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			por James Petras29 Noviembre 2014
 
			del Sitio Web
			
			RedVoltaire  
			  
			
 
				
					
						
							
								
								Nueva York (EE.UU.)
								 
								La recuperación del 
								poderío económico y militar de Rusia lograda 
								bajo el mandato de Vladimir Putin se ve 
								comprometida hoy por la guerra económica que le 
								imponen Estados Unidos y la Unión Europea, 
								observa el profesor James Petras.    
								Esta confrontación 
								obligará al poder ruso a cuestionar sus 
								relaciones con el sistema oligárquico heredado 
								de la era Yelsin, sistema que Putin reformó y 
								controló en parte, pero en el que también se 
								apoyó y que incluso preservó para sacar a Rusia 
								del marasmo económico en que se hallaba. 
								   
								Frente a la agresión 
								occidental, ese viejo sistema no basta. 
								   
								O Putin elimina el 
								modelo oligárquico y abre una nueva fase 
								innovadora de la economía rusa implicando a las 
								fuerzas productivas, las diversas clases 
								sociales - ricas en científicos y técnicos - con 
								los dinámicos y prósperos mercados emergentes de 
								Asia, o mantiene con el viejo sistema 
								oligárquico un statu quo que lo llevaría a la 
								derrota, analiza Petras.
 
			  
			  
			  
			  
			  
			 
				Cuatro 
					oligarcas muy cercanos a Putin:  
				Guennadi Timchenko, Yuri Kovalchuk, 
					Igor Setchin y Arkadi Rotenberg     
			  
			El
			
			golpe 
			de estado patrocinado por Estados Unidos y la Unión Europea en 
			Ucrania por un lado, el intento de transformar a Ucrania de 
			socio comercial histórico y estable de Rusia en uno más de la 
			devastada economía de la Unión Europea, para que sirva además de 
			plataforma de lanzamiento de misiles de la OTAN apuntando contra 
			Rusia, así como las sanciones económicas posteriores lanzadas en 
			contra de Rusia por el bloque (Estados Unidos-Unión Europea) por 
			apoyar a la minoría étnica ucraniana de lengua rusa viviendo desde 
			siglos en la región del
			
			Donbas y de Crimea, ilustran la peligrosa vulnerabilidad en la 
			que se puede encontrar la economía y la seguridad del Estado ruso 
			frente a la agresión occidental.  
			Para tener un panorama real y concreto de los esfuerzos necesarios 
			que debe realizar Rusia para su viabilidad económica, para su 
			seguridad en materia de defensa, para que Rusia pueda encontrar la 
			solución a estos desafíos, se requiere entonces de un análisis 
			crítico de las políticas y estructuras emergentes en Rusia después 
			de la era post-soviética.
         
			Saqueo como Privatización  
			Durante el último cuarto de siglo, 
			varios billones de dólares de valor de la propiedad pública estatal 
			en todos los sectores de la economía rusa fueron transferidos 
			ilegalmente o fueron violentamente incautados por grupos mafiosos o 
			gangsteriles oligarcas que actuaban a través de bandas armadas 
			[grupos de poder], especialmente durante la fase del derrumbe del 
			sistema comunista de la Unión Soviética a la fase de "transición 
			al capitalismo" emergente, desapareciendo la Unión Soviética, 
			apareciendo el nuevo Estado: la Federación de Repúblicas de Rusia.   
			De 1990 a 1999, más de 6 millones de 
			ciudadanos rusos murieron prematuramente [o a fuego lento] a 
			consecuencia del colapso catastrófico de la economía; la esperanza 
			de vida para los hombres disminuyó de 67 años durante la era 
			soviética a 55 años durante el período del presidente 
			
			Borís Yeltsin.    
			El PIB [producto interior bruto] de 
			Rusia se redujo en sesenta por ciento (-60%) - una primicia 
			histórica para un país que no estaba en guerra. Después de tomar 
			violentamente el poder con el bombardeo del parlamento ruso, el 
			régimen de Yelsin procedió a "priorizar" la privatización de 
			la economía, la venta de la energía, de los recursos naturales, de 
			la banca, los transportes y las comunicaciones a una décima parte o 
			incluso menos que eso de su verdadero valor económico, esto fue 
			vendido por nada a los compinches bien conectados y otras entidades 
			extranjeras.   
			En esa época era costumbre ver matones 
			armados, organizados por los mismos oligarcas arribistas 
			“completando” el programa de privatización mediante agresiones, 
			asesinatos y otras formas de violencia. Cientos de miles de 
			pensionistas (jubilados) de edad avanzada fueron expulsados de sus 
			casas y apartamentos en un vicioso comercio de superficies y 
			terrenos por especuladores inmobiliarios violentos. Consultores y 
			otros consejeros financieros académicos de Estados Unidos y de 
			Europa "aconsejaban" a diversos oligarcas rivales y a los 
			ministros del nuevo gobierno ruso como utilizar las mejores técnicas 
			de mercado “eficientes” para saquear la economía, "aconsejando" 
			pues, mientras tocaban lucrativas y cuantiosas comisiones generando 
			así enormes fortunas para la gente "bien relacionada".   
			Mientras tanto, los niveles de vida se 
			derrumbaron en esta nueva Rusia Federal, empobreciendo a las dos 
			terceras partes de los hogares rusos, los suicidios se 
			cuadruplicaron y las muertes por alcoholismo, adicción a las drogas, 
			el VIH (SIDA) y las enfermedades venéreas se tornó incontrolable.
			   
			La sífilis y la tuberculosis alcanzaron 
			proporciones epidémicas - enfermedades totalmente controlados 
			durante la era soviética - volvieron aparecer con furia a 
			consecuencia del cierre de clínicas y hospitales públicos que no 
			teniendo fondos dejaron de funcionar.         
			
			Documental sobre  
			los 
			acontecimientos de octubre de 1993,  
			el 
			bombardeo de la Casa Blanca en Moscú por Yeltsin     
			Por supuesto, para los medios de 
			comunicación occidentales, para la respetable prensa comercial 
			haciendo uso del noble don de la libertad de expresión, celebraron 
			el saqueo de Rusia como siendo una buena transición hacia la 
			democracia y "elecciones libres en una economía de libre mercado".
			   
			Ellos escribieron brillantes artículos 
			donde alababan la inteligencia del nuevo poder político; el control 
			de la economía por oligarcas mafiosos fue descrito como el reflejo 
			de un aumento de la "democracia liberal".  
			  
