Prefacio
A pesar de que los regímenes comunistas de Europa del Este se
desintegraron, el espectro perverso del comunismo no ha
desaparecido. Por el contrario, este espectro perverso rige nuestro
mundo y la humanidad no debe albergar un optimismo errado.
El comunismo no es una tendencia de pensamiento, ni una doctrina, ni
un intento fracasado de ser una nueva forma de ordenar los asuntos
humanos. En cambio, debería ser entendido como un demonio –un
espectro perverso forjado por el odio, la degeneración y otras
fuerzas elementales del universo.
En otra dimensión, que no podemos ver, tomó la forma de una
serpiente, luego la de un dragón rojo, está en compañía de Satán,
que odia a Dios. Se aprovecha de seres y demonios de bajo nivel para
sembrar el caos en la humanidad. El objetivo del espectro es
arruinar a la humanidad. Mientras los Dioses ofrecen salvación a los
seres humanos, el comunismo le dice al hombre que no crea en lo
divino, ataca la moralidad humana para que la gente renuncie a la
tradición y causa que el hombre no acate las enseñanzas divinas a
fin de que, en última instancia, sea destruido.
El perverso espectro comunista, con sus incontables mutaciones, está
lleno de astucia. A veces usa la matanza y la violencia para
amenazar a quienes se rehúsan a seguirlo. Otras veces, recurre al
lenguaje de la "ciencia" y el "progreso", ofreciendo un maravilloso
proyecto del futuro con la intención de engañar a la gente. A veces
se presenta como un profundo campo de aprendizaje y hace que la
gente crea que es la dirección futura de la humanidad. Otras veces
utiliza los eslóganes de "democracia", "igualdad" y "justicia
social" para infiltrarse en los campos de la educación, los meDios
de comunicación, el arte y el derecho, metiendo a la gente bajo su
bandera sin que se den cuenta. Otras veces, se llama a sí mismo
"socialismo", "progresismo", "liberalismo", "neomarxismo" y otros
términos de izquierda.
A veces sostiene banderas aparentemente rectas, tales como el
pacifismo, el ambientalismo, el globalismo y la corrección política.
Otras veces, apoya el arte de vanguardia, la liberación sexual, la
legalización de las drogas, la homosexualidad y otras indulgencias
de los deseos humanos, dando la impresión errónea de que es parte de
una tendencia popular.
El extremismo y la violencia no son sus únicas expresiones –a veces
simula preocuparse por el bienestar de la sociedad. No obstante, su
propósito de raíz es destruir, por cualquier medio necesario, todo
lo tradicional –sea la fe, la religión, la moral, la cultura, la
institución de la familia, el arte, la pedagogía, el derecho–, lo
que sea necesario para que el hombre caiga en un abismo moral y sea
condenado.
El comunismo y sus varias mutaciones ahora se encuentran en todo el
mundo. China y Cuba proclaman públicamente ser lideradas por
regímenes comunistas. Incluso Estados Unidos –líder del mundo libre–
cayó víctima de los ataques del espectro perverso. Europa acoge el
socialismo, y África y Latinoamérica están envueltos en la
influencia comunista. Esta es la alarmante realidad que enfrenta la
humanidad: la conspiración del espectro perverso para destruir a la
humanidad casi logra el éxito.
Los humanos instintivamente desean beneficiarse y escapar del
peligro. El instinto los urge a escapar del sufrimiento, a hacerse
un nombre, a establecer empresas prósperas o simplemente a disfrutar
de la vida. Es humano tener estos pensamientos. Sin embargo, si los
humanos se distancian de lo divino, el espectro perverso puede
aferrarse a estos pensamientos e intensificarlos, y así controlar a
la gente.
La arrogancia de la sublevación del espectro contra la divinidad
también hace que aquellos a quienes controla experimenten un
sentimiento de arrogancia. Estas personas luego intentan jugar a ser
Dios mediante el ejercicio de poder, capital y conocimiento, con el
objetivo de controlar los destinos de millones de personas e
influenciar el curso de la historia mediante movimientos sociales.
Los humanos son creados por lo divino y su naturaleza incluye el
bien y el mal. Si una persona abandona al mal y elige la compasión,
puede regresar a lo divino. Lo que espera del otro lado es el
demonio en persona –el diablo. La elección reside únicamente en el
individuo.
Muchas personas que son fundamentalmente buenas se han convertido
inconscientemente en agentes o en blancos de manipulación del
espectro comunista –lo que Vladimir Lenin llamó "idiotas útiles". A
pesar de que la sociedad en general terminó al borde de la
destrucción debido a la provocación y tentación del espectro, son
muy pocas las personas que voluntariamente prometieron sus almas al
diablo y eligieron corromper deliberadamente a la humanidad. La
mayoría aún mantiene la bondad innata en la naturaleza humana,
dándoles una oportunidad de despojarse de la influencia del
espectro.
El propósito de este libro es exponer este complejo y enredado
asunto en un lenguaje sencillo, de manera tan precisa como sea
posible. Entonces la gente será capaz de ver los trucos del espectro
comunista. Lo más importante es que el libro busca presentar las
tradiciones morales, culturales y artísticas que los Dioses
establecieron para la humanidad. Cada persona luego puede elegir
entre lo divino y el espectro perverso por sí misma.
