por Kerry Bolton
14 Agosto 2015
del Sitio Web
Editorial-Streicher
Versión original en ingles
En
foreignpolicyjournal.com el doctor Kerry R. Bolton
publicó en Agosto de 2015 el siguiente ensayo que
ofrecemos en castellano.
Es algo
engañoso su título (Spiritual Roots of Russo-American
Conflict) por referirse fundamentalmente al carácter
íntimo de la cultura de Rusia, como lo describió el
filósofo alemán Spengler y diversos literatos rusos,
y su lucha contra la occidentalización general que
pretendió imponer el Emperador Pedro el Grande
(1682-1725).
También, a
pesar suyo quizá, el bolchevismo, lucha que según el
autor ha sido permanente hasta el día de hoy, a
pesar de cualquier apariencia cultural exterior, por
tratarse de un pueblo en esencia joven, en
contraposición al ya 'antiguo Occidente'.
Raíces Espirituales
...del Conflicto
Ruso-Estadounidense
La rivalidad entre Estados Unidos y
Rusia es algo más que geopolítica o económica.
Dicha rivalidad es un reflejo de
visiones del mundo antitéticas de carácter espiritual.
El filósofo-historiador conservador
alemán Oswald Spengler, que escribió sobre la morfología de
las culturas como poseedoras de ciclos de vida orgánicos, en su
libro que marcó época La Decadencia de Occidente tuvo mucho
que decir acerca de Rusia que es muy fácilmente malinterpretado como
de naturaleza rusofóbica.
Pero ése no es el caso, y Spengler
escribió acerca de Rusia en términos similares a los de los
"eslavófilos".
-
Spengler
-
Dostoyevski
-
Berdiaev
-
Solzhenistyn,
...tienen mucho de relevante que decir
en el análisis del conflicto entre Estados Unidos y Rusia.
El considerar sus diferencias como
fundamentalmente "espirituales" explica por qué este conflicto
continuará y por qué el optimismo entre los círculos políticos
occidentales ante la perspectiva de una Rusia dócil y completamente
integrada en la "comunidad internacional" fue tan efímero.
Acerca del carácter religioso de esta confrontación, un analista
estadounidense, Paul Coyer, ha escrito:
"En medio de la confrontación
geopolítica entre la Rusia de Vladimir Putin y Estados Unidos y
sus aliados, se ha prestado poca atención al papel desempeñado
por la religión, ya sea como modeladora de la política interna
de Rusia o como un medio para comprender las acciones
internacionales de Putin.
Al papel de la religión se ha
tendido durante mucho tiempo a concederle poca atención en el
estudio del arte de gobernar (aunque aquello ha venido
experimentando un cierto renacimiento últimamente), pero en
ninguna parte ella ha jugado un rol más prominente - y quizás en
ninguna parte su importancia ha sido menos reconocida - que en
su papel de apoyo al Estado ruso y al actual lugar de Rusia en
los asuntos mundiales". (1)
El "Alma" de
Rusia
Spengler consideraba a los rusos como habiendo sido formados por la
inmensidad de la tierra llana, innatamente antagonistas de la
Máquina, enraizados en la tierra, irreprimiblemente campesinos,
religiosos y "primitivos".
Sin una amplia comprensión de la
filosofía de Spengler, parecería que él era un eslavófobo.
Sin embargo, cuando Spengler escribió
acerca de esas características rusas, él se estaba refiriendo a los
rusos como un pueblo todavía joven, en contraste con el senil
Occidente.
De ahí que el ruso "primitivo" no sea
sinónimo del "primitivismo" como se entendía popularmente en ese
entonces en relación con los pueblos tribales "primitivos". Ni
tampoco debería confundirse con la percepción hitleriana del "eslavo
primitivo" incapaz de construir su propio Estado.
Para Spengler, el "campesino primitivo" es la fuente desde la que un
pueblo extrae sus elementos más sanos durante sus épocas de vigor
cultural.
La agricultura es el fundamento de una
Alta Cultura, que permite que las comunidades estables diversifiquen
el trabajo hacia la especialización desde la cual la civilización
avanza.
Sin embargo, según Spengler, cada pueblo tiene su propia alma, una
concepción derivada del idealismo alemán de Herder, Fichte
y otros. Una Alta Cultura refleja aquella alma, ya sea en sus
matemáticas, su música o su arquitectura, tanto en las artes como en
las ciencias físicas.
El alma rusa no es la misma que la
faústica occidental, como Spengler la llamó, ni la "mágica" de la
civilización árabe, o la clásica de los griegos y los romanos. La
cultura occidental que fue impuesta a Rusia por Pedro el Grande, que
Spengler llamó Petrinismo, es un barniz.
