Salim Lamrani: Señor Bel, el
17 de diciembre de 2014, Cuba y Estados Unidos implementaron un
proceso de acercamiento histórico tras más de medio siglo de
confrontación.
¿Cómo analiza esta nueva etapa?
Jean-Pierre Bel: El anuncio sorprendió a muchos
observadores.
Conviene reconocer que era inesperado, salvo,
desde luego, para los actores directamente implicados en las
negociaciones. Los discursos de ambos presidentes, Barack Obama
en Washington y Raúl Castro en La Habana, retransmitidos
simultáneamente en los noticieros del mundo entero, constituyen
un acontecimiento trascendente.
Si la palabra "histórico" tiene
algún sentido, se aplica particularmente para ese momento.
Estados Unidos ha comprendido finalmente que si quería
restablecer lazos con América Latina era imprescindible cambiar
de actitud hacia Cuba y adoptar un nuevo enfoque.
Los
estadounidenses, en el fondo, se han dado cuenta de su
aislamiento en el mundo, no sólo en América Latine sino también
en Europa.
En efecto, Francia tiene ahora estrechas relaciones con Cuba.
Creo que fui el primer alto responsable político en viajar a La
Habana en visita oficial. Fue en enero de 2013 cuando era
entonces presidente del Senado.
Era la primera visita desde la
de Claude Chesson, ministro de Relaciones Exteriores de François
Mitterrand, en 1983. Imagínese el tiempo necesario para reanudar
lazos sólidos con este país.
Desde entonces, hubo otros viajes
importantes. Laurent Fabius, entonces canciller, realizó una
visita a Cuba en mayo de 2014. Entonces, Estados Unidos, frente
a una realidad diferente, ha tenido que volver a evaluar su
posición.
Barack Obama pronunció un bello discurso y rindió homenaje a
quienes denuncian el embargo estadounidense desde hace muchos
años.
Hoy día, en términos de perspectiva política, la situación
es completamente distinta.
SL: A pesar del acercamiento entre Washington y La
Habana, las sanciones económicas siguen vigentes contra Cuba.
¿Cuál es su punto de vista al respecto?
JPB: Las sanciones contra Cuba constituyen un escándalo. Era el
caso ayer y es el caso hoy día.
Washington se dignó a sacar a
Cuba de la lista de los países patrocinadores del terrorismo. Es
un paso positivo. Espero que Estados Unidos no juegue un doble
juego y que ponga fin definitivamente a esta política hostil.
Hasta hoy
Barack Obama no ha podido conseguir del Congreso que
levante las sanciones contra Cuba.
Esta situación es
incomprensible en una época en que todas las partes hacen
esfuerzos para resolver un diferendo que dura desde hace más de
medio siglo y cuando los cubanos se han mostrado tan receptivos.
Me siento indignado cuando veo las consecuencias de las
sanciones económicas sobre este país, sobre la vida de los
cubanos de la isla, sobre los cubanos que viven en todas partes
del mundo y que padecen medidas de retorsión por la aplicación
extraterritorial de las distintas leyes adoptadas contra Cuba.
Incluso he visto que organismos bancarios
podían prohibir la
compra de un libro sobre Fidel Castro en Quebec...
Yo podría
multiplicar los ejemplos que ilustran el carácter injusto de
estas sanciones. Estados Unidos, si desea presentarse como un
país que respeta los derechos humanos, debería acabar con esto.
Imaginar que se va a derrocar a un gobierno haciendo padecer
hambre a un pueblo es a la vez inmoral, estúpido y completamente
ineficaz.
SL: Las sanciones económicas también afectaron a los intereses
franceses.
JPB: BNP-Paribas fue sancionada injustamente aunque respetó
escrupulosamente la ley francesa, la legislación europea y el
derecho internacional.
Otra empresa, Pernod-Ricard, que está
presente en Cuba desde hace décadas, ha tenido que enfrentar
numerosas dificultades por la aplicación extraterritorial de las
sanciones económicas.
SL: En mayo de 2015, el presidente de la República François
Hollande realizó un viaje histórico a Cuba. ¿Qué representa esta
visita y qué mensaje llevó a la isla?
