guerra ruso-japonesa (1904-1905), y los Dragones Negros más tarde ampliaron
sus operaciones e influencia a todas partes de Asia y Europa e incluso las
Américas.
Él, según se dice, estaba imbuido con "creencias religiosas orientales extremas" [1].
Aquello sugiere el misticismo y el ocultismo
atribuidos a la Sociedad del Dragón Verde. ¿Pudo el calculador y sigiloso
Toyama haber desempeñado un papel orientador en ambas sociedades?
Por ejemplo, tal como el río Dragón Negro (Amur) delineaba el límite Norte de Manchuria, más al Sur el mucho más pequeño Qinglong o río Dragón Verde seguía aproximadamente la línea divisoria entre Manchuria y China propiamente tal.
Si la Sociedad del Dragón Negro era
principalmente anti-rusa en su foco, ¿pudo el Dragón Verde haber sido anti-chino
o anti-occidental? Mientras el Dragón Negro se concentró en el aspecto
político, ¿se ocupó el Dragón Verde del reino ocultista, que era más
secreto?
Ella recuerda que su marido contemplaba un,
Así, en la mente de Chiang Kai-Shek al menos,
las dos Sociedades estaban completamente separadas (aunque no necesariamente
sin relaciones), eran japonesas, y eran modelos apropiados para la
recolección de Inteligencia secreta.
Para no quedarse atrás en nada, la Marina Imperial japonesa mantenía su propio servicio secreto, el Joho Kyoko.
Tal como el Ejército utilizó al Dragón Negro
para aumentar o manejar sus "necesidades especiales", ¿pudo la Marina haber
usado al Dragón Verde del mismo modo?
Es bastante significativo que Ravenscroft fuera un seguidor de la Antroposofía y de su fundador Rudolf Steiner, y su libro es claramente una descripción antroposófica de las fuerzas ocultistas detrás de Hitler y su régimen nacionalsocialista.
Ravenscroft vincula firmemente al Dragón Verde con el geo-político y místico alemán Karl Haushofer, uno de los supuestos consejeros espirituales de Hitler.
Según Ravenscroft, el profesor Haushofer,
Ravenscroft añade que,
Ravenscroft continúa:
El problema principal con todo esto es que las fuentes de Ravenscroft son difusas o inexistentes. Él probablemente siguió el ejemplo de la obra de 1960 de Louis Pauwels y Jacques Bergier "El Retorno de los Brujos" (Le Matin des Magiciens).
Aquellos autores afirman que de Haushofer,
Suponiendo que ésta es una alusión a la
susodicha Sociedad, todavía nos vemos enfrentados con la carencia de
cualquier fuente identificable para la información que entregan los autores.
Estos últimos eran, en realidad, los "Adeptos de Agharti y Shambalá", y su líder era un misterioso "Hombre con Guantes Verdes". [5] También resulta que los Dragones Verdes y los Hombres Verdes habían,
Los hermanos unidos pronto establecieron
comunicación con el ascendente señor Hitler.
Aunque fascinantes, tales aseveraciones no
parecen tener ninguna base en la realidad.
Él no era tibetano sino, de todas las cosas, un
judío que circulaba bajo el nombre de Erik Jan Hanussen. Cuando él se
hizo incómodo por predecir exactamente el incendio del Reichstag (o
arreglándolo), sus antiguos amigos nacionalsocialistas lo mataron.
[7]
Un dragón verde, o Zhug, desempeña un papel importante en la mitología tibetana donde simboliza al,
Más al punto, quizás, un monje budista japonés llamado Ekai Kawaguchi hizo dos visitas al Tíbet en los años previos a la Primera Guerra Mundial, aproximadamente en el mismo tiempo en que Haushofer estaba en Tokio.
En la superficie, Kawaguchi parecía un simple devoto religioso, pero se sabe que él tuvo contacto con al menos un agente secreto japonés mientras estuvo en la Tierra de las Nieves Eternas, un tal Narita Yasuteru, así como con un agente de la Inteligencia de la India británica. [9]
Kawaguchi también tenía vínculos con Annie Besant y su secta teosofista, otro grupo acusado de subversión e impostura general. [10]
De manera mucho más significativa, Kawaguchi era
un devoto del budismo Zen.
Fuentes más recientes enfatizan la íntima asociación del Dragón Verde con el Zen, específicamente de su rama Soto, y afirman que,
La conexión budista puede ofrecer algunas pistas importantes.
