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Febrero 2017
Desde noviembre de 2016, se ha montado un enorme aparato de agitación y propaganda para acabar con la reputación y autoridad del hoy presidente Donald Trump en cuanto entrara en la Casa Blanca. Es la primera vez que se ve este tipo de campaña, científicamente organizada, contra un presidente de los Estados Unidos y con el uso de los medios que están desplegándose. Estamos entrando en la era de la post-verdad, pero los papeles de los protagonistas
no son los que parecen ser.
Después de la "Marcha de las Mujeres" realizada el 22 de enero, ahora están montando una "Marcha por la Ciencia" que tendría lugar el 22 de abril, pero no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo occidental.
Su objetivo sería demostrar,
[1] También denominada, probablemente de manera mucho más acertada, como "Mercado Climático de Chicago" - Nota de la Red Voltaire.
Para convencer a la
opinión pública estadounidense de que el presidente que dice querer
hacer la paz con los enemigos de Estados Unidos y colaborar con
ellos en pro de la prosperidad económica internacional tiene que
estar loco,
David Brock, uno de los más grandes especialistas
de la "agitprop" (agitación y propaganda), ha montado un dispositivo
imponente, incluso antes de la investidura de ese presidente.
como un maestro de la "agitprop" (agitación y propaganda) del siglo 21. Totalmente carente de escrúpulos, este personaje es tan capaz de defender una causa como de reducirla a polvo, según las necesidades de quién solicite sus servicios… y se halla a la cabeza de un verdadero imperio de la comunicación de masas.
Posteriormente cambió de bando y hoy está al servicio de Hillary Clinton, para quien ya organizó anteriormente tanto la destrucción de la candidatura de Mitt Romney como la defensa de la señora secretaria de Estado ante el escándalo provocado por el asesinato en Bengazi del embajador de Estados Unidos en Libia.
Durante las elecciones primarias del Partido Demócrata, era David Brock quien dirigía los ataques contra Bernie Sanders.
La publicación estadounidense The National Review incluso ha calificado a Brock de,
Es importante recordar que los 2 procedimientos de destitución de un presidente estadounidense en pleno ejercicio de sus funciones, posteriores ambos a la Segunda Guerra Mundial, no se iniciaron para favorecer la democracia sino en beneficio del Estado profundo.
El Watergate fue piloteado de cabo a rabo por el misterioso personaje que se identificaba como "Garganta Profunda", que al cabo de 33 años resultó ser Mark Felt, el segundo del director del FBI Edgar Hoover.
En cuanto al caso
Lewinsky, sólo fue el medio utilizado para obligar a Bill Clinton a
aceptar la guerra contra Yugoslavia.
Todo ese dispositivo - creado durante el periodo de transición, o sea entre el momento de la elección de Donald Trump y su llegada a la Casa Blanca - ya emplea en este momento más de 300 especialistas, respaldados por un gran número de colaboradores voluntarios (que trabajan gratuitamente).
Su presupuesto anual, que inicialmente ascendía a 35 millones de dólares, ha sido incrementado y hoy se eleva a unos 100 millones de dólares.
Este enorme esfuerzo por destruir la imagen - y por consiguiente la autoridad - del presidente de Estados Unidos antes de que haya tenido tiempo de hacer algo puede traer gravísimas consecuencias.
Al eliminar a Saddam Hussein y a Muammar el-Kadhafi, la CIA hundió sus países respectivos en un largo caos, y lo mismo podría suceder en el "país de la Libertad".
Nunca antes se había recurrido a este tipo de técnica de manipulación de las masas contra un dirigente de un país occidental.
Por el momento, el plan está funcionando:
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