JPB: El viaje de François Hollande a Cuba es la expresión de su
gran interés por América Latina.
El presidente de la República
siempre ha tenido una conexión muy fuerte con este continente.
Así, a principios de los años 1980, François Mitterrand le
encargó de subsanar las cuentas de la
Casa de América Latina de
París.
Desde este periodo, el presidente siempre ha seguido con
mucha atención la evolución de esta región del mundo.
François Hollande insistió en el hecho de que había que tejer
lazos sólidos con América Latina. Tenemos relaciones históricas
y culturales desde hace mucho tiempo con América Latina y
particularmente con Cuba.
Este viaje a La Habana traduce la
voluntad del presidente de la República de reforzar los lazos
bilaterales entre nuestros dos países.
SL: Esta visita marcó un giro en las relaciones entre Cuba y
Europa.
JPB: Con el viaje a Cuba, François Hollando indicó el camino a
seguir a los demás dirigentes europeos, quienes también
realizaron visitas oficiales a La Habana.
Sólo los papas Juan
Pablo II y Benedicto XVI habían viajado a Cuba antes que
presidente de la República. François Hollande es el primer jefe
de Estado europeo en ir a Cuba en visita oficial desde Alfonso
XIII, o sea desde hace más de un siglo...
Una fuerte amistad nos une a Cuba y somos felices de ver que las
autoridades de la isla consideran a Francia como el interlocutor
privilegiado. Este viaje concretiza de alguna manera la voluntad
de presidente François Hollande de dar un nuevo impulso a las
relaciones entre Francia y América Latina.
Los países de América Latina, todos, progresistas o
conservadores, han considerado el viaje de François Hollande a
Cuba como la ilustración del nuevo interés de Francia por este
continente.
Para los latinoamericanos, Cuba es considerada como
un país que encarna la voluntad de independencia, de
soberanía y
de resistencia de los pueblos del Sur.
Hay una verdadera
admiración de los dirigentes latinoamericanos por el pueblo
cubano y ello supera las orientaciones ideológicas.
SL: En febrero de 2016, con el viaje de Raúl Castro, por primera
vez, un presidente cubano realizó una visita de Estado a
Francia. ¿Qué simboliza este acontecimiento para las relaciones
entre París y La Habana?
JPB: El viaje de François Hollande constituyó sin duda alguna un
acontecimiento histórico.
Del mismo modo, la visita del
Presidente Raúl Castro tiene gran trascendencia. Fidel Castro
vino varias veces a Francia pero nunca en visita oficial. Si la
memoria no me falla, su último viaje tuvo lugar cuando los
funerales de François Mitterrand.
Hace unos años, un viaje de Raúl Castro era poco probable.
Hoy
simboliza las nuevas relaciones entre nuestras dos naciones. Ver
al presidente cubano responder favorablemente a una invitación
de François Hollande constituye un acontecimiento que marcará la
historia de nuestras relaciones bilaterales.
Conviene recordar
que Raúl Castro fue recibido en visita de Estado, es decir el
más alto nivel de acogida que pueda reservarse a un dirigente
extranjero.
SL: ¿Cuál fue el mensaje de Raúl Castro?
JPB: El presidente Raúl Castro recordó que Cuba era una nación
en plena evolución que deseaba vivir con más prosperidad pues su
pueblo lo merece.
El sistema económico cubano se está abriendo
más a las realidades del mundo de hoy. Hay, de acuerdo, un
restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos, pero Cuba
aspira a reforzar sus lazos con Europa y, en primer lugar, con
Francia.
Somos un interlocutor privilegiado pues los cubanos
confían en nosotros.
Desde el viaje de François Hollande
nuestras relaciones bilaterales son excelentes.
SL: Francia desempeñó un papel importante en la resolución de la
deuda cubana con el
Club de París.
JPB: Francia brindó todo su apoyo para la resolución equitativa
del problema de la deuda cubana con los acreedores del Club de
París.
Un francés, Bruno Bézard, que era Director general del
Tesoro, dirigía esta institución. Desplegamos todos nuestros
esfuerzos para buscar una solución.
