por Zósimo Camacho
02 Abril
2018
del Sitio Web
VoltaireNet
Zósimo Camacho, periodista y jefe de información de la
revista mexicana Contralínea.
Periodismo de investigación. Es egresado de la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Se
interesa en movimientos sociales, movimientos armados,
seguridad nacional, pueblos indios y pobreza.
http://twitter.com/zosimo_contra
|
El número real
de hectáreas cultivadas con amapola en México cada
año llega a 74 000, revela estudio del Trasnational
Institute.
Por sí solo,
México abastece todo el mercado estadounidense de
los opiáceos, compuesto por millones de adictos a la
heroína, la morfina y otros derivados de la
adormidera.
México cultiva alrededor de 74 mil 700 hectáreas
de amapola cada año.
Las zonas serranas de,
-
Guerrero
-
Sinaloa
-
Durango
-
Chihuahua,
...principalmente, abastecen
por sí solas al mercado de drogas más grande del mundo:
Estados Unidos...
Una tercera parte de la
siembra es detectada y erradicada por las autoridades mexicanas.
Las otras dos terceras
partes cumplen su ciclo:
se cosechan, se
obtiene el opio, la morfina y la heroína.
Y los productos
atraviesan la frontera internacional y se distribuyen en calles de
los 50 estados continentales de la Unión Americana.
De los 25 millones de estadounidenses adictos a las
drogas, unos 3 millones son esclavos de la heroína, la morfina u
otros opiáceos.
Aunque el mayor productor de la adormidera sigue
siendo Afganistán, en Oriente Medio, al otro lado del planeta,
Estados Unidos tiene su consumo asegurado.
Allende su Frontera Sur,
las tierras mexicanas le aseguran el abastecimiento de su mercado al
ciento por ciento.
El informe 'Amapola,
Opio y Heroína - La producción de Colombia y México',
publicado por el
Transnational Institute, revela que
en México se siembran aproximadamente 74 mil 700 hectáreas de
amapola - la planta precursora de los opiáceos - y no las 25 mil que
ha reconocido el gobierno mexicano.
El estudio del instituto con sede en Ámsterdam, Países Bajos,
explica que México llega a tal cifra porque los productores hacen
tres cosechas en el año, y no como supone el gobierno mexicano, una
sola vez anualmente.
Elaborado por los investigadores,
-
Guillermo Andrés
Ospina
-
Jorge Hernández
Tinajero
-
Martín Jelsma,
...el informe publicado a
finales de febrero también da cuenta del desplazamiento de Colombia
por México en materia de siembra y cultivo amapola.
En 2017, los campesinos
colombianos sembraron apenas 525 hectáreas de la adormidera, contra
las decenas de miles de los mexicanos.
Se trata de un proceso en el que, en palabras del doctor en
Sociología Guillermo Garduño Valero, México pasó de ser un
país de tránsito de drogas a un país productor.
El especialista en
América Latina por la Universidad de Pittsburgh observa que todo fue
resultado de que la República Mexicana colinda con el principal
mercado de drogas en el mundo y de que aquí,
"convergieron todas
las coordenadas del trasiego de estupefacientes".
Por su parte, la
investigación del Transnational Institute cuenta con trabajo
de campo tanto en México como en Colombia, y explica todo el proceso
de producción de la heroína desde que familias de campesinos
empobrecidos seleccionan la semilla, siembran, cultivan y obtienen
la goma de opio, hasta que los compradores le aplican un proceso
químico para transformarla en morfina y, luego, heroína.
El estudio refuta la afirmación de las autoridades mexicanas que
dicen destruir, cada año, más del 99 por ciento de los cultivos de
amapola en México.
En este país se han
reportado entre 21 mil 500 hectáreas y 28 mil hectáreas de
superficie de cultivo de amapola anualmente. En efecto, en junio de
2016 se publicó el informe 'México
- Monitoreo de Cultivos de Amapola 2014-2015'.
Se trató del primer
reporte oficial, realizado por la Oficina de las Naciones Unidas
contra la Droga y el Delito (UNODC,
por su sigla en inglés), en conjunto con,
-
la Secretaría de
la Defensa Nacional (Sedena)
-
la Secretaría de
Marina (Semar)
-
la Procuraduría
General de la República (PGR)
Los resultados de este
estudio se basaron en el análisis de fotografía aérea y satelital de
cultivos de amapola.
Se concluyó que el área
mínima de cultivos de amapola en México es de 21 mil 500 hectáreas,
un área media rondaría las 24 mil 800 hectáreas y una estimación
alta sería de 28 mil 100 hectáreas.
El asunto es que las autoridades mexicanas declaran haber destruido
el 99.68 por ciento de esos cultivos. Así, según estos datos, en
México debieron ser cosechadas únicamente 71 hectáreas de todas las
detectadas en ese período.
La versión no tiene asidero en la realidad. Los cárteles de la droga
producen y trasiegan por México el total del opio que demanda el
mercado estadounidense.
