por Thierry Meyssan 12 Enero 2023 del Sitio Web VoltaireNet
los cambios son poco frecuentes pero abruptos. Y los últimos en percibirlos generalmente sufren las consecuencias. Aunque Occidente trata de mantener una apariencia de inmovilismo, las relaciones internacionales ya cambiaron profundamente en 2022, principalmente en detrimento de Estados Unidos, Reino Unido y de Francia, a menudo en favor de China y de Rusia. Los occidentales se mantienen pendientes de lo que sucede en Ucrania pero no perciben que el panorama general internacional ya no es el de antes...
Y esos cambios todavía están lejos de haber terminado. El
proceso iniciado ya no se detendrá, aunque algunos acontecimientos
vengan a perturbarlo y quizás incluso a interrumpirlo durante
algunos años.
Ya nadie obedece a un jefe, ni siquiera los países que siguen siendo vasallos de Washington. Cada cual comienza ahora a pensar por sí mismo.
Todavía no estamos
en el mundo multipolar que
Rusia y
China tratan de construir, pero
ya estamos viéndolo surgir.
Los occidentales y sus socios están convencidos de que Rusia 'invadió' Ucrania para modificar sus fronteras mediante el uso de la fuerza. Pero eso no es lo que anunció el presidente Vladimir Putin, ni tampoco lo que ha hecho el ejército ruso.
Los hechos no
confirman la interpretación de Occidente.
Como además no quieren recordar los
Acuerdos de Minsk - a
pesar de que Alemania y Francia los firmaron como garantes de su
aplicación, al igual que Rusia - los occidentales no pueden
plantearse la idea de que Rusia puso en práctica la
"responsabilidad de proteger" que se proclamó en la ONU en 2005.
En cierta
manera, no es sorprendente que Merkel y Hollande se enorgullezcan de
su duplicidad ante la opinión pública de sus países respectivos y
de Occidente.
Y lo que ve es que las potencias occidentales siempre tratan de dividir a los demás países y de engañar a los que quieren ser independientes. Ven que las potencias occidentales hablan mucho de paz pero siempre fomentan guerras.
Son pocos los humanos que comparten esa actitud occidental. La cooperación ha demostrado dar mejores resultados que la explotación, que siempre acaba provocando revoluciones.
Ese es el mensaje que los chinos tratan de enviar
cuando hablan de relaciones "win-win", o sea de relaciones en las
que todas las partes salen ganando.
En la China antigua, cuando un emperador promulgaba un decreto tenía
que garantizar que su decisión sería aplicada por los gobernadores
de todas las provincias, incluyendo a los que no tuviesen nada que
ganar o perder con la aplicación del decreto imperial, y para
lograrlo el emperador ofrecía a cada gobernador algún presente o
algún tipo de favor como prueba de que no lo había olvidado.
El 13 de octubre de 2022, 143 países siguieron la narración occidental y condenaron en la ONU la "agresión" rusa. 3
Pero hoy seguramente ya no votarían de la misma manera. Eso quedó demostrado el 30 de diciembre, cuando la Asamblea General de la ONU adoptó un proyecto de resolución donde solicita a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) - el tribunal interno de la ONU - que se pronuncie claramente sobre la legalidad de la ocupación israelí sobre los territorios palestinos.
La adopción de esa resolución indica que la Asamblea
General de la ONU ya no se resigna a seguir tolerando el desorden
mundial alimentado desde Occidente.
Esos Estados africanos ya han expresado públicamente su
inquietud ante la entrega masiva a los yihadistas del Sahel y a
Boko Haram de armamento supuestamente destinado a Ucrania,
4 a
tal punto que el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha
creado una misión de "seguimiento" para verificar adónde van las
armas que se envían a Ucrania - lo cual es en realidad una manera de
enterrar el problema para que el Congreso no meta las narices en
los oscuros manejos del Pentágono.
En Ankara han entendido hace tiempo que la Unión Europea nunca aceptará a Turquía como miembro. También han entendido, aunque más recientemente, que ya no será posible restaurar el imperio otomano en el mundo árabe.
Así que, Turquía se vuelve ahora hacia otros Estados europeos - como Bulgaria, Hungría y Kosovo - y hacia países asiáticos - como Azerbaiyán, Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajastán y Kirguistán - de cultura turca - no de lengua turca como los uigures de China.
En el marco de su nueva
proyección, el gobierno turco trata ahora de reconciliarse con las
autoridades sirias y se prepara para retirarse del oeste y
desplegarse en el este.
Los Estados árabes han comprobado que Pekín es razonable y que los ayuda a establecer relaciones de paz con sus vecinos persas. Irán es para China un aliado milenario, pero es un aliado histórico al que Pekín defiende sin tolerar por ello los excesos de Teherán.
