Capítulo 9 - La trampa económica comunista
(Parte 1)
Introducción
Hace un siglo, Karl Marx publicó Das Kapital, abogando por la
abolición de la propiedad privada y su reemplazo por la propiedad
pública. Medio siglo después, la propiedad pública comunista había
sido implementada en un tercio de las naciones del mundo.
Después de la desintegración del bloque soviético luego de 1990,
muchos países de Europa del Este pasaron por una "terapia de choque"
para regresar a sus economías de mercado. Otros países en los que no
regía el Partido Comunista, pero que de todos modos acogieron la
nacionalización socialista y soportaron la miseria y la pobreza de
la propiedad pública, finalmente no tuvieron más opción que aplicar
reformas de mercado.
Para lograr la dominación mundial, el espectro del comunismo lanzó
ofensivas en todo el mundo. Al observar esos países que abandonaron
al comunismo o al modelo económico socialista, uno podría pensar que
el espectro fracasó en sus planes. Pero la realidad no es tan
simple. El espectro comunista no sigue una serie de principios
fijos. En cambio, sus métodos y formas cambian constantemente para
adaptarse a la situación. Puede abandonar o criticar sus acciones
previas en pos de un objetivo mayor, y eso es especialmente así en
la esfera económica.
Al analizar detalladamente nuestro presente sistema económico y la
realidad detrás del mismo, es imposible no descubrir cómo el
espectro comunista ha esparcido sus tentáculos a todos los rincones.
A medida que abundan las estrategias fantasiosas y la adoración
ciega del gobierno, la economía de prácticamente todos los países
del mundo se está alejando de los principios del libre mercado.
Las naciones están
perdiendo sus bases morales y gravitan hacia el comunismo. Es hora
de que despertemos a esta realidad y tomemos medidas contra ello.
1. Países
desarrollados de Occidente: comunismo con otro nombre
En El Manifiesto Comunista (originalmente Manifiesto del Partido
Comunista), Marx escribió que la teoría comunista puede resumirse en
una sola frase: abolir el sistema de la propiedad privada. Para las
personas, esto implica la "abolición de la individualidad burguesa,
la independencia burguesa y la libertad burguesa".
Para la sociedad,
significa que "el proletariado utilizará su supremacía política para
arrebatar, por grados, todo el capital de los burgueses, para
centralizar todos los instrumentos de producción a manos del Estado,
es decir, del proletariado organizado como la clase gobernante". [1]
Para alcanzar este objetivo, los comunistas han utilizado la
violencia y el asesinato en masa en los países comunistas. Pero a
medida que el comunismo violento perdió su encanto, este concibió
formas no violentas. Estas variantes del socialismo se infiltraron
en toda la sociedad al punto de que son difíciles de identificar.
Los países occidentales están usando muchas políticas económicas que
no parecen tener relación con el socialismo en nombre o forma, y sin
embargo, juegan un papel de restringir, debilitar o privar el
derecho de las personas a la propiedad privada. Otras debilitan los
mecanismos de la libre empresa, expanden el poder del gobierno e
impulsan a la sociedad hacia el camino del socialismo.
Los métodos incluyen
impuestos altos, generosas prestaciones sociales y un agresivo
intervencionismo del Estado.
a. Altos impuestos
y generosa asistencia social
Una característica importante de la economía comunista o
socialista de los países occidentales es la robusta asistencia
social.
Las actuales
políticas de asistencia social hacen que la gente que proviene
de países comunistas sienta que simplemente se mudaron a otro
Estado socialista.
Socialismo encubierto
El gobierno en sí mismo no genera valor. Más bien, es como
esquilar lana de una oveja. Es el pueblo en realidad el que
paga toda la asistencia social, ya sea mediante impuestos o
mediante una deuda nacional. Un alto grado de asistencia
social es en sí mismo una forma de comunismo, solo que sin
la revolución violenta que practican los partidos
comunistas.
Los impuestos altos son una nacionalización forzada de los
activos privados para redistribuirlos a gran escala. Al
mismo tiempo, es un camino oculto hacia la desaparición
gradual del sistema de propiedad privada.
El resultado final de los impuestos altos es el mismo que el
de la propiedad pública y el igualitarismo impuesto por los
regímenes comunistas; la única diferencia es si la
nacionalización se realiza antes o después de la producción.
En las economías planeadas comunistas, los materiales de
producción están directamente controlados por el Estado.
En Occidente, la
producción se controla de forma privada, pero los ingresos
se convierten en activos estatales mediante impuestos y
esquemas de redistribución. De cualquier modo, equivale a
robar y a saquear la riqueza ajena. En países occidentales,
en lugar de utilizar las matanzas y la violencia, lo
anterior se logró legalmente mediante la democracia y la
legislación.
Cierta ayuda del gobierno es razonable, como la seguridad
social para las víctimas de desastres o accidentes. Pero los
aspectos positivos de la asistencia social la convierten en
un conveniente instrumento para el engaño y se convierte en
la excusa necesaria para aumentar los impuestos.
En este aspecto,
la asistencia social generosa ya ha tenido las mismas
consecuencias destructivas que la economía comunista para la
gente, la sociedad y los valores morales. La naturaleza de
la economía comunista hace que esta saque el lado oscuro de
la naturaleza humana.
Esta es la causa
raíz por la que el diablo está empujando los valores
económicos comunistas en todo el mundo, sea en sociedades
libres o en aquellas controladas directamente por regímenes
comunistas.
Impuestos altos
La asistencia social en países desarrollados de Occidente
consume una gran porción de los ingresos fiscales, los
cuales provienen de los impuestos transferidos desde el
patrimonio privado. No hay otra forma de mantener este nivel
de generosidad del gobierno.
En Estados Unidos, más de la mitad de los ingresos públicos
se gastan en seguro social y cobertura médica. Más del 80%
de este dinero proviene de impuestos a la renta personal e
impuestos de seguridad social; el 11% proviene de impuestos
corporativos [2].
Muchos países
occidentales lo hacen a un grado aún mayor que Estados
Unidos, dado que sus sistemas de asistencia social son más
extensos.
Según datos de 2016 de treinta y cinco economías de mercado
publicados por la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económico (OCDE), veintisiete países tenían una
tasa de impuesto a la renta superior al 30%.
Los dos países
con los impuestos a la renta más altos, con 54% y 49,4%,
están en Europa. Además de esto, comer o comprar algún
artículo en muchas partes de Europa viene con un impuesto al
valor agregado que en algunos lugares llega al 20% [3]. Los
impuestos corporativos y otros también suman a los
impuestos.
Otros datos muestran que en 1900, solo siete de los quince
países de ese año aplicaban un impuesto a la renta, con
Italia a la cabeza con una tasa del 10%. Australia, Japón y
Nueva Zelanda tenían impuestos a la renta de alrededor de un
5%. Pero para 1950, la tasa de impuesto máximo promedio en
veinte países era de más del 60%; actualmente ha caído a
alrededor de 40% [4].
Los impuestos altos no son solo una carga para los que
tienen más dinero, sino que los pobres también lo sufren de
varias maneras. Mientras los ricos suelen tener varias
formas legales de protegerse de los impuestos, la asistencia
social que se le brinda a los pobres desaparece cuando su
ingreso supera cierto umbral.
En resumen, la
gente es penalizada por trabajar más.
Elevada asistencia social
En 1942, el economista británico William Beveridge impulsó
el Estado de asistencia social, un plan "totalmente
abarcador respecto a personas y necesidades".
En la sociedad
moderna, el sistema de asistencia social se ha expandido
hasta cubrir el desempleo, la cobertura médica, las
pensiones, los accidentes de trabajo, la vivienda, la
educación, el cuidado de los niños, etc., mucho más que el
concepto tradicional de caridad para quienes necesitan ayuda
inmediata.
Un informe de Heritage Foundation mostró que en 2013, más de
cien millones de personas en Estados Unidos, o prácticamente
un tercio de la población, recibía asistencia social
(excluyendo la Seguridad Social y la cobertura de salud) a
un promedio de USD 9000 por persona [5].
De acuerdo con
estadísticas recopiladas por el Buró de Censos de EE.UU., en
2016 alrededor del 12,7% de la población estaba viviendo por
debajo de la línea de la pobreza, aunque sus condiciones de
vida podrían sorprender a unos cuantos.
Según encuestas del gobierno, el 96% de los padres de
hogares pobres dijo que sus hijos nunca habían pasado
hambre. Casi el 50% de los hogares pobres vivía en casas no
adosadas, y un 40% vivía en casas adosadas. Solo el 9% vivía
en casas rodantes. El 80% tenía aire acondicionado y dos
quintos tenían televisores LCD. Tres cuartos de los hogares
pobres tenían un automóvil [6].
La categorización
deliberada de una gran cantidad de personas en el sector
demográfico de "pobreza" resulta en una gran excusa para la
expansión de la asistencia social.
La asistencia social que ofrece el gobierno de EE.UU. está
por debajo del promedio en comparación con los miembros de
OCDE. La mayoría de las personas que viven en países
nórdicos y otras naciones de Europa occidental reciben mucha
más asistencia social que los estadounidenses.
En Dinamarca, por
ejemplo, aun los ciudadanos ricos reciben una red de
seguridad social de la cuna a la tumba que incluye
asistencia médica y educación universitaria gratuitas, entre
otros generosos beneficios.
Antes del colapso económico de su país, los griegos
disfrutaban de un salario anual de catorce meses, jubilación
a los 61 años de edad y una pensión equivalente a más del
90% de su salario. Los suecos tienen 550 días de licencia
médica continua y otros beneficios.
La expansión de la asistencia social desde su rol
tradicional de caridad de emergencia a constantes beneficios
para toda la población es, de hecho, parte del plan del
espectro para imponer una economía comunista.
Asistencia social: Esparce la corrupción e intensifica las
contradicciones entre ricos y pobres
Desde un punto de vista económico, la esencia de la
asistencia social es tomar el dinero de ciertas personas y
transferir su valor a otras. Sin embargo, el gobierno es el
responsable de distribuir la riqueza, restando así
importancia a la sabiduría de que uno debe trabajar para
poder tener dinero. La pérdida de este principio moral es
particularmente evidente en el norte de Europa.
El analista sueco Nima Sanandaji demostró este punto
utilizando datos de la Encuesta Mundial de Valores. A
comienzos de los 80, el 82% de los suecos y el 80% de los
noruegos estaban de acuerdo con que "está mal recibir
asistencia del gobierno que no te mereces".
Para cuando se
hizo la encuesta en Noruega y Suecia en 2005 y 2008
respectivamente, solo el 56% de los noruegos y el 61% de los
suecos estaban de acuerdo con tal declaración. [7]
Bajo un sistema de asistencia social generoso, quienes
trabajan duro reciben menos ganancias, y quienes trabajan
menos son recompensados con asistencia social.
Con el tiempo,
esto distorsiona sutilmente las tradiciones morales, a
medida que quienes crecen con la asistencia del gobierno
pierden la laboriosidad, independencia, responsabilidad y
diligencia de sus progenitores. Toman al sistema por sentado
e incluso consideran que la asistencia social es un derecho
humano. Han formado el hábito de depender del gobierno y aun
tenerlo atrapado para que los ayude continuamente.
Los valores
sociales han cambiado de manera casi irreversible. Al igual
que las ranas que se van hirviendo lentamente en el agua
caliente, el uso de grandes cantidades de asistencia social
por parte del comunismo erosiona la sabiduría moral.
Una gran asistencia social también exprime el rol de la
caridad tradicional, y priva tanto a los donantes de la
oportunidad de hacer algo bueno como a los beneficiarios de
la oportunidad de sentirse agradecidos.
En la sociedad tradicional, la caridad se hacía por voluntad
propia, ya sea ayudando directamente a los menos afortunados
o donando a organizaciones de caridad como las iglesias.
Había donantes y beneficiarios definidos, y poder recibir la
asistencia era un privilegio, no un derecho. Quienes la
recibían sentían gratitud por la bondad de los donantes y se
sentían motivados a usar la caridad para complementar sus
propios esfuerzos para mejorar su situación.
Quienes recibían
la caridad y lograban cambiar sus vidas probablemente
regresarían el favor cuando vieran a otros pasando por los
mismos desafíos que ellos habían pasado.
El pensador francés Alexis de Tocqueville notó que la
caridad combina las virtudes de generosidad y de gratitud,
las cuales interactúan mutuamente para mejorar la sociedad y
ejercer una influencia moral positiva.
Al mismo tiempo,
la relación entre los que daban y los que recibían cumplía
la función de aliviar los conflictos y los antagonismos
entre ricos y pobres, ya que el comportamiento caritativo
por parte de individuos conectaba a miembros de diferentes
clases económicas. [8]
El desmesurado sistema moderno de asistencia social enajena
a donantes y beneficiarios al burocratizar el proceso de
caridad. Los "donantes" de hoy en día son contribuyentes que
son forzados a desprenderse de su patrimonio, en vez de
compartirlo voluntariamente. Al mismo tiempo, los
beneficiarios de la asistencia social no tienen conexión con
sus benefactores y no sienten gratitud por su sacrificio.
Tocqueville creía que la asistencia social exacerba los
conflictos entre ricos y pobres. Al tener parte de su
patrimonio confiscado a la fuerza, los que tienen dinero se
vuelven resentidos hacia la clase de beneficiarios de la
asistencia social.