De acuerdo con el trabajo
in situ de los investigadores y los testimonios recabados con
productores,
"mucho más probable
es, entonces, el que la destrucción de sembradíos no afecta a la
producción por la existencia de rotación de cultivos.
"De hecho, si se multiplica por tres la superficie total
estimada de cultivos, resulta que, a lo largo de 1 año, podrían
cultivarse, en tres etapas sucesivas, un total de 74 mil 700
hectáreas, a las que, si se le restan las 24 mil 729 destruidas
[por las autoridades mexicanas], quedarían en producción 49 mil
671.
Suficiente para
producir, de este modo, la heroína demandada por Estados Unidos
anualmente."
En el informe Amapola,
opio y heroína - La producción de Colombia y México se establece
que se necesitan 255 toneladas de goma de opio para producir 15
toneladas de heroína pura.
"Cruzando las
estimaciones de cultivo de este reporte con la cantidad
demandada de heroína en Estados Unidos, pareciera ser que existe
una correspondencia entre la demanda y la extensión aproximada
de los cultivos en México".
En Estados Unidos, el
consumo de heroína va en aumento, imparable. Se le considera una
"epidemia"...
Sólo en 2014 ocurrieron
10 mil muertes por sobredosis de esta droga altamente adictiva y
dañina para el organismo humano.
No importa cuánta droga se asegure, los consumidores reclaman
frenéticamente sus dosis.
Y siempre les llega.
Nunca les falta...
"Está claro que por
más droga que se decomise y por más cultivos que se erradiquen,
el consumo no se va a frenar", señala el doctor en ciencias
penales y política criminal Martín Gabriel Barrón Cruz.
El investigador del
Instituto Nacional de Ciencias Penales explica que,
"el mercado de las
drogas es estable aunque haya 'combate' y decomisos. La
Organización de las Naciones Unidas ha revelado que al mercado
de la droga no le importa que haya guerra:
es constante,
siguen sus mismos números, tanto en consumo como en precio y
volumen".
El eslabón más
débil
El cultivo de la planta presenta un ciclo agrícola rápido, que
permite tres ciclos de cultivo al año en una misma superficie.
Lo observado "en el
terreno", reporta el estudio, es que las comunidades productoras
rotan sus cultivos. Además, los campesinos mexicanos incorporan a la
amapola como un cultivo más en el sistema de
la milpa o tlacolol.
El informe, por ello,
destaca que,
"en el caso de
México, los cultivos de amapola se mezclan con otros, como
papaya (Carica papaya), lenteja, maíz, calabaza o leguminosas
diversas".
"Las familias viven de esto", señala, en entrevista con
Contralínea, el doctor Guillermo Garduño Valero, especialista en
fuerzas armadas y asuntos de seguridad nacional.
Los campesinos son el
eslabón más débil de la industria.
Paupérrimos y acosados
por autoridades y cárteles de las drogas, son los que menos
ganancias obtienen y a los que se les paga menos cuando ocurre algún
desajuste en el mercado. Si alguien tiene que perder, son ellos.
Ningún otro engrane de la
maquinaria ve menguadas sus ganancias.
El rendimiento de la cosecha tiene que ver con la calidad de la goma
obtenida, y con el estado en que se encuentra cuando comienza su
conversión hacia morfina, en primer lugar, y en heroína después.
"Si la goma es más
fresca (como cuando se acaba de cosechar), tiene un alto
contenido de agua, por lo que su rendimiento es menor, al igual
que su precio de mercado", explica la investigación.
En 2016 el estudio 'Transnational
Crime and the Developing World' documentó que el pago
estimado que recibe el campesino por kilogramo de goma de opio varía
entre 11 mil y 22 mil pesos, según la región de la República.
Ahora el informe Amapola, opio y heroína - La producción de
Colombia y México corrobora esos datos y detalla que los precios
de la goma de opio en México dependen de la región, la demanda, la
época del año, la calidad y el comprador local,
"por lo que resulta
muy complicado establecer con precisión la evolución de un
precio promedio único".
Cultivadores de Guerrero
dijeron a los investigadores que el precio de la goma es fijado por
la organización delictiva que controla cada territorio.
"Del mismo modo,
distintos testimonios dan cuenta de variaciones en el precio
según la cantidad de agua que contiene la planta, que depende
tanto de la técnica de cultivo (por ejemplo, dejar que los
bulbos supuren durante la noche aumenta la cantidad de agua por
el rocío del amanecer) o de la época del año en que se siembre".
Así en la sierra de
Guerrero los campesinos reciben 6 mil pesos por kilo de goma en
época de lluvias y hasta 20 mil pesos en época de secas (es decir,
entre 300 y 1 mil dólares estadounidenses).
"Los reportes
disponibles obtenidos en el terreno hablan - más o menos - desde
unos 1 mil hasta 1 mil 700 dólares por kilo de goma entre los
años 2014-2017.
