por Thierry Meyssan
del Sitio
Web
RedVoltaire
Versión en Italiano el imperio anglosajón está derrumbándose
debido a su
propia decadencia.
Pero, aunque la imagen
que se ha resaltado ha sido la de una unidad entre las potencias
occidentales, la realidad muestra que esas potencias están
desconectadas... de las realidades, que han perdido audiencia en el
mundo entero y que, en definitiva, están ante el fin de su
hegemonía.
Los occidentales han imaginado, alrededor de la "operación militar especial" rusa en Ucrania, una narrativa que no menciona lo que ellos mismos han hecho desde la disolución de la Unión Soviética.
Prefieren olvidar que sus países firmaron la Carta de Seguridad Europea - también conocida como la Declaración de Estambul de la OSCE.
Prefieren olvidar también que ellos mismos violaron lo estipulado en ese documento metiendo uno a uno en la OTAN a todos los ex miembros del Pacto de Varsovia y a varios de los nuevos Estados postsoviéticos.
Tampoco quieren recordar que ellos mismos derrocaron el gobierno ucraniano en 2004, ni el golpe de Estado mediante el cual instauraron en Kiev un régimen de nacionalistas banderistas, en 2014.
Sin hablar de todo ese
pasado, atribuyen todos los males a Rusia y se niegan a cuestionar
lo que ellos mismos hicieron anteriormente, consideran que sólo
"aprovecharon" ciertas coyunturas y estiman que sus victorias
pasadas les confieren derechos.
Han chantajeado a los países más pequeños para imponer en la Asamblea General de la ONU un texto que parece darles la razón.
Y ahora planean
desmantelar Rusia, como antes lo hicieron con Yugoslavia y como ya
han tratado de hacerlo con Irak, Libia, Siria y Yemen, mediante la
estrategia Rumsfeld-Cebrowski. 2
Están tratando de
provocar el derrumbe económico de la Federación Rusa. De hecho, el
27 de junio pasado, la agencia Moody’s declaró a Rusia en
default (impago). 3
En realidad, Rusia pagó los 100 millones que tenía que pagar pero no pudo transferirlos a Occidente… por causa de las sanciones occidentales.
Así que Moscú puso ese
dinero en una cuenta en espera de que los acreedores busquen la
manera de tener acceso a esos fondos.
Por consiguiente, los
dólares que los clientes de Rusia utilizaban antes para pagar los
productos rusos están regresando a Estados Unidos.
La Reserva Federal trata
de hacer todo lo posible por desviar una parte del alza de precios
hacia los países de la eurozona. Resultado: el alza de precios se
propaga a toda velocidad por todo el oeste de Europa.
Al comprobar que no tiene como frenar el brusco aumento de los precios en Europa, el BCE trata de utilizar esa tendencia para reducir su propia deuda.
Así que el Banco Central Europeo está invitando los Estados miembros de la Unión Europea a compensar, mediante reducciones de impuestos y subvenciones, el repentino derrumbe del poder adquisitivo de sus "ciudadanos europeos".
Pero eso es caer en un
círculo vicioso: al ayudar a sus ciudadanos, los países miembros de
la Unión Europea se entregan - atados de pies y manos - al Banco
Central Europeo, se encadenan todavía más a las deudas de Estados
Unidos y se empobrecen aún más.
Es la primera vez que Occidente se ve obligado a "tragarse" los dólares que Washington ha venido imprimiendo alegremente durante décadas. El alza de precios en Occidente corresponde al costo de los gastos del imperio yanqui durante al menos los últimos 30 años.
Es ahora cuando Occidente
se ve obligado a pagar lo que costaron sus guerras contra
Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, Siria y Yemen.
Torturaron y lincharon a Muammar el-Kadhafi - quien estaba preparando el lanzamiento de una moneda única panafricana - y saquearon el Banco Central libio.
Sólo se vio algunos militares estadounidenses partir con decenas de miles de dólares, a menudo envueltos en sacos plásticos usualmente destinados a envolver la basura.
Al excluir a Rusia de los
intercambios en dólares, Washington no ha hecho otra cosa que
provocar lo que tanto temía: el dólar estadounidense ha dejado de
ser la divisa de referencia internacional.