Spengler declaró que el alma rusa es "la llanura sin límite".
(2)
El alma rusa expresa su propio tipo de
infinito, aunque no el del alma fáustica occidental, que llega a ser
esclavizada por sus propias técnicas al final de su ciclo de vida.
(3)
(Aunque se podría argumentar que el
sovietismo esclavizó al hombre a la máquina, un spengleriano citaría
eso como un ejemplo de petrinismo).
Sin embargo, las civilizaciones siguen
el curso de su vida, y uno no puede ver las descripciones de
Spengler como juicios morales sino como observaciones.
El final de la civilización occidental, según Spengler, no puede ser
el crear posteriores grandes formas de arte y de música, que
pertenecen a la época de juventud o "primavera" de una civilización,
sino dominar el mundo bajo un sistema tecnocrático-militar antes de
declinar hacia el olvido, al igual que civilizaciones mundiales
anteriores.
Si bien Spengler veía así el
cumplimiento de la Civilización Occidental, la forma que ella ha
asumido desde la Segunda Guerra Mundial bajo el régimen de Estados
Unidos es muy diferente de la que podría haber asumido bajo el
imperialismo europeo.
Es después de este declive occidental - que ahora significa
el declive estadounidense - que
Spengler hizo alusión a la siguiente civilización mundial como rusa.
De acuerdo a Spengler, la arquitectura Ortodoxa rusa no representa
la infinitud hacia el espacio que es simbolizado por la torre de la
catedral gótica de la alta cultura occidental, ni el espacio cerrado
de la mezquita de la cultura mágica, (4) sino la
impresión de estar sentado sobre un horizonte.
Spengler consideraba que esa
arquitectura rusa es,
"no todavía un estilo, sólo la
promesa de un estilo que despertará cuando despierte la
verdadera religión rusa". (5)
Spengler escribía acerca de la cultura
rusa como un extraño, y por su propio reconocimiento debió haber
comprendido las limitaciones de aquello. Es por lo tanto útil
comparar sus pensamientos acerca de Rusia con los de importantes
rusos.
Nikolai Berdiaev, en La Idea Rusa, reafirma lo que
describe Spengler:
"Existe en el alma rusa aquello que
corresponde a la inmensidad, la vaguedad, la infinitud de la
tierra rusa; la geografía espiritual se corresponde con la
geografía física.
En el alma de Rusia hay una especie
de inmensidad, una indefinición, una predilección por el
infinito, tal como es sugerido por la gran planicie de Rusia".
(6)
Las conexiones entre la familia, la
nación, el nacimiento, la unidad y la madre patria se reflejan en el
idioma ruso:
-
род (rod) = familia, género,
especie, clase
-
родина (ródina) = patria, madre
patria
-
родители (roditeli) = padres
-
родить (rodít') = dar a luz
-
роднить (rodnít') = unir, reunir
-
родовой (rodovói) = ancestral,
tribal
-
родство (rodstvó) = parentesco
El liberalismo occidental, el
racionalismo, e incluso los mayores esfuerzos del materialismo
dialéctico bolchevique, hasta ahora no han sido capaces de destruir
permanentemente, sino a lo sumo reprimir, estas concepciones -
conscientes o inconscientes - de lo que es ser "ruso".
Spengler, como se verá, ya durante el
período inicial del bolchevismo ruso predijo que incluso aquello
tomaría una forma diferente, incluso antitética, de marxismo hacia
un significado petrino implícito.
Pronto la URSS estaba de nuevo rindiendo
homenaje a la Santa Madre Rusia más bien que al proletariado
internacional, para gran lamento de Trotsky.
"Socialismo
Ruso", No Marxismo
En el alma rusa falta el ego/vanidad del hombre de la cultura
occidental.
La persona busca el crecimiento
impersonal al servicio del,
"mundo hermano de la llanura".
El cristianismo Ortodoxo condena
el "Yo" como "pecado". (7)
El concepto ruso de "nosotros" más bien que de "yo", y del servicio
impersonal para la expansión de la propia tierra, implica otra forma
de socialismo que la del marxismo.
Es quizá en este sentido que el
estalinismo procedió de acuerdo a orientaciones a menudo antitéticas
al bolchevismo previsto por Trotsky y otros. (8)
Un reciente comentario de una visitante estadounidense en Rusia,
Barbara J. Brothers, como parte de una delegación científica,
afirma algo similar a la observación de Spengler:
"Los rusos tienen un sentido de
conexión con sí mismos y con los demás seres humanos que
simplemente no forma parte de la realidad estadounidense.
