por Mario Osava
13 Junio
2019
del Sitio Web
IPS
Un muñeco inflable de 20 metros,
con la imagen del ministro de Justicia y Seguridad Pública,
Sergio Moro, como Superman,
durante una manifestación en Brasilia, el 26 de mayo,
parte de las concentraciones que se realizaron ese día
a favor del gobierno en varias ciudades de Brasil.
La imagen de súper héroe de Moro se desinfla
por el escándalo sobre su indebida connivencia
con los fiscales en las investigaciones sobre corrupción,
que encabezó como juez.
Crédito: Fabio Rodrigues Pozzebom
Agência Brasil
RÍO DE JANEIRO
Con un gigantesco muñeco
inflable de Superman con su rostro, cientos de manifestantes
reconocieron el 26 de mayo al ministro de Justicia y Seguridad
Pública, Sergio Moro, como la fuerza moral del gobierno de
Brasil.
Pero un escándalo
desinfló parcialmente ahora esa imagen de héroe y podría hacerlo del
todo muy pronto.
Moro sostuvo diálogos indebidos con fiscales del Ministerio Público,
cuando era el juez que ganó honores de héroe por condenar a
centenares de políticos y empresarios acusados de corrupción en
negocios de la empresa petrolera estatal Petrobras y otras grandes
empresas locales, reveló el 9 de junio en su portal
The Intercept Brasil, un grupo
de periodismo de investigación.
Debería renunciar al ministerio, según algunos juristas y analistas
políticos, considerando que actuó en complicidad con los acusadores
y no como juez imparcial, cuando sus fallos fueron decisivos en las
elecciones de 2018, en que triunfó el presidente de extrema derecha
Jair Bolsonaro, que luego lo designó como ministro.
"No creo que Moro
renuncie y veo difícil su destitución, ya que Bolsonaro gobierna
para sus adeptos, no para el país",
...evaluó a IPS el
abogado y ex defensor público Lizst Vieira, en referencia a
que el gobierno actual se concentra en la relación con sus fieles,
conectados por las redes sociales.
Las revelaciones pueden traducirse, según los críticos a Bolsonaro,
en la anulación del juicio que llevó a la cárcel al ex-presidente
Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), el 7 de abril de 2018,
condenado por negociar favores de una constructora, en la forma de
un departamento playero, en contraprestación a contratos de la
Petrobras.
Otros juristas, incluido Moro, no identifican en las revelaciones
nada que descalifique el juicio a Lula ni a la Fuerza Tarea de la
operación Lava Jato o sobrepase los límites de diálogos normales
entre juez y fiscales, especialmente en la tradición judicial
brasileña.
Esas conversaciones provienen, según Intercept, de una fuente
anónima que accedió a la memoria de los teléfonos celulares de Moro
y los fiscales de la
operación Lava Jato (autolavado
de vehículos), que desde 2014 investiga la corrupción en Petrobras y
otras grandes compañías de Brasil, como la constructora Odebrecht.
En esas conversaciones por la aplicación de mensajería
Telegram, el juez orienta a
Deltan Dalagnol, jefe del equipo operativo, indica un posible
testigo para incriminar a Lula y sugiere caminos de la
investigación, incluso mediante el uso de ardides.
Si se verifica la autenticidad de esos diálogos, en que el juez
"aconseja" a los fiscales y toma partido en la acusación, habría
razones para la nulidad del juicio a Lula, según juristas de
variadas corrientes de pensamiento, principalmente abogados.
Moro habría violado las reglas judiciales, que imponen imparcialidad
al juez.
Los diálogos desnudan una
complicidad entre el juzgador y los acusadores, además de la
disposición previa en enjuiciar y condenar al ex-presidente.
Es como un árbitro de fútbol que aconseja a uno de los equipos como
defenderse, que jugadores sustituir o,
"en la peor
hipótesis, inventando un penalti o un fuera de juego", comparó
el abogado Walfrido Warde, presidente del Instituto para
Reformar Relaciones entre Estado y Empresa (IREE),
en una entrevista con el diario Valor Económico.
Luiz Inácio Lula da Silva,
durante una entrevista concedida en la cárcel de Curitiba,
donde está preso desde abril de 2018.
El ex-presidente podría lograr la libertad, al menos temporalmente,
si se anula la sentencia que lo condenó a casi nueve años de cárcel,
por la parcialidad evidenciada por Sergio Moro,
que instruyó su caso y lo juzgó en primera instancia.
Crédito: PT
Improbables
consecuencias jurídicas
Pero es difícil que la revelación periodística por escandalosa que
sea, conduzca a la anulación de juicios y sentencias. No son
judicialmente válidas pruebas obtenidas ilegalmente, como la escucha
no autorizada y las grabaciones obtenidas por Intercept.
