por Aram Aharonian
03 Septiembre 2013
del Sitio Web
ALAI
Aram Aharonian es periodista y
docente uruguayo-venezolano, director de
la revista Question,
fundador de Telesur,
director del Observatorio Latinoamericano en
Comunicación y Democracia (ULAC). |
Entre denuncias de intentos de magnicidio y sabotajes, debates sobre las
formas de combate a la corrupción, falta de discusión sobre modelos de
desarrollo o planificación económico-financiera, transcurrirán los tres
meses que restan hasta las elecciones municipales de diciembre, en medio de
campañas mediáticas destinadas no a informar u orientar a la ciudadanía,
sino a confundirla.
Para la agrupación chavista Marea Socialista, la Revolución Bolivariana
atraviesa su momento más crítico, ya que
la muerte de Hugo Chávez abrió una
nueva disputa por la hegemonía política en el país.
Las elecciones del 14 de
abril no fueron un momento de continuidad, sino de quiebre, mostraron en
toda su dimensión que se ha abierto una nueva etapa en el Proceso, afirman.
Y señalan que para cambiar el rumbo, es imprescindible defender las
conquistas sociales y políticas de los últimos 14 años.
Pareciera que Venezuela, un país que aún no logra definir su modelo de
desarrollo y subsiste con una economía basada en el monocultivo y la renta
del petróleo, vive de unos comicios a otros. El desfasaje del tipo de cambio
hace, por ejemplo, que un tanque de gasolina de 50 litros cueste 1,5 dólares,
lo mismo que un solo litro en cualquier país de la región.
Y mientras sectores de oposición, con el liderazgo aparente de Henrique
Capriles Radonsky - que sigue buscando apoyo político y financiero en los
sectores ultraderechistas del exterior - ven cerca el apocalipsis,
dirigentes del chavismo insisten que sea cual fuere el resultado, éste no
incidirá en absoluto en el rumbo de la Revolución Bolivariana.
Los datos muestran que Nicolás Maduro se ha asentado en la sucesión
presidencial. Es más, la encuestadora Hinterlaces indicó que el 90% de los
venezolanos desea que le vaya bien en su gestión, mientras que el 56%
considera que su labor como jefe de Estado ha sido positiva.
Y en esta ocasión - otra vez - un sector opositor le asigna carácter
plebiscitario al acto del 8 de diciembre, planteando que si los resultados
favorecen al antichavismo, debieran realizarse nuevamente los comicios
presidenciales de abril de este año en los que Maduro se impuso
ajustadamente a Capriles Radonsky.
Hay quienes, algo más apocalípticos y apegados a un lenguaje procaz y
escatológico, llegan a plantear que un triunfo municipal justificaría
cualquier intento violento (en abril fueron responsables de 14 muertes y
casi una centena de heridos) e incluso golpista (si encuentran cuadros
castrenses dispuestos a ello).
Se prepara a la opinión pública para la ya manida denuncia de “fraude” en
las elecciones.
Este sector de la oposición no acepta una derrota electoral,
repitiendo el mismo guión desde hace casi tres lustros. Y para explicar eso
han desarrollado un bombardeo constante ya no sólo en la prensa comercial
(radios, televisión, diarios), sino que han inundado las llamadas redes
sociales. Si ganan, viene la violencia… y si pierden, también.
La opción
para ellos es retomar por la fuerzas las prebendas que perdieron hace 14
años, soñando con un renacer del neoliberalismo.
En Venezuela,
-
¿Los medios procuran la regulación democrática de los
conflictos o exacerban la confrontación?
-
¿Existe una presión de la
ciudadanía en contra de la mentira política o prevalece la tolerancia en las
audiencias politizadas?
Hay medias verdades que matan… las buenas prácticas
periodísticas, señala la socióloga Maryclén Stelling.
Pero también existe un sector de la oposición que cree en la democracia,
aunque la experiencia venezolana demuestra que estos “moderados” quedan
siempre sepultados por la arremetida de los sectores desestabilizadores y
golpistas, seducidos por el desconocimiento permanente del orden
constitucional, como ocurre desde 2002:
golpe, guarimbas, sabotaje petrolero,
intentos de desobediencia civil, llamados al desconocimiento de la realidad
(llámese derrotas sucesivas).
Nuevamente se insiste desde la oposición de la convocatoria a una Asamblea
Constituyente.
Algunos lo hacen dentro de la búsqueda de un mecanismo que
permita votaciones antes de las presidenciales de 2018. Otros (sectores
poderosos) quieren cambiar la definición actual de economía mixta por una
visión neoliberal, donde no se consagren los derechos a la salud, la
educación y la vivienda.