No es que la competitividad no
exista, sino que siempre parece haber más consideración y
respeto por los demás en cualquier situación dada". (9)
Acerca del ethos tradicional ruso,
intrínsecamente antitético al individualismo occidental, incluyendo
el de las relaciones de propiedad, Berdiaev escribió:
"De todos los pueblos del mundo, los
rusos tienen el espíritu comunitario; en el más alto grado, el
modo de vivir ruso y las costumbres rusas son de esa clase.
La hospitalidad rusa es un
indicativo de este sentido de comunidad". (10)
Taras Bulba
La literatura nacional rusa a partir de la década de 1840 comenzó a
expresar conscientemente el alma rusa.
En primer lugar, la obra
Taras Bulba de Nikolai
Vasilievich Gogol, la cual, junto con la poesía de Pushkin,
fundó una tradición literaria rusa, es decir, verdaderamente rusa y
distinta de la literatura previa, basada en la alemana, francesa e
inglesa.
John Cournos afirma esto en su
introducción a Taras Bulba:
"La palabra hablada, nacida del
pueblo, dio alma y alas a la literatura; sólo al venir a la
tierra, la tierra nativa, se le permitió elevarse.
Viniendo de la pequeña Rusia,
Ucrania, con sangre cosaca en sus venas, Gogol inyectó su propio
virus saludable en un cuerpo decadente, insufló su propio
espíritu viril, el espíritu de su raza, en su nariz, y dio a la
novela rusa su dirección hasta este mismo día.
"Taras Bulba es un cuento acerca de la formación del pueblo
cosaco. En esa formación del pueblo el enemigo exterior juega un
papel crucial. El ruso ha sido formado en gran medida como
resultado de batallar durante siglos con tártaros, musulmanes y
mongoles". (11)
La sociedad y nacionalidad de ellos
fueron definidas por la religiosidad, tal como lo fueron las de
Occidente por el cristianismo gótico durante su época de
"primavera", en términos spenglerianos.
El recién llegado a la Setch o
aldea permanente, era recibido por el Jefe como cristiano y como
guerrero:
"¡Bienvenido! ¿Cree usted en
Cristo?".
"Sí", respondía el recién llegado.
"¿Y cree usted en la Santísima
Trinidad?".
"Sí".
"¿Y va usted a la iglesia?".
"Sí".
"Ahora haga la señal de la cruz".
Gogol, Ibid., III
Gogol describe el desprecio con que
es considerado el comercio, y cuando el comercio ha entrado
entre los rusos, en lugar de quedar confinado a los no-rusos
asociados con el comercio, es considerado como un síntoma de
decadencia:
"Sé que la bajeza ha entrado en
nuestra tierra.
Los hombres se preocupan sólo de
tener sus gavillas de grano y de heno y sus rebaños de caballos,
y de que su hidromiel esté segura en sus bodegas; ellos adoptan
el diablo sabe qué costumbres musulmanas.
Ellos hablan despectivamente con sus
lenguas. No les interesa comunicar sus verdaderos pensamientos a
los suyos. Ellos venden sus propias cosas a sus propios
compañeros, como criaturas sin alma en el mercado...
¡Que sepan lo que significa la
hermandad en la tierra rusa!"
(Ibid.)
Aquí podemos ver un socialismo ruso que
está muy lejos de ser el materialismo dialéctico ofrecido por
Marx, el místico sentimiento del "nosotros" forjado por la
inmensidad de las llanuras y el imperativo de la hermandad por
encima de la economía, impuesto por ese paisaje.
El sentimiento de misión en el mundo que
tiene Rusia tiene su propia forma de mesianismo, ya sea expresado a
través del cristianismo Ortodoxo o en la forma no-marxista de
"revolución mundial" bajo Stalin, o una combinación de ambos, como
lo sugiere el posterior entendimiento mutuo entre el estalinismo y
la Iglesia desde 1943 con la creación del Consejo para Asuntos de
la Iglesia Ortodoxa Rusa. (12)
En ambos sentidos, e incluso en las
formas embrionarias que están teniendo lugar bajo Putin, Rusia está
consciente de una misión mundial, expresada hoy como el papel de
Rusia en la creación de un mundo multipolar, con Rusia como
fundamental en la resistencia al unipolarismo.
El comercio es un asunto de extranjeros, y las intrusiones traen con
ellas la corrupción del alma rusa y de la cultura en general, en el
discurso, en la interacción social, en el servilismo, socavando la
"hermandad" rusa, el sentimiento ruso del "nosotros" que Spengler
describió. (13)
La hermandad de los cosacos es interpretada por Gogol como el
proceso formativo en el desarrollo del pueblo ruso. Ese proceso no
es biológico sino del espíritu, que trasciende incluso los lazos
familiares.