			El Estado ruso pasó 
			así, de la noche a la mañana, del rol de Superpotencia Mundial al de 
			Estado abyecto, convirtiéndose en un régimen cliente, penetrado por 
			las agencias de inteligencia occidentales e incapaz de gobernarse y 
			hacer respetar los acuerdos y sus intereses frente a las potencias 
			occidentales.    
			Estados Unidos y la Unión Europea 
			desplazaron rápidamente la influencia rusa-soviética de Europa del 
			Este y rápidamente se hicieron con el control de las ex-empresas 
			estatales, los medios de comunicación y las instituciones 
			financieras [tanto de Rusia como del bloque socialista de Europa del 
			este].   
			Los antiguos funcionarios comunistas y 
			de izquierda e incluso ejecutivos nacionalistas fueron expulsados y 
			sustituidos por políticos pro-OTAN dóciles y serviles al "libre 
			mercado".  
			  
			Estados Unidos y la Unión Europea violaron todos los 
			acuerdos históricos firmados por Gorbachov con Occidente: los 
			regímenes de Europa del Este se convirtieron
			
			en 
			miembros de la OTAN; Alemania Occidental anexó el este y las 
			bases militares
			
			de la 
			OTAN se ampliaron hasta las fronteras con Rusia.   
			Los pro-OTAN implantaron "think tanks" [1] 
			suministrando propaganda e inteligencia anti-rusa en la sociedad. 
			 
			  
			Cientos de organizaciones no gubernamentales [ONGs], financiadas por 
			Estados Unidos, operando dentro de Rusia con propaganda y otros 
			medios de instrumentalización para crear y fomentar una nueva raza 
			de políticos "serviles" neo-liberales.  
			  
			En el Cáucaso 
			soviético y el Extremo Oriente, Occidente fomentó movimientos 
			sectarios separatistas y levantamientos armados, especialmente en 
			Chechenia; Estados Unidos patrocinó dictadores lacayos útiles a su 
			imperialismo, un buen ejemplo es el payaso títere neoliberal y 
			corrupto, hablamos del
			
			presidente Saakashvili en la ex-República Soviética de
			
			Georgia.   
			De esta manera el Estado ruso fue 
			colonizado y su gobernante putativo, es decir el presidente de Rusia 
			en aquella época, Boris Yeltsin - a menudo completamente ebrio - 
			gobernaba por decreto y gracias a la corrupción ganaba la obediencia 
			de los funcionarios públicos y administradores del país, 
			desintegrando aún más al Estado y la sociedad rusa.   
			La década de Yeltsin es recordada por el 
			pueblo ruso como siendo un verdadero desastre; en cambio ese mismo 
			período es para Estados Unidos, la Unión Europea, para los oligarcas 
			rusos y sus seguidores la Edad de Oro... del saqueo.  
			  
			Para la 
			inmensa mayoría de rusos, fue una Edad Oscura, cuando la ciencia y 
			la cultura rusa fueron destrozadas; toda una clase de científicos, 
			artistas e ingenieros de alto nivel y rango mundial murieron de 
			inanición, a "fuego lento" ya que sus paupérrimos ingresos de 
			pensión los conducieron a la desesperación, precariedad, miseria y 
			muerte.  
			Para Estados Unidos, la Unión Europea y los oligarcas esto fue la 
			era de la "presa fácil": el pillaje económico, cultural e 
			intelectual, miles de millones de dólares de fortuna fueron a parar 
			en los bolsillos de la
			
			mafia 
			oligárquica; impunidad política, criminalidad desenfrenada y la 
			sumisión del gobierno ruso a los dictados de Occidente.
 
			  
			Los Acuerdos 
			Internacionales con el Estado ruso se violaban incluso antes de que 
			la tinta este seca. Era la época del mundo unipolar centrado en 
			Estados Unidos, el "Nuevo Orden Mundial", donde Washington 
			podría influir e invadir a los adversarios nacionalistas y a los 
			aliados de Rusia con toda impunidad.   
			La "Época de Oro" de la 
			dominación del mundo se convirtió en el indiscutible modelo "estándar" 
			occidental, dicho modelo serviría para juzgar a Rusia después de la 
			era Yeltsin.  
			  
			Cada decisión de política interior y exterior [de 
			Estados Unidos y la Unión Europea], adoptada durante los años de 
			gobierno de Putin, es decir entre 2000 y 2014, ha sido diseñada 
			especialmente por Washington para juzgar a Rusia, en función de si 
			[las nuevas políticas impulsadas por Putin] se ajustaban o desviaban 
			de la década Yeltsin, década de pillaje y manipulación de Rusia sin 
			que ésta de signos de respuesta en su defensa.         
			La Era Putin
			
			Reconstrucción económica del Estado ruso y la creciente beligerancia 
			de Estados Unidos y la Unión Europea  
			La primera y principal tarea del 
			presidente Putin fue la de hacer terminar el colapso en la que Rusia 
			se encontraba sumergida.  
			  
			Con el tiempo, el Estado y la economía rusa 
			se fueron recuperando y una cierta apariencia de orden y legalidad 
			llegó a todo el país. La economía comenzó a recuperar y crecer; 
			igual para el empleo, mejores salarios así como un mejor nivel de 
			vida y de bienestar general se fue generalizando, la tasa de 
			mortalidad dejó de crecer.  
			Comercio, inversión y transacciones financieras con Occidente se 
			normalizaron - se frenó el pillaje que fue denunciado como siendo 
			criminal y procesado ante la justicia.
 
			  
			La recuperación de Rusia fue 
			visto por Occidente (Unión Europea y Estados Unidos) con ambigüedad: 
			Muchas personas legítimas y honestas en negocios, las 
			multinacionales comerciales legales dieron la bienvenida al 
			restablecimiento de la ley, del orden y el fin del gangsterismo en 
			Rusia.   
			En contraste, los políticos en 
			Washington y Bruselas, así como los
			
			capitalistas buitres de  
			Wall Street y la
			
			City de Londres rápidamente condenaron a Putin que lo 
			calificaron de "dictador emergente lleno de autoritarismo" y 
			"estatismo", porque las nuevas autoridades rusas comenzaron a 
			investigar a los oligarcas mafiosos por evasión de impuestos, lavado 
			de dinero a gran escala, corrupción de funcionarios públicos e 
			incluso por el asesinato de burócratas que se opusieron al antiguo 
			orden legado por Yelsin.   
			El ascenso de Putin al poder coincidió 
			con el auge [demanda] de los productos básicos [materias primas] en 
			todo el mundo.  
			  
