por Manuel Freytas
14 Mayo 2013
del Sitio Web
IARNoticias
Manuel
Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del
poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es
uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
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El mundo está compuesto por miles de millones de individuos que se rigen por
un axioma elemental:
miro la televisión y luego existo.
El alienado psicoprogramado por la TV y la sociedad de consumo no está formado para
pensar reflexivamente sino para consumir productos y comportamiento social
inducido por medio de eslóganes, consignas subliminales e imágenes sin
ninguna relación entre sí.
A) El alienado programado
El individuo-masa, o Alienado Programado (AP), se desarrolla en la primera
fase de las operaciones psicológicas-mediáticas-publicitarias imperiales
orientadas a imponer la sociedad de consumo en las áreas
dependientes del Tercer Mundo, a fines de la década del 50, y experimenta su
máximo nivel de desarrollo con el advenimiento de la era de las
comunicaciones informáticas globalizadas a fines de los 90.
El Alienado Programado (AP) es el prototipo de "hombre universal" modelado
por las políticas niveladoras consumistas impuestas por las trasnacionales
a escala planetaria.
El AP no está programado para pensar (desarrollo reflexivo) sino para
consumir productos por medio de consignas (eslóganes) y de
imágenes sin ninguna relación entre sí.
Sus emociones y pensamientos (programados por el mensaje televisivo) duran y
se terminan con las imágenes en la pantalla:
El AP es el hijo de la "patria
televisiva" nivelada mundialmente como primer "agente socializador" en
reemplazo de la familia, la escuela y las tradiciones culturales de su lugar
de nacimiento.
El AP de la era informática rompe definitivamente con la matriz cultural del
viejo "Estado nacional" y se proyecta como un microchip nivelado del nuevo
"Estado trasnacional" de las corporaciones que han divido el
mundo en "gerencias de enclave".
Sus esquemas referenciales psicosociales fueron modelados y construidos
sobre dos pilares básicos: individualismo y consumismo.
Utilizando técnicas y estrategias de la guerra psicológica, los laboratorios
estratégicos de comunicación publicitaria comenzaron a modelar al
individuo-masa (el AP) a partir del surgimiento de la sociedad de consumo
en los años 50.
Un AP está programado para consumir: desde productos, espectáculos, modas,
hasta presidentes (gerentes de enclave de las trasnacionales)
vendidos por medio de técnicas de marketing y de campañas electorales
manipuladas por operaciones psicológicas.
A excepción de los casi tres mil millones de marginados de la sociedad de
consumo, que no alcanzan los niveles de supervivencia, el resto
de la sociedad mundial (tanto en el mundo dependiente como en el mundo de
las potencias dominantes) está programada a partir de una
estructura piramidal de AP (individuos-masa) nivelados por la ideología del
consumo.
Un AP es un nivelado universal por la cultura del consumo.
El consumo (no el pensamiento razonado con lógica de qué y para qué), rige y
parametra sus pautas de comportamiento social e individual.
Un AP de Asia, África, o Latinoamérica (más allá del idioma y la raza) viste
de la misma manera y consume los mismos productos que un AP de EE.UU. o de
Europa.
Ropa, cortes de cabello, música, fútbol, deportes, creencias, modas, gustos
consumistas, estereotipos de conducta social, son nivelados por igual en los
AP por las trasnacionales que han convertido al planeta en un "gran
mercado".
Un AP (Alienado Programado), técnicamente, es una terminal de consumo para
abrir nuevos mercados y nuevas fuentes de ganancia a escala
planetaria.
Así como la acelerada concentración y centralización del poder trasnacional impuso la incorporación masiva de la informática para la toma
de decisión económica, la sociedad de consumo requirió de la utilización en
gran escala de la publicidad comercial destinada a crear las bases
psicosociales del consumismo.
La manipulación psicológica con el consumismo desarraigó al individuo-masa
de los valores de su propia cultura, historia y tradiciones de origen, y lo
convirtió en un alienado universalizado y sin conciencia.
El colonizado mental, el AP, el individuo-masa, es un lumpen social cuya
máxima ambición es emigrar de su país de origen hacia los grandes centros
consumistas del Imperio, como está ocurriendo en Europa y en la frontera con
México.
El máximo objetivo de un AP es consumir sin interrogarse sobre los fenómenos
de genocidio económico y las lacras sociales emergentes de la explotación
del hombre por el hombre, a los que vive en forma alienada, sin vincularlos
al sistema, del que que tampoco sabe de que se trata.