Spengler trató el asunto de la raza como
algo del alma más bien que de la zoología. (14)
Para Spengler, el paisaje era crucial
para determinar lo que llega a convertirse en "raza", y la duración
de las familias agrupadas en un paisaje determinado - incluyendo a
los nómadas que tienen un ámbito definido en su deambular - forma
"un carácter de duración" que era la definición de Spengler de
"raza". (15)
Gogol describe ese proceso de formación de la "raza" entre los
rusos.
Muy lejos de ser un agresivo
nacionalismo racial, es una expansiva hermandad mística bajo Dios:
"El padre ama a sus hijos, la madre
ama a sus hijos, los niños aman a su padre y a su madre; pero
esto no es como eso, hermanos. La bestia salvaje también ama a
sus crías.
Pero un hombre puede estar
emparentado por similitud de mente y no tan sólo por la sangre.
Ha habido hermandades en otras tierras, pero nunca como en
nuestra tierra rusa".
(Gogol,
op.
cit., IX)
El alma rusa ha nacido del sufrimiento.
El ruso acepta el destino de la vida en
el servicio a Dios y a su Madre Patria. Rusia y la fe son
inseparables.
Cuando el anciano guerrero Bovdug es
mortalmente herido por una bala turca, sus palabras finales son
exhortaciones acerca de la nobleza del sufrimiento, después de lo
cual su espíritu se eleva para reunirse con sus antepasados. (Ibid)
La mística de la muerte y el sufrimiento
por la Madre Patria se describe en la muerte de Taras Bulba cuando
él es capturado y ejecutado, siendo sus últimas palabras unas de
resurrección:
"Esperen; ¡vendrá un tiempo en que
sabrán lo que es la fe ortodoxa rusa! Ya el pueblo lo percibe
por todas partes. Un zar surgirá de la tierra rusa, ¡y no habrá
poder en el mundo que no se someta a él!".
(Ibid., XII)
Petrinismo
Durante siglos ha existido una dicotomía, comenzando con
Pedro el Grande, de intentos de
imponer un barniz occidental sobre Rusia. Eso es llamado
Petrinismo.
La resistencia ante aquellos intentos es
lo que Spengler llamó la "Antigua Rusia". (16)
Berdiaev escribió:
"Rusia es una sección completa del
mundo, un colosal Oriente-Occidente. Ella une dos mundos, y
dentro del alma rusa dos principios están siempre involucrados
en una lucha: el oriental y el occidental". (17)
Con la orientación de la política rusa
hacia Occidente, la,
"Antigua Rusia" se vio "forzada a
una historia falsa y artificial". (18)
Spengler escribió que Rusia había
llegado a ser dominada por la cultura occidental tardía:
"Artes y ciencias de una cultura
tardía, su ilustración, su ética social, el materialismo de las
ciudades del mundo, fueron introducidos, aunque en esa época pre-cultural
la religión era el único idioma en el cual el hombre se entendía
a sí mismo y al mundo". (19)
"La primera condición para la emancipación del alma rusa",
escribió a Dostoyevski en 1863 Ivan Sergyeyevich Aksakov,
fundador del grupo anti-petrinista 'Slavophil', "es que debería
odiar Petersburgo con todas sus fuerzas y con toda su alma".
La ciudad de Moscú es santa, la de
Petersburgo es satánica.
Una generalizada leyenda popular
presenta a Pedro el Grande como el Anticristo.
El odio a "Occidente" y a "Europa" es el odio hacia
una civilización que ya había alcanzado un avanzado estado de
descomposición en el materialismo y que había procurado imponer su
primacía por medio de la subversión cultural más que por el combate,
con su perspectiva basada en la ciudad y en el dinero,
"envenenando la cultura por nacer en
el vientre de la tierra". (20)
Rusia era todavía una tierra donde no
había burguesía y ningún verdadero sistema de clases, sino sólo el
señor y el campesino, una visión confirmada por Berdiaev, cuando
escribió:
"Las diversas líneas de demarcación
social no existían en Rusia; no había clases fuertemente
marcadas. Rusia nunca fue un país aristocrático en el sentido
occidental, e igualmente no había burguesía". (21)
Las ciudades que surgieron produjeron
una clase intelectual, copiando a la intelectualidad del Occidente
tardío,
"inclinada a descubrir problemas y
conflictos y, abajo, un campesinado desarraigado, con toda la
ansiedad metafísica, la ansiedad y la miseria de su propio
Dostoyevski, perpetuamente nostálgico de la tierra ilimitada y
odiando amargamente el pétreo mundo gris hacia el cual el
Anticristo los había tentado.
Moscú no tenía alma propia".
(22)
Berdiaev, del mismo modo, afirma del
Petrinismo de la clase alta que,
"la historia rusa fue una lucha
entre Oriente y Occidente dentro del alma rusa". (23)
Katéjon
*
* N. del T.: gr.