			El espectacular aumento del precio del petróleo, del 
			gas ruso y otros metales (2003-2013) permitió a la economía rusa de 
			crecer a un ritmo rápido, mientras que el Estado ruso aumentaba la 
			regulación y control de su economía, entonces pudo comenzar a 
			restaurar también sus fuerzas armadas.  
			El éxito de Putin para poner fin a las formas más salvajes de saqueo 
			de la economía y el restablecimiento de la soberanía de Rusia le 
			hizo popular entre el electorado: fue entonces repetidamente 
			reelegido por una amplia y sólida mayoría popular en el país.
 
			Como Rusia se fue distanciando de las políticas dominadoras y 
			colonizadoras que Occidente le imponía, como Rusia fue cambiando a 
			los funcionarios corruptos o vendidos y eliminando todas los vicios 
			y prácticas corruptas de la era Yeltsin, Estados Unidos y la Unión 
			Europea (UE) lanzaron una estrategia política hostil hacia Rusia de 
			Putin, dicha estrategia diseñada con múltiples puntas de ataque, 
			tenía como objetivo socavar la reputación y gobernabilidad del 
			presidente Putin.
 
			  
			Estados Unidos y la Unión Europea soñaban poder 
			restaurar clones neoliberales al estilo Yeltsin, que sean dóciles y 
			obedientes al poder Occidental para poder continuar con el saqueo.   
			Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) 
			rusas financiadas por fundaciones estadounidenses que actuaban en 
			realidad de manera encubierta para la CIA, lograron generar 
			protestas callejeras masivas, esto para reclutar y fundar 
			organizaciones electorales de oposición. 
			 
			  
			Partidos políticos 
			ultraliberales apoyados por Occidente compitieron sin éxito contra 
			otros partidos locales en las elecciones nacionales en Rusia. 
			 
			El 
			Centro Carnegie una instituto financiado por Estados Unidos, 
			conocido por ser un antro de la propaganda yanqui [2], 
			produjo una extensa cantidad de folletos, revistas y otras 
			publicaciones donde describía la política de Putin como "demoníacas", 
			"autoritarias", de "persecución" contra los buenos 
			oligarcas opositores y que Putin estaba planeando el regreso a una "economía 
			de orden y mando estilo soviético".
   
			Mientras Occidente trataba de restaurar 
			la "Edad de Oro" del saqueo a través de otros sustitutos de 
			manipulación interna, por otro lado proseguía con su agresiva 
			política exterior destinada a eliminar a los aliados y socios 
			comerciales de Rusia, especialmente en el Medio Oriente.  
			 Estados Unidos
			
			invadió Irak, asesinó a Saddam Hussein y desmanteló el liderazgo 
			del
			
			Partido Baas, poniendo en su lugar un régimen títere sectario 
			pro-Washington, así eliminaron un aliado tradicional clave 
			nacionalista de Moscú en la región.
 
			Estados Unidos decretó sanciones económicas contra Irán, un 
			importante y lucrativo socio comercial petrolero de Rusia. 
			Estados Unidos y la Unión Europea financian una insurgencia armada 
			[terroristas islámicos] a gran escala para derrocar al presidente 
			Bachar al-Assad en Siria, otro aliado importante de Rusia, y para 
			privar a la Armada rusa de un puerto amigo en el Mediterráneo.
 
			  
			Estados Unidos y la Unión Europea bombardearon a Libia, un 
			importante socio petrolero y comercial de Rusia (y China), 
			instalando allí un régimen cliente pro-occidental de tendencia 
			islamista radical [Libia está actualmente sumergida en un total caos 
			y anarquía, los grupos de fundamentalistas islámicos terroristas han 
			tomado el poder con el apoyo de la OTAN, nota de la redacción].   
			La presión estadounidense contra Rusia 
			se hizo sentir en el Cáucaso y en el Mar Negro, cuando el régimen de 
			Georgia bajo la órbita de Washington invadió
			
			por 
			sorpresa Osetia del Sur en 2008, un protectorado de Rusia, el 
			ataque nocturno de Georgia mató a decenas de fuerzas de paz rusas y 
			a cientos de civiles, este ataque fue repelido por una 
			contraofensiva eficaz y aplastante por parte de Moscú.   
			En 2014, los ataques occidentales contra 
			Rusia empezaron de nuevo, esta vez la estrategia es de aislar, 
			cercar y eventualmente socavar cualquier posibilidad de un Estado 
			independiente ruso [mediante castigos económicos].  
			Estados Unidos financió entones un golpe de Estado cívico-militar en 
			Ucrania para derrocar al gobierno elegido del presidente Viktor 
			Yanukovitch, quien se había opuesto a la anexión [o incorporación] 
			de Ucrania a la Unión Europea y su eventual afiliación como miembro 
			de la OTAN.
 
			Washington impuso un nuevo régimen [fascista-neonazi] títere en 
			Kiev, régimen profundamente hostil a Rusia y a los ciudadanos de 
			origen étnico ruso-ucraniano en la región este del país donde son 
			históricamente mayoría como en Crimea.
 
			El no reconocimiento de Rusia a este golpe de Estado, el respaldo de 
			Moscú a los ciudadanos rusos-ucranianos pero también ucrano-ucranianos 
			que están a favor de un nuevo sistema político federalista y 
			democrático [y que exigen eso al régimen fantoche de Kiev] en las 
			regiones del este de Ucrania y Crimea sirvió de pretexto a Occidente 
			para imponer sanciones comerciales contra Rusia, en un intento de 
			socavar su industria, principalmente en los sectores del petróleo 
			[energía], los bancos, los sectores manufactureros y paralizar así 
			su economía.
   
			Los estrategas imperialistas de 
			Washington y Bruselas no respetaron y rompieron todos los acuerdos 
			previos firmados con la Administración rusa del gobierno de Putin. 
			  