Cuando emergen los pensamientos bondadosos de una persona, lo divino
la ayudará a liberarse del control del diablo. Pero el proceso de
ver al diablo por lo que realmente es requiere que uno piense
profundamente y distinga claramente. Este libro busca reexaminar las
tendencias de la historia en los últimos siglos y, desde un alto
nivel y con una perspectiva amplia, evaluar las múltiples máscaras y
formas que el diablo ha adoptado a fin de ocupar y manipular nuestro
mundo.
El objetivo de este esfuerzo no es simplemente relatar la historia,
sino entender cómo podemos detener al diablo para que nunca más rija
el mundo. Esto depende de que cada persona se ilumine, abandone
activamente al mal y regrese a las tradiciones y modo de vida que la
divinidad estableció para el hombre.
Lo divino triunfará por sobre el diablo. De qué lado nos coloquemos
determinará nuestro destino eterno.
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Introducción
El colapso de los regímenes comunistas de la Unión Soviética y
Europa del Este marcó el fin de medio siglo de Guerra Fría entre el
ala capitalista y la comunista en Oriente y Occidente. En ese
momento, muchos fueron optimistas, creyendo que el comunismo se
había convertido en una reliquia del pasado.
No obstante, la triste verdad es que una ideología comunista
metamorfoseada se arraigó y atrincheró por todo el mundo. Están los
regímenes abiertamente comunistas como China, Corea del Norte, Cuba
y Vietnam; está Europa del Este, donde la ideología y las costumbres
comunistas aún ejercen una influencia significativa; están los
países africanos y sudamericanos, que intentan el socialismo bajo la
bandera de la democracia y el republicanismo. Luego están las
naciones de Europa y Norteamérica, que se han convertido en
anfitriones de influencias comunistas sin que la gente sea
consciente de ello.
El comunismo engendra guerra, hambruna, matanza y tiranía. Estos en
sí mismos son lo suficientemente aterradores, pero el daño infligido
por el comunismo va mucho más allá. Es cada vez más claro para
muchos que, a diferencia de cualquier otro sistema en la historia,
el comunismo declara la guerra a la humanidad misma, incluidos los
valores humanos y la dignidad humana.
Después de establecer enormes dictaduras en la Unión Soviética y
China, en poco menos de un siglo el comunismo causó más de cien
millones de muertes no naturales, esclavizó a miles de millones de
personas y llevó al mundo al borde de la guerra nuclear y la
destrucción. Lo que es peor, su deliberada y generalizada
destrucción de la familia, su promoción del desorden social y su
ataque a la moral son desastrosos para los cimientos de la
civilización.
¿Cuál es la naturaleza del comunismo? ¿Cuál es su objetivo? ¿Por qué
toma a la humanidad como su enemigo? ¿Cómo podemos escapar de él?
-
Comunismo: un
demonio decidido a destruir a la humanidad
"El Manifiesto Comunista" comienza con la frase "Un espectro
está acechando Europa –el espectro del comunismo". La
utilización del término "espectro" no fue un capricho de
Karl Marx. Como exponemos en este libro, el comunismo no
debe ser entendido como un movimiento ideológico, una
doctrina política o un intento fracasado para una nueva
forma de ordenar los asuntos humanos. En cambio, debería ser
entendido como un demonio –un espectro perverso forjado por
el odio, la degeneración y otras fuerzas elementales del
universo.
Luego de la Guerra Fría, el veneno del comunismo no solo
continuó dañando a los países excomunistas, sino que también
se propagó por todo el mundo. Desde entonces, la
infiltración ideológica del comunismo permitió que el
espectro influenciara a la sociedad humana a una escala
global, y ahora muchas personas incluso piensan que los
oscuros deseos del comunismo son propios de ellas. Con esto,
estas personas pierden su capacidad para distinguir el bien
del mal, y diferenciar lo correcto de lo incorrecto. La
conspiración del demonio casi tuvo éxito.
Así, incluso mientras el espectro se felicitaba a sí mismo,
deleitado con su siniestra victoria, la mayoría de las
personas pensaban que había sido destruido. No hay nada más
peligroso para la humanidad que estar al borde de la
destrucción y al mismo tiempo celebrando sin saber el
triunfo de la maldad.
-
Los métodos y
meDios del demonio
El hombre fue creado por la divinidad, y la compasión divina
ha protegido al hombre por largo tiempo. El demonio sabía
esto, así que se empeñó en cortar esta conexión, con el fin
de corromper al hombre y asegurarse de que lo divino ya no
cuide a la humanidad. El método del diablo ha sido el de
subvertir la cultura otorgada al hombre por lo divino, a fin
de corromper la moral humana y así trastocar al hombre y
hacerlo indigno de la salvación.
Tanto el bien como el mal, lo divino como lo demoniaco,
residen en el corazón de cada persona; una vida puede
hundirse en la decadencia moral o puede elevarse a través de
la cultivación moral. Aquellos que creen en lo divino saben
que, al esforzarse por tener una conducta y pensamiento
moral, los pensamientos rectos propios pueden ser
fortalecidos por lo divino y así lo divino permitirá que
sucedan milagros. Lo divino también ayudará a que la moral
de uno se eleve, y así ayudar a que uno sea una persona más
noble, lo que al final permitiría que uno regrese al Cielo.
