05 Julio 2019
del
Sitio Web
PijamaSurf
Pensamientos budistas
sobre la
relación entre
el cosmos y el
ser humano...
En las tradiciones orientales la montaña es símbolo del
mérito espiritual, y así, el hombre que ha reconocido su naturaleza
verdadera es como la montaña solitaria que se alza hacia el cielo.
Como el mítico
monte Meru (o Sumeru) en el que
revuelven los diferentes mundos, en el cuerpo humano yace en su
totalidad el universo.
Esto es así puesto que el
cuerpo es sólo una expresión momentánea de la vacuidad que
contiene en potencia todos los fenómenos que se manifiestan.
Siendo vacuidad,
todas las formas existen en él.
A colación, un pasaje del
maestro zen Eihei Dogen, nacido en Kioto en 1200, responsable
de revivificar esta corriente del
budismo mahayana en Japón:
Ahora bien, las
montañas, los ríos, la tierra, el Sol, la Luna y las estrellas
son mente.
¿En este justo
momento qué es lo que aparece directamente frente a tus ojos?
Cuando decimos "montañas, ríos, y tierra" no sólo nos referimos
a las montañas, ríos y tierra en los que estás parado.
Hay varios tipos de
montañas, como el Gran Sumeru y el Pequeño Sumeru, algunas
montañas se extienden de manera más ancha, otras son más
empinadas.
Miles de millones de
mundos y tierras innumerables pueden hallarse en una montaña.
Hay las montañas
suspendidas en forma y hay las montañas suspendidas en
vacuidad.
Es parte de la naturaleza
de la mente pura que en todas partes ve la esencia de Buda:
"Montañas y aguas son
en este preciso momento la actualización del antiguo sendero de
los budas. Cada uno residiendo en su expresión fenoménica,
alcanza la completud".
El mundo entero
con sus diez direcciones no es más que el verdadero cuerpo
humano...
Porque no está en
el reino de lo mensurable, el verdadero cuerpo humano no es
ni angosto ni ancho. La totalidad del mundo de las diez
direcciones es los ochenta y cuatro mil * skandhas
[agregados ] que explican el dharma, los ochenta y cuatro
mil samadhis y los ocho mil dharanis [versos mágicos].
Debido a que los
ochenta y cuatro mil skandhas que explican el dharma están
haciendo girar la rueda del dharma, el momento en el que la
rueda del dharma gira, el verdadero cuerpo humano cubre todo
el universo y se extiende a lo largo del tiempo.
[...] El verdadero cuerpo humano es los huesos y la médula
del reino más allá de la conciencia y la inconsciencia.
* Ochenta y cuatro mil, en el budismo, es usado para
expresar una cantidad enorme o innumerable.
Citas de
Moon in a dewdrop
Cuando la rueda del
dharma gira se destruyen las impurezas e imperfecciones y a la luz
de la verdad vemos el cuerpo del hombre, depurado, como en realidad
es:
el universo entero,
resplandeciente dharma.
Hacer el cuerpo como el
universo es una forma alternativa de la metáfora central utilizada
en todas las filosofías orientales de "hacer la mente como el cielo"
(o como el espacio).
Lo cual es otra forma de
decir que la naturaleza esencial de la mente es la vacuidad,
la unión del espacio y la luz, de la misma manera que el cielo azul
es la unión de la luz del Sol con el espacio.
El maestro Pai Chang,
quien fuera maestro del maestro zen Huang-Po, dijo que si haces
tu mente como el espacio tu práctica será exitosa.
Esta es realmente la
única práctica, el único yoga - haz tu mente como el espacio.
El espacio lo
contiene todo. Todos los llamados objetos aparecen en el
espacio, sin embargo no dejan marcas en el espacio. Estamos
hablando aquí del espacio absoluto, no del espacio de
la física moderna.
Es justamente esa
clara no-cosa en la que todo aparece, como la superficie de un
espejo en la que aparecen todos los reflejos, y al ver el espejo
nunca ves la superficie, sólo las imágenes.
¿Y cómo es que las
cosas son diferentes que este espacio, y cómo es que la
superficie del espejo es otra que las imágenes que ves en ella?
Es sólo eso.
¿Descubrir esto es el
final del yoga? Puede que sea el final del yoga, pero es el
principio del arte de vivir...
Diamond Sutra Zen
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