20
Diciembre 2021
del
Sitio Web
DW
Gabriel Boric
La
elección de Gabriel Boric
trae juventud,
un nuevo estilo
y la promesa de
reformas sociales
a la sociedad
chilena,
en la que
persisten ecos de la dictadura.
Analistas
revisan para DW
las claves de la
elección...
Hasta hace solo unos meses
el triunfo de Gabriel Boric
parecía improbable.
En una carrera contra el
tiempo reunió las firmas para inscribir su candidatura por el
izquierdista Frente Amplio, venció en primarias a la figura
del Partido Comunista y se convirtió en el candidato del pacto
Apruebo Dignidad.
Superó a representantes
de partidos tradicionales en primera vuelta y resultó electo en el
balotaje.
"Triunfó el candidato
demócrata, que propone que Chile cambie su modelo económico y
avance hacia un estado más justo, de mayor seguridad social y
menor desigualdad", indica Simone Reperger, representante
de la Fundación Friedrich Ebert (FES, de tendencia
socialdemócrata) en Chile.
El diputado de la región
de Magallanes, de 35 años y egresado de derecho se convertirá en el
presidente en ejercicio más joven de América Latina y de la historia
de Chile.
Además de traer un
recambio generacional, está desplazando a los partidos del
centro político.
"Es el candidato
electo con más votos en la historia de Chile y una confirmación
a la demanda de transformaciones. Por primera vez no va a
gobernar uno de los grandes bloques tradicionales post dictadura
en Chile", señala Reperger.
La segunda vuelta
registró la mayor participación (55,6% de 15 millones de electores)
desde que el voto es voluntario.
Y por primera vez desde
el retorno a la democracia ganó en el balotaje quien había sido
segundo en primera vuelta:
55,9% de los votos
contra el 44,1% del ultraconsevador José Antonio Kast.
El resultado es casi
idéntico al del histórico plebiscito de 1988, que marcó el fin de la
dictadura.
"Fue muy simbólico y
demuestra que la sociedad sigue dividida en dos bloques, a favor
y en contra de cambios", apunta Reperger.
En opinión del Dr.
Olaf Kaltmeier, profesor de Historia de América Latina de la
Universidad de Bielefeld,
"todavía hay muchos
enclaves y una continuidad estructural del régimen autoritario
de la dictadura en Chile, que tiene que ver con la Constitución
del 1980 y el modelo neoliberal.
Ahora no solo se votó
por un nuevo presidente, sino por profundizar el proceso
democrático.
Este resultado da
garantía a la elaboración de la nueva Constitución".
Simpatizantes de Boric,
tras el
cierre de las mesas de votación,
en
Santiago.
"La polarización de
la sociedad se mantiene. El resultado de las elecciones lo pone
de manifiesto.
Sin embargo, tanto
las palabras de Gabriel Boric anoche como la visita de José
Antonio Kast a la sede de campaña de Boric, son señales
alentadoras.
Kast deseó lo mejor
al presidente electo, Boric prometió el diálogo de su gobierno
con los ciudadanos y los actores políticos.
Ambos dan esperanzas
de que Chile siga siendo un ancla de estabilidad y vuelva a ser
un país modelo de transformación democrática", dice Andreas
Klein, representante de la Fundación Konrad Adenauer
(KAS, cercana a la Unión Cristianodemócrata alemana) en Chile.
Ultraderecha y
polarización
"La mayoría de los
chilenos votó por un líder que defiende el cambio social, que
promueve sus ideas con pasión y a veces con enfoques poco
convencionales.
Ha trasladado su
pasión al pueblo y lo ha llevado a las urnas. Ganó con una
convincente mayoría y recibió así un sólido mandato", destaca
Klein.
Pero, a pesar de la
derrota en las urnas, la votación obtenida por Kast, defensor de la
dictadura de Pinochet, plantea interrogantes.
"Sus propuestas
antidemocráticas contra la migración, la homosexualidad, la
igualdad de mujeres y el que hasta hoy defienda la dictadura y
su Constitución nos deberían preocupar.
La sociedad chilena y
su sistema político están muy polarizados.
Y Kast representa un
sector que tiene miedo al cambio, que se benefició mucho con el
modelo de Pinochet y quieren defender sus privilegios", subraya
Reperger.
José Antonio Kast
felicitó al ganador, Gabriel Boric.
"Vemos con mucha
preocupación que una parte importante de la sociedad chilena,
más de un 40%, está en favor de un candidato de extrema derecha
y de elementos muy autoritarios, lo que muestra qué frágil es el
proceso de democratización todavía", dice Kaltmeier, quien es
director del Centro de Estudios Latinoamericanos Avanzados
Maria Sibylla Merian (CALAS).
El surgimiento de la
ultraderecha se inserta en un fenómeno de polarización más global:
"Algunos
investigadores lo hemos caracterizado como un proceso de re-feudalización",
agrega.
Klein, en tanto, observa
que,
"Boric obtuvo un
sólido mandato, pero fue apoyado por un Partido Comunista
chileno que a veces carece de distancia crítica con los
regímenes totalitarios de izquierda de Nicaragua, Venezuela y
Cuba.
Es importante
defenderse en Chile de la extrema derecha, y también no dejar
que la extrema izquierda dicte su programa de gobierno".
El nuevo gobierno deberá
atender demandas y moderar promesas en la medida que logra alianzas.
"El electorado
chileno está enviando una clara señal a la élite política de que
quiere un cambio.
Al mismo tiempo, los
resultados de las elecciones parlamentarias, que han provocado
un empate de facto en el Cámara de Diputados y el Senado, llaman
al diálogo entre las fuerzas políticas del país", agrega el
representante de KAS.
Expectativas
de cambio
Diálogo y cooperación es algo que Boric conoce, pues se enfrentó
incluso a las críticas de su sector para firmar en 2019 el amplio
acuerdo político que permitió una salida al estallido social y
condujo al plebiscito para redactar una nueva Constitución.
"Tiene el talento y
la competencia para hacer política de alianzas y está abierto al
diálogo con los movimientos sociales y los partidos más
conservadores", agrega Reperger.
El mandatario electo
deberá escuchar tanto a los sectores más progresistas como
centristas que apoyaron su elección y,
"negociar con mano
muy fina para dar sustento al cambio político en Chile",
...apunta Kaltmeier,
quien observa ciertas coincidencias entre el presidente electo y la
nueva ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock:
"Ambos vienen de
sectores que no pertenecen a la elite tradicional. Es una nueva
generación con la expectativa de negociar con los movimientos
sociales".
Las promesas de Boric se
verán probablemente moderadas durante las negociaciones y su
gobierno podría marcar una transición a una nueva institucionalidad,
junto con la implementación de la nueva Constitución.
En marzo recibirá la
banda presidencial de manos de Sebastián Piñera, el mismo
mandatario contra quien protestó en 2011 como dirigente estudiantil,
en demanda de una educación gratuita y de calidad, cuando nadie
pensaba que llegaría a sucederlo en La Moneda...
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