Tocqueville dijo
que los pobres también seguirán sintiendo descontento ya que
no valoran su alivio económico: "Una clase sigue viendo al
mundo con temor y aversión mientras que la otra considera su
infortunio con desesperanza y envidia". [9]
La asistencia social desmesurada se convierte en un punto de
envidia y de conflicto político que el comunismo utiliza
para destruir la moral de la gente y la armonía social. Esto
se pudo observar en la crisis económica griega: en vez de un
conflicto entre ricos y pobres, la lucha fue entre la clase
media y la clase alta. Entre esta última, la evasión
impositiva se había convertido en un "deporte nacional",
según funcionarios griegos citados por The Economist [10].
Al mismo tiempo,
a fin de que sus votantes no se enojaran, el Gobierno griego
dependía de tomar préstamos para compensar la disminución
del ingreso fiscal y mantener el mismo nivel de asistencia
social que otros países europeos.
Como consecuencia de la crisis económica, el Gobierno griego
intentó recortar la asistencia social, pero inmediatamente
se topó con una acérrima resistencia de la población en
general. La gente puso sus miradas sobre los ricos y exigió
que se les impusieran impuestos aún más altos, creando un
dolor de cabeza para el Gobierno, que todavía tiene que
resolver.
El sistema de asistencia social erosiona la ética de trabajo
tradicional y hace que la gente sienta que tiene derecho a
lo que no se ha ganado. Como el trabajo duro es castigado,
toda la economía sufre.
En 2010, un estudio práctico de Martin Halla, Mario Lackner
y Friedrich G. Schneider produjo datos que muestran que a
largo plazo la asistencia social desincentiva el trabajo
duro.
Y tal resultado
no podrá percibirse hasta un largo tiempo después. Los tres
economistas concluyeron que la dinámica del Estado de
asistencia social es perjudicial para la salud de la base
económica de una nación. [11]
La cultura de pobreza
En 2012, The New York Times publicó un artículo titulado
"Beneficiándose del analfabetismo de un niño", en el que
describe el impacto de la política de asistencia social en
familias de bajos ingresos que viven en la zona de los
Montes Apalaches en el Este de Estados Unidos.
El artículo describe cómo muchas familias pobres dejan de
enviar a sus hijos a la escuela a fin de calificar para la
ayuda:
"Mamás y
papás temen que si sus hijos aprenden a leer, tendrán
menos posibilidades de calificar para un cheque mensual
por tener una discapacidad intelectual". [12]
"Muchas
personas [que viven] aquí en casas rodantes en las
laderas son pobres y están desesperados, y un cheque
mensual de USD 698 por hijo del programa de Ingreso de
Seguridad Suplementario es un gran aporte –y esos
cheques continúan hasta que el niño cumple 18 años".
Este programa de
ayuda comenzó hace unos 40 años con el objetivo de ayudar a
las familias que tienen hijos con discapacidades físicas o
mentales.
Al momento en que
The New York Times informó sobre el tema, más del 55% de los
niños cualificados para el programa estaban categorizados
como personas con discapacidades mentales, pero no tenían
ninguna condición definida. En todo Estados Unidos, ahora
hay un total de unos 1,2 millones de niños "con discapacidad
mental" para los cuales los contribuyentes proveen USD 9000
millones por año. [13]
Aquí, la asistencia social y las imperfecciones de la
naturaleza humana se retroalimentan en un círculo vicioso. A
pesar de las buenas intenciones de quienes promueven y
formulan la política de asistencia social, esta
indirectamente ayudó al espectro comunista en su objetivo de
hundir y destruir a la humanidad.
Hace más de un siglo, Tocqueville hizo la observación de que
los programas de asistencia social no discriminan entre
personas, solo entre umbrales de pobreza. Esto hace difícil
que la ayuda se reparta de manera eficiente, ya que es
imposible saber si las personas cualificadas están realmente
sufriendo de circunstancias que escapan a su control o si su
infortunio fue provocado por sí mismos. [14]
El abuso de la asistencia social no solo ata de manos a las
finanzas públicas, sino que también afecta el futuro de los
niños que crecen en dicho sistema. Una investigación
realizada en 2009 descubrió que dos tercios de las personas
que recibieron asistencia social siendo niños continuaron
recibiéndola al llegar a adultos, y posiblemente se
mantengan recibiéndola por el resto de sus vidas. [15]
Como parte de una estrategia para las elecciones, el término
"discapacidad" es continuamente ajustado para incluir una
parte de la población cada vez mayor entre aquellos
cualificados para recibir la asistencia social.
El criterio que
determina quién puede recibir la asistencia crea una
atmósfera de refuerzo negativo que alienta el abuso de los
beneficios. La resultante regresión de la moral social y el
malestar económico ayudan al espectro comunista a lograr sus
objetivos.
La asistencia social es una medida de emergencia para ayudar
a quienes la necesitan genuinamente, es efectiva en
circunstancias como accidentes laborales, epidemias,
desastres naturales, etc. No debería volverse una forma de
subsistencia estándar, ya que es incapaz de resolver el
dilema de la pobreza.
Hasta el 2014, en
los 50 años desde que el presidente Johnson lanzó su guerra
contra la pobreza, los contribuyentes estadounidenses
gastaron 2,2 billones de dólares para pagar la asistencia
social [16]. Sin embargo, tal como muestran las estadísticas
del Buró de Censos de EE. UU., la tasa de pobreza se ha
mantenido estable en los últimos 40 años. [17]
De acuerdo con el economista estadounidense William Arthur
Niskanen, el sistema de asistencia social engendró una
cultura de pobreza, la que a su vez se alimenta de un
círculo vicioso de dependencia en la ayuda del gobierno,
hijos extramaritales, crímenes violentos, desempleo y
abortos.
Su análisis de
los datos de Estados Unidos para el año 1992 produjo un
estimativo de los efectos que se podrían esperar si se
aumentaban los beneficios de la Ayuda a las Familias con
Hijos Dependientes (AFDC) en un 1% del ingreso promedio por
cápita: los receptores de la AFDC crecerían un 3%, el número
de personas en la pobreza crecería un 0,8%, los hijos de
madres solteras aumentarían un 2,1%, y el número de adultos
sin empleo aumentaría un 0,5%. Los abortos y los crímenes
violentos también se volverían más comunes [18].
El hallazgo de
Niskanen sugiere que un fuerte sistema de asistencia social
promueve la dependencia en el sistema y desalienta la
responsabilidad personal.
La desintegración de la familia es un ingrediente clave en
la cultura de la pobreza. En un estudio sobre pobreza
histórica y contemporánea entre la población negra, el
economista Walter E. Williams descubrió que el 85% de los
niños negros pobres vivía con madres solteras adolescentes.
El sistema de asistencia social promueve este fenómeno, ya
que alienta a las madres solteras a vivir sin hacerse
responsables de sus acciones. Pueden obtener subsidios para
la vivienda, cupones para alimentos, etc., de la asistencia
social del gobierno. La asistencia social ha sido
fundamental en la promoción de los hogares monoparentales,
causando más pobreza. [19]
A pesar del hecho de que la asistencia social se ha estado
expandiendo en las últimas dos décadas, la brecha entre
ricos y pobres también ha estado aumentando continuamente:
el salario promedio, ajustado a la inflación, aumenta a paso
de tortuga mientras que la riqueza fluye hacia los de
mayores ingresos. Ha emergido una clase de trabajadores
pobres.
Armada con estos
problemas sociales, la izquierda presiona para que haya un
gobierno más grande, impuestos más altos y más asistencia
social para combatir la pobreza, exacerbándola aún más.
La izquierda utiliza la asistencia social para obtener
votos
Los políticos de izquierda suelen promover una mayor
asistencia social e impuestos más altos.
Usando una
variedad de lemas electorales para convencer a los votantes
de sus nobles intenciones, se retratan de una manera que
parezca que tuvieran una fuerte base moral, aunque estos
políticos no sean los que provean la asistencia social.
Su método
consiste meramente en tomar el dinero de la clase media y la
clase alta y distribuirlo entre los pobres. Ya que el
sistema oculta la relación entre donantes y beneficiarios,
los políticos dicen tener un rol crucial en el proceso.
Ellos son los que
reciben el agradecimiento de los beneficiarios en forma de
votos.
b.
Intervencionismo económico agresivo en países occidentales
Intervención
del Estado
Al presente, los gobiernos del mundo libre ya están
practicando un intervencionismo fuerte en sus sistemas
económicos nacionales. Una de las causas fue la política de
asistencia social, desarrollada bajo influencia socialista,
la cual expandió el rol del Estado en la distribución de la
riqueza.
Otro impulso para
esta tendencia fue la Gran Depresión de la década del 30.
Después de la crisis, la sociedad occidental se vio
profundamente influenciada por las teorías de la economía
keynesiana, la cual promueve una intervención activa del
Estado y la regulación de la economía mediante subvenciones.
En una sociedad normal, el rol del gobierno es limitado.
Solo en situaciones excepcionales debería el Estado
interferir en la economía, como por ejemplo, en tiempos de
desastres naturales o en alguna otra crisis extraordinaria.
Pero hoy en día, la teoría keynesiana se ha arraigado en
todo el mundo.
Los gobiernos de
todos los países se apresuran por tener un mayor control
sobre sus respectivas economías.
Cuando el gobierno tiene un rol activo en la economía, cada
acción tiene un enorme efecto dominó sobre el mercado.
Nuevas políticas o leyes pueden construir o destruir
industrias enteras, haciendo que muchas empresas e
inversores dependan de las decisiones del gobierno.
El Estado, que
tradicionalmente solo aprobaba y aplicaba las leyes, ahora
se ha convertido en el participante principal de la arena
económica. Como si fuera un referí que se pone a jugar al
fútbol, el Estado se ha convertido en el responsable de
controlar y regular el capital en lo que solía ser una
economía de dominio privado, y ha reemplazado su "mano
invisible" con su "mano visible".
El control financiero activo combinado con políticas de
fuerte asistencia social ha causado que muchos gobiernos
tengan enormes deudas. Según datos de la OCDE, más de la
mitad de sus Estados miembro tienen gobiernos con deudas de
casi o más del 100% de su PBI. La deuda de algunos países
supera el 200% de su producción económica [20]. Esto
representa una vulnerabilidad importante para el futuro
social y económico de muchos países.
Ronald Coase, economista ganador del Nobel, escribió muchos
estudios de investigación sobre el impacto de la
intervención del Estado. En su trabajo, Coase descubrió que
la política intervencionista casi siempre produce resultados
negativos. Él cree que la crisis de intervención ha
alcanzado el punto de "rendimiento marginal menguante". [21]
A pesar de esto, los gobiernos de todos los países se han
vuelto más activos en manipular la economía, y cada vez la
llevan más y más hacia el control estatal.
Las consecuencias y la realidad del intervencionismo
Hay al menos dos consecuencias principales de una
intervención estatal extensa.
Primero, el poder
del Estado se expande en cuando a su rol y su escala. Los
funcionarios de gobierno desarrollan una soberbia cada vez
mayor sobre su capacidad de interferir con la economía y
hacen que el Estado juegue el rol de salvador. Después de
manejar la crisis, el gobierno toma la costumbre de retener
sus poderes y funciones expandidos.
Segundo, el intervencionismo crea más dependencia en el
gobierno. Cuando la gente enfrenta desafíos, o cuando el
libre mercado no puede brindarles los beneficios que
quieren, ellos harán presión para que haya más intervención
estatal a fin de satisfacer sus demandas.
A medida que aumenta el poder del Estado, la empresa privada
se debilita y el libre mercado tiene menos espacio para
funcionar. La gente que se ha beneficiado de ello y se ha
vuelto dependiente de los políticos seguirá exigiendo que el
gobierno tome la responsabilidad de distribuir la riqueza y
que promulgue leyes para llevarlo a cabo.
En Occidente hay una fuerte corriente política que empuja a
la sociedad hacia la izquierda. Esto incluye a los
seguidores de la izquierda original, incluyendo socialistas
y comunistas, además de quienes no están tradicionalmente
asociados a la izquierda, pero han sido absorbidos por esta.
La convergencia
de estas fuerzas dispares impulsa al gobierno a tomar
mayores medidas para intervenir en la economía e interferir
con el funcionamiento de las empresas privadas. Esta erosión
de la actividad económica normal parece estar causada por
diversos movimientos sociales, pero de hecho, es el espectro
del comunismo el que mueve los hilos.
Se puede observar que los gobiernos occidentales empuñan su
autoridad pública en nombre de la igualdad y otras excusas
políticas a fin de incrementar la intervención, e incluso
están promulgando leyes para hacer que este sea el estado
permanente.
No hay dudas de
que este comportamiento priva a las economías de mercado de
su árbitro principal: el libre albedrío de las personas. En
esencia, el Estado expande su autoridad sobre el libre
mercado para convertirlo en una economía planificada. Las
implicancias a largo plazo son que todos los aspectos de la
economía y el sustento de la población quedarán bajo el
control público.
Se utilizarán
medios económicos para consolidar el poder político,
esclavizando así a la sociedad y a sus ciudadanos.
El demonio utiliza una política que aparenta ser benigna en
la superficie, pero gradualmente inclina la estructura
económica hacia el centralismo, y así poco a poco lleva a la
humanidad hacia el comunismo total.
c.
La economía socialista lleva al totalitarismo comunista
Impuestos altos,
una fuerte asistencia social y una amplia intervención del
Estado son manifestaciones del socialismo dentro del sistema
capitalista occidental.