La batalla entre Moro y Lula, eje político de la historia de
corrupción destapada por Lava Jato, debe proseguir con nuevos
vaivenes.
Dentro de algunas semanas, el Supremo Tribunal Federal (STF)
juzgará un pedido de Lula, anterior al nuevo escándalo, para anular
todo el proceso en que fue condenado, exactamente por "sospecha"
inhibitoria o impedimento de Moro para juzgar el caso, ante su
"parcialidad".
Los diálogos revelados suman argumentos a la defensa de Lula, que
siempre alegó inocencia y ausencia de pruebas en la acción judicial
que lo condenó.
Nunca fue propietario ni
disfrutó el apartamento que le habría regalado la constructora OAS,
arguye.
Pero testigos en contra de su afirmación, sus visitas al edificio y
otros indicios fueron suficientes para la sentencia de Moro,
ratificada por un tribunal de apelación y otro superior.
La condena varió de nueve
a 12 años entre la primera y segunda instancia, para quedar firme en
ocho años y 10 meses.
"Es probable que el
STF anule el proceso, es cuestión de tiempo", vaticinó Vieira,
basado en el Código del Proceso Penal brasileño que señala como
"sospechoso" el juez que "haya aconsejado a cualquiera de las
partes".
"Pero buscarán alguna alternativa jurídica que no dañe la
operación Lava Jato ni al ex-juez", matizó.
Moro,
"cometió un delito,
por ello el juicio de Lula es nulo de pleno derecho y no hay
dudas de que él es un preso político",
...sostuvo el abogado,
ex-funcionario del sector ambiental en los gobiernos del
izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), presididos por Lula y
Dilma Rousseff de 2003 a 2016.
La anulación sería un triunfo pasajero.
Lula responde a otras
siete acciones judiciales, en una de las cuales fue ya condenado
a 12 años de cárcel en primera instancia, también por haber recibido
sobornos de constructoras por medio de obras en la finca de un
amigo, usada por el ex-presidente.
A los 73 años, es poco probable que Lula vuelva a ser el candidato
natural de la izquierda a la presidencia de Brasil, en las
elecciones de 2022, pese a la gran popularidad que mantuvo aún
después de ser condenado y encarcelado por corrupción.
Las encuestas lo apuntaban como favorito en las elecciones de
octubre de 2018. Por eso sus seguidores encaran la operación Lava
Jato como una conspiración para impedir el retorno de Lula al
poder.
Varios deslices de Moro y de los fiscales en este gran caso
alimentaron esa creencia, ahora fortalecida por las revelaciones de
Intercept.
Los trascendidos debilitan a Moro entre políticos, medios jurídicos
y observadores bien informados, incluso entre los que aplauden el
exitoso combate a la corrupción, pero rechazan atropellos a las
normas de la Justicia.
La población, sin embargo, permanece mayoritariamente indiferente a
esas sutilezas legales e indignada con la corrupción, y difícilmente
renegará de su héroe, ex-juez y el ministro más popular del actual
gobierno, más incluso que el presidente, según las encuestas.
"Si cae Moro, habrá
crisis porque se trata de un sostén del gobierno", según
Alessandra Aldé, profesora de Comunicación de la Universidad
del Estado de Río de Janeiro (UERJ).
Todo apunta a mayor
polarización de la política, entre el gobierno de extrema derecha y
la oposición de izquierda, sin diálogo posible.
"Los bolsonaristas
parecen vivir en un universo paralelo", que se alimenta de
informaciones e ideas que circulan entre ellos por redes
sociales, principalmente por videos en YouTube, observó Aldé a
IPS, basada en estudios de su grupo de investigación.
La izquierda también
tiene sus narrativas propias que poco convive con ciertas
realidades.
En ese cuadro, la difusión de los diálogos entre operadores de la
Lava Jato seguirá intensificando los antagonismos en la política
brasileña.
Glenn Greenwald, uno de los fundadores de The Intercept
Brasil, anunció que su publicación recibió masivo material y
solo difundió una pequeña parte.
"Secretos explosivos"
serán conocidos gradualmente, prometió.
El periodista
estadounidense residenciado en Brasil es también abogado y conoce
bien el periodismo local para decidir la mejor forma de divulgar lo
que tiene en sus manos, evaluó Alessandra Aldé.
Greenwald se hizo mundialmente conocido al publicar en el diario
británico The Guardian, en 2013, secretos de la Agencia de
Seguridad Nacional (NSA)
de Estados Unidos, revelados por su ex-agente
Edward Snowden.
|