Pocos creían en las
posibilidades de éxito de estas negociaciones con La Habana pues
muchos países son miembros del Club de París.
Y no sólo naciones
europeas, Japón y Australia también tienen una representación
allí. No obstante hubo una fuerte voluntad por parte de Francia
para lograr un acuerdo.
Los cubanos apreciaron en su justo valor
la implicación determinada del presidente de la República y
nuestra perseverancia fue recompensada ya que se consiguió un
acuerdo satisfactorio para todas las partes.
A título personal estoy muy satisfecho, pues hemos convertido
una parte de la deuda de Francia en inversión y cooperación en
Cuba. Los fondos se destinarán a acciones de desarrollo.
SL: De hecho la
Agencia Francesa de Desarrollo abrirá pronto
oficinas en La Habana.
JPB: Ello traduce la voluntad de François Hollande de reforzar
los lazos de cooperación con Cuba.
La Agencia Francesa de
Desarrollo es una herramienta de cooperación de Francia a nivel
internacional. El equipo ya está instalado en la capital cubana
y ha lanzado el proceso de identificación de los proyectos que
vamos a apoyar con la cooperación de nuestros amigos cubanos,
sea a nivel técnico o de financiamiento.
De esta manera
contribuiremos al desarrollo de Cuba.
SL: ¿En qué sectores piensa Francia involucrarse en Cuba?
JPB: Francia no tiene una política arrogante con Cuba.
No
tenemos la pretensión de decirles a los cubanos lo que tienen
que hacer. Nuestras relaciones se basan en el respeto mutuo, la
igualdad soberana y la reciprocidad. Tenemos un papel de
acompañamiento basado en una voluntad cubana.
Así, a nivel de las infraestructuras, Francia puede aportar una
ayuda a Cuba.
El sector energético es también una prioridad. La
situación política y económica en Venezuela tiene un impacto
importante en la economía cubana. También hay posibilidades de
desarrollar muchos otros proyectos, sea en el campo fotovoltaico
o en el tratamiento de las aguas servidas en ciudades como La
Habana.
En el sector del turismo, Francia también puede aportar
su contribución ayudando a Cuba a dominar mejor su desarrollo en
este campo.
SL: Cuba ha expresado su voluntad de desarrollar sus relaciones
económicas y comerciales con el resto del mundo.
JPB: Cuba desea diversificar sus socios económicos y comerciales
para evitar una dependencia como fue el caso durante cerca de
treinta años con la Unión Soviética.
Cuando cayó el Muro de
Berlín y siguió el desmoronamiento del bloque del Este, la
situación en Cuba fue terrible. La gente sufrió mucho en el
Periodo Especial a principios de los años 1990.
Hoy los cubanos tienen la voluntad de tejer lazos con varios
socios en el mundo y cuentan con nosotros para ayudarlos a
conservar su independencia de Estados Unidos.
Con su presencia
en Cuba, Francia contribuirá a limitar la dependencia de la isla
de las demás grandes potencias.
SL: Cuba y Francia han hecho del desarrollo sostenible una
prioridad.
JPB: En cuanto a las cuestiones medioambientales, preconizamos
como Cuba el desarrollo de un crecimiento verde.
Cuba tiene una
gran conciencia de los temas vinculados a la preservación del
planeta. Fidel Castro siempre ha mostrado una sensibilidad hacia
estas problemáticas. Desde siempre, en las escuelas cubanas, se
ha explicado hasta qué punto la tierra es un bien común y
precioso.
Hay que reconocer a Fidel Castro esta conciencia
anticipadora. Es un precursor en este campo. Recuerdo que
durante nuestro encuentro, en compañía del presidente François
Hollande, insistió mucho en este tema.
Ello muestra que no sólo
ha conservado conciencia y lucidez sino también las mismas
preocupaciones por las cuestiones vitales.
SL: ¿Qué papel desempeñó Cuba en la
COP 21?
JPB: La Habana desempeñó un papel fundamental para el éxito de
la COP 21.
Cuba tiene amplia conciencia de los efectos
desastrosos del cambio climático sobre los países del Sur.
