Los reyes de España nos trajeron a
los conquistadores y dueños, cuyas huellas quedaron en los hatos
circulares de tierra asignados a los buscadores de oro en las
arenas de los ríos, una forma abusiva y bochornosa de
explotación cuyos vestigios se pueden divisar desde el aire en
muchos lugares del país.
El turismo hoy, en gran parte,
consiste en mostrar las delicias de los paisajes y saborear las
exquisiteces alimentarias de nuestros mares, y siempre que se
comparta con el capital privado de las grandes corporaciones
extranjeras, cuyas ganancias si no alcanzan los miles de
millones de dólares per cápita no son dignas de atención
alguna.
Ya que me vi obligado a mencionar el
tema, debo añadir,
principalmente para los jóvenes, que pocas personas se percatan
de la importancia de tal condición en este momento singular de
la historia humana.
No
diré que el tiempo se ha perdido, pero no vacilo en afirmar que
no estamos suficientemente informados,
ni ustedes ni nosotros, de los conocimientos y las conciencias
que debiéramos tener para enfrentar las realidades que nos
desafían.
Lo primero a tomar en cuenta es que
nuestras vidas son una fracción histórica de segundo, que hay
que compartir además con las necesidades vitales de todo ser
humano.
Una de las características de este
es la tendencia a la sobrevaloración de su papel, lo cual
contrasta por otro lado con el número extraordinario de personas
que encarnan los sueños más elevados.
Nadie, sin embargo, es bueno o es
malo por sí mismo. Ninguno de nosotros está diseñado para el
papel que debe asumir en la sociedad revolucionaria.
En parte, los cubanos tuvimos el
privilegio de contar con el ejemplo de José Martí.
Me pregunto incluso si tenía que
caer o no en Dos Ríos, cuando dijo "para mí es hora", y cargó
contra las fuerzas españolas atrincheradas en una sólida línea
de fuego.
No quería regresar a Estados Unidos
y no había quién lo hiciera regresar. Alguien arrancó algunas
hojas de su diario. ¿Quién cargó con esa pérfida culpa, que fue
sin duda obra de algún intrigante inescrupuloso?
Se conocen diferencias entre los
Jefes, pero jamás indisciplinas.
"Quien intente apropiarse de
Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no
perece en la lucha", declaró el glorioso líder negro Antonio
Maceo.
Se reconoce igualmente en Máximo
Gómez, el jefe militar más disciplinado y discreto de
nuestra historia.
Mirándolo desde otro ángulo, cómo no
admirarse de la indignación de Bonifacio Byrne cuando,
desde la distante embarcación que lo traía de regreso a Cuba, al
divisar otra bandera junto a la de la estrella solitaria,
declaró:
"Mi bandera es aquella que no ha
sido jamás mercenaria…",
...para añadir de inmediato una de
las más bellas frases que escuché nunca:
"Si deshecha en menudos pedazos
llega a ser mi bandera algún día… ¡nuestros muertos alzando
los brazos la sabrán defender todavía!…"
Tampoco olvidaré las encendidas
palabras de
Camilo Cienfuegos aquella noche, cuando a varias
decenas de metros bazucas y ametralladoras de origen
norteamericano, en manos contrarrevolucionarias, apuntaban hacia
la terraza donde estábamos parados.
Obama había nacido en agosto de
1961, como él mismo explicó. Más de medio siglo transcurriría
desde aquel momento.
Veamos sin embargo cómo piensa hoy
nuestro ilustre visitante:
"Vine aquí para dejar atrás los últimos
vestigios de la guerra fría en las Américas. Vine aquí
extendiendo la mano de amistad al pueblo cubano".
De inmediato un diluvio de
conceptos, enteramente novedosos para la mayoría de nosotros:
"Ambos vivimos en un nuevo mundo colonizado por europeos",
prosiguió el Presidente norteamericano.
"Cuba, al igual que Estados Unidos, fue constituida por
esclavos traídos de África; al igual que Estados Unidos, el
pueblo cubano tiene herencias en esclavos y esclavistas".
Las poblaciones nativas no
existen para nada en la mente de Obama.
Tampoco dice que la discriminación
racial fue barrida por la Revolución; que el retiro y el salario
de todos los cubanos fueron decretados por esta antes de que el
señor
Barack Obama cumpliera 10
años.
La odiosa costumbre burguesa y
racista de contratar esbirros para que los ciudadanos negros
fuesen expulsados de centros de recreación fue barrida por la
Revolución Cubana. Esta pasaría a la historia por la batalla que
libró en Angola contra el apartheid, poniendo fin a la presencia
de armas nucleares en un continente de más de mil millones de
habitantes.
No era ese el objetivo de nuestra
solidaridad, sino ayudar a los pueblos de,
-
Angola
-
Mozambique
-
Guinea Bissau,
...y otros del dominio colonial
fascista de Portugal.