Katéchon = aquello que refrena, impide, se opone, obstaculiza,
detiene, retiene o contiene (2ª Tesalonicenses 2:6-7).
Berdiaev afirma que si bien el Petrinismo introdujo una época
de dinamismo cultural, también puso una pesada carga sobre Rusia, y
una desunión de espíritu (Ibid.).
Sin embargo, Rusia tiene su propio
sentido religioso de misión, que es tan universal como el del
Vaticano.
Spengler cita a Dostoyevski,
quien en 1878 escribió:
"Todos los hombres deben llegar a
convertirse en rusos, primero y ante todo rusos. Si la Humanidad
general es el ideal ruso, entonces cada uno, antes que nada,
debe llegar a ser un ruso". (24)
La idea mesiánica rusa encontró una
poderosa expresión en Los Endemoniados de Dostoyevski, donde,
en una conversación con Stavrogin, Shatov afirma:
"¿Reducir a Dios al atributo
de la nacionalidad?... Por el contrario, yo elevo la nación
hacia Dios...
El pueblo es el cuerpo de Dios.
Cada nación es una nación sólo en tanto tenga su propio dios
particular, excluyendo todos los otros dioses de la Tierra sin
ninguna reconciliación posible, mientras crea que por su propio
dios va a conquistar y expulsar a todos los demás dioses de la
faz de la Tierra...
La única nación "portadora de
Dios" es la nación rusa...". (25)
Esto es Rusia como el Katéjon,
como la "nación" cuya misión histórica mundial es resistir al hijo
de la perdición, un Anticristo literal, según el Apocalipsis de
Juan, o como el lugar de nacimiento de un gran Zar que cumple el
papel tradicional de nexo entre lo terrestre y lo divino, alrededor
del cual Rusia está unida en esa misión.
Esa misión como el Katéjon define
a Rusia como algo más que simplemente un etno-Estado-nación, como
Dostoievski lo expresó (Ibid.).
Incluso la URSS, supuestamente purgada
de todas esas nociones, simplemente las re-expresó con la retórica
marxista, la cual era no menos apocalíptica y mesiánica, y que veía
al "decadente Occidente" en términos análogos a como ciertos
elementos del Islam consideran a Estados Unidos como el "Gran Satán"
(Gran Enemigo).
No es sorprendente que los expertos de la academia, la política y
los medios de comunicación occidentales, secularizados y liberales,
no pudieran entender, y en realidad se sintieran indignados, cuando
Solzhenitsyn se mostró tan desagradecido cuando en su exilio
occidental él condenó inequívocamente el liberalismo y el
materialismo de un "Occidente decadente".
Una figura que durante tanto tiempo fue
considerada por el liberalismo occidental como un mártir resultó ser
un ruso tradicional y no alguien que estaba dispuesto a rehacerse a
sí mismo a la imagen de un liberal occidental para conseguir
aplausos continuos.
Él atacó las modernas concepciones de
Occidente de "derechos", "libertad", "felicidad", "riqueza", la
irresponsabilidad de la "prensa libre"
y el "estupor televisivo", y se refirió a la "decadencia
occidental" con coraje.
Él enfatizó que se trataba de un asunto
espiritual:
"Pero si se me preguntara, en
cambio, si yo propondría a Occidente, tal como es hoy día, como
modelo para mi país, yo francamente tendría que responder en
forma negativa.
No, no podría recomendar vuestra
sociedad como un ideal para la transformación de la nuestra.
A través de un sufrimiento profundo,
la gente en nuestro país ha logrado ahora un desarrollo
espiritual de tal intensidad que el sistema occidental, en su
actual estado de agotamiento espiritual, ya no parece atractivo.
Incluso aquellas características de
vuestra vida que acabo de enumerar son extremadamente
entristecedoras". (26)
Todos éstos son asuntos que han sido
abordados por Spengler, y por los rusos tradicionales, sea que se
llamen a sí mismos zaristas cristianos Ortodoxos, o incluso
"bolcheviques" o seguidores de Putin.
La tesis de Spengler de que la civilización occidental está en
decadencia es análoga a las evaluaciones más místicas de Occidente
por parte de los Eslavófilos, llegando ambos a similares
conclusiones.
Solzhenitsyn pertenecía a aquella
tradición, y Putin está influido por ella en su condena del
liberalismo occidental.
Putin recientemente señaló las
diferencias entre Occidente y Rusia como "morales" y religiosas en
su raíz:
"Otro serio desafío a la identidad
de Rusia está vinculado a los acontecimientos que están teniendo
lugar en el mundo.