Se supone que es más
barato en el sur (Guerreo o Oaxaca) que en el Triángulo del
Norte (Durango, Sinaloa y Chihuahua).
Las cifras podrían
concordar con uno de los testimonios recabados en 2015, en que
se señalaba que década y media atrás (año 2000) el kilo se
pagaba al doble del precio actual (entre 2 mil 100 y 2 mil 250
dólares por kilo, según la paridad peso dólar de esa época)."
Adicionalmente, los
autores del estudio han podido comprobar que, durante 2016, los
precios se mantuvieron estables - en pesos mexicanos - a pesar de la
devaluación acelerada de la moneda durante todo ese año, que fue
cercana al 40 por ciento.
Según estos datos, entre 2010 y 2015 el kilo de goma de opio se
vendía entre 13 mil y 17 mil pesos en Guerrero (1 mil o 1 mil 250
dólares), y hasta 22 mil pesos en la región de Sinaloa, Chihuahua y
Durango (1 mil 500-1 mil 600 dólares).
"Si este fuera el
caso, entonces, se podría decir que, al crecer la oferta de goma
de opio en México, los precios se han ido ajustando a la baja,
siempre en detrimento del productor, pero sin afectar el volumen
del mercado".
El atractivo para el
productor se mantiene, pues aun cuando el precio no siempre sea el
esperado, el producto es relativamente almacenable y duradero,
mientras que la venta es segura en algún momento y significa dinero
en efectivo.
Mercado: el
que manda
México no decide cuántas hectáreas sembrar.
Ni los campesinos ni los
traficantes realmente determinan cuánta superficie se destinará al
cultivo de amapola ni cuánta producción de goma de opio se obtendrá.
En realidad todo se decide en Estados Unidos.
El mercado manda... Y se
trata de un mercado estable en constante crecimiento.
En el caso de México,
"la producción en el
país ha evolucionado conforme a la demanda del mercado de
Norteamérica [se incluye a Canadá].
En México, el consumo
ha sido marginal, y aunque existente sobre todo en la frontera
norte, no es especialmente significativo en comparación con la
demanda de Estados Unidos".
Es decir, el mercado de
consumidores mexicanos es insignificante aún como para impulsar el
cultivo de la amapola para consumo interno.
"Es así que la
producción de amapola en México (y en Colombia y Guatemala) ha
crecido en los últimos años en la medida que el mercado más
grande de heroína de Estados Unidos ha comenzado a demandar más,
una tendencia ampliamente documentada."
Sin solución
El problema rebasa a México. Guillermo Garduño señala que el
país no podrá vencer al narcotráfico solo.
Es un problema mundial
que requiere del concierto de las principales naciones afectadas y
de un cambio de política para enfrentarlo. Es necesario sacarlo de
la seguridad pública y nacional y abordarlo como un problema de
salud pública.
A este respecto, Martín Gabriel Barrón Cruz considera
que el nuevo enfoque pasa por la despenalización y la legalización
de algunas drogas.
El estudio, por su parte, destaca el hecho de que México no cuenta
con un programa serio para inhibir la siembra de amapola.
El país que le ha
declarado la "guerra" al narcotráfico y que por su política de
"combate frontal" a los cárteles cuenta en 11 años más de 250 mil
asesinados, 300 mil desplazados y 32 mil desaparecidos no tiene
política para que los campesinos dejen de sembrar yerbas o plantas
ilícitas.
"Podemos afirmar que
México nunca ha tenido un programa consolidado de sustitución de
cultivos o de alternativas económicas de desarrollo para las
comunidades cultivadoras.
Estas comunidades
siguen siendo, hasta la fecha, las más marginadas de toda la
sociedad rural: alejadas geográfica e institucionalmente del
Estado formal, continúan sobreviviendo gracias al mercado ilegal
de la goma de opio, y generalmente bajo el yugo opresor de las
agencias policiales y militares del Estado, o bien bajo la égida
de los intereses de los grandes carteles, que controlan el
mercado de heroína en el país."
Consumidores en México
México no cuenta con datos oficiales concluyentes sobre el número
aproximado de usuarios de heroína.
El dato más reciente es
de la Encuesta Nacional de Adicciones, realizada por el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2011,
donde se establece que el consumo se ha mantenido estable desde la
década de 2000. Es menor al 0.1 por ciento de la población de 13
años o más.
Por ello, el estudio del Trasnational Institute considera
que,
"al tener una
prevalencia estadística tan poco significativa, no es posible
conocer un dato aproximado del número de usuarios de heroína en
México.
A pesar de ello, el
consumo de esta en la Frontera Norte es estable desde hace años,
y si bien la incidencia [de contagio] del VIH [virus de
inmunodeficiencia humana] es relativamente marginal, no sucede
así con la hepatitis C, positiva en el 96 por ciento de los
inyectores".
El estudio no deja pasar
el dato de que, "por primera vez en mucho tiempo", en 2016 se
detectó un grupo de 14 usuarios de heroína inyectada en la Ciudad de
México.
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