No obstante, una persona de baja moral está llena de
egoísmo: deseo, codicia, ignorancia, arrogancia. Mientras
que lo divino nunca reconocerá tales pensamientos y
acciones, el demonio los magnificará, intensificando el
egoísmo y la maldad, y manipulando a las personas para que
hagan maldades, creando así karma y causando más decadencia
moral, hasta que, al final, solo el infierno aguarda.
Si los estándares morales de la sociedad humana en general
descienden, el demonio apresurará estas tendencias con el
objetivo de causar más actos malos, más karma y, finalmente,
la destrucción de la humanidad.
La turbulencia de Europa a principios del siglo XVIII y el
resultante descenso de la moralidad dio al diablo una
oportunidad. Se empeñó en subvertir, paso a paso, el
criterio para discernir el bien del mal. Promovió el
ateísmo, el materialismo, el darwinismo y la filosofía de
lucha.
El diablo eligió a Marx como su enviado entre los hombres.
En "El Manifiesto Comunista", publicado en 1848, Marx abogó
por la destrucción violenta de las empresas privadas, las
clases sociales, las naciones, las religiones y la familia.
La Comuna de París de 1871, que fue extremadamente violenta
y destructiva, fue su primer intento de tomar el poder.
Los seguidores de Marx argumentan que el poder político es
la cuestión central de la ciencia política marxista. Esto es
tanto verdadero como falso. Cuando se pueden ver claramente
los objetivos ulteriores del comunismo, se puede reconocer
que, para el proyecto comunista, el poder político tiene
importancia, y al mismo tiempo no la tiene.
Es importante
porque el acceso al poder político permite tener meDios
rápidos de corromper a la humanidad. Con el control de las
palancas del poder, los comunistas pueden promover su
ideología con violencia y erradicar la cultura tradicional
en pocas décadas o años.
Sin embargo, al
mismo tiempo no tiene importancia porque incluso sin el
aparato estatal, el demonio tiene otros meDios para
aprovecharse de las debilidades y deficiencias del hombre:
puede engañar, cooptar, coaccionar, confundir y así revertir
el pensamiento tradicional, subvertir el orden y crear
agitación; puede dividir y conquistar, con el objetivo de
ganar el control mundial.
-
Comunismo: la
ideología del demonio
Lo divino estableció una cultura rica para la sociedad
humana basada en valores universales, pavimentando así el
camino para que los humanos regresen al Cielo. El comunismo
y la cultura tradicional de lo divino son irreconciliables.
En el núcleo del espectro perverso está el ateísmo y el
materialismo: una confluencia de elementos de la filosofía
alemana, de la revolución social francesa y de la política
económica británica, ensamblados como una religión secular
que tiene el fin de reemplazar la posición que previamente
ocupaba lo divino y las creencias ortodoxas.
El comunismo convierte al mundo en su iglesia, trayendo a
todos los aspectos de la vida social bajo su ámbito. El
demonio ocupa los pensamientos de la gente, causa que se
rebelen contra lo divino y descarten la tradición. Así es
cómo el demonio lleva al hombre a su propia destrucción.
El demonio eligió a Marx y a otros como sus agentes para
oponerse y destruir los principios dejados por lo divino a
la sociedad humana.
El demonio
promueve la lucha de clases y la abolición de las
estructuras sociales establecidas. En Oriente lanzó una
violenta revolución y estableció un Estado totalitario que
unió a la política con la religión secular. En Occidente
estableció el comunismo progresivo, no violento, a través de
altos niveles de impuestos y la redistribución de la
riqueza.
A escala mundial,
busca propagar la ideología comunista a sistemas políticos
en todas partes, con el objetivo de socavar los
Estados-naciones y establecer un organismo gobernante
global. Este es el "paraíso en la Tierra" prometido en el
comunismo, una supuesta sociedad colectiva sin clases,
naciones ni gobierno, basada en el principio "de cada uno
según su capacidad y para cada uno según su necesidad".
El comunismo utiliza su plan de crear un "paraíso" en la
Tierra para promover una concepción ateísta de "progreso
social". Utiliza el materialismo para socavar las búsquedas
espirituales de la humanidad, incluida la creencia en lo
divino y la religión, de manera de permitir que la ideología
comunista se propague a todas las esferas, entre ellas la
política, la economía, la educación, la filosofía, la
historia, la literatura, el arte, las ciencias sociales, las
ciencias naturales e incluso la religión.
Como un cáncer,
el comunismo hace metástasis, y así elimina otras creencias,
incluso la creencia en lo divino, a medida que se propaga. A
su tiempo, destruye la soberanía y la identidad nacional,
así como las tradiciones morales y culturales de la
humanidad, y de esta forma conduce al hombre hacia su
destrucción.
En "El Manifiesto Comunista", Marx proclamó: "La revolución
comunista es la ruptura más radical con las relaciones de
propiedad tradicionales; nada es de extrañar que su
desarrollo involucre la ruptura más radical con las ideas
tradicionales". Por consiguiente, Marx mismo resumió con
precisión la práctica del comunismo de los últimos casi dos
siglos.