Esa mayoría se da cuenta
ahora - un poco tarde - de que Rusia inició la "Asociación de
Eurasia Ampliada" en 2016 y de que el ministro ruso de Exteriores,
Serguei Lavrov, hizo el anuncio en ese sentido, ante la
Asamblea General de la ONU, en septiembre de 2018. 4
Eso ha permitido
redireccionar - en sólo meses - los flujos de mercancías.
Rusia, uno de los primeros exportadores de hidrocarburos de todo el mundo, está viendo sus ingresos aumentar considerablemente en ese sector. La moneda rusa - el rublo - goza de mejor salud que nunca.
En un esfuerzo por revertir esa tendencia, el G7 acaba de fijar un precio tope para el gas ruso y para el petróleo ruso.
En otras palabras, el G7
acaba de ordenar a la "comunidad internacional" que no acepte pagar
más caro por los hidrocarburos que necesita desesperadamente.
Quien no quiera pagarlos
al precio del mercado… sencillamente no podrá obtenerlos y parece
muy poco probable los clientes potenciales se priven de lo que
necesitan sólo para complacer a Occidente.
El presidente estadounidense Joe Biden y el primer ministro británico Boris Johnson
durante la cumbre del G7 en Elmau,
Alemania.
El G7 trata de organizar su supremacía, al menos en el plano intelectual. 5
Pero eso ya no funciona.
El viento sopla ahora en otra dirección.
Desesperado, el G7 se ha comprometido a resolver la crisis mundial de los alimentos… que es resultado de su propia política.
Los países afectados saben perfectamente lo que valen los "compromisos" del G7. Todavía están esperando por el famoso gran plan de desarrollo para África, entre otras muchas promesas occidentales.
Esos países saben que Occidente simplemente no puede garantizarles fertilizantes nitrogenados o potásicos, pero se empeña en impedir Rusia los venda.
Las famosas ayudas del G7
- tan útiles como una venda en una pierna plástica - no tienen otro
objetivo que hacerlos esperar y tratar de evitar que se cuestionen
los sagrados principios del libre comercio.
La cumbre de la OTAN en Madrid quiso ser una demostración de unidad y poderío. Pero los países miembros de esa alianza bélica sólo fueron convocados para firmar lo que Washington y Londres ya habían decidido… sin consultarlos. La unidad mostrada en Madrid fue en realidad otra demostración de ese vasallaje
que muchos quisieran dejar atrás.
La OTAN tendría que lograr destruir Rusia, como Roma cuando arrasó Cartago. Pero, ya es tarde para eso. Las fuerzas armadas de la Federación Rusa disponen de sistemas de armas mucho más sofisticados que Occidente. Y ya los pusieron a prueba en Siria, desde 2014. Rusia tiene lo necesario para aplastar a sus enemigos en cualquier momento.
En 2018, el presidente
Vladimir Putin mostró a los parlamentarios rusos los sorprendentes
progresos de su industria bélica. 6
Pero probablemente fue también el canto del cisne. Los 32 miembros de la OTAN proclamaron su unidad con la desesperación de quienes temen a la muerte.
Como si nada, adoptaron primero una estrategia para dominar el mundo durante los 10 próximos años, señalando el "crecimiento" de China como una fuente de preocupación, 8 lo cual equivale a confesar que el objetivo de la OTAN no es garantizar la seguridad de sus miembros sino más bien dominar el mundo.
Seguidamente, abrieron el
proceso de adhesión de Suecia y Finlandia y se plantearon además la
posibilidad de acercarse a las fronteras de China, con una eventual
adhesión de Japón.
Con esa decisión, los
miembros de la OTAN vuelven a violar los compromisos ya contraídos
y estipulados en la Carta de Seguridad Europea ya que amenazan
directamente a Rusia.
Y, para que nadie se
equivoque, Serguei Lavrov, precisó - refiriéndose a los discípulos
de Leo Strauss, sólidamente posicionados en la cúpula de Washington
- que las decisiones militares de Occidente ni siquiera son cosa de
los militares sino que se toman en el Departamento de Estado
estadounidense, lo cual implica que ese pudiera ser el primer
blanco.
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