Así, el
socialismo comparte la naturaleza principal de la economía
planificada, ya que ambos hacen uso de la autoridad del
Estado para manipular la economía. El objeto de fe
subyacente es la omnipotencia del gobierno, al cual se le
permite jugar a ser Dios.
Así como están las cosas, la única diferencia entre un
fuerte intervencionismo estatal en Occidente y las economías
planificadas de los países comunistas es que en los países
libres, la ley y algunos aspectos básicos del sistema
capitalista protegen los derechos humanos para evitar un
control total del gobierno.
Friedrich Hayek, prominente economista y filósofo austríaco,
advirtió sobre la planificación controlada por el Estado y
la redistribución de la riqueza, y dijo que esto
inevitablemente dañaría el mercado y llevaría al
totalitarismo, sin importar si el sistema era democrático o
no.
Hayek creía que
aunque el socialismo practicado en Europa y América del
Norte era diferente de la propiedad pública y la economía
planificada, de todos modos llegaría al mismo resultado. La
gente perdería su libertad y su sustento, tan solo que de
una manera más lenta e indirecta. [22]
Tal como ha sido planteado anteriormente en este libro,
Marx, Engels y Lenin consideraban al socialismo como un paso
obligatorio en el camino al comunismo. El movimiento de un
tren hacia su destino no se verá afectado porque se detenga
en alguna estación a medio camino.
De manera
similar, el espectro del comunismo es la fuerza impulsora
detrás de un país que se mueve hacia el socialismo. Una vez
que la humanidad abandona las tradiciones, ya sea en la
esfera económica o en otras áreas, y acepta la ideología
comunista, el ritmo del desarrollo es irrelevante.
Tarde o temprano
el tren llegará a su destino.
El destino al final de este camino no es un paraíso en la
Tierra, sino la destrucción de la humanidad. De hecho, al
diablo no le preocupa que no haya un "paraíso" al final, ya
que se trata meramente de un anzuelo para atraer a la gente
hacia su perdición.
2. El
socialismo distópico del Partido Comunista Chino
Después de que la propiedad pública y la economía planificada
llevaran a China a la pobreza, el PCCh tuvo que emprender un proceso
de "reforma y apertura" mediante el cual introdujo elementos del
libre mercado en la sociedad china.
Muchos creen que el
Partido se ha vuelto capitalista, pero esto no puede estar más
alejado de la realidad.
a. La economía
china: el control comunista no cede
Por su propia conveniencia, el PCCh liberalizó algunos aspectos
de la economía china, como por ejemplo, permitir que haya
empresas privadas. Pero esto no significa que los comunistas
hayan aflojado su control. Por el contrario, la reforma
económica fue una estrategia que utilizaron para mantenerse en
el poder y engañar al mundo.
El modelo comunista chino es una monstruosa combinación de
socialismo, estatismo y economía de mercado. Aunque existe la
empresa privada, el PCCh nunca ha prometido al pueblo ningún
derecho fundamental a la propiedad privada. Todos los recursos y
la tierra se mantienen en definitiva a disposición del Partido.
Al mismo tiempo, el
PCCh utiliza el Estado para imponer controles estrictos sobre
asuntos económicos. Aún implementa una planificación nacional a
gran escala en lo que debería considerarse una economía de
poder.
El mercado es solo un
medio utilizado por el Estado para estimular la producción; no
es verdaderamente independiente ni tampoco hay instituciones que
apoyen un libre mercado.
El Estado de derecho está ausente y no hay un sistema claro de
derechos a la propiedad. No se permite que la tasa de cambio se
ajuste naturalmente. El flujo de la riqueza que entra y sale del
país se ve restringido y las firmas internacionales están
firmemente controladas. El PCCh utiliza subsidios del gobierno y
devoluciones de impuestos a la exportación con el objetivo de
derrotar a sus adversarios en la competencia de precios.
Esto ha perturbado el
orden normal del comercio mundial.
En China, toda la actividad económica está dirigida hacia la
satisfacción de necesidades políticas. Las libertades económicas
de las empresas e individuos están subordinadas a los caprichos
del Estado y pueden ser revocadas en cualquier momento. Es
precisamente por estas razones que la Organización Mundial del
Comercio se ha estado rehusando a reconocer a China como una
economía de mercado.
Muchos en gobiernos occidentales albergaron la ingenua esperanza
de que el desarrollo económico traiga liberalización política y
democracia a China. Pero en cambio, el capitalismo público de
China fue utilizado para nutrir al organismo socialista,
revigorizar el liderazgo del Partido y continuar por el camino
perverso.
Con mayores medios financieros, el PCCh sometió al pueblo a
formas más brutales y sofisticadas de represión. En julio de
1999, el régimen comenzó la persecución a Falun Dafa, apuntando
a sus cien millones de practicantes. Esta guerra contra los
principios universales de Verdad, Benevolencia y Tolerancia
continúa hasta el día de hoy.
Desde 2009, el PCCh
viene gastando más de 500.000 millones de yuanes (U$S 75.000
millones) por año para cubrir los costos de "mantener la
estabilidad", esto es, controlar a la población china.
b. La verdad detrás del crecimiento económico de China
Debido al rápido crecimiento del PBI de China en los últimos
cuarenta años, muchos han llegado a creer en la superioridad de
la economía socialista.
Esto ha hecho que
muchos occidentales, incluyendo las élites de círculos políticos
y académicos, y los centros de estudios, se maravillen ante la
eficiencia del sistema totalitario. De hecho, el modelo
económico que construyó el PCCh no puede ser replicado.
Por un lado, las
razones de su crecimiento económico demuestran la inestabilidad
interna del sistema socialista. Por el otro, el modelo del
Partido presagia una abundancia de vicios creados por su
inescrupulosa economía de poder.
El crecimiento económico de China en los últimos 40 años se debe
en gran parte a los siguientes factores: en primer lugar, la
relajación de la economía estatal y el abandono del planeamiento
centralizado, acompañados de la revitalización del sector
privado, han dado a la economía china un poderoso impulso
productivo. El pueblo chino es trabajador e inteligente, pero el
Partido entorpeció su potencial industrial durante décadas.
El deseo de aliviarse
de la pobreza reavivó la motivación de hacer negocios y desató
el tremendo poder económico de los chinos.
Un segundo factor fue el enorme flujo de capital y tecnología
occidentales hacia China durante la era de reforma. Bajo la
economía planificada, las vastas extensiones de tierra
inutilizada, fuerza laboral y mercados de China eran como oro
para los cuales los precios aún no estaban determinados.
La combinación de
inversión de capital y recursos no desarrollados encendió las
llamas del crecimiento económico de China. Si no fuera por el
régimen totalitario del Partido, esta llama hubiese comenzado
décadas antes, y de una forma mucho más controlable y
sostenible.
La escala de la inversión occidental en China es inmensa. Según
cifras publicadas, la inversión estadounidense directa en China
casi alcanzó los U$S 800.000 millones entre 2000 y 2016 [23].
El valor total de
capital extranjero que ingresó a China entre 1979 y 2015 llegó a
unos U$S 1,64 billones. [24]
Los países occidentales incluso dieron al régimen chino un
estatus comercial preferencial junto con un amplio acceso al
mercado. En mayo de 2000, el gobierno de EE. UU. otorgó a China
el estatus de Relaciones Comerciales Normales Permanentes (PNTR).
El 11 de diciembre de
2001, China entró formalmente en la Organización Mundial del
Comercio (OMC) y se unió al mercado internacional.
El PCCh desarrolló su poder económico utilizando modelos poco
éticos de desarrollo. Entre estos se encuentran talleres
clandestinos de trabajo, la extrema explotación de trabajadores
y campesinos, la violenta demolición de viviendas y la
reubicación de sus residentes, y demás. Con el fin de lograr un
crecimiento a corto plazo, el PCCh ignoró la destrucción
ambiental y otros peligros para exprimir hasta la última gota de
ganancias de su tierra, gente y recursos.
El Partido Comunista se aprovechó del capital, la tecnología,
los mercados y el estatus comercial favorable de Occidente, así
como de los costos baratos de mano de obra nacional, para amasar
enormes sumas de reserva en moneda extranjera. El déficit en la
balanza comercial entre Estados Unidos y China creció de U$S
80.000 millones en 2000 a más de U$S 375.000 millones en 2017.
Finalmente, el PCCh dio vuelta las convenciones del comercio
internacional y se aprovechó por completo de las oportunidades
disponibles sin importarle su legitimidad. Adoptó la estrategia
nacional de plagiar la propiedad intelectual en un intento por
sobrepasar a otros países en cuanto a industria y tecnología.
Esto constituye el caso más grande de robo de toda la historia.
El informe de 2017 de la Comisión sobre Robo de Propiedad
Intelectual Estadounidense declaró que los productos
falsificados, el software pirateado y los secretos comerciales
robados por China causaron que Estados Unidos perdiera entre U$S
225.000 millones y U$S 600.000 millones cada año, una cifra que
no incluye las pérdidas por robo de propiedad intelectual.
El informe expone que en los últimos tres años, se perdieron U$S
1,2 billones debido al robo de propiedad intelectual, mayormente
proveniente de China [25][26].
Un informe de la
Oficina del Director del Servicio Nacional de Inteligencia
declara que el 90 por ciento de los ciberataques a empresas de
EE. UU. proviene del gobierno chino, que inflige un estimado de
U$S 400.000 millones en daño económico total cada año. [27]
El crecimiento económico de China fue incentivado por la
relajación de la ideología socialista, por las inversiones de
países occidentales desarrollados y por la conducta comercial
inmoral del PCCh. Esto de ninguna manera indica la superioridad
del socialismo, ni que el Partido se esté desarrollando en un
camino capitalista normal. Los analistas occidentales a veces
describen al modelo comercial inescrupuloso de la China
comunista como "capitalismo de Estado".
Esto es un darle al
Partido un crédito que no se merece. Bajo el régimen totalitario
del PCCh, la economía es meramente un instrumento político. La
fachada de economía de mercado es una superficialidad que el
PCCh utiliza para engañar al mundo.
El modelo económico del PCCh utiliza la autoridad del Estado
para inducir el rápido desarrollo económico mientras emplea
trucos deshonestos para ser competitivo. Esto ha incentivado a
otros países a adoptar una intervención estatal más intensa.
Estos países
cometieron el grave error de idolatrar el modelo del Partido
como un éxito mientras ignoran sus tragedias humanas y morales.
c. Consecuencias
del modelo económico chino
El modelo económico del PCCh hizo que la moral de la sociedad
cayera en picada, exactamente acorde con el objetivo del
espectro comunista de destruir a la humanidad.
El poder económico
del Partido va de la mano con la erosión de la moral mientras
arrastra a las personas a un mar sin fondo de indulgencia, con
su eventual aniquilación.
La China actual está inundada de productos falsos, comida
venenosa, pornografía, drogas, apuestas y pandillas. La
corrupción y la prostitución se convirtieron en logros de los
cuales enorgullecerse, mientras que la confianza social es
prácticamente inexistente. La grieta entre ricos y pobres es
cada vez más ancha y está acompañada de los conflictos sociales
y del abuso de la justicia.
Los ciudadanos hacen
la vista gorda ante el sufrimiento de sus compatriotas. En la
economía de poder, los funcionarios del Partido utilizan su
autoridad para acumular dinero. La enormidad de la corrupción
aumenta con el rango. La malversación de miles de millones es
algo normal. No hay gobierno tan corrupto ni moralmente
degenerado como el régimen comunista chino.
En octubre de 2011, el mundo quedó estupefacto con la muerte de
Yueyue, una niña de 2 años de edad de la provincia de Guangdong
que fue atropellada por un camión.
En vez de detenerse a
ayudarla, el conductor puso reversa para atropellar a Yueyue
otra vez y asegurarse de que estuviera muerta. Durante la
tragedia, 18 personas pasaron por ahí y no se detuvieron, y
luego Yueyue falleció en el hospital.
Los medios de
comunicación internacionales se preguntaban si China había
perdido su alma. Puede ser comprensible que la gente sea
reticente a ayudar a otros cuando implica un peligro para ellos,
como en un robo armado, pero Yuyue no planteaba una amenaza para
nadie al yacer agonizando debajo de los neumáticos de un
conductor sin alma. La sociedad china ha tocado fondo.
El crecimiento económico sin moral es caótico, breve y
desastroso. Bajo las inhumanas políticas del PCCh, el conflicto
social abunda y el medio ambiente está al borde del colapso. Las
consecuencias de la decadencia moral son fatales. China se hace
llamar un país fuerte, pero su fuerza es un espejismo.
Su prosperidad
superficial, construida sobre la imprudente búsqueda de riqueza,
está condenada a colapsar en la convergencia de la crisis moral
y el conflicto social.
Si China no puede escapar de las garras del diablo, no tendrá un
buen futuro. El espectro del comunismo no tiene intención de
implementar un crecimiento sostenible y saludable, dado que su
objetivo es destruir China.
3. Los estragos
del socialismo en el mundo en desarrollo
a. El socialismo
continúa acechando a Europa del Este
En el mundo actual, los países occidentales desarrollados se
involucran en un socialismo oculto, y el Partido Comunista Chino
ha impuesto una monstruosidad socialista autoritaria. En Europa
del Este, el comunismo continúa acechando a la región, dado que
no hubo un juicio completo de los crímenes cometidos por los
regímenes pertenecientes al ex bloque soviético.
La persistente presencia del comunismo puede observarse en
varias facetas de la política y la economía de Europa Oriental.