Lo divino es la fuente del orden moral, y la moralidad de lo
divino es eterna e inmutable. No es el hombre quien debe
determinar los estándares morales, ni tampoco debería
cambiarlos.
El comunismo
intenta condenar la moral a la muerte y hacer que el Nuevo
Hombre comunista establezca una nueva moral. Mientras niega
la moral real, el comunismo utiliza métodos negativos para
expulsar todos los factores positivos de las tradiciones
humanas, con el objetivo de hacer que los factores negativos
invadan el mundo.
Las leyes tradicionales provienen de la moral y tienen el
propósito de mantenerla. El comunismo intenta separar la
moral de la ley, y luego destruye la moral elaborando leyes
malas e interpretando maliciosamente las tradicionales.
Lo divino insta a la humanidad a ser bondadosa; el comunismo
incita la lucha de clases y aboga por la violencia y la
matanza.
Lo divino estableció la familia como la unidad social
básica; el comunismo cree que la familia es una
manifestación del sistema capitalista privado y amenaza con
eliminarla.
Lo divino da al hombre la libertad de obtener riqueza y el
derecho a mejorar su vida; el comunismo busca controlar
todos los aspectos de la vida económica al eliminar la
propiedad privada, expropiar bienes, aumentar impuestos y
monopolizar el crédito y el capital.
Lo divino estableció la forma que deberían tomar la moral,
el gobierno, las leyes, la sociedad y la cultura; el
comunismo busca derrocar violentamente toda estructura
social existente.
Lo divino transmitió al hombre la forma única de arte
tradicional como un medio para transmitir la imagen divina.
El arte tradicional recuerda a la humanidad la belleza del
Cielo, refuerza la fe, eleva la moral y nutre la virtud. Por
otro lado, el comunismo hace que el hombre venere creaciones
modernas retorcidas –producciones artísticas que reprimen
nuestra naturaleza divina, dan rienda suelta al impulso
demoníaco hacia el caos y el desorden, y manipulan el mundo
artístico difundiendo ideas bajas, feas, malformadas,
perversas y decadentes.
Lo divino quiere que el hombre sea humilde y esté lleno de
reverencia y asombro hacia la creación celestial. El
comunismo confabula con lo demoníaco y la arrogancia en el
hombre, alentándolo a rebelarse contra lo divino. Al
amplificar el mal inherente e ineludible de la naturaleza
humana, se aprovecha de la idea de "libertad" para alentar
una conducta libre de las ataduras de la moral y sin la
restricción de un sentido del deber o responsabilidad.
El lema de
"igualdad" es utilizado para suscitar la envidia y la
vanidad, mientras tienta al hombre con fama e intereses
materiales.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los comunistas
expandieron su imperio militar y económico, y el bloque
comunista y el mundo libre se enfrentaron durante décadas.
En los países abiertamente controlados por el comunismo, su
doctrina se convirtió en una religión secular –un dogma
inalterable escrito en los libros de texto.
Pero en otros
lugares, el comunismo echó raíces con otros disfraces y ha
tenido una gran influencia.
-
Un
entendimiento metafísico del demonio
La idea del demonio a la que se refiere este texto es la de
un poder sobrenatural. Para poder entender el caos que el
demonio ha sembrado en este mundo, hay que primero entender
por completo la verdadera naturaleza del comunismo.
En términos simples, el espectro del comunismo está
compuesto de odio; extrae energía del odio que brota del
corazón humano.
El espectro comunista está ligado a Satanás. A veces son
indistinguibles, de manera que no los consideraremos por
separado.
Los planes del diablo están presentes tanto en Oriente como
en Occidente, en cada profesión y clase social. A veces su
poder está dividido, a veces integrado; a veces utiliza esta
táctica, a veces esta otra. No sigue ningún patrón simple.
El diablo es el iniciador de una guerra sin restricciones
contra la humanidad, y convirtió a la religión, la familia,
la política, la economía, las finanzas, los asuntos
militares, la educación, el ámbito académico, las artes, los
meDios de comunicación, el entretenimiento, la cultura
popular, los asuntos sociales y las relaciones
internacionales en campos de batalla.
La energía oscura del demonio puede propagarse de una
esfera, grupo o movimiento a otro. Por ejemplo, luego de que
el movimiento antiguerra se disipara en Occidente en los
años 1970, el diablo manipuló a adolescentes rebeldes para
que canalizaran sus energías en hacer campaña por el
feminismo, el ambientalismo y la legalización de la
homosexualidad. El demonio luego usó estos esfuerzos para
subvertir la civilización occidental desde adentro.
El demonio puede transformar a la gente que tiene malas
intenciones en sus agentes en el mundo humano. Puede usar la
hipocresía para engañar a gente compasiva e inocente,
quienes luego se convierten en sus defensores.
Los agentes del diablo –la mayoría de los cuales ni siquiera
son conscientes de su rol– están en todas partes de la
sociedad, desde la élite a la clase media y las clases más
bajas. De este modo, sus actividades a veces se manifiestan
en revoluciones de abajo hacia arriba, en ocasiones como
conspiraciones de arriba hacia abajo y a veces como reformas
desde el centro.
