por Mariela Jara
01 Agosto
2018
del Sitio Web
IPS
Columnas de manifestantes
llegaron hasta la sede del Poder Judicial en Lima,
donde
exigieron limpiar de corrupción la institución,
en las
movilizaciones ciudadanas contra la corrupción,
realizadas en julio en la capital y otras ciudades de Perú.
Mujeres
trabajadoras de barrios limeños
enarbolaron simbólicamente sus escobas
en
demanda de limpieza en la justicia.
Crédito: Mariela Jara/IPS
LIMA (IPS)
La marea de indignación
ciudadana en Perú ante evidencias de la enraizada corrupción en el
sistema de justicia y su relación con el
fujimorismo, que controla el
parlamento, empujó al presidente Martín Vizcarra a anunciar
medidas drásticas contra el flagelo.
Analistas consultados por IPS coinciden en señalar que fue el
discurso más político en la lucha contra la corrupción del
gobernante, quien con 55 años lleva cuatro meses al mando del país
tras suceder en marzo a Pedro Pablo Kuczynski, quien renunció
al cargo ante denuncias de compra de votos para evitar su
destitución por hechos de corrupción.
"El fujimorismo
saldrá con todo a contra atacar las propuestas y será muy
importante que se mantengan las voces de la ciudadanía exigiendo
en las calles la erradicación de todos los corruptos", afirmó
Javier Torres, antropólogo y director de
Noticias Ser.
"Siento asco e
indignación
ante el
comportamiento de jueces
que en vez de
velar por los derechos
y el
cumplimiento de las leyes
solo actúan
movidos por el dinero.
¿Tiene precio la
integridad de una niña?".
Mariana Chirinos
En su mensaje a la nación
el 28 de julio en el legislativo Congreso de la República, el
presidente propuso un paquete de proyectos de ley sugeridos por la
Comisión de Reforma de Justicia que el mismo impulsó hace
pocas semanas.
Esa iniciativa fue una respuesta a la difusión de audios que
develaron la profunda corrupción en las instituciones encargadas del
nombramiento de jueces y fiscales, y de magistrados en cargos de
poder en el puerto del Callao, en la ciudad del mismo nombre, vecina
a Lima.
"El sistema judicial
no puede ser instrumento al servicio de poderes oscuros. La
ciudadanía demanda cambios y es mi responsabilidad histórica
generarlos.
No podemos mirar a
otro lado mientras el pueblo expresa su descontento", dijo el
mandatario.
"Estoy con todos aquellos que quieren erradicar la corrupción",
dijo ante el silencio de la opositora bancada del derechista y
fujimorista partido Fuerza Popular, mayoría en el unicameral
Poder Legislativo, en contraste con los aplausos de las demás
fuerzas políticas.
Fuerza Popular es
encabezado por Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori,
quien gobernó el país bajo régimen autoritario entre 1990 y 2000,
creando un sistema de corrupción que ha heredado la nueva cabeza del
llamado fujimorismo.
El partido estuvo detrás de la salida de Kuczynski quien ganó
a la lideresa fujimorista en las elecciones de 2016, después que
también fracasó en su intento de llegar al poder en 2011.
Entre los anuncios de Vizcarra está modificar el procedimiento de
conformación del Consejo Nacional de la Magistratura y de la
Corte Suprema, de la elección de jueces, evaluación de
magistrados y la inhabilitación perpetua de jueces y abogados
sentenciados por corrupción.
Las medidas serán llevadas a referéndum, que también consultará
sobre tres reformas políticas:
-
reelección de
legisladores
-
financiamiento
privado de los partidos políticos
-
retorno al
sistema legislativo bicameral
Su concreción depende
ahora del Congreso.
"El fujimorismo hará
todo lo posible por bloquear al referéndum", sostuvo Torres.
"El presidente acierta al plantearlo para dar transparencia al
proceso, pues a puerta cerrada no habría legitimidad en la
reforma. La gente ya no cree en las 'comisiones'.
Y el mensaje del
mandatario es claro: tengo que hacerlo consultando a la
ciudadanía", puntualizó.
Durante las marchas generales contra la corrupción en Perú
o en aquellas a favor de los derechos de las mujeres,
los colectivos feministas participan en demanda y no impunidad
ante la violencia de género, como en esta manifestación
en fechas recientes por el centro de Lima.
Crédito: Mariela Jara/IPS
Peruanas y peruanos están manifestándose desde hace varias semanas
en la capital y otras ciudades del país exigiendo la erradicación de
la corrupción en las instituciones del Estado, especialmente
judiciales, a raíz de los audios legales aludidos por Vizcarra y
divulgados a inicios del julio por la prensa de investigación.