Por ejemplo, Rusia y Bielorrusia conservan poderosas empresas
estatales, una amplia asistencia social y políticas
intervencionistas agresivas.
Durante el período
transitorio del comunismo, los países de Europa del Este
experimentaron crisis de lento crecimiento económico y alto
desempleo.
Todo esto incentivó
la recaída en el comunismo y el socialismo en nuevas formas. El
espectro del comunismo no ha sido expulsado.
Los partidos de
izquierda fueron reanimados con un vigor renovado, alimentándose
de la nostalgia de la gente por el pasado socialista. [28]
b. La economía socialista ha fallado en naciones en
desarrollo
En las naciones en desarrollo de Asia, África y Latinoamérica,
muchos países recientemente independientes declararon su lealtad
al socialismo en los años 1960. El resultado ha sido un
desastre. Los casos más recientes incluyen a Venezuela y
Zimbabue.
Venezuela fue una vez el país más rico de Latinoamérica. Desde
que el socialismo llevó a su economía al colapso, Venezuela está
plagada de pobreza, crimen y hambruna. Zimbabue supo ser el país
más rico de África.
Actualmente se ha
hundido en una completa catástrofe y la inflación escaló más
allá de lo imaginable.
Venezuela: Cómo el socialismo llevó un país próspero a la
bancarrota
Venezuela fue bendecida con considerables reservas de
petróleo. En los años 1970, era el país con el crecimiento
más acelerado de Latinoamérica y disfrutaba de la
desigualdad de ingresos más baja y el PIB per cápita más
alto de la región [29].
La economía
relativamente libre de Venezuela atrajo talentosos
inmigrantes de Italia, Portugal y España. Junto con la
protección de los derechos a la propiedad, estos factores
permitieron que la economía de la nación creciera
rápidamente entre 1940 y 1970. [30]
Luego de que el nuevo presidente asumiera en 1999, se
embarcó en un programa desafortunado de nacionalización que
finalmente sumió a la economía venezolana en un caos. El
presidente había declarado públicamente que emprendería un
socialismo del siglo XXI. [31]
Para construir el socialismo, el gobierno venezolano
confiscó o nacionalizó muchas empresas privadas, entre ellas
el petróleo, la agricultura, las finanzas, la industria
pesada, el acero, las telecomunicaciones, la energía, el
transporte y las empresas turísticas. Este proceso se
redobló luego de la reelección del presidente en 2007. Su
gobierno expropió 1147 empresas privadas entre 2007 y 2012,
con efectos catastróficos.
Industrias que supieron ser productivas fueron cerradas y
reemplazadas por empresas estatales ineficientes, lo que
ahuyentó a los inversores. Dado que la producción se hundió,
Venezuela pasó a tener una gran dependencia en las
importaciones.
Sumado a una
serie de intervenciones gubernamentales que incluían
reservas extranjeras y controles de precios, el desastre
inevitablemente golpeó al país cuando cayó el precio del
petróleo.
Algunos atribuyeron esta tragedia a la crisis del petróleo,
pero las razones del dramático fracaso de Venezuela son
otras. Según información provista por el Banco Mundial,
siete países que dependían de la exportación de petróleo aún
más que Venezuela experimentaron un crecimiento económico
entre 2013 y 2017. [32]
La raíz del problema yace en el sistema económico
socialista. La política económica de Venezuela esencialmente
marchó al ritmo de las diez exigencias revolucionarias que
Marx propuso en El Manifiesto Comunista [33].
Venezuela sufrió
su destino económico fatal en manos del espectro comunista.
Zimbabue: De granero de África a la tierra de la hambruna
Luego de la declaración de independencia de Zimbabue en
1980, el país intentó construir un Estado socialista de
acuerdo con los principios marxistas-leninistas. Su primer
presidente fue creyente marxista en su juventud.
Sus guerrillas,
guiadas por el Pensamiento de Mao Zedong, recibieron
asistencia incondicional del Partido Comunista Chino y
mantuvieron una relación con China. A diferencia de otros
países africanos que implementaron el socialismo, Zimbabue
no impuso políticas de nacionalización inmediatamente.
Los infortunios económicos de Zimbabue comenzaron en el año
2000, luego del comienzo de la reforma agraria. Bajo el
programa de reforma, la tierra perteneciente a los
campesinos blancos fue incautada y redistribuida entre los
negros sin tierra y entre quienes tenían un trasfondo
político aprobado.
El resultado fue
un agudo declive en la productividad agrícola. En un intento
por evadir la crisis, el Banco Central de Zimbabue imprimió
más dinero, lo que condujo a una interminable
hiperinflación.
Cifras del Banco Central de Zimbabue indican que en junio de
2008, la inflación anual del país alcanzó el 231 millones
por ciento. Hacia mediados de noviembre de 2008, la
inflación había alcanzado el pico de cerca de 80.000
millones por ciento, luego de lo cual las autoridades
dejaron de publicar estadísticas mensuales.
Un año después,
la tasa de cambio del dólar zimbabuense al dólar
estadounidense alcanzó los treinta y cinco billones a uno.
Zimbabue finalmente se vio obligado a abandonar y relanzar
su moneda. [34]
En 2008, una gran hambruna azotó a Zimbabue. De las 16
millones de personas del país, unas 3,5 millones pasaron
hambre. Hoy en día, la desnutrición es crónica y
generalizada.
El comunismo plaga el mundo en formas que pueden ser
observadas o previstas en todos los países. Los países
occidentales desarrollados están comenzando a experimentar
crisis. Mientras tanto, la tragedia del socialismo ya es una
realidad en el mundo en desarrollo.
Este es el
principio: el demonio utiliza la economía para prometer
comodidad y satisfacción momentánea, tentando a la gente
hacia la degradación moral y arrastrándola al abismo.
Referencias
[1] Karl Marx and
Friedrich Engels, "Manifesto of the Communist Party,"
Marx/Engels Selected Works, Vol. One (Moscow: Progress
Publishers, 1969), 98-137.
[2] Max Galka, "The History of U.S. Government Spending, Revenue,
and Debt (1790-2015)," Metrocosm, February 16, 2016, http://metrocosm.com/history-of-us-taxes/.
[3] "OECD Tax Rates on Labour Income Continued Decreasing Slowly
in 2016," OCED Report, http://www.oecd.org/newsroom/oecd-tax-rates-on-labour-income-continued-decreasing-slowly-in-2016.htm.
[4] Kenneth Scheve and David Stasavage, Taxing the Rich: A
History of Fiscal Fairness in the United States and Europe (Kindle
Locations 930-931) (Princeton: Princeton University Press,
Kindle Edition).
[5] Rachel Sheffield and Robert Rector, "The War on Poverty
after 50 Years," Heritage Foundation Report, September 15, 2014,
https://www.heritage.org/poverty-and-inequality/report/the-war-poverty-after-50-years.
[6] Ibid.
[7] Nima Sanandaji, Scandinavian Unexceptionalism: Culture,
Markets, and the Failure of Third-Way Socialism (London:
Institute for Economic Affairs, 2015), 132.
[8] Alexis de Tocqueville, Memoir on Pauperism, trans. Seymour
Drescher (Lancing, West Sussex, UK: Hartington Fine Arts Ltd,
1997).
[9] Ibid.
[10] "A National Sport No More," The Economist, November 3rd,
2012, https://www.economist.com/europe/2012/11/03/a-national-sport-no-more.
[11] Martin Halla, Mario Lackner, and Friedrich G. Schneider, "An
Empirical Analysis of the Dynamics of the Welfare State: The
Case of Benefit Morale," Kyklos, 63:1 (2010), 55-74.
[12] Nicholas Kristof, "Profiting from a Child's Illiteracy,"
New York Times, December 7, 2012, https://www.nytimes.com/2012/12/09/opinion/sunday/kristof-profiting-from-a-childs-illiteracy.html.
[13] Ibid.
[14]Alexis de Tocqueville, Memoir on Pauperism, trans. Seymour
Drescher (Lancing, West Sussex, UK: Hartington Fine Arts Ltd,
1997).
[15] Nicholas Kristof, "Profiting from a Child's Illiteracy,"
New York Times, December 7, 2012, https://www.nytimes.com/2012/12/09/opinion/sunday/kristof-profiting-from-a-childs-illiteracy.html.
[16] Robert Rector, "The War on Poverty: 50 Years of Failure,"
Heritage Foundation Report, September 23, 2014, https://www.heritage.org/marriage-and-family/commentary/the-war-poverty-50-years-failure.
[17] U.S. Census Bureau, "Annual Social and Economic Supplements,"
Current Population Survey, 1960 to 2016.
[18] Niskanen, A., "Welfare and the Culture of Poverty," The
Cato Journal, 16:1(1996).
[19] Walter E. Williams, "The True Black Tragedy: Illegitimacy
Rate of Nearly 75%," cnsnews.com, May 19, 2015, https://www.cnsnews.com/commentary/walter-e-williams/true-black-tragedy-illegitimacy-rate-nearly-75.
[20] "OECD Data," https://data.oecd.org/gga/general-government-debt.htm.
[21] Thomas Winslow Hazlett, "Looking for Results: An Interview
with Ronald Coase," Reason, (January 1997), https://reason.com/archives/1997/01/01/looking-for-results.
[22] F. A. Hayek, The Road to Serfdom (London: Routledge Press,
1944).
[23] "Direct Investment Position of the United States in China
from 2000 to 2016" , Statistica.com, https://www.statista.com/statistics/188629/united-states-direct-investments-in-china-since-2000/.
[24]"Report on Foreign Investments in China, 2016," A Chronicle
of Direct Foreign Investments in China, The Ministry of Commerce
of China [〈中国外商投资报告 2016〉, 《中国外商直接投资历年概况》,中國商務部]
[25] Liz Peek, "Finally, a President Willing to Combat Chinese
Theft," The Hill,March 26, 2018, http://thehill.com/opinion/finance/380252-finally-a-president-willing-to-combat-chinese-theft.
[26] The Commission on the Theft of American Intellectual
Property, Update to the IP Commission Report, 2017, http://www.ipcommission.org/report/IP_Commission_Report_Update_2017.pdf.
[27] Chris Strohm, "No Sign China Has Stopped Hacking U.S.
Companies, Official Says," Bloomberg News, November 18, 2015,
https://www.bloomberg.com/news/articles/2015-11-18/no-sign-china-has-stopped-hacking-u-s-companies-official-says.
[28] Kurt Biray, "Communist Nostalgia in Eastern Europe: Longing
for the Past," November 10, 2015, https://www.opendemocracy.net/can-europe-make-it/kurt-biray/communist-nostalgia-in-eastern-europe-longing-for-past.
[29] John Polga-Hecimovich, "The Roots of Venezuela's Failing
State," Origins, 10:9 (June 2017), http://origins.osu.edu/article/roots-venezuelas-failing-state.
[30] José Niño, "Venezuela Before Chavez: A Prelude to Socialist
Failure," Mises Wire, May 04, 2017, https://mises.org/wire/venezuela-chavez-prelude-socialist-failure.
[31] John Bissett, "Hugo Chavez: Revolutionary Socialist or
Leftwing Reformist?" Socialist Standard No. 1366 (June 2018)
https://www.worldsocialism.org/spgb/hugo-chavez-revolutionary-socialist-or-leftwing-reformist.
[32] Julian Adorney, "Socialism Set Fire to Venezuela's Oil
Crisis," Real Clear World, August 29, 2017, https://www.realclearworld.com/articles/2017/08/29/socialism_set_fire_to_venezuelas_oil_crisis_112520.html.
[33] José Niño, "John Oliver is Wrong About Venezuela – It's a
Socialist Country," Mises Wire May 30, 2018, https://mises.org/wire/john-oliver-wrong-about-venezuela-%E2%80%94-its-socialist-country.
[34] "10 Numbers Tell You What Is Going On in Zimbabwe", BBC
Chinese edition (November 11, 2017),
http://www.bbc.com/zhongwen/trad/world-42077093
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Capítulo 9 - La trampa económica comunista
(Parte 2)
4. Propiedad
pública y economía planificada: Sistemas de esclavitud
Dios creó al hombre, lo dotó de sabiduría y fuerza, y estableció que
en su vida cosecharía los frutos de su trabajo, a fin de tener lo
suficiente para salvaguardar su vida.
Tal como dice la
Declaración de Independencia de Estados Unidos: "Sostenemos como
evidentes estas verdades: que los hombres son creados iguales; que
son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que
entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad". [1]
Naturalmente, estos derechos incluyen el poder de poseer y
distribuir su propiedad y bienes.
En contraste, Marx declaró en el Manifiesto Comunista: "En este
sentido, la teoría de los comunistas puede resumirse en una única
frase: la abolición de la propiedad privada" [2]. Esta es una
referencia a la propiedad pública, para la cual la economía
planificada es un aspecto obligatorio. La esencia de este sistema
viola los principios celestiales, va en contra de la naturaleza
humana y es una forma de esclavitud.
a. Propiedad
pública: un yugo totalitario
El pionero anticomunista estadounidense Fred Schwarz contó la
siguiente broma en su libro Usted puede confiar en los
comunistas (para que se comporten como tales) sobre dos
entrevistas realizadas por una persona que primero visitó una
planta automotriz soviética y luego una estadounidense [3]:
"¿Quién es el
dueño de esta fábrica?"
"Nosotros", respondieron.
"¿Quién es el dueño de la tierra sobre la cual está
construida?"
"Nosotros".
