por Pepe Escobar
11 Noviembre 2011
del Sitio Web
RedVoltaire
Habíamos dicho recientemente
respecto al programa nuclear de Irán que la prensa comercial
era incapaz de informar objetivamente acerca de lo que
realmente está ocurriendo y que siniestros poderes que se
esconden detrás de ciertas cancillerías occidentales en vez
de buscar una solución diplomática pacífica estaban
proclamando nuevamente amenazas y gritos de guerra.
Nuestro colega Pepe Escobar nos
explica cómo se ha ido tramando y manipulando esta historia.
Defensa antiaérea misilera iraní realizando ejercicios.
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Hay que prepararse para una tanda de «inteligencia» satelital poco clara de
almacenes genéricos de todo Irán descritos frenéticamente como segmentos de
una línea de montaje de una bomba nuclear (¿Recordáis una famosa «instalación
nuclear secreta» en Siria no hace mucho? Era una fábrica textil.)
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Hay que prepararse para una tanda de diagramas burdos que muestran
artefactos sospechosos, o los contenedores que los ocultan, todos capaces de
llegar a Europa en 45 minutos.
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Hay que prepararse para una tanda de «expertos» en Fox, CNN y la BBC que
diseccionan interminablemente toda esa operación clandestina presentada como
«evidencia».
Por ejemplo, el ex inspector de armas de la ONU
David Albright,
ahora en el Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional (ISIS, por sus
siglas en inglés), que ya ha logrado la hazaña de volver de entre los
muertos exhibiendo sus credenciales para «bombardead Irán» completas con
diagramas e inteligencia satelital.
Olvidad Irak, es de 2003. Poneos en la nueva onda: acelerar en superdirecta
hacia la guerra contra Irán.
Ahora es japonés
Ante todo, dejad de lado todo sentido común.
Si Irán estuviera desarrollando un arma nuclear, estaría desviando uranio
para hacerlo. El informe publicado esta semana por el Organismo
Internacional de Energía Atómica (OIEA) - por politizado que sea - lo niega
rotundamente.
Si Irán estuviera desarrollando un arma nuclear, los inspectores de la ONU
que trabajan para el OIEA hubieran sido expulsados del país.
Irak no tenía un programa de armas nucleares en 2002. Y a pesar de eso fue
sometido a ‘“conmoción y pavor”’. La misma base lógica se aplica a Irán.
Lo que Teherán puede haber realizado - si se ha de creer en la información
comprometida utilizada en el informe del OIEA - es una serie de experimentos
y simulaciones computarizadas. Todos lo hacen, por ejemplo países que han
renunciado a la bomba, como Brasil y Sudáfrica.
Lo que indudablemente quiere el Cuerpo Islámico de Guardias Revolucionarios
(IRGC) - a cargo del programa nuclear - es un disuasivo.
Es decir, la posibilidad de construir una bomba nuclear en caso de que
enfrenten una amenaza inequívocamente establecida de cambio de régimen
provocada, con gran probabilidad, por un ataque e invasión estadounidense.
Abundan las dudas sobre la competencia - o imparcialidad - del nuevo jefe del
OIEA, el manso japonés Jukya Amano. La mejor respuesta se encuentra en
este
cable de WikiLeaks.
En cuanto al origen de la mayor parte de la autodescrita información «creíble»
del OIEA, hasta el New York Times se vio obligado a informar de ,
«parte
de esa información provino de EE.UU., Israel y Europa».
Gareth Porter
presenta el
desenmascaramiento definitivo del informe.
Además hay que esperar una considerable presión sobre la CIA para que
reniegue de la crucial Estimación Nacional de Inteligencia (NIE), que
estableció - irrefutablemente - que Teherán ya había eliminado un programa de
armas nucleares en 2003.
Todo esto se complementa con los
ladridos de los perros de guerra que ya se
oyen.
Los subalternos europeos podrán ser suficientemente incompetentes para ganar
una guerra en Libia (lo consiguieron solo cuando el Pentágono se hizo cargo
de la inteligencia satelital).
Podrán ser suficientemente incompetentes para controlar el desastre
financiero en Europa.