El diablo puede cambiar sus formas y existir en múltiples
lugares al mismo tiempo. Utiliza seres y espectros de bajo
nivel en otras dimensiones para hacer su trabajo. Estos
seres se alimentan de las energías negativas del hombre,
entre ellas el odio, el miedo, la desesperación, la
arrogancia, la rebeldía, la envidia, la lujuria, la ira, el
frenesí, la pereza y más. La pornografía y la drogadicción
son herramientas utilizadas por el diablo.
El demonio es sigiloso y está lleno de astucia. Utiliza la
avaricia, la maldad y la oscuridad del hombre para lograr
sus fines, y siempre que el pensamiento de una persona se
alinee con estas cualidades, el demonio puede controlar a
esa persona.
Muchas veces, la
gente cree que está actuando según sus propios pensamientos,
pero no se dan cuenta de que están siendo manipulados.
-
Las muchas
caras del demonio
Así como el demonio tiene muchos nombres, el comunismo se
manifiesta en muchas formas.
El demonio
utiliza posturas contradictorias para engañar: un régimen
totalitario o una democracia; una economía planificada o una
economía de mercado; control de la prensa o ninguna
restricción a la libertad de expresión; oposición a la
homosexualidad en algunos países o legalización de la
homosexualidad en otros; deliberada destrucción ambiental o
clamor por la protección del medio ambiente, y la lista
sigue.
Puede abogar por la revolución violenta o acoger la
transición pacífica. Puede manifestarse como sistema
político y económico, o como una tendencia ideológica en el
arte y la cultura. Puede tomar la forma de idealismo puro o
de confabulaciones a sangre fría. Los regímenes comunistas
totalitarios son solo una de las manifestaciones del
demonio. El marxismo-leninismo y el maoísmo son solo un
aspecto de las perniciosas falacias del demonio.
Desde el socialismo utópico desarrollado en el siglo XVIII,
el mundo ha visto el surgimiento de numerosas corrientes
ideológicas: socialismo científico, socialismo fabiano,
sindicalismo, socialismo cristiano, socialismo democrático,
humanitarismo, ecosocialismo, capitalismo de bienestar,
marxismo-leninismo y maoísmo.
Estas ideologías
son de dos tipos: comunismo violento o comunismo no
violento. La infiltración y la erosión gradual del statu quo
son las tácticas principales adoptadas por las cepas no
violentas del comunismo.
Una de los muchas formas en que el demonio engaña es
haciendo planes en los dos campos opuestos de Oriente y
Occidente. Así como llevó a cabo una vasta invasión de
Oriente, también asumió un nuevo disfraz y se infiltró en
Occidente.
La Sociedad
Fabiana de Gran Bretaña, el Partido Socialdemócrata de
Alemania, la Segunda Internacional de Francia, el Partido
Socialista de Estados Unidos y muchos otros partidos y
organizaciones socialistas propagaron las semillas de la
destrucción a Europa Occidental y Norteamérica.
Durante la Guerra Fría, la matanza, los campos de
concentración, las hambrunas y las purgas en la Unión
Soviética y China hicieron que algunos occidentales se
consideraran afortunados por vivir aún en el lujo y la
libertad. Algunos socialistas condenaron públicamente la
violencia de la Unión Soviética bajo fundamentos
humanitarios, llevando a que muchos bajaran la guardia en
torno a ellos.
El demonio del comunismo habita una variedad de complejos
disfraces en Occidente y opera bajo muchas banderas,
haciendo que sea casi imposible protegerse de él. Las
siguientes escuelas o movimientos derivaron del comunismo o
bien fueron utilizados por el comunismo para alcanzar sus
fines:
-
liberalismo, progresismo, la Escuela de Frankfurt,
el neomarxismo, la teoría crítica, la contracultura
de los años 1960, el movimiento antiguerra, la
liberación sexual, la legalización de la
homosexualidad, el feminismo, el ambientalismo, la
justicia social, la corrección política, la teoría
económica keynesiana, las escuelas de arte de
vanguardia y el multiculturalismo.
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Socialismo: La
etapa preliminar del comunismo
En Occidente, muchos ven al socialismo y al comunismo como
algo separado, lo que provee un campo fértil para que el
socialismo florezca. De hecho, según la teoría
marxista-leninista, el socialismo es simplemente la etapa
preliminar del comunismo.
En 1875, en "Crítica del Programa de Gotha", Marx postuló la
idea de que hay una fase inicial del comunismo, seguida de
una fase "superior". Friedrich Engels, forzado por los
cambios en la situación internacional en sus últimos años,
también propuso el "socialismo democrático", en el que se
usan votos para obtener el poder político.
El socialismo
democrático fue adoptado por los líderes del partido
socialdemócrata y teóricos de la Segunda Internacional y
produjeron los partidos de izquierda de muchos países
capitalistas alrededor del mundo en la actualidad. Luego,
Lenin estableció claras definiciones del socialismo y del
comunismo: él consideraba que el socialismo era la fase
preliminar del comunismo, y que el comunismo se desarrollaba
sobre la base del socialismo. La propiedad estatal y la
economía planificada del socialismo son parte de la
preparación inicial para el comunismo.