"¿Quién es el dueño de los productos una vez fabricados?"
"Nosotros".
Afuera, en la esquina
de un gran parque, había tres automóviles destartalados.
El visitante
preguntó,
"¿Quiénes son los
dueños de aquellos autos?"
Ellos respondieron:
"Nosotros, pero
uno de ellos lo utiliza el gerente de la fábrica, otro lo
utiliza el comisario político y el otro lo utiliza la
policía secreta".
El mismo investigador
fue a una fábrica de Estados Unidos y le preguntó a los
trabajadores,
"¿Quién es el
dueño de esta fábrica?"
"Henry Ford", respondieron.
"¿Quién es el dueño de la tierra sobre la cual está
construida?"
"Henry Ford".
"¿Quién es el dueño de los productos una vez fabricados?"
"Henry Ford".
Afuera de la fábrica
había un vasto parque lleno de todo tipo y variedad de modernos
automóviles americanos.
Él preguntó,
"¿Quiénes son los
dueños de aquellos autos?"
Ellos respondieron,
"Oh, nosotros".
Esta historia es un
retrato vívido de las consecuencias y diferencias entre los
sistemas de propiedad privada y pública.
Bajo el sistema de
propiedad pública, los recursos y las ganancias del trabajo
están nacionalizados. Los mecanismos que motivan el entusiasmo,
el esfuerzo y la innovación individual están ausentes, al igual
que el sentido de responsabilidad que transmite el derecho a la
propiedad personal.
En las palabras, la
propiedad pública significa que la riqueza de un país es
compartida por todos los ciudadanos, pero en la práctica,
significa que la clase privilegiada monopoliza los recursos y
primero cuida de sí misma.
El factor fundamental para el crecimiento económico de una
nación es su pueblo. La propiedad pública estrangula la
vitalidad y la motivación del pueblo para ser productivo. Afecta
el ánimo, promueve la ineficiencia y causa desperdicio.
Desde las granjas
colectivas soviéticas a las comunas populares de China
–incluyendo la fallida colectivización en Camboya y Corea del
Norte– el sistema de propiedad pública lleva hambre a donde sea
que vaya. Decenas de millones de personas en China murieron en
una hambruna creada por el hombre.
La propiedad privada concuerda con el principio de que el hombre
trabaja para ganarse el pan. Por el contrario, la propiedad
colectiva viola este principio. En la naturaleza humana hay
bondad y maldad. La propiedad privada le permite al hombre
desarrollar su naturaleza bondadosa y promueve el trabajo y el
ahorro.
Por su lado, la
propiedad colectiva incentiva la maldad de la naturaleza humana,
promoviendo la envidia y la pereza.
Friedrich Hayek escribió que el crecimiento de la civilización
se apoya en las tradiciones sociales que colocan a la propiedad
privada en el centro. Tales tradiciones generaron el sistema
capitalista moderno y el crecimiento económico que lo acompaña.
Este es un orden orgánico y autógeno que no requiere del
gobierno para funcionar.
Sin embargo, los
movimientos comunistas y socialistas buscan ejercer el control
sobre este orden formado espontáneamente –y es lo que Hayek
llama su "arrogancia fatal". [4]
Si la propiedad privada y la libertad son inseparables, entonces
el mismo principio aplica a la propiedad colectiva, que está
unida a un poder dictatorial y a la supresión. El sistema de
propiedad colectiva nacionaliza los recursos, degrada la
productividad económica y convierte a la gente en los sirvientes
y esclavos del país.
Todas las personas
deben obedecer los comandos del partido central, y cualquier
idea o voz que no sea consistente con la del régimen puede ser
silenciada mediante castigos económicos. Así el pueblo queda
indefenso ante la intervención del Estado.
Por lo tanto, la eliminación de la propiedad privada y el
establecimiento de la propiedad colectiva inevitablemente
producen resultados totalitarios. El colectivismo es un yugo
colocado en el cuello del hombre por el Estado totalitario. La
libertad es usurpada –incluyendo la libertad de ser buena
persona– y todos son forzados a seguir los comandos morales del
régimen comunista.
Algunas personas han dicho que el poder no debe ser privatizado
y que la riqueza no debe ser colectivizada, de lo contrario, la
humanidad enfrentará un desastre.
Eso es muy cierto.
b. Planeamiento
económico: destinado al fracaso
Bajo una economía planificada, toda la producción de la
sociedad, la asignación de recursos y la distribución de
productos se basa en un plan establecido por el Estado. Esto es
completamente diferente del planeamiento orgánico de empresas e
individuos.
La economía planificada tiene defectos naturales y evidentes.
Primero, requiere la recolección de una gran cantidad de datos
para poder hacer planes razonables para la producción. Para un
país, especialmente un país moderno con una gran población, la
cantidad de información relevante es incalculablemente grande.
Por ejemplo, el Buró
de Precios de los Productos Básicos de la ex Unión Soviética
tuvo que fijar los precios de 24 millones de productos
diferentes [5]. Tales cálculos son imposibles.
La complejidad y variabilidad de la sociedad y las personas no
puede resolverse mediante una economía planificada unificada
[6]. Aun con el uso del big data y la inteligencia artificial de
los tiempos modernos, no es posible introducir los pensamientos
humanos como variables, y por lo tanto el sistema siempre estará
incompleto.
El economista Ludwig von Mises trató la relación entre
socialismo y el mercado en su artículo "Cálculo económico en la
mancomunidad socialista" [7]. Von Mises señala que sin un
mercado verdadero, una sociedad socialista no es capaz de hacer
cálculos económicos razonables. Por lo tanto, la distribución de
los recursos no puede ser racionalizada y la economía
planificada fallará.
Segundo, la economía planificada requiere el control coercitivo
de los recursos por parte del Estado. Esto en definitiva
requiere un poder absoluto, cupos e imposiciones. Además, una
economía de poder responde ante todo a la política, en vez de a
las necesidades de la gente.
Cuando los requisitos
del mundo real no se conforman con los planes del Estado,
entonces el poder estatal pisotea las tendencias económicas
naturales, causando una mala distribución masiva del capital y
todos los problemas relacionados a esto. La economía planificada
utiliza el poder y la sabiduría limitados de un gobierno para
jugar a ser Dios. Es algo condenado al fracaso.
La planificación económica y la política de gran presión son
inseparables. Debido a que es inevitable que los planes
nacionales tengan fallas, cuando surgen los problemas, los
planes enfrentan desafíos tanto dentro como fuera del gobierno.
Quienes ostentan el poder entonces sienten que se está
desafiando su autoridad y contraatacan con presión política y
purgas.
Mao Zedong, por
ejemplo, ignoró las leyes de la economía e impuso el Gran Salto
Adelante, lo que resultó en una hambruna de tres años que causó
decenas de millones de muertes. Esto le planteó aún más
desafíos, y es una de las razones principales por las que luego
lanzó la Revolución Cultural.
Los desastrosos efectos de la economía planificada y la
propiedad colectiva han quedado expuestos por completo en las
actuales condiciones de las empresas estatales chinas.
En los últimos años,
un gran número de empresas estatales chinas han detenido o
disminuido su producción, han sufrido pérdidas cada año o se han
vuelto insolventes. Estas dependen de los subsidios del gobierno
y de importantes créditos bancarios para mantener sus
operaciones.
En esencia se han
convertido en parásitos de la economía nacional y muchas son
conocidas como "empresas zombie". [8]
Entre las 150.000 empresas estatales en China, con la excepción
de monopolios estatales en los lucrativos sectores del petróleo
y las telecomunicaciones, otras empresas estatales reportan
ganancias mínimas y sufren grandes pérdidas, destruyendo
repetidamente el capital.
Hacia fines de 2015,
el total de sus activos representaban el 176% del PBI, las
deudas representaban el 127% y las ganancias representaban solo
el 3,4%. Algunos economistas creen que las empresas zombie
básicamente han convertido a la economía china en su rehén. [9]
Mientras tanto, la planificación económica priva a las personas
de su libertad y obliga al Estado a ocuparse de ellas. La
esencia del proyecto se trata de convertir a la gente en
esclavos y máquinas. Todos los aspectos de la vida de las
personas están bajo el control del Estado, el cual encierra a la
gente en una prisión invisible, pretende abolir el libre
albedrío y altera los parámetros de la vida humana establecidos
por Dios.
Esta es otra
manifestación más de la revuelta del espectro del comunismo
contra Dios y la ley natural.
5. La Teoría de la
Explotación marxista: Una falaz inversión del bien y el mal
Marx dijo que solo el trabajo crea valor. Si el dueño de una empresa
invierte 10 millones de dólares este año, y los ingresos de la
empresa son de 11 millones de dólares, entonces este millón de
ganancia fue creado por los empleados.
Según la teoría de Marx,
el capital –las vidrieras, los productos y otros medios de
producción– no crean valor, sino que solo se transfiere a una parte
del costo de los bienes. El valor creado por los empleados de la
empresa (11 millones de dólares) es mayor que el de los costos de la
empresa (incluyendo los salarios de los empleados, que sería el
costo de su trabajo).
En la teoría marxista, la
ganancia, un millón de dólares, es una "plusvalía" creada por los
empleados de la cual se apropia el capitalista injustamente.
Por lo tanto, Marx afirmaba que había encontrado el secreto sobre
cómo hacen dinero los capitalistas y creía que ese era el pecado
original de los burgueses: la explotación. La inversión capitalista
para el establecimiento de fábricas y empresas es algo que
obviamente se hace para obtener una ganancia, así que según Marx, el
proletariado se verá inevitablemente explotado.
Este pecado original de
explotación es inherente al sistema capitalista, el cual pertenece a
toda la burguesía. Así fue que Marx llegó a la conclusión de que
para eliminar este pecado había que destruir a toda la sociedad
capitalista, es decir, hay que eliminar a los burgueses y confiscar
sus bienes, mientras la vanguardia del partido colectiviza la
propiedad e instituye el comunismo.
Lo absurdo de la teoría de la explotación de Marx se refleja
principalmente en dos aspectos. Primero, él divide a la gente en dos
clases opositoras: los burgueses con capital y el proletariado sin
capital.
De hecho, desde el
surgimiento de las sociedades industrializadas, la movilidad social
se ha incrementado rápidamente. Por ejemplo, la movilidad social en
la época de Marx (principios del 1800 hasta la década de 1850) era
similar a la de la década de 1970 tanto en el Reino Unido como en
Estados Unidos [10]. El cambio de clases es un proceso dinámico. Un
supuesto miembro del proletariado ya no pertenece al proletariado si
compra acciones de una compañía.
Si la asignación a una
clase puede cambiar tan fácilmente, intentos como este por dividir a
la gente en grupos no tienen otro propósito más que incitar el odio
de clases.
Por otro lado, mediante un juego minuciosamente diseñado de
"teorías", el marxismo engaña a la gente para reemplazar los
estándares morales tradicionales con sus estándares falsos que
trastocan lo correcto y lo incorrecto. En la perspectiva marxista,
no se juzga si una persona es buena o mala en base a su moral y sus
acciones, sino por su lugar en la jerarquía (inversa) del capital.
Aquellos que pertenecen a
la clase capitalista son culpables de explotar al proletariado (la
clase trabajadora), y dado que el proletariado es la clase oprimida
y explotada, sus miembros naturalmente están en la instancia moral
suprema. Sin importar cómo traten a los capitalistas, pueden
mantener la frente en alto.
Esto ha convertido al
hecho de poseer una propiedad en un crimen, ha tergiversado el robo
de patrimonio en justicia y ha legalizado y justificado la
expropiación violenta. Esta inversión de lo correcto y lo
incorrecto, del bien y el mal, ha incentivado la perversidad.
En China, la ex Unión Soviética y los Estados comunistas de Europa
del Este, los Partidos Comunistas han robado tierras, linchado a
terratenientes y robado sus fábricas a los capitalistas. Lo que es
peor, el Partido incluso ha asesinado a los "enemigos de clase",
provocado incendios, confiscado patrimonios de generaciones,
destruido la naturaleza humana y ha emprendido una campaña cabal de
terrorismo de Estado contra el pueblo.
Toda esa maldad fue el
resultado de estas teorías. Mientras tanto, los estándares morales
tradicionales y la creencia en los dioses, santos y otros eruditos y
figuras públicas fueron catalogados como parte de la "clase
explotadora" y así fueron atacados y derribados.
Las teorías de Marx han sido ampliamente criticadas en los círculos
económicos y filosóficos [11]. A continuación presentamos unos pocos
ejemplos que ilustran lo absurda que es la teoría de la explotación
de Marx.
Marx argumenta que el trabajo genera valor, y que el valor está
determinado por el tiempo de trabajo necesario para su producción.
Esta teoría es ridícula. El valor de un producto no es parte de sus
propiedades intrínsecas. La mayoría de las veces, la gente añade un
elemento subjetivo a cada producto –especialmente la oferta y la
demanda.
Muchos economistas han
explorado el proceso de valoración, y a diferencia del estrecho
monismo de Marx, la mayoría de los economistas creen que en la
creación del valor participan numerosos factores, incluyendo la
tierra, el capital, el trabajo, la ciencia y la tecnología, la
gestión, el riesgo de inversión, etc. Las actividades económicas son
un sistema complejo que involucran diferentes eslabones en la cadena
de producción.
Diferentes factores de
producción tienen ciertos requisitos de gestión, y diferentes
personas tienen diferentes roles, todos los cuales son
indispensables para toda la cadena y contribuyen a la creación del
"valor residual".