Aquí hay aspectos tanto de política
exterior como morales. Podemos ver cómo muchos de los países
euro-atlánticos están rechazando actualmente sus raíces,
incluyendo los valores cristianos que constituyen la base de la
civilización occidental.
Ellos están negando los principios
morales y todas las identidades tradicionales: nacionales,
culturales, religiosas e incluso sexuales". (27)
Spengler veía a Rusia como fuera de
Europa, y aún como "asiática".
Él incluso vio un renacimiento
occidental como una oposición contra Rusia, a la cual él consideraba
como liderando el "mundo de color" contra los Blancos, bajo el manto
del bolchevismo. Sin embargo, también había otros destinos que
Spengler veía en el horizonte, que habían sido predichos por
Dostoyevski.
Una vez que Rusia hubiera superado sus intromisiones foráneas,
podría mirar al mundo con otra perspectiva, y reconsiderar a Europa
no con odio y venganza sino con una afinidad de intereses.
Spengler escribió que mientras Tolstoi,
el Petrinista, cuya doctrina fue la precursora del
bolchevismo, era,
"la antigua Rusia", Dostoyevski era
"la Rusia que vendrá".
Dostoyevski, como el
representante de la "Rusia que vendrá", "no conoce" el odio de Rusia
contra Occidente. Dostoyevski y la antigua Rusia son trascendentes.
"Su apasionado poder de vivir es lo
suficientemente abarcador como para abrazar todas las cosas
occidentales también".
Spengler cita a Dostoyevski:
"Tengo dos patrias:
Rusia y Europa".
Dostoyevski, como el precursor de una
alta cultura rusa,
"ha pasado más allá tanto del
Petrinismo como de la revolución, y desde su futuro él
contempla a ambos como desde lejos. Su alma es apocalíptica,
anhelante, desesperada, pero de ese futuro él tiene la certeza".
(28)
Para el "eslavófilo", Europa es
preciosa.
El eslavófilo aprecia la riqueza de la
alta cultura europea, a la vez que comprende que Europa está en un
estado de decadencia.
Podríamos recordar que mientras Estados
Unidos - a través de la fachada de la CIA que es el Congreso por la
Libertad Cultural - promovía el expresionismo abstracto y el jazz en
Europa (tal como ahora promueve el hip-hop, lo cual el Departamento
de Estado estadounidense llama la "diplomacia del hip-hop"), la URSS
condenó eso como "cosmopolitismo desarraigado".
Nikolai Berdiaev
habló de lo que él juzgaba como una inconsistencia en Dostoyevski y
en los eslavófilos hacia Europa, y que era sin embargo comprensible
cuando consideramos la diferenciación fundamental de Spengler entre
Cultura y Civilización:
"Dostoievski se llama a sí mismo un
eslavófilo.
Él pensó, como lo hizo también un
gran número de pensadores sobre el tema de Rusia y Europa, que
él sabía que la decadencia se estaba estableciendo, pero que un
gran pasado existía en ella, y que ella ha hecho contribuciones
de gran valor para la historia de la Humanidad". (29)
Es notable que mientras esta
diferenciación entre Kultur y Zivilisation es
atribuida a una particular tradición filosófica alemana, Berdiaev
comenta que ella estuvo presente entre los rusos "mucho antes de
Spengler":
Debe señalarse que mucho antes de
Spengler los rusos formularon la distinción entre "cultura" y
"civilización", que ellos atacaron a la "civilización" aun
cuando siguieron siendo partidarios de la "cultura".
Esta distinción, en realidad, aunque
expresada en una fraseología diferente, se encontraba entre los
eslavófilos.
(Ibid)
Dostoyevski era indiferente al Occidente
tardío, mientras que Tolstoi era un producto de ello, siendo el
Rousseau ruso. Imbuidos con ideas del Occidente tardío, los
marxistas intentaron reemplazar una clase dominante petrina
con otra.
Ninguna representaba el alma de Rusia.
Spengler declaró:
"El verdadero ruso es el discípulo
de Dostoyevski, incluso aunque pueda no haberlo leído, y quizá
por no saber leer. Él mismo es Dostoyevski en su esencia".
La intelectualidad odia, pero el
campesino no.
Él finalmente derrocaría al bolchevismo
y a cualquier otra forma de Petrinismo.
Aquí vemos a Spengler declarando
inequívocamente que la civilización post-occidental será rusa:
"Pues lo que este pueblo sin
ciudades anhela es su forma propia de vida, su propia religión,
su propia historia. El cristianismo de Tolstoi fue un
malentendido.
Él hablaba de Cristo, pero
quería decir Marx. Pero al cristianismo de Dostoyevski le
pertenecerán los próximos mil años". (30)
Para la verdadera Rusia, como lo declaró
Dostoyevski,
"ni una sola nación ha sido fundada
alguna vez sobre los principios de la ciencia o de la razón".