Pero Francia, Alemania y el Reino Unido ya han estado ladrando, pidiendo
sanciones más duras contra Irán.
En EE.UU., demócratas y republicanos por igual piden no solo sanciones; en
el caso de republicanos insanos, lo que claro está, es un oxímoron, piden
una nueva versión de ‘Conmoción y Pavor’.
Nunca se repite suficientemente cómo funcionan las cosas en Washington. El
gobierno de Benjamin Netanyahu en Israel dicta lo que tiene que hacer al
poderoso
Comité de Asuntos Públicos EE.UU.-Israel (AIPAC) y AIPAC ordena qué
tiene que hacer el Congreso de EE.UU.
Por eso el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara considera una ley
bipartidista que es esencialmente una declaración de guerra.
Según la ley ni el presidente
Barack Obama, ni la secretaria de Estado
Hillary Clinton, ni, de hecho, ningún diplomático estadounidense puede
emprender ningún tipo de diplomacia con Irán, a menos que Obama convenza a
los «comités apropiados del Congreso» de que no emprenderla significaría,
«una
amenaza extraordinaria para los intereses vitales de seguridad nacional de
EE.UU.»
«Comités apropiados del Congreso» define por casualidad exactamente al
Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, que recibe sus órdenes de marcha
marcial de Bibi [Netanyahu] en Israel a través de AIPAC en Washington.
Tratad de informar a alguno de los que ponen primero a Israel en el Congreso
de EE.UU. de cuáles serían las consecuencias inmediatas de un ataque a Irán:
el Estrecho de Ormuz cerrado en unos minutos, por lo menos de 6 millones de
barriles de petróleo que desaparecen en la economía mundial (que ya está en
recesión en el Norte industrializado), que un barril de petróleo llegue a
300 o 400 dólares.
No importa; son incapaces de sacar la cuenta.
Preparaos bien y ateneos a la agenda
Se arremolinan los rumores sobre una reciente afirmación del Cuerpo Islámico
de Guardias Revolucionarios (IRGC), según la agencia noticiosa Fars, de que
bastan cuatro misiles iraníes para disuadir a Israel.
Esos misiles podrían - o no podrían - ser los
misiles crucero nucleares
soviéticos Kh-55 de Ucrania y Belarús, con un alcance máximo de 2.500
kilómetros, que Irán puede haber comprado hace años en el mercado negro.
El IRGC, por supuesto, no dice nada. Solo alimenta la niebla de (pre)guerra,
ya que nadie sabe exactamente hasta qué punto Irán está bien defendido.
Es un secreto a voces en Washington que el cambio de régimen forma parte de
los juegos de guerra del Pentágono por lo menos desde 2004.
La hoja de ruta favorita de 2002 de los neoconservadores todavía vale: los
objetivos son,
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Irak
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Siria
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el Líbano
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Libia
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Irán
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Somalia
-
Sudán,
...todos
nodos cruciales en el «arco de inestabilidad» acuñado por el Pentágono.
Imaginad a doctorados en belicismo que examinan el tablero de ajedrez.
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Irak
recibió debidamente su "conmoción y pavor" (a pesar de que a EE.UU. lo está
poniendo de patitas en la calle).
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Siria es un hueso demasiado duro que roer
para la incompetente OTAN.
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El Líbano (Hizbulá) solo se puede capturar si
antes cae Siria.
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Libia fue una victoria (olvidad una prolongada guerra
civil)
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Somalia es contenible por Uganda y Drones
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El Sudán del Sur está en sus manos
Eso deja - para los practicantes de la línea dura de la doctrina de
Dominación de Espectro Completo - la tentadora posibilidad de un ataque
exitoso a Irán como la máxima acción de destrucción creativa, volviendo a
barajar todos los naipes de Medio Oriente a Asia Central.
El “arco de
inestabilidad” definitivamente desestabilizado.
¿Cómo lograrlo? Es tan simple, piensan los belicistas. Convencer a Obama de
que en lugar de pulverizarle los conservadores besarán sus zapatos y será
canonizado como el «re-acelerador» de la economía de EE.UU. si solo va y
libra otra guerra.
¿Quién está a favor de Ocupad Irán, literalmente?