por la salud de Fidel Castro
en
Bogotá, Colombia, enero de 2007
CC
BY-SA 2.5
En la región que sigue siendo la más desigual y violenta del mundo en la era democrática, la defensa de las instituciones
necesita una
nueva retórica...
Cada dos años, Latinobarómetro conduce su informe sobre la salud democrática de las naciones latinoamericanas y, encuesta tras encuesta, nos muestra que,
El reporte de 2021 (Corporación Latinobarómetro - Informe 2021 - Adiós a Macondo) no es diferente...
La confianza en la democracia se desplomó en Ecuador y Colombia, bajó en otros tantos países, como Venezuela, Panamá y Argentina, y aumentó en una larga lista que incluye a, ...países con presidentes acusados de un creciente autoritarismo.
Aunque el informe no es esperanzador, tampoco es sorprendente.
En 'el por qué', puede estar la clave para mejorar y buscar formas más eficientes de proteger a nuestras instituciones democráticas.
Las etiquetas autocráticas no son un problema
Entre los 18 países incluidos en el reporte, representando a más de 600 millones de personas, en apenas seis - es decir, un tercio - el apoyo a la democracia es superior al 50%:
En República Dominicana, el apoyo está justo sobre el 50%.
Y aunque esos números se han mantenido más o menos estables desde 1996, cuando Latinobarómetro empezó a medir el índice, en todos los países salvo dos (Venezuela y Chile), el apoyo a la democracia es menor hoy que en 1996, según el reporte.
El debate sobre democracia es importante y tiene que existir.
Pero es importante entender que enfocarse semánticamente en la dicotomía entre democracia y autoritarismo, no es el camino para convencer a la ciudadanía de apoyar a sus instituciones democráticas.
Como lo demostró el - sorprendentemente - popular presidente de El Salvador, Nayib Bukele, al autodefinirse recientemente el "dictador más 'cool' del mundo mundial" y actualmente el "emperador de El Salvador" en la bio de su Twitter, a los latinoamericanos esas etiquetas no les importan.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, también lo deja claro cuando se autodefine "genocida" con ironía en interacciones con sus seguidores.
Bajo éxito democrático vs. éxito relativo de populistas
Una de las razones de esta confianza se debe a la ineficiencia de los gobiernos democráticos para abordar algunos de los problemas más urgentes de América Latina, como la desigualdad, la violencia y la corrupción.
Llama la atención que el apoyo a la democracia en América Latina, tuvo algunos de sus números más altos a principios de los años 90, cuando la atmósfera era de esperanza tras las dictaduras militares de las décadas anteriores.
Con la excepción de algunos picos de apoyo alrededor de 2010, coincidiendo con el boom de las commodities que impulsó el crecimiento económico en la región, el apoyo democrático ha bajado.
De forma general, los latinoamericanos no sienten que están sustancialmente mejor hoy que en la era no democrática...
Pero, a pesar de los avances democráticos y el crecimiento económico, América Latina sigue afligida por los mismos problemas que históricamente caracterizan a la región.
Nuestros países siguen conformando la región más desigual y más violenta del mundo y protagonizando algunos de los casos de corrupción más escandalosos de la historia.
Según el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), los países que lideraron el crecimiento económico en América Latina entre 2000 y 2019 son,
...con Bolivia logrando unos de los índices más impresionantes de la reducción de la pobreza (23% entre 2005 y 2018).
Luego de los tiempos conturbados que siguieron las guerras de independencia de principios del siglo XIX, América Latina experimentó cierta estabilidad y crecimiento en manos de líderes autoritarios, como,
...por dar algunos ejemplos.
Baja experiencia democrática
Uno de los motivos detrás de la desconfianza de los latinoamericanos en la democracia, es su poca experiencia con ese sistema.
Los países de la región no han vivido mucho tiempo bajo sistemas democráticos, una vez que la ola de democratización en América Latina se da, en su mayoría, sólo a fines de los años 80 del siglo pasado,
Apelar a ideologías importadas no ayudará a avanzar la causa en una región asolada por la pobreza, corrupción y violencia...
En términos prácticos, eso se traduce a algo como cuatro presidentes electos democráticamente desde los años 90 en algunos casos, como en Brasil, por ejemplo.
Además, esos gobiernos democráticos han sido interrumpidos en diversos países con la remoción cuestionable de líderes electos, como ocurrió en Brasil en 2016 y Bolivia en 2019, por citar casos recientes.
Es decir, tampoco ha habido continuidad democrática en la región.
Hay que cambiar el enfoque retórico
Simón Bolívar, el presidente, el libertador y el dictador que en sí ya personificaba las contradicciones latinoamericanas, había argumentado hace más de dos siglos que los sistemas democráticos, en las formas como fueron implementados en el Norte Global, tendrían dificultad en crear raíces en nuestra región.
Las ideologías que ayudaron a formar los sistemas democráticos en otras partes, en diversos aspectos, no conversan con la gente de nuestra región y no ganan elecciones.
Cuestionar si este o aquel líder latinoamericano tiene o no rasgos autoritarios, aunque infinitamente necesario en la academia y en otros círculos, no es efectivo entre poblaciones que no ven grandes problemas con tener líderes autoritarios.
Nuestras instituciones democráticas necesitan ayuda, pero los políticos y los que trabajan por la defensa de la democracia, tienen que abordar los problemas que los líderes democráticos han fracasado en solucionar.
Apelar a ideologías importadas no ayudará a avanzar la causa en una región asolada por la pobreza, corrupción y violencia...
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