(31)
Hacia la época en que había sido
publicado el libro final de Spengler, Los Años Decisivos, en
1934, él declaraba que Rusia había superado el Petrinismo y las
trampas del Occidente tardío.
A la vez que él denominaba como
"asiática" a la nueva orientación de Rusia, dijo que era,
"una Idea nueva, y una idea con
futuro también". (32)
Para aclarar, Rusia mira hacia el
"Oriente", pero mientras que el occidental da por hecho que "Asia" y
Oriente son sinónimo de "mongol", la etimología de la palabra "Asia"
viene del griego Aσία, c. 440 a.C., refiriéndose a todas las
regiones al Este de Grecia (Ibid., p. 61).
Durante su época Spengler vio en Rusia que,
"La raza, la lengua, las costumbres
populares y la religión, en sus formas actuales... todas o
alguna de ellas pueden y serán fundamentalmente transformadas.
Lo que vemos hoy entonces es
simplemente el nuevo tipo de vida que una vasta tierra ha
concebido y que actualmente dará a luz. No es definible con
palabras, ni quien la porta es consciente de ella.
Aquellos que intentan definir,
establecer e instituir un programa, están confundiendo la vida
con una frase, como lo hace el bolchevismo reinante, que no es
suficientemente consciente de su propio origen europeo
occidental, racionalista y cosmopolita".
(Ibid.)
De la Rusia de 1934 Spengler ya había
visto que,
"de genuino marxismo hay muy poco,
excepto en nombres y programas".
Él dudaba de que el programa comunista
estuviera "realmente siendo tomado en serio".
Él vio la posibilidad de que los
vestigios del bolchevismo petrino fueran superados, para ser
reemplazados por un tipo "nacionalista" oriental que alcanzaría,
"proporciones gigantescas
incontroladas" (Ibid., p. 63).
Spengler también se refirió a Rusia como
el país,
"menos preocupado por el
bolchevismo" (Ibid., p. 182), y que la "cara marxista (era la)
presentada sólo al mundo exterior" (Ibid., p. 212).
Una década después de la muerte de
Spengler la dirección de Rusia bajo Stalin había perseguido
definiciones más claras, y el bolchevismo petrino había sido
transformado en la forma en que Spengler previó. (33)
Conclusión
Como en el tiempo de Spengler, y siglos antes, continúan existiendo
dos tendencias en Rusia:
la Antigua Rusia y la petrina.
Ni uno ni otro espíritu es actualmente
dominante, aunque bajo Putin la Antigua Rusia lucha
por resurgir.
Los círculos políticos estadounidenses
ven a esta Rusia como una amenaza, y gastan mucho en promover un
"cambio de régimen" a través de la
National Endowment for Democracy
y muchas otras instituciones.
Esas actividades provocaron
recientemente la reacción del gobierno de Putin contra tales
Organizaciones No Gubernamentales. (34)
Spengler, en una conferencia publicada en la Convención de
Negocios Renana-Westfaliana en 1922, se refirió al,
"impulso antiguo, instintivo, poco
claro, inconsciente y subliminal que está presente en cada ruso,
sin importa cuán completamente occidentalizada pueda estar su
vida consciente, un anhelo místico por el Sur, por
Constantinopla y Jerusalén, un genuino espíritu de cruzada,
similar al espíritu que nuestros antepasados góticos tenían en
su sangre pero que difícilmente podemos apreciar hoy".
(35)
El bolchevismo destruyó una forma de
Petrinismo con otra, despejando el camino,
"para una nueva cultura que surgirá
algún día entre Europa y Asia Oriental. Es más un comienzo que
un final".
El campesinado,
"algún día llegará a ser consciente
de su propia voluntad, que apunta en una dirección totalmente
diferente (...) El campesinado es el verdadero pueblo ruso del
futuro. No permitirá ser pervertido o sofocado".
(Ibid.)
El archi-conservador anti-marxista
Spengler, en consonancia con la tradición alemana de la
Realpolitik, consideró en su discurso de 1922 la posibilidad de
una alianza ruso-alemana, siendo el
Tratado de Rapallo un reflejo de
esa tradición.
"Un nuevo tipo de líder" despertaría
en la adversidad, para "nuevas cruzadas y conquistas
legendarias".
El resto del mundo, lleno de anhelo
religioso, pero declinando en una tierra infértil, está,
"desgarrado y lo suficientemente
cansado como para posibilitar que de pronto asuma un nuevo
carácter bajo las circunstancias adecuadas".
Spengler sugirió que,
"quizás el propio bolchevismo
cambiará de esta manera bajo nuevos líderes".