Por ejemplo, un capitalista planea gastar un millón de dólares para
contratar a dos ingenieros para que diseñen y produzcan un nuevo
juguete. También contrata a un publicista para que promueva el nuevo
juguete. Dos años después, el nuevo juguete se hace popular y
obtiene cincuenta millones de dólares en ganancias.
¿Fue el trabajo de los
ingenieros y del publicista el que creó el valor residual de
cincuenta millones de dólares? Por supuesto que no.
La razón de que el nuevo
juguete gane millones es porque la gente quiso comprarlo. La
comprensión del mercado por parte del capitalista, su capacidad de
organizar y gestionar, y su valentía para arriesgarse también
contribuyeron al valor del juguete.
Supongamos que la creatividad del juguete provenga de uno de los
ingenieros, entonces, ¿acaso el valor residual de cincuenta millones
de dólares proviene del hecho de que el capitalista explotó la
creatividad del ingeniero sin dar nada a cambio? Por supuesto que
no. Si el ingeniero creyera que su ingenio no estaba siendo
debidamente recompensado, podría encontrar otra empresa que le pague
más.
En un libre mercado, eventualmente se logra un equilibrio entre
habilidad y ambición por un lado, y capital por otro. Los
capitalistas que quieren ganancias irracionales perderán ante la
competencia o no podrán captar talentos. Además, ya que el retorno
del capital invertido retrasa los gastos u otra aplicación de dicho
capital, las ganancias también se deben a los esfuerzos del
inversor.
Por lo tanto, es normal
que a cambio se obtenga una suma adicional. El principio no es
diferente a prestar dinero con intereses.
También hay muchos factores "accidentales" involucrados en la
decisión del valor de un producto. Tales factores accidentales solo
se pueden explicar de manera razonable mediante un marco de
referencia basado en creencias y cultura tradicionales.
En ciertas situaciones, la creación y destrucción de valor puede no
tener ninguna relación con el trabajo. Un diamante que actualmente
vale diez millones de dólares podría no haber valido nada hace cinco
mil años porque nadie lo quería. Un terreno infértil heredado de un
abuelo podría valer cien veces más gracias a la prosperidad de una
ciudad cercana o al descubrimiento de metales de tierras raras bajo
tierra.
En estos casos, el
incremento del valor no implica trabajo. Una riqueza tan grande e
inesperada se llama simplemente fortuna. Tanto las culturas
occidentales como las orientales reconocen que la fortuna es una
bendición de Dios al hombre.
A fin de demostrar la "racionalidad" y "necesidad" de la propiedad
pública, Marx elaboró la teoría de la explotación basada en la
plusvalía, la cual convirtió a las actividades económicas que la
gente emprende como parte normal de la vida en un comportamiento
negativo e inmoral. Su teoría derramó odio y desprecio al orden
económico existente como parte de su intento por socavarlo y
derribarlo.
Los capitalistas y los trabajadores, los terratenientes y los
campesinos, forman de hecho una comunidad con intereses en común. Su
relación debería ser de cooperación e interdependencia; cada uno
apoya al otro para sobrevivir. Marx convirtió deliberadamente a la
contradicción entre ellos en algo absoluto, extremo y exagerado
hasta el absurdo, como si tuvieran una relación hostil de vida o
muerte. De hecho, entre los capitalistas hay personas buenas y
malas, del mismo modo que entre los trabajadores.
En el intercambio
económico, lo que debería ser denunciado y sancionado no son los
capitalistas ni los trabajadores como tales, sino cualquier persona
que atenta contra las actividades económicas normales. La base para
juzgar debería ser la cualidad moral y el comportamiento, no el
patrimonio.
La gente puede cambiar su estatus económico y social mediante sus
propios esfuerzos. Los trabajadores pueden convertirse en
inversionistas mediante la acumulación de capital. Los
inversionistas pueden convertirse en trabajadores si las inversiones
no salen bien. La sociedad cambia constantemente y fluye como un
río.
El rol de los
trabajadores y los inversionistas en la sociedad moderna suele
cambiar. Mucha gente también puede tener ambos roles, colocando al
dinero que ganan en una capacidad de producción a futuro, creando
así empleos, aumentando la riqueza social y beneficiando al público
en general. Incluso el fundador de un movimiento de sindicatos de
Estados Unidos dijo: "El peor crimen contra los trabajadores es una
empresa que no genera ganancias". [12]
La absurda "teoría de la plusvalía" le coloca la etiqueta de
"explotación" a las actividades normales de terratenientes y
capitalistas. Esta ha incitado un odio incalculable, ha trastocado
el pensamiento, ha promovido la lucha y ha destruido la vida de
millones.
6. Odio y envidia: El
origen del igualitarismo absoluto
El comunismo promueve el igualitarismo absoluto.
En la superficie esto
puede sonar grandilocuente, haciendo que muchos crean ciegamente en
su rectitud. Sin embargo, también suscita el odio y la envidia. Una
consecuencia del igualitarismo es que la gente no puede tolerar el
éxito ajeno, que otros tengan más dinero, que tengan una mejor vida,
un trabajo más fácil o condiciones de vida con más lujos.
En esta interpretación,
todos deben ser iguales: yo debo tener lo que tú tienes, y yo puedo
conseguir lo que tú consigues. En un universo tal, todos son iguales
y el mundo es igual.
El igualitarismo absoluto se refleja en al menos dos formas.
Primero, cuando la gente todavía no es igual, se siente insatisfecha
con su estatus económico, lo cual es una vía rápida para que los
malvados inciten la envidia y el odio. La gente comienza a codiciar
lo que tienen los otros e incluso buscan obtenerlo con medios
violentos o inapropiados.
En casos extremos,
destruyen la propiedad ajena y llegan a matar para volverse ricos.
La peor manifestación de estas tendencias es la revolución violenta.
A fin de provocar insatisfacción, Marx divide a la sociedad en dos
clases opuestas: quienes poseen los medios de producción y quienes
no. En el campo, esto se convierte en el terrateniente y el
campesino; en la ciudad es el capitalista y el trabajador. El
resultado es la incitación al odio de clases y el uso de quienes
supuestamente se ven privados de un derecho para llevar a cabo la
revolución violenta. Los terratenientes son ricos y los campesinos
son pobres, ¡tomen su riqueza! ¿Por qué son ricos los
terratenientes? Todos deberían ser ricos.
Así fue que el Partido
Comunista Chino convocó a los campesinos a participar en la "reforma
de la tierra", es decir, atacar a los terratenientes y dividir la
tierra. Si los terratenientes se rehúsan, hay que asesinarlos. El
Partido Comunista primero incitó a vándalos para causar problemas,
luego alentó a los campesinos a sublevarse y atacar a la clase
terrateniente.
Así rodaron las cabezas
de millones de terratenientes.
Segundo, el igualitarismo absoluto también se manifiesta dentro de
grupos que básicamente han alcanzado el grado de "igualdad": si hay
beneficios, todos obtienen lo mismo. Cualquiera que se diferencie es
censurado. Todos son tratados de la misma manera sin importar si uno
trabaja más, trabaja menos o no trabaja.
La gente parece similar en la superficie, pero la personalidad, el
intelecto, la fuerza física, la moral, la ocupación, el rol, la
educación, las condiciones de vida, el grado al que pueden soportar
las penalidades y perseverar, el espíritu innovador, etc, son
diferentes en cada persona, y lo que cada uno contribuye a la
sociedad también es diferente.
Entonces, ¿por qué todos
deberían tener el mismo resultado? En este sentido, la desigualdad
es en realidad la verdadera igualdad, mientras que la igualdad que
persigue el comunismo es la verdadera desigualdad y la verdadera
injusticia. Los antiguos chinos decían que el principio del Cielo es
recompensar a quienes trabajan duro, y que el Cielo recompensará a
cada uno de acuerdo al esfuerzo que cada uno haga. El igualitarismo
absoluto es imposible de alcanzar en el mundo real.
Con el igualitarismo absoluto, uno obtiene siempre el mismo
resultado, ya sea que haga las cosas bien o mal, sea que uno trabaje
duro o sea perezoso. Bajo la cubierta del igualitarismo, los
perezosos se benefician, mientras que quienes trabajan duro y tienen
talento son penalizados, e incluso otros los resienten y los miran
con odio.
Todos disminuyen su ritmo
para igualar la velocidad del más lento. En realidad, esto causa que
todos se vuelvan perezosos, que esperen que alguien más contribuya
algo para así aprovecharse y sumarse a ello, obteniendo algo a
cambio de nada o tomando de alguien algo que no tienen, lo que da
como resultado una decadencia moral generalizada.
El odio y la envidia que motivan al igualitarismo absoluto son las
raíces venenosas de la perspectiva económica del comunismo. En la
naturaleza humana hay bien y mal. Las creencias occidentales hacen
referencia a los siete pecados capitales, mientras que la cultura
oriental enseña que el hombre tiene tanto la naturaleza Buda como la
naturaleza demonio.
La naturaleza Buda se
manifiesta como bondad, la capacidad de aguantar penalidades y tener
consideración hacia los demás.
La naturaleza demonio se
manifiesta como egoísmo, pereza, envidia, malicia, robo, odio, ira,
lujuria, tiranía, desprecio por la vida, incitar la discordia y
causar problemas, inventar y difundir rumores, obtener algo a cambio
de nada, etc.
La perspectiva económica
adoptada por el comunismo estimula deliberadamente la naturaleza
demoníaca, amplificando así la envidia, codicia, pereza y otros
factores malignos de la gente y haciendo que las personas pierdan su
humanidad y abandonen los valores tradicionales sostenidos durante
miles de años.
Amplifica lo peor de la
naturaleza humana y convierte a las personas en revolucionarios
comunistas.
En la Teoría de los sentimientos morales, Adam Smith dijo que la
moral es la base para la prosperidad de la humanidad. Observar estas
reglas generales de la moral "es un requisito para la mismísima
existencia de la sociedad humana, la cual podría desmoronarse por
completo si la humanidad en general no estuviera conmovida con
veneración hacia tales importantes reglas de conducta". [13]
Lawrence Kudlow, director del Consejo Nacional Económico de EE.UU.,
cree que la prosperidad económica debe existir a la par de la moral.
Él escribió que si Estados Unidos puede acatar el "principio más
importante" –cumplir con los valores morales sobre los que se fundó
Estados Unidos– el desarrollo de EE.UU. será ilimitado. [14]
Las consecuencias negativas causadas por el igualitarismo absoluto
en países de todo el mundo no son una sorpresa. El igualitarismo
comunista utiliza la autoridad del Estado para saquear la propiedad
privada y el patrimonio que pertenece a otros. Por un lado, esto
fortalece la autoridad y el poder de la ideología comunista, y por
el otro, convence a la gente de que obtener algo a cambio de nada es
su derecho.
Así es precisamente cómo
el comunismo engaña a la gente.
a. La promoción
del igualitarismo económico: un trampolín al comunismo
Bajo la influencia del igualitarismo absoluto, hay fuertes voces
pidiendo "justicia social" en Occidente, además de leyes para el
salario mínimo, discriminación positiva, igual paga para igual
trabajo, y demás demandas.
Detrás de esas
demandas hay un deseo por la igualdad de resultados; detrás de
ellas hay elementos de comunismo. Si no se presta atención a
estos asuntos, el hombre puede fácilmente caer en la trampa.
Desde la perspectiva comunista, no importa si estos grupos
vulnerables obtienen la igualdad o si su estatus social mejora.
Ellos son meramente los peones para incitar el resentimiento. Si
los comunistas obtienen lo que exigen, entonces simplemente
pedirán igualdad en otras cosas, sin fin.
Si no consiguen lo
que exigen, librarán una guerra sobre la opinión pública,
incitarán el resentimiento, reforzarán las nociones de la gente
sobre la justicia de la igualdad, y convertirán a esas nociones
en una de sus plataformas principales para influir a la opinión
pública.
Debido a que el comunismo incita el resentimiento en varias
áreas y a través de muchos medios diferentes, una vez que todo
el resentimiento explota al mismo tiempo, el resultado será el
desorden social y hasta quizás una revolución.
Los comunistas
siempre encontrarán grupos vulnerables y exigirán igualdad
financiera para ellos, repitiendo el proceso hasta que se
alcance la igualdad absoluta. Estas exigencias de supuesta
justicia social se vuelven el trampolín para el camino hacia el
comunismo. Los países libres de Occidente se han visto
erosionados por la ideología comunista, esta es simplemente la
realidad.
En realidad, la implementación de estas políticas suele dar como
resultado lo opuesto a lo que se pretendía. Quienes se suponía
iban a ser protegidos por las políticas son en cambio
discriminados y atacados. Tomemos por ejemplo la ley del salario
mínimo. En la superficie, su objetivo es proteger los derechos
de los trabajadores, pero su efecto es que muchas fábricas dejan
de contratar gente porque deja de ser conveniente
económicamente.
Como resultado, aún
más trabajadores pierden sus empleos.
Las habilidades no son algo que se obtienen de una sola vez. Hay
un proceso continuo de progreso y mejoramiento de la habilidad,
la capacidad y la ética laboral. El resultado de aplicar el
salario mínimo es que la gente no es capacitada ni forma
relaciones en empleos donde se les paga menos para luego hacer
su camino hacia empleos mejor pagos.
El principio de que
todos son iguales también viola la teoría económica y como
resultado produce una excesiva intervención del gobierno en la
economía.