El socialismo siempre ha sido parte del marxismo y del
movimiento comunista internacional. Aunque las ramas del
socialismo o de doctrinas de izquierda populares en
Occidente parecen no tener parentesco con el comunismo en la
superficie, son en realidad formas no violentas de la misma
ideología de raíz. Los partidos de izquierda en países
occidentales llegan al poder mediante elecciones, en vez de
una revolución violenta.
Los elevados
impuestos juegan el mismo rol que las propiedades
abiertamente estatales de los regímenes comunistas, y la
excesiva ayuda social se usa como una economía planificada.
Crear un Estado de ayuda social es un aspecto importante
para implementar el socialismo en países occidentales.
Entonces, es imposible llegar a entender los peligros del
comunismo o del socialismo si uno solo se enfoca en la
violencia y las matanzas cometidas por los regímenes que
adoptan dichas ideologías.
El comunismo
totalitario y las formas aparentemente no violentas de
socialismo van de la mano, ya que el comunismo requiere esta
fase preliminar de desarrollo, tal como un organismo
biológico necesita un periodo de maduración gradual. Si un
país libre se convirtiera en un régimen totalitario de la
noche a la mañana, el drástico contraste entre la propaganda
y la realidad haría reaccionar a la mayoría de la gente.
Muchos se
rebelarían, o al menos resistirían pasivamente. Esto
causaría grandes inconvenientes para el régimen totalitario,
que probablemente tendría que cometer una matanza masiva
para eliminar a la resistencia. Esta es una de las razones
principales por las que tanto la Unión Soviética como la
República Popular China han cometido enormes matanzas de sus
propios ciudadanos en tiempos de paz.
A diferencia de los regímenes totalitarios, el socialismo en
Estados democráticos lentamente carcome las libertades de
las personas mediante las leyes sin que estas se den cuenta,
como la metáfora de la rana en el agua caliente. El proceso
de establecer un sistema socialista toma décadas o
generaciones, para que las personas gradualmente se vuelvan
anestesiadas, distraídas y acostumbradas al socialismo, todo
lo cual acentúa el engaño. La esencia y el objetivo final de
este tipo de socialismo gradual no es diferente en esencia a
la forma violenta.
Algunos Estados socialistas o de ayuda social en Occidente
utilizan la idea del "bien común" para convencer a la
población de sacrificar sus libertades individuales. Los
ciudadanos de estos países conservan ciertas libertades
políticas, solo porque el socialismo aún no se ha convertido
en un sistema político fuerte.
No obstante, el
socialismo no es un concepto estático. Los países
socialistas ponen a la igualdad de resultado como el
objetivo principal, y así, están destinados a privar a las
personas de su libertad en nombre del progreso. El
socialismo experimenta una inevitable transición al
comunismo, a medida que la gente es continuamente privada de
sus libertades individuales.
El socialismo utiliza la idea de garantizar la igualdad de
resultados mediante leyes, pero en realidad arrastra hacia
abajo los valores morales y priva a las personas de la
libertad de inclinarse hacia la bondad.
En circunstancias
normales, las personas naturalmente difieren en sus
creencias religiosas, estándares morales, formación
cultural, trasfondo educativo, inteligencia, fortaleza,
diligencia, sentido de la responsabilidad, agresividad,
innovación, espíritu emprendedor, y más.
Por supuesto, es
imposible imponer la igualdad elevando repentinamente a
aquellos en niveles más bajos, así que, en lugar de eso, el
socialismo restringe artificialmente a aquellos en niveles
más altos.
Especialmente en términos de valores morales, el socialismo
de Occidente utiliza pretextos como "antidiscriminación",
"neutralidad valorativa" o "corrección política" para atacar
el discernimiento moral básico.
Esto equivale a
un intento de eliminar la moral como tal. Esto apareció con
la legalización y normalización de todas las formas de
discursos antiteístas y profanos, perversiones sexuales,
arte demoníaco, pornografía, apuestas y uso de drogas.
El resultado es
una forma de discriminación inversa contra aquellos que
creen en Dios y que aspiran a la elevación moral, con
el objetivo de marginar y eventualmente deshacerse de ellos.
-
Nociones
románticas sobre el comunismo
Hasta el día de hoy, hay numerosos occidentales que albergan
fantasías románticas sobre el comunismo, aunque nunca
vivieron en un país comunista ni cargaron el sufrimiento que
eso implica, por lo que no entienden realmente lo que
significa el comunismo en la práctica.
Durante la Guerra Fría, muchos intelectuales, artistas,
periodistas, políticos y jóvenes estudiantes del mundo libre
fueron a Rusia, China o Cuba como turistas y viajeros. Lo
que vieron –o más bien, lo que les permitieron ver– fue
completamente diferente de la realidad que viven las
personas de esos países.
Los países comunistas perfeccionaron su capacidad de engañar
a los extranjeros: todo lo que los visitantes extranjeros
vieron fue cuidadosamente preparado para sus gustos, entre
ellos pueblos, fábricas, escuelas, hospitales, guarderías y
prisiones. Los recepcionistas y guías que encontraron eran
miembros del Partido Comunista u otros considerados
políticamente confiables. Las visitas eran ensayadas.