En 1961, apenas dos años y tres
meses después del Triunfo de la Revolución, una fuerza
mercenaria con cañones e infantería blindada, equipada con
aviones, fue entrenada y acompañada por buques de guerra y
portaviones de Estados Unidos,
atacando por sorpresa a nuestro país.
Nada podrá justificar aquel alevoso
ataque que costó a nuestro país cientos de bajas entre muertos y
heridos.
De la brigada de asalto pro-yanki,
en ninguna parte consta que se hubiese podido evacuar un solo
mercenario. Aviones yankis de combate fueron presentados ante
Naciones Unidas como equipos cubanos sublevados.
Es de sobra conocida la experiencia
militar y el poderío de ese país.
En África creyeron igualmente que la
Cuba revolucionaria sería puesta fácilmente fuera de combate. El
ataque por el Sur de Angola por parte de las brigadas
motorizadas de Sudáfrica racista los lleva hasta las
proximidades de Luanda, la capital de este país.
Ahí se inicia una lucha que se
prolongó no menos de 15 años. No hablaría siquiera de esto, a
menos que tuviera el deber elemental de responder al
discurso de Obama en el Gran
Teatro de La Habana Alicia Alonso.
No intentaré tampoco dar detalles,
solo enfatizar que allí se escribió una página honrosa de la
lucha por la liberación del ser humano. De cierta forma yo
deseaba que la conducta de Obama fuese correcta.
Su origen humilde y su inteligencia natural eran evidentes.
Mandela estaba preso de por vida y
se había convertido en un gigante de la lucha por la dignidad
humana.
Un día llegó a mis manos una copia
del libro en que se narra parte de la vida de Mandela y ¡oh,
sorpresa!:
estaba prologado por Barack
Obama.
Lo ojeé rápidamente. Era increíble
el tamaño de la minúscula letra de Mandela precisando
datos.
Vale la pena haber conocido hombres
como aquel.
Sobre el episodio de Sudáfrica debo
señalar otra experiencia. Yo estaba realmente interesado en
conocer más detalles sobre la forma en que los sudafricanos
habían adquirido las armas nucleares. Solo tenía la información
muy precisa de que no pasaban de 10 o 12 bombas.
Una fuente segura sería el profesor
e investigador
Piero Gleijeses, quien había redactado el texto de
"Misiones en conflicto: La Habana, Washington y África
1959-1976"; un trabajo excelente.
Yo sabía que él era la fuente más
segura de lo ocurrido y así se lo comuniqué; me respondió que él
no había hablado más del asunto, porque en el texto había
respondido a las preguntas del compañero Jorge Risquet,
quien había sido embajador o colaborador cubano en Angola,
muy amigo suyo.
Localicé a Risquet; ya en otras
importantes ocupaciones estaba terminando un curso del que le
faltaban varias semanas.
Esa tarea coincidió con un viaje
bastante reciente de Piero a nuestro país; le había advertido a
este que Risquet tenía ya algunos años y su salud no era óptima.
A los pocos días ocurrió lo que yo temía.
Risquet empeoró y falleció.
Cuando Piero llegó no había nada que
hacer excepto promesas, pero ya yo había logrado información
sobre lo que se relacionaba con esa arma y la ayuda que
Sudáfrica racista había recibido de Reagan e
Israel.
No sé qué tendrá que decir ahora
Obama sobre esta historia. Ignoro qué sabía o no, aunque es muy
dudoso que no supiera absolutamente nada. Mi modesta sugerencia
es que reflexione y no trate ahora de elaborar teorías sobre la
política cubana.
Hay una cuestión importante.
Obama pronunció un discurso en el
que utiliza las palabras más almibaradas para expresar:
"Es hora ya de olvidarnos del pasado, dejemos el pasado,
miremos el futuro, mirémoslo juntos, un futuro de esperanza.
Y no va a ser fácil, va a haber retos, y a esos vamos a
darle tiempo; pero mi estadía aquí me da más esperanzas de
lo que podemos hacer juntos como amigos, como familia, como
vecinos, juntos".
Se supone que cada uno de nosotros corría el
riesgo de un infarto al escuchar estas palabras del Presidente
de Estados Unidos.
Tras un bloqueo despiadado que ha durado ya casi
60 años, ¿y los que han muerto en
los ataques mercenarios a barcos y puertos cubanos, un avión de
línea repleto de pasajeros hecho estallar en pleno vuelo,
invasiones mercenarias, múltiples actos de violencia y de
fuerza?
Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y
abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la
riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la
educación, la ciencia y la cultura.
Advierto además que somos capaces de
producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos
con el esfuerzo y la inteligencia de nuestro pueblo. No
necesitamos que el imperio nos regale nada.
Nuestros esfuerzos serán legales y
pacíficos, porque es nuestro compromiso con la paz y la
fraternidad de todos los seres humanos que vivimos en este
planeta.
Fidel Castro Ruz
Marzo 27 de 2016
10 y 25 p.m.