			Por otro lado trataron de convencer y convertir a los oligarcas 
			aliados cercanos de Putin para que se pongan en contra del 
			presidente ruso, para ello amenazaron a dichos oligarcas de 
			congelar, confiscar (pretextos no faltan cuando el dinero no es 
			limpio o no declarado) sus tenencias, posesiones y otras fortunas 
			personales colocadas en Occidente (generalmente fortunas invertidas 
			en negocios en la Unión Europea) - especialmente sus cuentas 
			bancarias, sus lavados de dinero y otras propiedades ocultas o bajo 
			nombres de terceros.    
			En lo que respecta a las empresas 
			petroleras estatales rusas, que participaban conjuntamente con otras 
			empresas petroleras multinacionales como lo son
			
			Chevron,
			
			Exxon 
			y
			
			Total, fueron repentinamente aisladas de los mercados de 
			capitales occidentales.   
			El impacto acumulativo de esta ola de 
			sanciones de la ofensiva occidental - que ya tiene una década con 
			estos objetivos - es decir el punto culminante buscado por 
			Estados Unidos y la Unión Europea era provocar una recesión en 
			Rusia, socavar su moneda (el rublo se redujo 23% en 2014), aumentar 
			el costo de las importaciones rusas y causar el mayor daño posible a 
			los consumidores locales .   
			La industria rusa, que depende de 
			equipos y piezas extranjeras, así como las empresas petroleras rusas 
			que dependen de la tecnología importada para efectuar la explotación 
			de pozos de las reservas del Ártico se vieron afectadas por este 
			embargo-bloqueo y guerra económica llena de sanciones impuestas por 
			Occidente, todo esto a causa de la "intransigencia de Putin", 
			quien se niega a doblegarse ante el dictado de Occidente.   
			A pesar de los éxitos a corto plazo de 
			la guerra económica lanzada por Estados Unidos y la Unión Europea 
			contra la economía rusa, la Administración Putin ha seguido siendo 
			muy popular entre el electorado ruso, con índices de aprobación 
			superior al 80%.   
			Las agrupaciones políticas rusas de 
			oposición al presidente Putin - es decir los grupos o líderes 
			políticos pro-occidentales al interior de Rusia - han perdido toda 
			credibilidad y sus panfletos acaban en la basura y sus discursos 
			también pero en la basura de la historia.  
			Sin embargo, la política de sanciones occidentales y la política 
			agresiva, es decir el cerco militar que la OTAN está implementando 
			en las fronteras de Rusia, ha puesto a la luz las vulnerabilidades 
			de Moscú.
         
			La vulnerabilidad rusaLas limitaciones que Putin enfrenta para proseguir con la 
			restauración de la soberanía de Rusia
  
			Después del saqueo de la economía rusa 
			tanto por la oligarquía moscovita nacional como occidental y la 
			degradación salvaje en la que se encontraba la sociedad rusa, el 
			presidente Putin emprendió una estrategia compleja.   
			En primer lugar, hizo una diferencia 
			entre oligarcas, aquellos
			
			oligarcas que son "políticos" [o que hacen política para sus 
			propios intereses] y oligarcas que son "económicos". 
			  
			En estos 
			últimos encontró muchos oligarcas ricachones que estaban dispuestos 
			a cooperar con su gobierno [con el nuevo gobierno de Putin] en la 
			reconstrucción de la economía rusa, y estaban dispuestos a seguir 
			complacientemente las directivas impuestas por el presidente Putin y 
			meter la mano al bolsillo para ello.   
			Estos oligarcas "económicos" 
			comprometidos con Putin conservaron su enorme poder económico y 
			recibieron muchos beneficios y ganancias por su contribución a la 
			reconstrucción de la economía rusa, pero a cambio de esto abdicaron 
			a tener algún poder político. A todos ellos, Putin permitió que 
			estos oligarcas "económicos" conservaran sus imperios 
			empresariales dudosamente adquiridos.  
			Por el contrario, los oligarcas que buscaban el poder político y 
			financiaban a los políticos de la era Yeltsin estuvieron en la mira 
			de la administración Putin - algunos fueron despojados de sus 
			fortunas - y otros fueron procesados por delitos que van desde el 
			lavado de dinero, evasión de impuestos, estafas y transferencia 
			ilegal de fondos en el extranjero, e incluso perseguidos por la 
			justicia por el asesinato de sus rivales.
   
			El segundo lugar, la estrategia 
			económica-política de Putin a principios de su mandato fue la de 
			profundizar la cooperación de Rusia con los Estados y las economías 
			occidentales, sobre la base de un intercambio recíproco en los 
			mercados comerciales y no sólo en beneficio de una parte, porque 
			durante la era Yelsin la apropiación de los recursos rusos fue 
			acaparada por Occidente.  
			  
			Putin buscaba asegurar una mayor 
			integración política-militar con Estados Unidos y la Unión Europea 
			para asegurar las fronteras y zonas de influencia de Rusia.   
			Con esta finalidad, el presidente Putin 
			permitió la circulación sobre las rutas del territorio ruso de los 
			suministros expedidos y destinados para las bases militares de las 
			fuerzas armadas de Estados Unidos y la Unión Europea que 
			participaban en la invasión y ocupación de Afganistán. Tampoco se 
			opuso a las sanciones de la Unión Europea y Estados Unidos contra 
			Irán.  
			  
			Putin tampoco hizo mayor cosa cuando Estados Unidos invadió y 
			ocupó Irak, a pesar de los estrechos lazos económicos permanentes 
			entre Moscú y Bagdad.  
			  
			Por otro lado se unió a las 5 potencias que 
			supervisan las conversaciones de "paz" en Palestina-Israel y 
			se puso por un buen tiempo del lado de Washington e Israel.  
			  
			Incluso 
			dio ingenuamente luz verde a los bombardeos de la OTAN en Libia, 
			suponiendo que sería un asunto limitado, una intervención "humanitaria".   
			Como resultado de esta colusión 
			[compañerismo] político y diplomático de Putin con la expansión 
			militar de Washington y de la OTAN, el comercio de Rusia, la 
			inversión y las finanzas con Occidente prosperaron. Empresas rusas 
			levantaron préstamos en los mercados de capitales occidentales; los 
			inversores extranjeros acudieron en masa a la bolsa de valores de 
			Rusia y multinacionales formaron empresas mixtas con las empresas 
			rusas.  
			  
			Las principales compañías de petróleo y gas florecieron.  
			  