Y, en general, a ninguno le gusta el modelo de participación popular, y hay
quienes sostienen que aún si ganan las elecciones presidenciales, el poder
público no estará en sus manos.
Entre denuncias y sabotajes, el futuro
El sociólogo opositor Leopoldo Puchi señala que la estrategia opositora de
una “primavera árabe” se ha desinflado, luego del 14 de abril y su estela de
fallecidos y heridos. Pero en realidad ese no es el peligro principal para
el gobierno: el desafío son los votos, ante un descontento por la
ineficiencia y el burocratismo, que no es fácil revertir.
“Y ya se sabe, sin
votos no hay paraíso”, señala, tras remarcar que las expectativas que se
habían creado en las bases del Psuv sobre la celebración de elecciones
primarias han sido frustradas.
Maduro denunció públicamente nuevas operaciones paramilitares con el
objetivo de atentar contra su vida y la del presidente de la Asamblea
Nacional Diosdado Cabello, parte de un plan organizado desde Colombia, entre
sectores vinculados al ex mandatario Álvaro Uribe, al ex funcionario
estadounidense Roger Noriega y el terrorista de origen cubano Luis Posada
Carriles.
Estos sectores, denunció, han reclutado mercenarios y paramilitares
colombianos, planificando una operación encubierta con uniformes del
ejército venezolano, para crear la imagen de una acción militar contra el
gobierno bolivariano.
A estas denuncias de proyectos de magnicidio se suman
los sabotajes en refinerías y plantas generadoras de energía.
Reinaldo Iturriza, ministro de las Comunas, indica que,
"sucede con
frecuencia que unas ciertas lógicas de razonamiento nos gobiernan, y éstas
lógicas inducen prácticas que nos gobiernan igualmente, y un buen día
despertamos siendo gobernados por fuerzas que no son las nuestras".
Toby Valderrama, columnista chavista, señala que la lucha interna es señal
de la salud de la Revolución:
“ya sabemos que el silencio, la no discusión,
la unanimidad, es suicida. La labor principalísima de la dirección es
mantener el terreno, el equilibrio, para que la lucha interna de clases no
se desborde, para que se realice en el cuerpo a cuerpo de los argumentos y
no de las bayonetas caladas.
Del éxito en la discusión dependerá que la
Revolución encuentre su rumbo”.
Y con el marco de la designación por la cúpula del PSUV de los candidatos a
alcaldes y concejales, señala que la tarea de los revolucionarios es
discutir por sobre cualquier dificultad e incomprensión, es criticar,
prestigiar las ideas que dirigen la práctica, combatir las desviaciones con
valentía.
Además, entre los aliados del Gran Polo Patriótico el malestar es
por el “sectarismo”.
En este interregno entre elección y elección siguen las dudas: si hay que
reactivar o transformar la economía.
El economista y exministro Víctor
Álvarez señala que la reactivación económica es un proceso que debe estar
sincronizado con la transformación estructural en función de sustituir el
orden viejo, explotador del ser humano y depredador de la naturaleza, por
otro orden capaz de erradicar las causas estructurales del desempleo, la
pobreza y la exclusión social.
Añade que desde que entró en vigencia la reconversión monetaria, la
inflación acumulada es de 311,3%.
Eso significa que hoy en día un bolívar
equivale a solo 0,2431 céntimos del bolívar fuerte que comenzó a circular en
enero de 2008. La inflación acumulada al mes de julio llegó a 29% y la
anualizada alcanzó 42,6%.
El nivel de corrupción e ineficiencia es un factor que no solamente incide
en el desgaste del modelo político actual y que conspira contra la
esperanzas de millones que creen en una sociedad socialista justa. La
práctica generalizada de la corrupción por grupos o castas enquistada en el
aparato del Estado, es además uno de los principales obstáculos para
construir un modelo económico socialista, señala el economista Simón Zúñiga.
La tolerancia hacia la corrupción se ha convertido en una cultura que tiene
diversas expresiones en el peculado,
Y
muchas veces para apagar los incendios se llama a los piromaniacos…
La difícil coyuntura económica y los continuos titubeos en el más alto
gobierno han impedido que hasta el momento se pongan en vigor una serie de
medidas graduales, pero urgentes, para enfrentar los principales problemas
económicos y financieros de corto plazo, señalaba Zúñiga.
Las reales
urgencias económicas de la ciudadanía también hacen poner en duda los
resultados decembrinos.
Lo preocupante es que se quiera interpretar esta seguidilla de elecciones
como una expresión de democracia.
En un proceso, donde convertir al
ciudadano en sujeto de política (y no en mero objeto de ella) ha sido uno de
sus principales logros, confundir la participación pasiva en unos comicios
con democracia participativa y protagónica popular, pareciera ser un mal
chiste.