Raúl
Castro informó al presidente Hollande de que Cuba brindaría su
concurso para que la COP 21 fuera un éxito y cumplió su palabra
desempeñando un papel de facilitador con países de América
Latina.
Estas naciones tenían preguntas legítimas, como la
responsabilidad de los países desarrollados en la explotación a
ultranza de la naturaleza. Pero todos entendieron que esta
Cumbre representaba la última oportunidad contra el cambio
climático.
SL: Pasemos a otro tema. Cienfuegos fue fundada por franceses.
¿Cuándo abriremos una antena de la Alianza Francesa en esta
ciudad?
JPB: Es una excelente idea y le propongo que se la someta al
presidente de la Alianza Francesa.
Antes de llamarse Cienfuegos,
esta localidad se llamaba Bordeaux-ville. Está cercana a
Trinidad. Tenemos las más bellas Alianzas Francesas en Cuba, en
Santiago pero sobre todo en la capital.
Las autoridades cubanas
nos han entregado la sede del palacio Gómez de La Habana y es un
lugar maravilloso. Cada año, cerca de 10.000 jóvenes cubanos
aprenden el francés y es algo extraordinario.
Sería fabuloso, en
efecto, que la ciudad más francesa de Cuba, se beneficiara de
una Alianza.
SL: Hablemos ahora de las relaciones entre Cuba y la Unión
Europea. La Posición Común, en vigor desde 1996, constituye hoy
el principal obstáculo a la normalización de las relaciones
entre Bruselas y La Habana.
¿Cuál es su opinión al respecto?
JPB: Desde hace unos años hay conversaciones bilaterales y creo
que se han eliminado muchas de las medidas adoptadas contra
Cuba.
Para Francia, esta Posición Común ya no tiene sentido. Fue
adoptada por iniciativa de José María Aznar en su tiempo por
razones muy ideológicas. Los europeos no midieron el alcance de
semejante decisión y delegaron el tema a los españoles. Fue un
error.
Votamos cada año contra el embargo estadounidense en la Asamblea
General de Naciones Unidas. Debemos ser lógicos y proceder a la
abrogación de la Posición Común.
Francia aboga en este sentido y
lo saben muy bien nuestros amigos cubanos.
SL: ¿Qué mirada tiene sobre Fidel Castro?
JPB: Conocí a Fidel Castro durante la visita oficial del
presidente de la República. Lo sigo desde mi más temprana edad
por mi pasión por la historia de América Latina y el Caribe.
Fidel tiene una parte de luz, de sol y una parte de sombra. Eso
pasa con cualquier persona.
En cierta época de la historia yo
habría emitido una opinión más severa sobre Fidel Castro. Por
otra parte, Cuba ha estado confrontada a inmensas dificultades.
Conozco Cuba y a las mujeres y hombres de este país.
Hay un
profundo respeto en la población por Fidel Castro. La única
crítica que surge regularmente tiene que ver con su edad, el
peso de su generación en la Cuba de hoy.
Pero creo que sobre
este punto es como nosotros, y es imposible luchar contra les
leyes de la naturaleza.
El juicio de la historia se hará más tarde y entonces será
tiempo de hacer un balance de su vida. Por mi parte sé que se
trata de un hombre de una gran inteligencia que ha devuelto una
verdadera dignidad a su país y a su pueblo. Es, en la
continuidad de José Martí, el apóstol de la independencia y la
soberanía cubanas.
Cuando nos reunimos con él me impactó su
lucidez.
Es un hombre que se acerca al fin de su vida y que
tiene una mirada apaciguada sobre su acción y sobre el mundo.
SL: ¿Qué representa Cuba para usted?
JPB: Para mí Cuba es el símbolo de la valentía de un pueblo que
ha sabido resistir frente a fuerzas inmensamente más poderosas.
Esta capacidad y esta valentía son las de las mujeres y los
hombres de Cuba y de quienes han sabido federarlos y unirlos.
Todo ello suscita cierta admiración.
Yo amo este país porque
cuando uno ama la historia, cuando uno ama la política, cuando
uno ama la cultura, cuando uno ama la música, sólo puede amar a
Cuba.