			La 
			economía rusa recuperó los niveles de vida de la era soviética; el 
			gasto de los consumidores aumentó; el desempleo pasó de una cifra de 
			dos dígitos a un solo dígito; sueldos y salarios atrasados se 
			pagaron y centros de investigación, universidades, escuelas e 
			instituciones culturales comenzaron a recuperarse.   
			En el tercer lugar de la estrategia de 
			Putin viene la recuperación del Estado (renacionalización) del 
			sector energético - petróleo y gas - un sector importante y 
			estratégico para Moscú. Por compra y recompra directa de acciones y 
			[de empresas], a través de auditorías financieras y la confiscación 
			de los activos de los oligarcas mafiosos.  
			  
			Moscú volvió a tomar 
			nuevamente el control de manera estatal del petróleo y gas ruso, 
			esto fue una operación realizada con gran éxito.    
			Estos sectores re-nacionalizados 
			formaron empresas conjuntas con los gigantes petroleros occidentales 
			y llevaron cuantiosas exportaciones de petróleo ruso en el 
			transcurso del periodo de alta demanda mundial.  
			  
			Con el aumento de 
			los precios del petróleo en la década de Putin, Rusia conoció un 
			aumento de las importaciones impulsada por los consumidores rusos, 
			importaciones de productos agrícolas, de joyería de lujo y autos... 
			Putin consolidó su posición política dentro de Rusia gracias al 
			apoyo electoral popular y profundizó la "integración" de 
			Rusia en los mercados occidentales.   
			La estrategia de expansión y de 
			crecimiento económico de Putin estaba conectada exclusivamente hacia 
			los mercados Occidentales, es decir la Unión Europea y 
			Estados Unidos, no miraba hacia el este: Asia/China, ni tampoco 
			miraba hacia el sur: América Latina.   
			Con este enfoque inicial del presidente 
			ruso hacia "Occidente" enfoque táctico y exitoso en un 
			principio, Putin comenzó a exponer sin querer las vulnerabilidades 
			estratégicas de Rusia.   
			Las primeras señales evidentes de 
			agresividad occidental fueron cuando estos lanzaron una campaña de 
			apoyo a los oligarcas corruptos rusos, es decir una campaña anti-Putin, 
			y los medios de comunicación comerciales de Occidente comenzaron a 
			demonizar el sistema judicial ruso que procesaba y condenaba en 
			justicia a un oligarca mafioso y gansteril como lo es 
			
			Mijaíl 
			Jodorkovski.  
			La segunda señal de agresividad de Occidente fue el apoyo financiero 
			y político de Estados Unidos y de la Unión Europea a los 
			neoliberales de la era Yeltsin, que comenzaron a competir 
			políticamente contra los candidatos del partido Rusia Unida, el 
			partido de Vladimir Putin...
 
			  
			Se hizo evidente que el esfuerzo de 
			Putin para restaurar la soberanía rusa entraba en conflicto con los 
			planes de Occidente que busca mantener a Rusia como un Estado 
			vasallo.  
			Occidente sigue añorando los años dorados de pillaje desenfrenado y 
			de dominación de la economía rusa de la era Yeltsin y por eso 
			detestan la era Putin, aquella de una Rusia independiente y 
			dinámica, por tal razón tratan de desprestigiar constantemente al 
			presidente de Rusia comparándolo a la extinta
			
			Unión Soviética y al
			
			KGB.
   
			En 2010, Estados Unidos apoyó y empujó a 
			uno de los presidentes-clientes que controla, el presidente 
			georgiano Saakashvili de Georgia, para que invadiera militarmente 
			Osetia del Sur, un protectorado [territorial] de Rusia. Esta fue la 
			primera indicación o señal importante que la interacción de Putin 
			con Occidente era también contraproducente.  
			  
			Las fronteras 
			territoriales de Rusia, la de sus aliados y las zonas de influencia 
			rusas se han transformado en objetivos codiciados por Occidente. 
			Estados Unidos y la Unión Europea condenaron la respuesta defensiva 
			de Rusia, incluso después que Moscú retirara sus tropas de Georgia y 
			aplicarle una buena paliza.   
			La corta guerra de Rusia contra Georgia 
			fue un ensayo militar de Occidente, una especie de ensayo bélico de 
			varios disparos y bombas financiada, aprobada, planificada por 
			Estados Unidos y la Unión Europea; otras veces estos tipos de 
			intervenciones militares reciben el nombre de "revoluciones de 
			color" y otras veces de "intervenciones humanitarias" de 
			la OTAN.  
			Yugoslavia, país en los Balcanes, fue desmantelada como República 
			Federal por los bombardeos de la OTAN y Ucrania ha experimentado 
			estos últimos tiempos varias "revoluciones de color" para 
			llegar hoy a una sangrienta guerra civil.
 
			Washington y Bruselas han interpretado erróneamente las diversas 
			medidas de conciliación propuestas por el presidente Putin como 
			signos de debilidad de parte de Rusia y se han sentido con las manos 
			libres y el permiso necesario para invadir [controlar] más 
			territorios cerca de la frontera rusao o para derrocar a los 
			gobiernos amigos de Rusia.
   
			A mediados de la segunda década del 
			nuevo siglo XXI, los Estados Unidos y la Unión Europea tomaron una 
			importante decisión estratégica para debilitar la seguridad de Rusia 
			y su soberanía económica: tomar el control de Ucrania, expulsar a 
			Rusia de su base naval del Mar Negro en Crimea y convertir a Ucrania 
			en un puesto de avanzada militar de la OTAN. 
			  
			Por otro lado cortar 
			los vínculos económicos de este de Ucrania [región étnicamente rusofona] con Rusia - especialmente el mercado estratégico de 
			armamento militar ruso para con Ucrania.  
			Este golpe fue financiado por Occidente, mientras que las bandas 
			armadas de extrema derecha y grupos de choque neonazis las 
			proporcionaron los radicales de Ucrania [en colaboración con los 
			servicios secretos occidentales].
 
			  
			La junta [gobernante neofascista] 
			de Kiev organizó una guerra de conquista dirigida para eliminar a 
			los anti-golpistas, a los federalistas, a las fuerzas pro-democracia 
			en la región sureste [y este de Ucrania],en la rica región del 
			Donbas con su mayoría étnica rusa y sus lazos [económicos] con la 
			industria pesada a Rusia.   
			Cuando Putin reconoce finalmente el 
			grave peligro para la seguridad nacional de Rusia, su gobierno 
			respondió con la anexión de Crimea después de un referéndum popular 
			y comenzó a ofrecer corredores y otras líneas de ayuda y de 
			suministros para los federalistas asediados en el este de Ucrania 
			que se oponen al régimen [neofascista] de Kiev.  
			Entonces Occidente comenzó aprovecharse de las vulnerabilidades de 
			la economía rusa, vulnerabilidades que resultan del modelo de 
			desarrollo económico de Putin, e impuso a Moscú una amplio lista de 
			sanciones económicas destinadas a paralizar la economía de Rusia.
         