Los
visitantes eran recibidos con flores, vino, baile, canto,
banquetes, niños sonrientes y funcionarios. Luego eran
llevados a ver personas que parecían trabajar duro, capaces
de hablar libremente como iguales, estudiantes estudiando
duro y encantadoras bodas.
Lo que no llegaban a ver eran los juicios falsos, las
condenas masivas, los linchamientos, las sesiones de lucha,
los secuestros, los lavados de cerebro, el confinamiento
solitario, los campos de trabajo forzado, las masacres, el
robo de tierra y propiedades, las hambrunas, los recortes de
servicios públicos, la falta de privacidad, las escuchas, la
vigilancia, el monitoreo por vecinos e informantes por todos
lados, las brutales luchas políticas en la cúpula y los
lujos extravagantes de la élite.
En especial, no se les
permitía ver el sufrimiento del ciudadano común.
Los visitantes confundieron lo que había sido montado para
ellos con lo normal en un país comunista. Entonces
promovieron el comunismo en Occidente a través de libros,
artículos y discursos, y muchos de ellos no sabían que
habían sido engañados. Un pequeño número sí vio las grietas
en el edificio, pero muchos de ellos luego cayeron en otra
trampa: se vieron a sí mismos como "compañeros de viaje" y
adoptaron la actitud china de "no ventilar los trapos sucios
frente a los de afuera".
Razonaron que la matanza, la
hambruna y la represión de los países comunistas eran
simplemente parte del costo de la transición hacia el
comunismo. Estaban seguros de que, si bien el camino hacia
el comunismo era tortuoso, el futuro era brillante. Se
rehusaron a contar la verdad, porque eso sería mancillar el
nombre del "proyecto socialista". Al carecer del valor para
contar la verdad, eligieron el vergonzoso silencio.
En la fantasía comunista, todos son libres e iguales, no hay
represión ni expropiación, hay gran abundancia material, y
todos dan según su capacidad y reciben según su necesidad
–un Cielo en la Tierra, donde cada individuo puede
desarrollarse libremente. Una sociedad humana de este tipo
es solo una fantasía, una fantasía que el demonio ha
utilizado como carnada para engañar al hombre.
En realidad, el poder cae en manos de una pequeña élite. El
comunismo real es un aparato totalitario controlado por un
pequeño grupo de gobernantes, que utilizan su monopolio del
poder para reprimir, esclavizar y privar a la mayoría. Ese
tiempo aún no ha llegado en algunos países socialistas, así
que parecen ser moderados.
Cuando las condiciones estén
maduras, todo eso cambiará, y los ingenuos partidarios de la
utopía socialista descubrirán que es demasiado tarde para
lamentarse.
-
La destrucción
de la cultura y la moral
El diablo coloca a sus agentes en cada ámbito y nación, lo
que lleva a que los ignorantes y crédulos aceleren su viaje
hacia la destrucción.
El comunismo enseña a las personas a oponerse a la creencia
en Dios y a alejarse de lo divino. Simultáneamente lanza
ataques hacia las religiones desde afuera, mientras también
manipula a la gente para que corrompa a la religión desde
adentro.
Las religiones han sido politizadas,
comercializadas y convertidas en entretenimiento. Muchos
clérigos moralmente corruptos presentan interpretaciones
falaces de textos religiosos, engañando a sus seguidores y
yendo tan lejos como cometer adulterio con sus miembros
laicos, o incluso pedofilia.
Este caos ha dejado a creyentes religiosos sinceros
desconcertados y despojados de esperanza. Tan solo un siglo
atrás, una inquebrantable creencia en lo divino era señal de
decencia moral. Ahora los creyentes religiosos son
considerados tontos y supersticiosos. Mantienen sus
creencias para sí mismos, sin siquiera hablar sobre su fe
entre amigos, por miedo a que se burlen de ellos.
Otro objetivo importante del comunismo es la destrucción de
la familia mediante ideas como la igualdad de género y
"compartir riqueza y esposa".
El siglo XX, en particular,
fue anfitrión de movimientos feministas modernos que
promovieron la liberación sexual, la confusión de las
diferencias entre géneros, los ataques contra el
"patriarcado" y el debilitamiento del rol del padre en la
familia.
Estos movimientos cambiaron la definición del matrimonio,
promovieron la legalización y legitimación de la
homosexualidad, promovieron los "derechos" a divorciarse y
al aborto, y utilizaron las políticas de asistencia social
para alentar y subsidiar efectivamente la monoparentalidad.
Todo esto resultó en el colapso de las familias y llevó al
crecimiento de la pobreza y del crimen. Esta ha sido una de
las transformaciones más alarmantes de la sociedad en las
últimas décadas.
En la esfera política, mientras los regímenes comunistas han
continuado con sus rígidas dictaduras, las políticas
partidistas en las sociedades libres han llegado a un punto
de crisis. El comunismo aprovechó las brechas en los
sistemas legales y políticos de las naciones democráticas
con el propósito de manipular los partidos políticos más
importantes.
Para asegurarse la victoria electoral, los
políticos recurrieron a trucos sucios e hicieron promesas
que jamás podrían cumplir.
