por Nazareth Balbás del Sitio Web RT
Carlos Garcia Rawlins
Reuters
fue un revés para la oposición venezolana. La escasa participación de adeptos en el "plantón" convocado en Caracas y la acción de las fuerzas de orden público amenazan con apagar la protesta de calle, mientras avanza la Constituyente planteada por Maduro.
A las 9:00 de la mañana,
la Plaza Altamira - epicentro de la protesta opositora en el este de
Caracas - estaba desierta.
Los días lunes son las jornadas en que llegan los camiones de insumos a la ciudad capital.
Las protestas de este tipo, que ya se han hecho habituales en el este de Caracas, afectan especialmente la distribución de alimentos en la difícil coyuntura económica que vive el país.
Las filas de gandolas varadas en las vías de acceso dieron cuenta de ello.
La situación, aunada al
enfriamiento de las ansias de sanción que tenían algunos países en
el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), ha
contribuido al descontento entre las filas de la derecha venezolana
que se debate entre participar o no en la Constituyente.
Aunque persisten las
protestas, la temperatura en siete municipios - de los 335 que hay
en todo el país - tiende a templarse.
El domingo pasado fue difundido un video del opositor Leopoldo López, preso por su responsabilidad en la muerte de 43 venezolanos en los hechos de violencia convocados en 2014, para insistir en que los manifestantes deben continuar en las calles:
Hoy, sin embargo, hubo videos que mostraron cómo algunos dirigentes políticos rogaban a sus seguidores a apoyar la protesta sin recibir respuesta alguna.
La creciente violencia que ha caracterizado las últimas convocatorias, el desgaste natural por más de 60 días de movilizaciones y la ausencia de una propuesta para salir de la crisis política parece apagar el entusiasmo.
En los organismos
internacionales, con sus bemoles, también.
La vía ha recibido el respaldo de otras naciones que, incluso, han sido más proclives a la postura de oposición:
Sin embargo, algunos sectores de la oposición se han negado de plano a participar en una eventual mesa de negociaciones:
Para Henry Ramos Allup, el "problema" del país es que el mandatario está en la presidencia.
El ala radical de la
derecha, liderada por el partido de López (Voluntad Popular), ni
siquiera considera sentarse a conversar.
Si al principio protestaban para exigir la renuncia del presidente Maduro, ahora lo hacen en rechazo a la Constituyente; si antes pedían elecciones generales, ahora pugnan por saber quiénes serán sus candidatos en los comicios regionales pautados para diciembre de este año por el CNE.
En el futuro inmediato, la mayor encrucijada:
La próxima movida, por
ahora, está de su lado.
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