			Las sanciones de Occidente y los 
			puntos débiles de RusiaRepensar el enfoque estratégico de Putin
  
			La agresividad militar de Occidente y 
			las sanciones contra Rusia han puesto a la vista varias 
			vulnerabilidades o puntos débiles de la estrategia económica y 
			política de Putin.  
			Estos incluyen:
 
				
					
					
					Su dependencia exclusiva en los 
					mercados occidentales conducida por los "oligarcas 
					económicos" para promover su estrategia de crecimiento 
					económico de Rusia  
					
					Su aceptación de la mayoría de 
					las privatizaciones de la era Yeltsin  
					
					Su decisión de centrarse en el 
					comercio con Occidente, ignorando el mercado de China  
					
					Su aceptación de adoptar 
					principalmente una estrategia de exportación de gas y 
					petróleo en lugar de desarrollar una economía diversificada  
					
					Su dependencia hacia sus aliados 
					los oligarcas barones ladrones - sin experiencia real en el 
					desarrollo de la industria, que no cuentan con verdaderas 
					habilidades financieras ni técnicas, con escasa experiencia 
					tecnológica, sin conocimientos en conceptos de marketing - 
					para poder restaurar, renovar, innovar y ejecutar un sector 
					manufacturero de avanzada. 
					   
					A diferencia de los chinos, los 
					oligarcas rusos han sido totalmente dependientes de los 
					mercados occidentales, sea para las finanzas [colocar sus 
					millones en bancos en Occidente], sea para la tecnología y 
					han hecho muy poco para desarrollar el mercado [interior] 
					nacional ruso; nada han hecho para implementar la 
					autofinanciación mediante la reinversión de sus utilidades o 
					mejorar la productividad a través de la tecnología rusa y la 
					investigación. 
					   
					Nada de esto han hecho los oligarcas. 
			Frente a las sanciones occidentales, el 
			punto más débil de Putin para poder dar una respuesta contundente 
			curiosamente son oligarcas-aliados, y este punto débil incapacita a 
			Rusia en la formulación de una respuesta eficaz a la agresión 
			occidental.  
			Estos oligarcas-aliados presionan a Putin para que ceda y acepte lo 
			que Washington está exigiendo; al mismo tiempo suplican a los bancos 
			occidentales para que sus cuentas y propiedades estén libres o 
			exentas de las sanciones occidentales.
 
			  
			Están desesperados por 
			proteger sus bienes en Londres y Nueva York.    
			En una palabra, están apurados y 
			desesperados por que el presidente Putin llegue rápidamente a un 
			acuerdo con la Junta [neofascista] de Kiev y abandone a los 
			luchadores federalistas rusos-ucranianos que exigen libertad y 
			democracia en el sureste y este de Ucrania. Y presionan a Putin para 
			ello.   
			Esto pone en relieve la contradicción 
			dentro de la estrategia de Putin de trabajar con los oligarcas "económicos", 
			que estuvieron de acuerdo desde un principio en no oponerse a Putin 
			en Rusia, mientras que iban transfiriendo sus riquezas masivamente a 
			los bancos occidentales, invirtiendo sus millones en bienes raíces 
			de lujo en Londres, París y Manhattan y creando vínculos, amistades 
			y lealtades [con grupos de poder] fuera de Rusia.   
			En efecto, estos "oligarcas 
			económicos" están hoy en día estrechamente vinculados a los 
			enemigos políticos actuales de Rusia [los banqueros y otros grupos 
			de poder occidentales que están lanzando las sanciones económicas 
			contra Rusia actualmente].  
			Fue un éxito táctico de Putin en un principio el de aprovechar la "ayuda" 
			de los oligarcas en su proyecto de crecimiento a través de la 
			estabilidad pero paradójicamente esto se ha convertido hoy en una 
			debilidad estratégica en la defensa del país contra las represalias 
			económicas occidentales agobiantes.
 
			  
			La decisión de Putin de aceptar las 
			privatizaciones [gángsteres] de la era Yeltsin proporcionó una 
			cierta estabilidad en el corto plazo, pero también provocó la huida 
			masiva de capital privado ruso al extranjero en lugar que estos 
			fondos permanecieran en el país para ser invertidos en proyectos 
			destinados a asegurar una mayor autosuficiencia.  
			Hoy en día la capacidad del gobierno ruso para movilizar y convertir 
			su economía en un motor de crecimiento para soportar la presión 
			imperial de las sanciones económicas impuestas abusivamente a Rusia 
			es mucho más débil porque la totalidad de la economía ya no está 
			bajo un mayor control estatal.
 
			Putin pasará por momentos difíciles, tratando de convencer a los 
			propietarios privados de las principales industrias rusas de que 
			deben hacer sacrificios - están demasiado acostumbrados a recibir 
			favores, subvenciones y contratos gubernamentales.
 
			  
			Además, como sus 
			contrapartes financieras [socios o asociados] en Occidente hacen 
			presión, apuran los rusos para los pagos de deudas y niegan al mismo 
			tiempo nuevos créditos, las élites privadas rusas amenazan con 
			declararse en quiebra o despedir trabajadores para reducir gastos 
			o simplemente recortar la producción. 
				
					
					
					La creciente ola de intervenciones 
			militares occidentales en las fronteras de Rusia
					
					La larga lista de 
			promesas incumplidas de Estados Unidos y la Unión Europea sobre la 
			no incorporación de los países de Europa del Este al bloque militar 
			de la OTAN
					
					El bombardeo y destrucción de Yugoslavia en la década de 
			los 90,  
			...todo esto debió haber demostrado y servido de ejemplo al 
			presidente Putin para que darse cuenta de que ninguna cantidad de 
			concesiones unilaterales hechas a favor de Occidente iba permitir 
			que Rusia fuese aceptada o considerada como un buen socio. 
			 
			Washington y Bruselas han estado siempre firmes en su estrategia 
			para rodearla militarmente y mantener a Rusia como un 
			Estado-cliente.
   