Estos revelaron tráfico de influencias para copar instancias claves
en el sistema de justicia y sistema electoral en el que están
comprometidas figuras del fujimorismo como el congresista (diputado)
Héctor Becerril y Antonio Camayo, uno de los
financistas de la última campaña presidencial de Keiko Fujimori.
Camayo fue detenido la madrugada del domingo 29 (de Julio) al ser
sindicado como parte de una organización delictiva liderada por el
también encarcelado ex-presidente de la Corte Superior del Callao,
Wálter Ríos, cabeza de la red de corrupción en esa
jurisdicción.
Las grabaciones también mostraron cómo el hoy suspendido juez
supremo César Hinostroza negociaba la rebaja de pena del
violador de una niña en "un trato deshumanizante", tal como
señala Jeannete Llaja,
abogada feminista con especialización en derechos humanos, derecho
constitucional y género.
"Ese audio evidencia
la relación entre corrupción y género y conecta dos
indignaciones que laten en la sociedad: así como hay marchas
contra la corrupción, en los últimos años se han sostenido
acciones públicas ante a la impunidad frente a las violencias
hacia las mujeres", manifestó.
Según la no gubernamental
Católicas por el Derecho a Decidir,
alrededor de 11.000 niñas de entre nueve y 14 años se hicieron
madres producto de una violación sexual en el periodo 2011-2016, lo
que da cuenta de la magnitud de la impunidad en estos casos.
Esa impunidad provoca, además, la ausencia de denuncias debido a la
desconfianza en el sistema de justicia, o por fallos como el del
juez Hinostroza.
Tal realidad ha inspirado consignas como "poder judicial, vergüenza
nacional", "basta de impunidad, justicia para todas" que levantan
las mujeres y que fueron de las más coreadas en las recientes
marchas ciudadanas contra la corrupción del 19 y 26 de julio.
Estas nuevas protestas respondieron a la confirmación de las
sospechas de que muchas sentencias exculpatorias o benévolas a
agresores tienen origen no solo machista sino ilícito.
Aun así, una reflexión en ese sentido estuvo ausente en el discurso
presidencial.
"El presidente no ha
cruzado el tema de corrupción con violencia de género pese a su
impacto directo en la vida de las mujeres, pero ante las
propuestas anunciadas es necesario tener una mirada integral que
contemple el enfoque de género, incluyendo las preguntas del
referéndum", expresó Llaja.
El fujimorismo
y la corrupción hunden gobernabilidad de Perú
Explicó que de esa forma se contribuirá a que jueces y fiscales, y
sus órganos de formación y control, acrediten un desempeño ético y
libre de estereotipos de género, lo que evitará conductas y
decisiones machistas que revictimizan y niegan el acceso a justicia
a las mujeres violentadas.
"Para ello se
requiere de la vigilancia ciudadana por un lado y de partidas
presupuestales que permitan dar viabilidad a las medidas
planteadas, de lo contrario no se avanzará", remarcó la abogada.
En junio de este año el
ex-fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, informó que carecían
de recursos económicos para cumplir con la norma de prevención,
atención y sanción de la violencia de género.
A las condiciones señaladas por Llaja para avanzar en la concreción
de las propuestas para reformar el sistema de justicia en forma
integral, el analista Javier Torres añadió la urgencia de que
el gobierno mantenga claridad en la ejecución política de la reforma
para evitar debilidades o retrocesos en el horizonte próximo.
También es perentorio mantener la diversidad de voces de colectivos
y organizaciones sociales en las calles - que con el mensaje del
presidente están legitimadas - pues de lo contrario se puede asistir
al reacomodo de los personajes corruptos y a un triunfo electoral de
estos en el 2021.
Jóvenes de las universidades son parte activa en estas luchas
cívicas y forman parte de los contingentes más numerosos en las
movilizaciones.
Mariana Chirinos,
estudiante de tercer año de Administración de la Universidad Antonio
Ruiz de Montoya, manifestó su indignación ante el actual momento
crítico.
"Siento asco e
indignación ante el comportamiento de jueces que en vez de velar
por los derechos y el cumplimiento de las leyes solo actúan
movidos por el dinero.
¿Tiene precio la
integridad de una niña?", se preguntó.
Este malestar es
generalizado.
Una
reciente encuesta indica que 88
por ciento de la población reprueba al Poder Judicial y
81 por ciento la Fiscalía de la Nación. Lejos de ser
vistas como pilares del Estado de derecho, estas instituciones están
completamente desacreditadas.
Para la joven universitaria solo la fuerza de las calles podrá
seguir empujando al presidente Vizcarra a cumplir lo ofrecido.
"Los políticos no
siempre dicen la verdad, muchas veces mienten, pero el pueblo
tiene el poder de impulsar los cambios que necesitamos", dijo.
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