Un AP, es la célula y la materia prima emergente de las operaciones
psicológicas trazadas para el control y direccionamiento de conducta con
fines colonizadores que lo despojó de todo atisbo de pensamiento reflexivo y
de conciencia social.
Un AP de clase baja es un desclasado sin patria (exactamente la contrapartida
del revolucionario con conciencia social emergente de la
Revolución Industrial) que sirve como carne de cañón y mano de obra barata (cuando
consigue trabajo) de las trasnacionales, también sin patria, extendidas por
los cuatro puntos cardinales del planeta.
Un AP, de clase media o alta, también es un desclasado sin patria que
alimenta (desde el vértice y el medio de la pirámide) las estructuras
gerenciales, políticas, burocráticas y/o profesionales del sistema trasnacionalizado.
Pero antes que nada, un AP (más allá de cualquier grupo de pertenencia
clasista) es un alienado social construido a la imagen y semejanza de las
trasnacionales y sus necesidades de mercado.
En este cambio de las matrices mentales y culturales de las sociedades
dominadas subyace la culminación de un minucioso proceso de colonización
psicológica-cultural, cuyo objetivo central se orienta a borrar las
fronteras entre el dominador y el dominado.
El perfeccionamiento del AP fue simultáneo a la destrucción de los Estados
nacionales por medio de la imposición del "libre mercado", la "apertura
económica" y las privatizaciones de empresa públicas impulsadas por el
trasnacionalismo desde Washington, en la década del 90.
B) El microchip cerebral
La etapa de la "colonización de las sociedades" con el consumo de productos,
comenzada en la década del 60, posibilitó la era de la "colonización mental"
con el consumo de información perfeccionada con el advenimiento masivo de
Internet y de las comunicaciones globalizadas en la década del 90.
Cuando el sistema trasnacional, por medio del consumo, niveló un
"modelo único de pensamiento", sentó las bases psicosociales para el control
político-ideológico por medio de la información periodística manipulada por
operaciones psicológicas .
Así como las técnicas de manipulación sirven para alienar conciencias con la
"TV espectáculo", también sirven para esconder la realidad, crear cortinas
de humo, y fabricar "atención social", o "indiferencia", ante los distintos
acontecimientos locales o internacionales que se van sucediendo.
El "mostrar" o "esconder" (por medio de
la manipulación mediática) tal o
cual acontecimiento, depende de los intereses que eventualmente tengan los
gobiernos y consorcios mediáticos sobre el mismo.
Así como las cadenas internacionales "vendieron" y mostraron masivamente el
Mundial de Alemania (que distrajo por un mes la atención de los problemas
reales), de la misma manera ocultaron la masacre producida por Israel en
Gaza y Líbano, como lo hacen en Irak o en otras partes del planeta sometidas
a la conquista y al genocidio militar por el control de mercados y de
recursos estratégicos.
Los miles de millones de AP que se emocionaron, rieron o lloraron, con el
Mundial permanecieron indiferentes ante el asesinato en masa de seres
humanos bombardeados por una superpotencia invasora (Israel), en el colmo
de la impunidad y del silencio cómplice de las potencias y de sus
organizaciones internacionales.
En la era de la información y de la revolución informática, los medios de
comunicación sustituyen a los ejércitos en los sistemas de dominio y de
control social.
La guerra militar y sus técnicas se revalorizan dentro de métodos
científicos de control social, y se convierten en una eficiente estrategia
de dominio sin el uso de las armas.
De manera tal, que el control de las sociedades, en la primera etapa, por
medio de la publicidad, posibilitó la segunda fase:
el control ideológico, a
través del consumo de información periodística, también nivelado a escala
planetaria por el aparato mediático controlado por las trasnacionales del
Imperio.
Con la nivelación consumista se establecieron las bases para el AP
consumidor de "órdenes psicológicas" manipuladas a través de la información
fragmentadora y "anti-reflexiva" del llamado "periodismo espectáculo".
De esta manera el AP, se convierte en la célula terminal del sistema de
colonización mental nivelado a escala universal por el aparato
mediático-informativo controlado por el sistema trasnacionalizado.
La era del microchip cerebral no solamente borra las fronteras entre el
dominador y el dominado sin que además nivela al hombre a "imagen y
semejanza" del consumismo sin fronteras.
"Miro la televisión y luego existo": El
axioma elemental del humano convertido en un microchip programado por
las trasnacionales.