			En lugar de seguir desarrollando 
			exclusivamente relaciones con Occidente (es decir con el oeste de 
			Europa (esencialmente la Unión Europea y Estados Unidos) y de 
			ofrecer apoyo indirectamente a las guerras estadounidenses de la 
			OTAN, Rusia habría estado en una posición mucho mejor para resistir 
			hoy las sanciones y amenazas militares actuales si hubiese 
			diversificado y orientado su economía también hacia los mercados de 
			Asia, especialmente hacia China, con su dinámico crecimiento 
			económico y la expansión del mercado interno, la capacidad de 
			inversión y la creciente competencia técnica.  
			Es evidente que la política exterior de China no ha tenido 
			los mismos problemas que afronta Rusia; China no ha tenido 
			agresiones militares cerca de sus fronteras y los aliados de China 
			tampoco han sido atacados, ni invadidos, ni implicados en guerras, 
			como lo han sido los aliados de Rusia.
 
			A pesar que Rusia ha reaccionado ahora para aumentar los lazos 
			económicos con Asia frente a las crecientes amenazas de la OTAN, una 
			gran cantidad de tiempo y de resultados se han perdido en los 
			últimos 15 años.
 
			Tomará otra década para reorientar la economía rusa, con 
			sus principales industrias todavía controladas en gran parte por los 
			oligarcas mediocres y cleptócratas, vestigios de la época de 
			Yeltsin.
   
			Con el cierre de los mercados 
			occidentales (europeos de la Unión Europea y de los Estados Unidos 
			principalmente), Putin ha tenido que “volverse” hacia China y 
			también hacia otros países de Asia y América Latina para encontrar 
			nuevos mercados y socios económicos.  
			Pero su estrategia de crecimiento sigue dependiendo sobre todo de las 
			exportaciones de petróleo y gas y hoy la mayor parte de los líderes 
			empresariales de Rusia, managers, ejecutivos-dueños no son 
			verdaderos empresarios emprendedores capaces de desarrollar nuevos 
			productos innovadores y competitivos, de implantar nueva tecnología 
			e insumos de Rusia y la capacidad para identificar nuevos mercados 
			rentables.
 
			  
			Esta generación de líderes empresariales rusos no 
			construyó sus imperios o conglomerados económicos del "abajo 
			hacia arriba" - sino que se apoderaron y saquearon los activos 
			del sector público estatal, y su riqueza creció gracias a contratos 
			con el Estado y la protección de este.  
			Moscú les pide ahora encontrar nuevos mercados alternativos en el 
			extranjero, para innovar, competir y sustituir su dependencia de la 
			maquinaria alemana.
 
			  
			La mayor parte de la "casta 
			capitalista industrial" de Rusia no es de verdaderos 
			empresarios. Son más bien como una banda de compinches 
			coleccionistas adinerados que no saben que hacer con sus millones, 
			orientados y seducidos exclusivamente por Occidente.  
			Sus orígenes son a menudo el sector mafioso-gansgteríl, como "señores 
			de la guerra", "fuertes en negocios por la fuerza" y que 
			desde un principio supieron muy bien como eliminar a sus rivales de 
			los sorteos de bienes públicos y estatales de la década de los años 
			1990.
 
			Si bien estos oligarcas han tratado de ganar respetabilidad después 
			de consolidar sus imperios económicos gracias a los servicios de 
			agencias de relaciones públicas contratadas para pulir sus imágenes 
			y dotarse de consultores económicos para asesorarles sobre las 
			inversiones, nunca demostraron ninguna capacidad para hacer crecer 
			sus empresas o transformarlas en empresas competitivas.
 
			En vez de ello, se mantuvieron totalmente dependientes del capital, 
			la tecnología y las importaciones provenientes de Occidente y de las 
			subvenciones de la administración de Putin, que ellos controlaban o 
			beneficiaban.
   
			Los llamados "capitalistas" 
			rentistas rusos contrastan agudamente con los empresarios públicos y 
			privados chinos dinámicos - que pidieron prestada la tecnología del 
			extranjero, tomaron eso prestado de Estados Unidos, Japón, Taiwán y 
			Alemania, adaptando y mejorando la tecnología y ahora están 
			produciendo equipamiento altamente competitivo y avanzado.  
			  
			Cuando 
			las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea entraron en 
			vigor, la industria rusa resultó incapaz de sustituir la importación 
			extranjera por la producción local y el presidente Putin tuvo que 
			concertar acuerdos comerciales de importación con China y con otras 
			fuentes para obtener los insumos que Rusia necesita.   
			El mayor defecto estratégico en la 
			estrategia económica de Putin fue su decisión de concentrarse 
			mayoritariamente en las exportaciones de gas y petróleo hacia el 
			mercado de Occidente como su "motor de crecimiento".  
			  
			Esto dio 
			lugar a la dependencia rusa de los altos precios de las 
			exportaciones de materias primas y de productos energéticos hacia 
			los mercados occidentales.    
			Teniendo eso en la mente, Estados Unidos 
			y la Unión Europea explotaron la vulnerabilidad de Rusia 
			favoreciendo la caída del precio del petróleo y su dependencia de la 
			tecnología occidental para la extracción de petróleo, así como la 
			paralización de creación de empresas mixtas (rusas con 
			occidentales).   
			La política de Putin se ha basado en una 
			visión de integración económica con Occidente junto con una mayor 
			cooperación de relaciones políticas con las potencias de la OTAN. 
			 
			  
			Estos proyectos de Putin se han desmoronado ante la marcha de los 
			acontecimientos: 
				
				La cooperación de Estados Unidos y 
				la Unión Europea fue por su lado táctica y calculadora, 
				dependiendo de las concesiones asimétricas hechas 
				unilateralmente por parte de Rusia hacia ellos - especialmente 
				la constante disposición de Rusia a sacrificar a sus aliados 
				tradicionales en los Balcanes, Oriente Medio, norte de África y 
				especialmente en el Cáucaso - únicamente para seguir manteniendo 
				buenas relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea. 
				 
			En cuanto Rusia comenzó a hacer valer sus propios intereses, 
			Occidente se volvió hostil y se dispuso a empezar una confrontación. 
			 
			  
			Desde que Rusia se opuso al régimen golpista en Kiev, el objetivo 
			principal de Occidente ha sido el derrocamiento de Putin en Rusia.
			 