En la Cumbre arabo-china realizada en la capital saudita, los países
árabes pudieron ver la diferencia de actitud entre China y
Occidente, teniendo en cuenta que las potencias occidentales
siempre han tratado de sembrar la división entre los pueblos árabes
y de ponerlos a luchar entre sí.
En este momento, la ciudad india de Bombay ya está conectada con el sur de Rusia, y pronto estará también conectada a Moscú y San Petersburgo.
Aunque la guerra de Ucrania es para China una catástrofe que viene a perturbar sus planes de creación de "rutas de la seda", Pekín no se ha dejado llevar por la narrativa occidental sobre el conflicto.
En el pasado China fue víctima de Rusia - en el siglo XIX Moscú participó en la ocupación de Tianjin y de Wuhan - pero Pekín sabe que las potencias occidentales son capaces de cualquier cosa para explotar tanto a China como a Rusia.
Los chinos recuerdan la pasada ocupación de su territorio y eso los hace conscientes de que su destino está hoy vinculado al de Rusia.
Quizás no entienden bien todos los aspectos del asunto ucraniano, pero saben que la visión china de la organización de las relaciones internacionales sólo podrá instaurarse si Rusia sale victoriosa.
En resumen,
Toda esta reorientación del mundo ya es más que visible en las instituciones gubernamentales.
Occidente humilló a Rusia en el Consejo de Europa hasta que Moscú decidió retirarse de esa institución.
Ese alejamiento de Rusia seguirá haciéndose patente en todas las demás organizaciones intergubernamentales, empezando por las Naciones Unidas.
Volvemos así a la vieja historia de las relaciones entre Occidente y Rusia, una historia que comenzó en 1939, cuando Moscú fue excluido de la Sociedad de las Naciones (SDN).
En aquella época, los soviéticos, inquietos ante la posibilidad de un ataque nazi contra Leningrado (hoy San Petersburgo) quisieron alquilar a Finlandia el puerto de Hanko.
Como las negociaciones se hacían interminables, la URSS acabó por invadir Finlandia, pero no para anexar ese país sino para poder desplegar la marina de guerra soviética en el puerto de Hanko.
Ese precedente se enseña hoy como
un ejemplo del "imperialismo" ruso, pero el presidente finlandés
Urho Kekkonen ha reconocido que aquella reacción de los soviéticos
fue "comprensible".
Se suele decir que hacerse miembro de la ONU es como "prohibir la guerra". Eso es absurdo...
Pero, teniendo en cuenta la naturaleza humana, la ONU autoriza sus miembros a hacer uso de la fuerza bajo ciertas condiciones.
En
ciertas circunstancias, esa autorización puede convertirse incluso
en una obligación, en virtud de la "responsabilidad de proteger".
Eso es exactamente lo que ha llevado a
Rusia a intervenir en
Ucrania, en aras de proteger a las poblaciones del Donbass y de la
Novorrosiya.
El estado mayor ruso atrincheró sus tropas tras una frontera [y obstáculo] natural - el río Dnieper - porque consideró que sería demasiado difícil y costoso defender la otra parte de la ciudad.
Y actuó así a pesar de que la población de la ciudad había solicitado - por vía de referéndum - su incorporación a la Federación Rusa.
En resumen, nunca existió la cacareada "derrota rusa" en
Jerson... pero esa realidad no impide a los occidentales hablar hasta
el cansancio de "reconquista" por parte del régimen de Zelenski.
La
Organización de las Naciones Unidas
(ONU) se creó con la intención de
reconocer la igualdad entre todos los Estados, en la Asamblea
General, y de dotar a las grandes potencias de aquella época de la
capacidad de prevenir conflictos reuniéndolas en el seno del
Consejo de Seguridad.
Occidente finge hoy sorpresa porque no es posible condenar a Rusia en el Consejo de Seguridad.
Pero,
Sin derecho de
veto, la ONU sería absolutamente ineficaz. Pero eso es lo que busca
Occidente, y es lo que se trata de inculcar a la opinión
occidental.
Pekín no dará su aval a una maniobra contra su aliado... porque sabe que la muerte de ese aliado sería el preludio de su propia muerte.
Y es también por eso que Rusia y China están
preparando otras instituciones que pueden convertirse en relevo de
una ONU vaciada de su razón de ser, si esa organización llegara a
convertirse en una asamblea monocromática y perdiera así su
capacidad de prevenir conflictos.
Pero, hasta ahora, no parecen ser capaces de conformarse con
un papel más modesto que aquel que alguna vez tuvieron. Se obstinan
en deformar la verdad y en alimentar injustificadamente su propia
esperanza de mantener su hegemonía de siglos.
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