El resultado de la influencia del comunismo es que los
partidos políticos de todo el mundo suelen estar a la
izquierda del espectro político, y abogan por impuestos más
altos, mayores gastos en asistencia social, gobiernos
grandes e intervencionismo –todo lo cual buscan consolidar
mediante leyes.
El comportamiento del gobierno juega un
enorme rol en moldear la sociedad, y con un gobierno de
izquierda, la ideología de izquierda se infiltra en toda la
sociedad, y pronto se extiende al adoctrinamiento de la
juventud, que a su vez votará por candidatos más inclinados
hacia la izquierda.
La educación superior, que supuestamente debería jugar el
rol de transmitir la esencia de la sabiduría y la cultura de
todas las épocas, también ha sido subvertida. En la primera
mitad del siglo XX, el espectro comunista planeó la
destrucción sistemática del sistema educativo.
China, famosa
por su profunda y antigua cultura, fue objeto del Movimiento
de la Nueva Cultura incluso antes del establecimiento del
Partido Comunista. Esto fue parte del esfuerzo por
desconectar al pueblo chino de sus tradiciones.
Luego que
los comunistas tomaran el poder, nacionalizaron el sistema
educativo y llenaron los libros de texto con la ideología
del Partido, transformando generaciones de jóvenes chinos en
feroces "lobeznos", un término chino para quienes crecieron
bajo el sistema comunista y están adoctrinados para odiar y
matar a los enemigos de clase.
En Occidente, el espectro lanzó el movimiento de educación
progresista, utilizando la bandera de la de "la ciencia y el
progreso" para ganar el control de la filosofía, la
psicología, la pedagogía y eventualmente del campo académico
entero, adoctrinando así a maestros y administradores de
escuelas.
La educación de secundaria comenzó a excluir la
ideas ortodoxas y la moral tradicional. Se rebajaron los
estándares académicos para hacer a los estudiantes menos
alfabetizados y menos hábiles para la matemática, y menos
capaces de formar sus propios juicios o utilizar el sentido
común. Se inoculó en los estudiantes el ateísmo, la teoría
de la evolución, el materialismo y la filosofía de lucha.
Luego de la contracultura de los años 1960, los defensores
de la corrección política se convirtieron en la policía del
pensamiento, obligando a los maestros a adoctrinar a sus
estudiantes con todo tipo de ideas retorcidas.
Los
estudiantes ahora se gradúan de la escuela sin una fuerte
orientación moral, sin cimientos en su propia cultura, con
poco sentido común o sentido de la responsabilidad. Se los
hace seguir ciegamente a la multitud, uniéndose así a la
tendencia decadente de la sociedad.
En la sociedad hay drogadicción, altos índices de crimen,
una esfera mediática llena de sexo y violencia, un mundo
artístico que trata lo grotesco como bello y todo tipo de
sectas perversas y grupos de ocultismo.
Los jóvenes adoran
ciegamente a las estrellas de cine y televisión, pierden su
tiempo en juegos online y en las redes sociales y terminan
desanimados y desmoralizados.
La gente se preocupa
desesperadamente por la seguridad del mundo y lo que depara
el futuro, ante la violencia sin sentido y el terrorismo
contra inocentes, que viola todos los parámetros
establecidos por la tradición.
-
Retornar a lo
divino y a la tradición
La civilización humana fue transmitida al hombre por lo
divino. La civilización china ha visto la prosperidad de las
dinastías Han y Tang, y la civilización occidental llegó a
su cima durante el Renacimiento.
Si los seres humanos pueden
resguardar la civilización otorgada por lo divino, entonces
el hombre será capaz de mantener su conexión divina y de
entender la Ley impartida cuando lo divino regrese al reino
humano.
Si los humanos destruyen su cultura y tradición, y
si la moral de la sociedad colapsa, entonces no podrán
comprender las enseñanzas divinas debido a que su karma y
sus pecados serán demasiado grandes y su pensamiento se
habrá desviado mucho de las instrucciones divinas. Esto es
peligroso para la humanidad.
Esta es una época tanto de desolación como de esperanza.
Quienes no creen en lo divino llevan vidas de placer
sensual. Quienes creen esperan el regreso de lo divino en
medio de la confusión y el desasosiego.
El comunismo es el flagelo para la humanidad. Su objetivo es
la destrucción de la humanidad y sus planes son meticulosos
y específicos. La conspiración ha sido tan exitosa que casi
llegó a completarse, ahora el demonio rige nuestro mundo.
La antigua sabiduría de la humanidad nos dice esto: un
pensamiento recto reprime cien perversidades, y cuando
emerge la naturaleza Buda de una persona, esta sacude al
mundo en diez direcciones.
El demonio parece poderoso, pero
no es nada frente a lo divino. Si los humanos pueden
mantener su sinceridad, bondad, compasión, tolerancia y
paciencia, serán protegidos por lo divino y el demonio no
tendrá dominio por sobre ellos.
La misericordia del Creador es ilimitada y cada vida tiene
la oportunidad de escapar de la catástrofe. Si la humanidad
puede restaurar la tradición, elevar la moral y escuchar el
llamado compasivo del Creador y la Ley Celestial que provee
de salvación, el hombre será capaz de romper con el intento
de destrucción del demonio, embarcarse en el camino a la
salvación y acercarse al futuro.
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