			La ofensiva Occidental en curso contra Rusia actualmente no es una 
			fase pasajera, o algo que se va a terminar pronto, no! Es el 
			comienzo de una prolongada e intensificada confrontación económica y 
			política.
   
			Aunque Rusia es vulnerable, lo cierto es 
			que dispone de los medios, de los recursos y de la capacidad para 
			resistir, de defender y promover su seguridad nacional así como 
			su economía.         
			¿Qué se debe hacer?
				
					
					
					En primer lugar y ante todo 
					Rusia debe diversificar su economía; debe industrializar sus 
					propias materias primas e inyectar grandes inversiones para 
					sustituir las importaciones occidentales con productos 
					manufacturados locales.  
					  
					Si bien el intercambio comercial 
					firmado recientemente con China es un paso positivo, 
					no deben repetirse los mismos errores cometidos con 
					Occidente, es decir convertirse en un simple proveedor de 
					energía (gas y petróleo) porque sería repetir el mismo patrón 
					comercial que ha hecho con Estados Unidos y la Unión 
					Europea.  
					
					En segundo lugar, Rusia debe 
					volver a nacionalizar su sistema bancario, el comercio 
					exterior y las industrias estratégicas del país, eliminando 
					todas las lealtades político-económicas dudosas de cierta 
					clase social, poniendo fin al comportamiento rentista de la 
					clase actual con graves signos de disfunción "capitalista" 
					privada.  
					  
					El gobierno de Putin debe pasar de la era de los 
					oligarcas a la era de los tecnócratas; pasar de la era de 
					pensionistas a la era de los empresarios (modernos, 
					innovadores y buenos administradores creativos); pasar de los 
					especuladores que ganan su dinero en Rusia - pero 
					lo invierten o lo gastan en Occidente - para crear en 
					lo adelante empresas co-participativas entre 
					trabajadores-técnicos e inversores, en una palabra, debe 
					profundizar el carácter nacional, público, y productivo de 
					la economía.  
					
					Sobre los oligarcas que 
					permanecen en Rusia, no podemos creer que sus simples 
					declaraciones de lealtad hacia la administración del 
					presidente Putin bastan para verlos como verdaderos y 
					legítimos agentes económicos de los intereses rusos en el 
					país. 
					   
					Por lo general, los oligarcas han dejado de invertir 
					en Rusia, transfirieron su riqueza y con ello han puesto en 
					tela de juicio la autoridad legítima del Estado ruso en el 
					extranjero, bajo la presión de las sanciones económicas 
					occidentales. 
			Rusia necesita una nueva revolución 
			económica y política - en la que el gobierno reconoce a Occidente 
			como una grave amenaza imperial y pueda apoyarse sobre una clase 
			obrera rusa organizada y capacitada, no en una banda de dudosos 
			oligarcas.   
			La administración de Putin demostró 
			tener la capacidad para sacar a Rusia del abismo donde se estaba 
			sumergida en los años 1990 y ha sabido también inculcar la dignidad 
			y la autoestima entre los rusos, tanto al interior del país como en 
			el extranjero.  
			  
			También se ha enfrentado inteligentemente a 
			la agresión de Occidente 
			
			en Ucrania.  
			  
			A la luz de estos hechos, 
			el presidente Putin tienen todo el interés de avanzar y comenzar 
			a desmantelar el Estado cleptómano que todavía subsiste de la era 
			Yeltsin en la economía rusa y debe comenzar a re-industrializar, 
			diversificar y desarrollar la economía nacional rusa, con alta 
			tecnología para gozar de una economía diversificada.  
			Pero sobre todo Rusia necesita crear nuevas formas democráticas 
			populares de democracia para sustentar la transición a un Estado 
			seguro, antiimperialista y soberano.
 
				
					
					
					El presidente Putin cuenta con el respaldo de la gran mayoría del 
			pueblo ruso
					
					Putin cuenta con extraordinarios científicos 
			y profesionales
					
					Putin tiene aliados en China y entre los países del 
			movimiento de 
					los BRICS
					
					Sobre todo, Putin tiene la voluntad y 
			cuenta con el poder, con la bendición de la población [y la 
			aprobación ética y moral] de "hacer lo correcto" 
			La pregunta sigue siendo si Putin tendrá 
			éxito en esta nueva misión histórica, o si, por miedo o indecisión, 
			Putin capitularía ante las amenazas agresivas de un Occidente 
			decadente y peligroso. 
			  
			  
			  
			  
			Referencias 
				
				[1] Think-tanks es el nombre que 
				recibe en inglés lo que podría calificarse como siendo un 
				centro, instituto o institución que se dedica a difundir en la 
				sociedad civil - de manera disimulada - una propaganda 
				ideológica (generalmente con un objetivo político) bajo forma de 
				divulgación de ideas o pensamientos constructivos, necesarios e 
				innovadores, útiles para el ciudadano común y corriente, para 
				los estudiantes, los líderes del país, los intelectuales y otras 
				instancias dirigentes o gobernantes de una nación.    
				Los think-tanks operan 
				frecuentemente bajo cobertura de ser centros o fundaciones de 
				investigación independientes, pero en su mayoría están ligados a 
				grupos de poder o lobbys que incluso son ramificaciones de super-estructuras 
				conectadas a multinacionales, agencias de espionaje o países con 
				objetivos imperialistas de dominación, quiénes finalmente son 
				los que financian y comandan estos think-tanks.    
				La misión de los think-tanks es pues 
				la de inculcar e imponer en una población dada, una forma de 
				pensar, hacer aceptar los valores e ideas que los grupos 
				dominantes quieren imponer de acuerdo a sus intereses 
				(económicos-políticos), haciéndolo de manera discreta, sin que 
				sea apercibido quien está detrás de todo esto.    
				Por esa razón los think-tanks tienen 
				los medios financieros para reclutar personalidades, artistas, 
				prestigiosos intelectuales (muchas veces vendidos) para que 
				trabajen para ellos y propaguen las ideas o creencias de los 
				think-tanks quieren imponer, poniendo en su mira de conquista 
				especialmente a las personas que tienen el poder de decisión en 
				una sociedad, en un gobierno.    
				La palabra think-tank viene del 
				inglés, think significa pensar, tank quiere decir tanque.
 [2] Ver: "La Fundación Carnegie para la paz internacional"
 
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