El budismo se originó en la India y se extendió al Tíbet y a China, y desde allí a Japón. La doctrina Zen (Cha’an) también tenía sus raíces en China. Uno de los "santos" budistas más reverenciados en Japón es Kukai, un místico del siglo VIII-IX que pasó años estudiando en China. Curiosamente, su principal lugar de iluminación espiritual fue el Templo del Dragón Verde en Xian donde él fue entrenado en las tradiciones ocultas y tántricas que provienen del Tíbet.
Retornando a Japón, Kukai incorporó estas
tradiciones en su versión del budismo de la Palabra Verdadera (Shingon).
[13] El problema es que Shingon era y es completamente distinto
del Zen, de modo que ¿qué, si es que algo, está relacionado con el Dragón
Verde?
En su mayoría están vinculadas a las artes marciales. Las sociedades de kung-fu del Dragón Verde están activas en todo el mundo, pero la mayoría parece ser de origen bastante reciente. Por extraño que parezca, durante los años '60 la Sociedad del Dragón Verde situada en Chicago se enfrascó en una amarga disputa con la rival Sociedad del Dragón Negro.
Una versión de la historia del Dragón Verde chino la define como una sociedad secreta taoísta formada en respuesta a las persecuciones del siglo XVII lanzadas por el Emperador influido por los jesuitas Kiang Hsi.
Según esto, la sociedad secreta surgió de la Escuela Mística de Tao Pensamiento Puro, y junto con un odio implacable hacia la dinastía Manchú, permaneció dedicada a la,
Aquello suena un poco a lo que Ravenscroft describió.
El Dragón Verde también según se dice funcionó bajo numerosos nombres y disfraces. Una Sociedad del Dragón Verde secreta y hasta siniestra también aparece en al menos dos películas de artes marciales: "La Espada Mortal" (The Deadly Sword, 1978) y "Las Siete Promesas" (Seven Promises, 1980).
Finalmente, una Sociedad Verde o Banda Verde era
(y posiblemente sigue siendo) una fuerza principal en el submundo chino.
Esto parece bastante claro: la polinización
mutua entre el budismo chino y el japonés, y las sectas y sociedades
secretas que ellos han engendrado, tienen siglos de antigüedad. Dentro de
aquel contexto, casi todo es posible.
Lo más extraño de todo, quizás, es un artículo de 2004 del South China Morning Post que describe la reciente detención de tres miembros del "Culto del Templo del Dragón Verde" bajo la acusación de manejar un círculo de prostitución. [16]
A las víctimas femeninas se les aseguraba un
lugar en el cielo si ellas ganaban bastante dinero para la secta.
Es casi seguramente la fuente para la mayor parte de lo que él y los otros han tenido para decir sobre la Sociedad del Dragón Verde desde entonces. El trabajo en cuestión es "Les Sept Tetes du Dragon Vert" (Las Siete Cabezas del Dragón Verde, 1933) de Teddy Legrand.
El título evoca al dragón con "siete cabezas,
diez cuernos, y siete coronas sobre sus cabezas" mencionado en Apocalipsis
12:3, aunque aquella bestia sea roja, y no verde. A primera vista el libro
parece ser sólo una oscura pieza de novela sentimental francesa, aunque
repleta de gente real y acontecimientos reales junto con muchos inventados.
Un detalle interesante es que estos conspiradores secretos suman exactamente 72 y eran, probablemente, los "72 superiores desconocidos" de la leyenda conspiracional. [17]
Para conseguir su objetivo nefasto, el Dragón Verde genera la guerra, la revolución y el caos, y su mano es el invisible denominador común en acontecimientos aparentemente tan dispares como,
En resumidas cuentas, el Dragón Verde suena a
otra versión de los infames
Illuminati que obsesionan a tantas teorías
de conspiración.
Ésta es una referencia escasamente velada y
bastante profética de Hitler, quien había subido al poder recientemente
cuando el libro fue publicado. Las "Dos Zetas" eran los brazos entrecruzados
de la Esvástica.
Él ya había protagonizado una serie de mediocres novelas de espionaje del escritor francés Charles Lucieto, y la última era un esfuerzo para seguir la licencia de franquicia después de la muerte reciente de Lucieto. De manera interesante, Lucieto era un espía jubilado, habiendo servido en el servicio secreto francés en la Primera Guerra Mundial.
Le gustaba afirmar que su James Nobody e
historias similares eran novelas en clave que revelaban aspectos verdaderos
aunque ocultos de la Historia reciente y de los acontecimientos actuales.
Sus editores posteriormente dieron a entender que esto tuvo algo que ver con
su inesperado fallecimiento.
