Director CELAG, Doctor
en Economía,
@alfreserramanci
La restauración conservadora tiene otros mecanismos. Y no necesariamente son las urnas. La vía elegida casi siempre es otra.
Cada caso es diferente:
Utilizan una u otra herramienta en función del escenario y la disponibilidad.
Cada contexto condiciona el método de intervención para detener/eliminar al bloque progresista:
Y siempre, sea donde fuere, el poder económico y el poder comunicacional actúan en modo conjunto:
Y a esta lista de poderes
no falta nunca jamás "el poder internacional", que se une para
aplicar todos los dispositivos de presión posible para deslegitimar
cuando conviene, o legitimar opciones no democráticas afines a sus
intereses.
Antes, ya habían sacado a Dilma de la presidencia a pesar del resultado electoral con un ridículo pretexto de "pedaleo fiscal" mediante un golpe parlamentario.
Poder Judicial y Legislativo, orquestados con el económico y el comunicacional, todo ello con la complicidad internacional, para "ganar" sin tener que pasar por las urnas.
Temer gobierna
como demócrata a pesar de no haberse presentado a presidente.
Gracias a un pacto entre el actual presidente Lenín y todo la vieja partidocracia hubo una consulta sin consultar a la Corte Constitucional con el único objetivo de limitar que Correa pueda presentarse en una nueva cita electoral presidencial.
Un nuevo modelo:
La oposición se presentó a las elecciones y perdió.
Pero eso no fue obstáculo para ganar la batalla política gracias a que usaron el "rencor contra Correa" de Lenín y cierta dirigencia.
La banca y todos los medios se sumaron al nuevo consenso restaurador con la intención de poner fin al ciclo progresista encarnado en la figura de Correa.
En Argentina, a pesar que hubo una notable arremetida comunicacional y económica, la vía electoral bastó para acabar con el periodo kirchnerista.
Había una ventaja:
Ellos ganaron por la mínima en los votos.
Y luego rápidamente
vinieron las detenciones judiciales, los procesos abiertos, portadas
de prensa. Aún es pronto para saber cómo vendrá la disputa
presidencial para el 2019, pero de ser necesario sacar del mapa
electoral a Cristina o a cualquier otro candidato
potencialmente ganador desde una propuesta progresista, que nadie
tenga duda que se intentará por la vía judicial o parlamentaria.
Lo último ha sido lo más evidente:
Demuestra así que no le interesa la vía electoral para intentar obtener el poder político.
De hecho, en este país,
Y ahora, finalmente, no aceptan ir a las elecciones.
Extraños demócratas que no creen en las reglas democráticas cuando auguran que van a perder. Lo interesante del caso es que en este país, el actual Gobierno tiene absoluta conciencia que el campo de disputa es tanto en lo electoral como en el resto de dimensiones.
Y esto le permite ser un
"superviviente" en esta nueva fase.
El referendo revocatorio fue atravesado por un reality show que hizo daño a la popularidad de Evo. La artillería pesada vendrá de cara a las presidenciales del 2019.
Sin embargo, el presidente ha entendido desde hace tiempo, desde los intentos de interrupción democrática en la etapa de la Asamblea Constituyente, que esta disputa es multifactorial.
No significa que le será fácil, y todo es posible a partir de ahora. Pero hasta el momento, Evo apunta a ser el otro "superviviente" a esta arremetida restauradora.
Ha sabido superar el último gran escollo:
Era consciente que vendrían críticas por ello, pero prefirió esto a poner en peligro la continuidad del proyecto.
Sabia decisión para seguir adelante con el aval del pueblo boliviano. Definitivamente, estamos ante otra fase histórica del siglo XXI en esta "América Latina en disputa".
Lo electoral cuenta pero no es el único camino elegido para acabar con el ciclo progresista. Algunos lo supieron desde siempre, y otros ya lo han aprendido después de haberlo sufrido en sus propias carnes.
El campo de disputa política es cada vez más complejo:
Y lo militar, aunque
parezca una cuestión del pasado, jamás debemos de dejar de prestarle
atención porque siempre está más presente de lo que imaginamos...
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