"Pero la Rusia silenciosa y
profunda" dirigiría su atención hacia el Asia Cercana y la
Oriental, como un pueblo de "grandes extensiones continentales".
(Ibid.)
Si bien Spengler postuló los ciclos
orgánicos de una Alta Cultura yendo a través de las fases vitales de
nacimiento, vigor juvenil, madurez, vejez y muerte, debería tenerse
en cuenta que un ciclo de vida puede ser interrumpido, abortado,
asesinado o golpeado por la enfermedad en cualquier momento, y
finalizar sin cumplirse.
Cada fase tiene su analogía en la
política, y hay muchos rusófobos ansiosos por impedir el destino de
Rusia mediante el contagio político, económico y cultural.
El bloque soviético cayó por medio de un
contagio interno y externo.
Spengler previó nuevas posibilidades para Rusia, la que todavía
tiene que cumplir su misión histórica, mesiánica y de alcance
mundial, una misión tradicional de la que Putin parece estar
consciente, o al menos dispuesto a desempeñar su parte.
Coyer afirma convincentemente:
"El conflicto entre Rusia y
Occidente, por lo tanto, es retratado tanto por la Iglesia
Ortodoxa rusa como por Vladimir Putin y sus colaboradores como
nada menos que un conflicto espiritual y civilizacional".
(Coyer, op. cit.)
El fortalecimiento de la Ortodoxia es
parte de este proceso, como lo es el estilo de liderazgo de Putin, a
diferencia de un Yeltsin, por ejemplo.
Comoquiera que Rusia sea considerada
exteriormente, ya sea como monárquica, bolchevique o democrática,
existe una Rusia interna - eterna - cuyo carácter embrionario la
coloca en un rumbo antitético al de Estados Unidos.
References
(1) Paul Coyer, (Un)Holy
Alliance: Vladimir Putin, The Russian Orthodox Church And
Russian Exceptionalism, Forbes, May 21, 2015,
[2) Oswald Spengler, The Decline of the West, Londres, 1971,
vol. I, p. 201.
[3) Ibid., vol. II, 502.
[4) Ibid., vol. I, pp. 183-216.
[5) Ibid., p. 201
[6) Nikolai Berdiaev, The Russian Idea, Nueva York, 1948, p. 1.
[7) Oswald Spengler, op. cit., vol. I, p. 309.
[8) Leon Trotsky, The Revolution Betrayed: What Is the Soviet
Union and Where Is It Going?, 1936.
(9) Barbara J. Brothers,
From Russia, With Soul,
Psychology Today, 1º de Enero de 1993,
(10) Berdiaev, op. cit., pp. 97-98.
[11) H. Cournos, "Introducción"
a N. V. Gogol, Taras Bulba & Other Tales, 1842,
[12) T. A. Chumachenko, Church and State in Soviet Russia, Nueva
York, 2002.
[13) Spengler, op. cit., I, p. 309.
(14) Ibid., vol. II, pp. 113-155.
[15) Ibid., vol. II, p. 113
[16) Spengler, op. cit., vol. II, p. 192.
[17) Berdiaev, op. cit., p. 1
[18) Spengler, op. cit., vol. II, p. 193.
(19) Ibid., vol. II, p. 193.
[20) Spengler, op. cit., vol. II, p. 194.
[21) Berdiaev, op. cit., p. 1.
(22) Spengler, op. cit., vol. II, p.
194.
[23) Berdiaev, op. cit., p. 15.
(24) Spengler, The Hour of Decision,
Nueva York, 1963, 63n.
[25) Fyodor Dostoevski, The Possessed, Oxford University Press,
1992, Part II: I: 7, pp. 265-266.
[26) Alexander Solzhenitsyn, A World Split Apart, discurso de
apertura pronunciado en la Universidad de Harvard University, 8
de Junio de 1978.
[27) V. Putin, discurso en el Valdai Club, 19 de Septiembre de
2013.
(28) Spengler, op. cit., vol. II, p.
194.
[29) Berdiaev, op. cit., p. 70
[30) Spengler, The Decline of the West, vol. II, p. 196.
[31) Dostoyevski, op. cit., II: I: VII.
(32) Spengler, The Hour of Decision,
Nueva York, 1963, p. 60
(33) D. Brandenberger, National
Bolshevism: Stalinist Culture and the Formation of Modern
Russian National Identity 1931-1956, Harvard University Press,
Massachusetts, 2002.
[34) The Telegraph,
Vladimir Putin Firma Nueva Ley contra
"ONGs Indeseables", 24 de Mayo de 2015,
[35) Spengler, "The Two Faces of Russia and Germany’s Eastern
Problems", Politische Schriften, Múnich, 14 de Febrero de 1922.
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