De hecho, el autor era Pierre Mariel, que resulta ser un tipo bastante interesante. Nominalmente él era un periodista, pero al igual que Lucieto, tenía lazos con la Inteligencia francesa. Esto ha conducido a la afirmación de que este último "inspiró" o incluso dirigió sus esfuerzos literarios como lo había hecho con los de sus predecesores. [19]
Lo que es más importante quizás, es que él era un autoproclamado experto en cuanto a lo oculto. Algunos años más tarde, bajo el nombre de Werner Gerson, él escribiría uno de los primeros libros acerca del ocultismo nacionalsocialista. [20]
Mariel mismo era un miembro de la masónica Orden Martinista, y fue una vez un gran maestro francés de la Antigua y Mística Orden de la Rosa Cruz (AMORC). [21]
De manera interesante, en "Las Siete Cabezas del
Dragón Verde" Mariel pinta a la Orden Martinista como una secta conspirativa
que jugó un rol entre bastidores en la Revolución francesa y en las
posteriores agitaciones políticas, y que sólo podría tener vínculos con el
misterioso Dragón Verde.
El objeto principal de fascinación es un icono de San Serafín, supuestamente encontrado en el cuerpo de la zarina Alexandra, que lleva una inscripción desconcertante, en inglés:
Ellos rápidamente determinan que el primer elemento, que está acompañado por un símbolo "kabalístico" de seis puntas, significa "Superieur Inconnu, Maître Philippe" (Superior Desconocido, Maestro Felipe), un místico martinista francés que fue un antiguo gurú de la zarina Alexandra. [23]
Ellos también notan la predilección de la zarina
por la Esvástica "tibetana" como un símbolo de buena suerte. El resto de la
historia sigue los esfuerzos del dúo para descubrir quién o qué constituye
al Dragón Verde.
Legrand/Mariel correctamente observa que durante la Primera Guerra Mundial el disoluto hombre santo mantuvo comunicación con los misteriosos "Verdes", o simplemente "El Verde", basado en Estocolmo, con lo cual Mariel retrata otro fragmento de una conspiración más grande.
De manera interesante, el coronel Stanislaus de Lazovert, uno de los hombres más tarde implicados en el complot para matar al disoluto santón, afirmó que Rasputin era un miembro de la "Mano Verde", una orden secreta probablemente apoyada por los enemigos austriacos de Rusia. [24]
Más recientemente y de fuentes fidedignas, el
investigador ruso Oleg Shishkin vinculó a los misteriosos amigos de Rasputin
con una conspiración inspirada por Berlín que incluía logias ocultistas
alemanas y miembros de la nobleza báltica de etnia alemana. Su hermandad
secreta, Baltikum, usaba una esvástica verde como su símbolo.
Él también deja caer los nombres de Gurdjieff y
Besant en el mismo turbio enredo.
Legrand y Nobody contratan la ayuda de uno de sus viejos antagonistas, el "espía internacional" judío I.T. Trebitsch-Lincoln, quien se ha transformado en el lama tibetano Dordji Den.
Aquí nuevamente hay al menos un grano de verdad:
La pareja finalmente se encuentra en Berlín en presencia del Hombre con los Guantes Verdes, aparentemente un adivino asiático que se ha establecido a sí mismo como el verdadero Hanussen.
Ellos observaron una misteriosa figura que parecía tener un "dominio completo de sus reflejos".
¿Era éste el "control de las fuerzas vitales" mencionado por Ravenscroft? Como una estatua viviente, "ni un músculo en su cara se movió" cuando el extraño vidente conversó en un "excelente inglés de Oxford". Nobody y su amigo finalmente comprenden que ellos están cara a cara con "uno de aquellos famosos Verdes".
La descripción ha conducido a un autor reciente,
Christian von Nidda, a concluir que los Verdes eran nada menos que
seres "reptilianos".
[26]
El verdadero propósito de la Revolución rusa, él creía, era destruir la barrera del Este de Europa contra la intrusión asiática.
Mariel sintió una especie de "conspiración permanente contra la raza blanca - contra la civilización greco-latina occidental - que procura debilitar, fracturar y sacudir el edificio de la ya inestable Europa".
Cuando el tiempo llegue, los conspiradores "lo
substituirían" (al Hombre de las Dos Zetas) como un medio para provocar
un
Nuevo Orden.
Verdad, ficción, o alguna amalgama extraña de las dos, el pequeño libro de Pierre Mariel es indudablemente la inspiración para la mayor parte de las afirmaciones sobre la Sociedad del Dragón Verde que han aparecido desde entonces.
Todavía nos queda preguntar si, en caso de que toda la exageración, la ofuscación, el temor supersticioso y las mentiras absolutas fueran puestos a un lado, habría algo allí en absoluto.
Tal vez...
Referencias
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