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RT
La comunidad indígena de Guatemala está bajo presión del Gobierno por su oposición a los proyectos que las multinacionales quieren llevar a cabo en los asentamientos de la población autóctona.
La construcción de una mina cementera o
de una planta hidroeléctrica es tan solo una parte de los planes del
Gobierno guatemalteco a los que se opone el 90% de la población
local encuestada por los defensores de los derechos humanos.
Estas acciones podrían dejar en el olvido los logros de convivencia de las últimas décadas, plasmados en los acuerdos de paz de 1996.
Estar en contra de las fuerzas multinacionales que "llegan a saquear la riqueza del país" puede convertir en víctima de una agresión.
Estudios de organizaciones de protección
de derechos humanos indican que en menos de un año, desde del 2013,
la cantidad de este tipo de casos se ha duplicado en Guatemala.
Los activistas aseguran que la falta de
información es uno de los factores que permiten a las autoridades
criminalizar las protestas, impedir consultas y acallar las voces de
todo un pueblo.
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