La gente también usa la excusa de "igual paga por igual trabajo"
para exigir una revolución social. Citan estadísticas y dicen
que el sueldo promedio de los hombres de raza negra es menor al
sueldo promedio de los hombres blancos, que el sueldo promedio
de las mujeres es menos que el sueldo promedio de los hombres, y
que estas discrepancias son el resultado del racismo y del
machismo.
En realidad, tales
comparaciones no son adecuadas.
Al comparar manzanas con manzanas, los resultados que se
obtienen son diferentes. Algunas investigaciones hallaron que en
las familias negras en las que tanto el hombre como la mujer
tienen títulos universitarios o superiores, el ingreso es de
hecho superior al de familias blancas en situaciones similares
[15].
Es simplemente debido
a que este tipo de familias entre los negros son relativamente
menos, que aparecen discrepancias entre los ingresos promedios
de las razas. Hacer comparaciones significativas y precisas
debería ser el sentido común, pero cuando los elementos
comunistas están incitando la discordia y la lucha, pareciera
que la gente sufre de una pérdida selectiva de visión.
Al comunismo no le importa el bienestar de los grupos
vulnerables. Lo que le interesa son simplemente los lemas que
arrastran a la gente por el camino hacia el comunismo, es decir,
hacia la destrucción.
b. El comunismo
utiliza a los sindicatos para afectar a las sociedades libres
La pérdida de empleos en las fábricas de Estados Unidos es un
fenómeno conocido. Pero muchas personas no se dan cuenta de que
los sindicatos son uno de los principales culpables de ello. Los
sindicatos dicen ayudar a que la clase trabajadora obtenga
beneficios, pero en realidad hacen lo opuesto.
¿Cómo? Esto se hace
evidente al revisar la historia de los sindicatos y la
transformación de su misión.
En sus comienzos, los sindicatos fueron fundados por miembros de
la clase trabajadora con pocas o nulas habilidades, con el
propósito de negociar con los directivos. Hasta cierto grado, un
sindicato es capaz de negociar y resolver conflictos entre
trabajadores y capitalistas.
Pero los elementos
comunistas se apoderaron del sindicato y lo convirtieron en una
herramienta para promover los movimientos comunistas y sus
políticas.
Friedrich Engels escribió sobre el tema:
"Se acerca
rápidamente el momento en que la clase trabajadora habrá
entendido que la lucha por salarios altos y menos horas, y
toda la acción de los Sindicatos como se está llevando a
cabo ahora, no es el fin en sí mismo, sino un medio, un
medio muy necesario y efectivo, pero tan solo uno de varios
medios hacia un fin más alto: la abolición total del sistema
de salarios". [16]
Lenin creía que la
formación y legalización de los sindicatos era un medio
importante para que la clase trabajadora quitara a la clase
capitalista su rol de liderazgo en la revolución democrática.
Al mismo tiempo,
creía que los sindicatos se convertirían en un pilar del Partido
Comunista y una fuerza principal en la lucha de clases. En su
discurso, Lenin propuso que los sindicatos se convirtieran en
"una escuela de comunismo" y en un lazo entre el Partido
Comunista y las masas.
La tarea diaria del
sindicato era convencer a las masas y llevarlas a la transición
de capitalismo a comunismo.
"Los sindicatos
son un 'reservorio' de poder del Estado". [17]
Entre mediados y
fines del siglo XIX, fuerzas comunistas y de izquierda
utilizaron a los sindicatos para incitar a que los trabajadores
emprendieran huelgas a gran escala, que hicieran fuertes
reclamos sobre el capital, e incluso que tomaran medidas
violentas para destruir maquinarias y fábricas. Los sindicatos
se convirtieron en un arma poderosa para que el comunismo
combatiera al capitalismo y emprendiera la lucha política,
creando caos en el mundo para conseguir sus objetivos.
En octubre de 1905, más de 1,7 millones de trabajadores en Rusia
participaron de una huelga política nacional y paralizaron la
economía del país. Durante ese periodo se formó el Sóviet de
Petrogrado, una organización sindical aún más agresiva.
Lenin lo calificó
como el surgimiento de un gobierno revolucionario y creía que se
convertiría en el centro político de Rusia. En otras palabras,
el régimen soviético que se formó durante la Revolución de
Octubre de 1917 se originó de un sindicato. [18]
Los sindicatos en países occidentales y desarrollados también
están terriblemente infiltrados y son utilizados por elementos
comunistas. Es de suponer que los trabajadores y los
capitalistas sean simbióticos, pero los comunistas intentan
provocar, expandir e intensificar el conflicto entre ellos.
Una de sus
herramientas más importantes son los sindicatos. Los sindicatos
se utilizan para que el proceso de negociación entre directivos
y trabajadores escale al nivel de una lucha de clases.
Justifican e intensifican el lado conflictivo de la relación y
lo utilizan para legitimar su propia existencia.
A partir de ese
entonces, los sindicatos inflaman la insatisfacción de los
trabajadores, culpan a los capitalistas de todos los problemas y
provocan conflictos entre ambos. Esta ha sido una de las claves
para la supervivencia de los sindicatos.
Los sindicatos son capaces de hacer que los trabajadores
obtengan cierta ventaja en pequeñas cosas por un corto periodo,
pero desde el punto de vista económico a largo plazo, la mayor
víctima de los movimientos sindicales liderados por los
comunistas es la clase trabajadora. Esto es porque cuando las
empresas capitalistas se derrumban, los que más pierden son los
trabajadores, que pierden sus empleos y su sustento.
En la superficie, los
sindicatos luchan por los intereses de los trabajadores, pero de
hecho están afectando la competitividad industrial. Hay dos
razones para esto.
Primero, bajo el pretexto de proteger los derechos e intereses
de los trabajadores, los sindicatos hacen que sea difícil para
las empresas despedir a los empleados que no hacen bien su
trabajo y producen poco. Esto incentiva una cultura de pereza.
Esto no solo es injusto para los empleados que son diligentes en
su trabajo, sino que los hace menos activos.
El factor más
importante para el crecimiento de una empresa son sus
trabajadores, pero con el sindicato amparando a los empleados
que no rinden bien, las empresas pierden su competitividad.
Segundo, con el pretexto de proteger las prestaciones sociales
de los empleados (incluyendo pensiones, seguro médico, etc), los
sindicatos aumentan constantemente los costos de las empresas.
Al final, esto obliga a las empresas a reducir su inversión en
investigación y desarrollo, y también a reducir su
competitividad. También da como resultado que las empresas
tengan que aumentar los precios de los productos, lo cual
también afecta los intereses del consumidor.
Estudios demuestran
que esta es la razón por la que empresas sin sindicatos, como
Toyota y Honda, son capaces de producir automóviles de gran
calidad a bajo costo, y por qué las fábricas automotrices con
sindicatos en Detroit, Estados Unidos, se volvieron menos
competitivas. [19]
Tal como dijo Edwin Feulner, fundador de Heritage Foundation en
Estados Unidos, sobre los sindicatos:
"Estos funcionan
como una cruz que debe cargar la empresa –la hacen menos
flexible, menos capaz de reaccionar sabiamente a las
demandas de un mercado cambiante". [20]
Todo esto empeora con
los monopolios de los sindicatos en el mercado laboral. Esto
entonces ejerce una nociva influencia sobre las decisiones de
las empresas y da como resultado numerosas exigencias
irracionales, algunas incluso perjudiciales.
Las empresas que no
cumplen con estas exigencias de los sindicatos se vuelven
objetos de lucha, incluyendo huelgas y protestas, lo que
deshabilita aún más al negocio.
El Sindicato de Trabajadores Automotrices (UAW) es el sindicato
que representa a los trabajadores de la industria automotriz en
Detroit. Para el UAW las huelgas eran algo rutinario. Antes de
la crisis financiera de 2008, el sindicato demandó USD 70 por
hora en salario y beneficios. Como consecuencia, la industria
automotriz de EE.UU. estuvo al borde de la bancarrota. [21]
La pérdida de oportunidades de empleo en las fábricas de EE. UU.
es de público conocimiento, pero muchos no saben que los
sindicatos son una de las fuerzas impulsoras principales para la
pérdida de empleos.
Los trabajos
sindicalizados en fábricas cayeron un 75% entre 1977 y 2008,
mientras que el empleo no sindicalizado en fábricas aumentó un
6% en ese periodo, de acuerdo con Heritage Foundation. La
situación fuera del sector fabril es similar.
Tomemos por ejemplo
la industria de la construcción.
"A diferencia del
sector manufacturero, la industria de la construcción ha
crecido considerablemente desde fines de los 70. Sin
embargo, dicho crecimiento se ha dado exclusivamente en
empleos no sindicalizados, los cuales se incrementaron en un
159% desde 1977". [22]
Además, los
sindicatos son las herramientas empleadas por los elementos
comunistas para promover el igualitarismo en las empresas.
Heritage Foundation
señala que los sindicatos exigen que las empresas paguen
salarios según la antigüedad del servicio del empleado
(equivalente a los años de servicio en países socialistas) sin
considerar la contribución del empleado a la empresa o su
desempeño. Esto tiene el previsible efecto de reducir los
salarios de los trabajadores más productivos y de incrementar
los salarios de los menos competentes". [23]
La idea aquí es la misma que la del igualitarismo absoluto del
comunismo: la redistribución efectiva de la riqueza entre los
empleados de la empresa. La interferencia en la toma de
decisiones interna de las empresas y el monopolio del mercado
laboral es una erosión del libre mercado.
La promoción agresiva que hacen los sindicatos sobre lo que
ellos describen como el beneficio de los trabajadores termina
favoreciendo a algunos trabajadores sobre otros y pone un freno
a empresas en particular y a la economía en general.
Una encuesta
realizada en 2005 mostró que "la mayoría de los hogares con
sindicatos desaprueban los sindicatos estadounidenses" y que "la
razón principal de su desaprobación nunca se habla abiertamente
en la prensa sindical ni se menciona en convenciones
sindicales". [24]
En todos los aspectos, los trabajadores que verdaderamente
trabajan duro se han convertido en víctimas, y el comunismo se
ha convertido en el ganador principal. Básicamente, el espectro
del comunismo utiliza a los sindicatos para destruir la economía
libre capitalista, subvertir el sistema capitalista y socavar la
vida normal de las personas de manera gradual y progresiva.
Los sindicatos infiltrados por el comunismo y guiados por el
movimiento progresista han evolucionado hasta convertirse en un
grupo de intereses especiales, similar a una gran corporación
con fines de lucro. Sus líderes tienen enormes intereses
personales en la corporación y la corrupción es abundante. [25]
En países democráticos, en su mayor parte los sindicatos se han
convertido en una herramienta para que los izquierdistas luchen
contra el capitalismo. Exigen tercamente la "justicia social" y
la "igualdad", creando así una enorme carga de prestaciones
sociales sobre la sociedad y la industria, y convirtiéndose en
un obstáculo para la reforma y para todo intento por mejorar la
eficiencia de las industrias manufactureras, de servicios y de
educación, además de la administración del gobierno.
Cuando el momento no
es adecuado, se esconden. Pero cuando las condiciones son
favorables, aparecen y movilizan un movimiento social para
promover sus fines.
Así es que los
sindicatos se han convertido en una herramienta que el espectro
del comunismo utiliza para dividir las sociedades libres.
7. Los 'ideales'
comunistas: tentar al hombre para que se dirija hacia su propia
destrucción
A pesar de que la teoría comunista está llena de agujeros y
contradicciones, muchos aún son engañados por esta. Esto es porque
Marx describió al comunismo como un paraíso que toda la gente del
mundo podría disfrutar.
Estas son la fantasía y
el espejismo principales. Su descripción incluye "abundancia
material abrumadora", estándares morales muy superiores y "de cada
quien según su capacidad, a cada quien según su necesidad". No
habría propiedad privada, no habría brechas entre ricos y pobres, no
habría una clase dominante, no habría explotación, habría libertad e
igualdad para todos, y cada persona podría desarrollar sus talentos
particulares. La vida sería maravillosa.
Este conjunto de argumentos engañosos sedujo a muchos para que
lucharan por ellos. Muchos occidentales nunca han pasado por la
trágica experiencia de vivir en un Estado comunista totalitario. Así
es que mantienen la falsa esperanza de un paraíso comunista, y así
es que echan leña al fuego promoviendo ideas comunistas y
socialistas.
De hecho, todas las ideas planteadas por Marx son simplemente
espejismos.
El marxismo dice que una sociedad comunista disfrutaría de una
superabundancia de bienes materiales. Sin embargo, los deseos y
búsquedas del ser humano no tienen fin. Con la restricción de un
limitado conocimiento humano, limitadas horas de trabajo y limitados
recursos, es inevitable que haya escasez y privación.
Este es el punto de
partida más básico para todos los estudios económicos. Sin estas
restricciones, la gente no tiene que ponerse a explorar qué tipo de
método de producción es más eficiente, ya que la supuesta
superabundancia proveerá a todos y puede ser despilfarrada a
voluntad.
El marxismo dice que los estándares morales mejorarían mucho en una
sociedad comunista. Sin embargo, el bien y el mal coexisten en cada
persona, y mejorar los estándares morales requiere la guía de
creencias y valores ortodoxos, además de esfuerzos personales en la
autocultivación.
El marxismo enseña el ateísmo y la lucha de clases, lo cual aumenta
el lado malvado del hombre. No se le permite a la gente tener
libertad de creencia, y la religión es solo una herramienta política
del Partido Comunista. Aún más, con el comunismo, las instituciones
religiosas son utilizadas para salvaguardar la tiranía, engañar al
mundo, rechazar a Dios, oponerse a Dios y alejar a la gente aún más
de Dios.
Sin una creencia recta en
Dios y sin autodisciplina, la moral solo puede ir cuesta abajo.
Además, todos los líderes comunistas han sido tiranos –arrogantes,
lascivos y completamente faltos de ética. Esperar que sus seguidores
tengan tantas mejoras en sus estándares morales es algo contrario a
la razón.
El marxismo también proclama la igualdad para todos.
Pero tal como fue
planteado antes, el socialismo inevitablemente lleva al
totalitarismo. El poder es la base para la distribución de los
recursos, sin embargo, la distribución del poder en un Estado
totalitario es la más injusta.
Por lo tanto, la
distribución de recursos bajo el totalitarismo también será la más
injusta. En todos los países donde rige o ha regido el socialismo,
la gente ve que se forma un estrato privilegiado, además de brechas
extremas entre ricos y pobres y la supresión del pueblo por parte
del Estado.
El marxismo engaña a la gente con la promesa "de cada cual según su
capacidad, a cada cual según su necesidad" [26]. Sin embargo, las
economías socialistas están atadas al poder. La gente en general no
tiene libertades básicas, ni hablar de poder actuar a voluntad según
su propia capacidad.
Dado que los deseos
humanos nunca se acaban, aun la persona más rica de la Tierra no
podrá tener todo lo que quiera, sin mencionar una persona promedio.
Para empezar, es imposible lograr una superabundancia de bienes,
dada la escasez natural de recursos, sin mencionar su distribución a
quien los necesite.
El comunismo también engaña a la gente prometiéndole que cada
miembro de la sociedad podrá poner en práctica sus capacidades por
completo. El marxismo dice que la división del trabajo crea
hostilidades. Pero de hecho, la división del trabajo es necesaria
para cualquier sociedad. Adam Smith explica en La riqueza de las
naciones que la división del trabajo puede aumentar mucho la
productividad y promover la prosperidad.
Las diferencias creadas
por la división del trabajo no necesariamente son conflictos, ni
producen hostilidad o despersonalización. Personas de todos los
ámbitos pueden elevar su moral, contribuir a la sociedad y brindar
felicidad a la humanidad.
La perspectiva económica comunista es antimoral. Su daño ya se ha
visto en países socialistas y comunistas. Las diversas formas de
economía comunista disfrazada que aparecen en Occidente también han
causado daño a la sociedad.
El comunismo
inevitablemente causa una tiranía totalitaria, pobreza y hambre.
Expande incesantemente la maldad en la naturaleza humana y destruye
la moral humana. Es la peor contracorriente y la más perversa de la
historia humana.
Al observar la historia de más de un siglo de comunismo, la dura
realidad ha demostrado una y otra vez que se trata de una historia
de incitación al odio, asesinatos en masa y perversión. Todos los
países comunistas totalitarios sufren las matanzas más crueles, y la
gente en esos países tienen la menor cantidad de libertad y derechos
humanos. Los recursos se ven agotados por propósitos militares. La
gente sufre el robo de sus pertenencias a manos de la clase
privilegiada de ricos en el poder, mientras que la mayoría debe
trabajar en la pobreza.
El movimiento comunista no solo priva a la gente de sus propias
vidas sino que también conduce a una enorme destrucción de valores y
culturas tradicionales. En la China comunista en particular, los
estándares morales ya han caído a un grado horroroso, mucho más de
lo que uno se puede imaginar.
Sustraer los órganos de
personas vivas, de personas buenas que practican la autocultivación,
se ha convertido en una industria estatal. Los comunistas han
convertido a la gente en monstruos. El personal médico, que se
supone debe atender a los enfermos, se ha convertido en asesinos
demoníacos. La perversidad del PCCh ha llegado a todo el mundo.
Los países que se supone
están defendiendo los derechos humanos han sido tentados con
incentivos económicos para que hagan la vista gorda.
En el último siglo, los comunistas han utilizado las enseñanzas
comunistas originales para atraer al público general del
proletariado, intelectuales y jóvenes. Después del colapso de los
regímenes comunistas de Europa del Este, el remanente de regímenes
comunistas ya no asumen las imágenes de regímenes comunistas
violentos, sino que en cambio absorben el sistema económico
capitalista y se convierten en regímenes que promueven los impuestos
altos, una gran cantidad de asistencia social y la redistribución de
la riqueza.
Dicen que están elevando
los estándares de vida y que todos disfrutarán de "los buenos días"
del socialismo. Así continúan con el engaño.
El comunismo tienta al ser humano en la búsqueda de bondad mientras
al mismo tiempo prácticamente lo convierte en un fanático religioso
de la ideología comunista. Utiliza la búsqueda de bondad como su
bandera para alejar a la gente de Dios. Contamina la mente de las
personas, refuerza la naturaleza demoníaca de la gente y los lleva a
cometer todo tipo de crímenes.
La gente se entrega a los
placeres materiales mientras hace a un lado creencias más elevadas y
nobles relacionadas al verdadero propósito de la vida. El comunismo
hace que la gente sangre y sude. A cambio, la gente es envenenada y
asesinada. Si la gente del mundo no despierta ahora, las
consecuencias que enfrentarán serán aún más horripilantes.
Conclusión: Solo mediante la moral se puede conseguir la paz y la
prosperidad
Buscar la felicidad es parte de la naturaleza humana. Una economía
próspera puede traer felicidad, pero la economía no existe aislada
de todo lo demás.
Cuando el camino del
desarrollo económico se desvía de la ética y la moral, puede
acontecer una crisis económica. Una sociedad que meramente tiene una
buena situación económica no solo es incapaz de provocar alegría y
felicidad, sino que la prosperidad no durará mucho.
A medida que se desploma
la base ética y moral, un resultado desastroso se acerca más y más.
En 2010, el Diario del Pueblo reportó que a pesar del desarrollo
económico, el Índice de Felicidad Nacional Bruta había estado
disminuyendo cada año en China. La segunda economía del mundo está
plagada de corrupción, contaminación ambiental e incidentes de
salubridad alimentaria, haciendo que el pueblo chino se sienta
extremadamente inseguro sobre su vida. En este caso, la riqueza se
ha incrementado pero la moral y la felicidad han disminuido.
Esto refleja el fallo fatal del comunismo: los seres humanos no se
componen únicamente de carne, sino que son mucho más mente y
espíritu.
Antes de que el hombre
llegara al mundo, Dios trazó el camino que debería tomar la vida
humana. Los chinos dicen: "cada mordisco y cada sorbo están
predestinados", algo similar a cuando los occidentales de fe
agradecen a Dios antes de comer. La gente que cree en Dios entiende
que la riqueza es una bendición que les otorga Dios. Tienen un
corazón humilde y agradecido, y por lo tanto están satisfechos y
felices.
En el Titanic viajaba el millonario John Jacob Astor IV, cuya
fortuna podría haber construido treinta Titanics. Sin embargo,
cuando el barco se hundía y él se enfrentó a la muerte, eligió lo
que creyó moralmente correcto y protegió a mujeres y niños: les dio
su lugar en el bote salvavidas a dos niños aterrados [27]. De manera
similar, Isidor Straus, uno de los dueños de la tienda departamental
Macy's, dijo: "No me iré antes que otros hombres".
Su esposa también se
rehusó a subirse al bote salvavidas, y le ofreció su lugar a la
Srta. Ellen Bird, su nueva criada. Ella decidió pasar sus últimos
momentos junto a su marido. [28]
Estas personas de gran riqueza decidieron poner a los valores
tradicionales y a su fe por encima de la oportunidad de salvar sus
patrimonios y sus vidas. Su elección de la moral y la justicia
manifiesta lo radiante que puede ser la civilización humana y la
naturaleza del ser humano: un carácter noble vale más que la vida
misma, que a su vez es más valiosa que los bienes materiales.
El Sr. Li Hongzhi, fundador de Falun Dafa, escribió en "Riqueza y
virtud":
La doctrina de gobernantes y oficiales debe ser traer riqueza al
pueblo, pero promocionar la adoración al dinero es la peor política
que uno podría adoptar. El ser rico sin virtud daña a todos los
seres vivientes, mientras que ser rico y virtuoso es lo que todas
las personas anhelan. Por esta razón, uno no puede ser rico sin
practicar la virtud.
El 'de' (virtud) de uno fue acumulado en sus existencias anteriores.
El convertirse en un rey, un oficial de alto rango, la riqueza y la
nobleza de uno vienen todos del 'de'. Si uno no tiene 'de', no podrá
obtener nada. Si uno pierde 'de', perderá todo. Por eso, aquellos
que se esfuerzan por el poder y desean ganar fortuna deben primero
acumular 'de'.
Por medio de sufrir
penalidades y hacer hechos buenos, uno puede acumular toda clase de
'de'. Para lograr esto, uno debe comprender el principio de causa y
efecto. Entendiendo esto, los gobernantes y el pueblo podrán ejercer
autodominio en sus corazones, y riqueza y paz entonces prevalecerán
bajo el Cielo. [29]
Si la humanidad mantiene los valores antes mencionados con respecto
a la riqueza y la vida, los desafíos económicos originados por la
codicia, la pereza y la envidia de los seres humanos se verán
reducidos considerablemente. Una vez que la humanidad suprima sus
deseos egoístas, la ideología del comunismo ya no podrá tentar al
corazón humano.
Así, Dios bendecirá a una
humanidad con altos estándares morales. Por consiguiente, tendremos
la economía ideal para la humanidad: riqueza para el mundo, calma en
nuestros corazones y paz en la sociedad.
El espectro del comunismo hizo planes intrincados para destruir a la
humanidad. Sus planes económicos son solo una parte de la historia.
Para liberarnos del control de los "ideales" comunistas, debemos
desentrañar la conspiración, identificar los mensajes fraudulentos y
dejar de tener esperanzas en esta ideología en ruinas.
También necesitamos
restaurar los valores tradicionales y recuperar la moral y la
virtud.
Así, la humanidad será
capaz de acoger una prosperidad y felicidad perpetuas y alcanzar la
verdadera paz. La civilización humana luego resplandecerá con un
nuevo vigor.
Referencias
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Declaration of Independence," http://www.ushistory.org/declaration/document/.
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Party," Marx/Engels Selected Works, Vol. One (Moscow: Progress
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Communists… to Be Communists (Socialists and Progressives too) (Manitou
Springs, CO: Christian Anti-Communism Crusade, 2010), 43–45.
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(Routledge, August. 2013).
[5] Thomas Sowell, Intellectuals and Society, Revised and
Expanded Edition (New York: Basic Books, 2012), Chapter 2.
[6] F. A. Hayek. "The Use of Knowledge in Society," The American
Economic Review, Vol. 35, No. 4. (September 1945), 519–530.
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Commonwealth." Mises Institute. Accessed July 26, 2018. https://mises.org/library/economic-calculation-socialist-commonwealth.
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Enterprises," Radio Free Asia, September 22, 2015, https://www.rfa.org/mandarin/yataibaodao/jingmao/xql-09222015103826.html.
[9] Linette Lopez, "Zombie Companies Are Holding China's Economy
Hostage," Business Insider, May 24, 2016, https://www.businessinsider.com/chinas-economy-is-being-held-hostage-2016-5.
[10] Jason Long, "The Surprising Social Mobility of Victorian
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[11] John Kenneth Galbraith, The Good Society: The Humane Agenda
(Boston, MA: Houghton Mifflin Co., 1996), 59–60; Karl Popper,
The Open Society and Its Enemies (Routledge, 2012).
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[13] Adam Smith, The Theory of Moral Sentiments (Philadelphia:
Anthony Finley, J. Maxwell Printer, 1817).
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Moral Prosperity (New York: Harper Collins Publishers, 1997).
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Basic Books, 2008), 174.
[16] Friedrich Engels, "1881: Trades Unions," Marxists.org, May
20, 1881, https://www.marxists.org/archive/marx/works/1881/05/28.htm.
[17] Vladimir Lenin, n.d., "The Trade Unions, The Present
Situation and Trotsky's Mistakes," Accessed July 8, 2018, https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1920/dec/30.htm.
[18] Lü Jiamin, "A History of Leninist Theory on Unions."
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[19] James Sherk, "What Unions Do: How Labor Unions Affect Jobs
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[20] Edwin J. Feulner, "Taking Down Twinkies," Heritage
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[21] James Sherk, "What Unions Do: How Labor Unions Affect Jobs
and the Economy," Heritage Foundation Website, May 21, 2009,https://www.heritage.org/jobs-and-labor/report/what-unions-do-how-labor-unions-affect-jobs-and-the-economy.
[22] Ibid.
[23] Sherk (2009) Ibid.
[24] Steve Inskeep, "Solidarity for Sale: Corruption in Labor
Unions," National Public Radio, February 6, 2007, https://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=5181842.
[25] Ibid.
[26] Karl Marx, "Critique of the Gotha Programme," https://www.marxists.org/archive/marx/works/1875/gotha/ch01.htm.
[27] Children on the Titanic (a documentary, 2014).
[28] Isidor Straus, Autobiography of Isidor Straus (The Straus
Historical Society, 2011), 168–176.
[29] Li Hongzhi, "Riqueza y Virtud", Escrituras esenciales para
mayor avance, 27 de enero de 1995, http://es.minghui.org/s/docs/jjyz_02.htm.
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