por Lucía Barrios
24
Diciembre 2022
del
Sitio Web
SputnikNews
Banderas de los países latinoamericanos
© AFP 2022 / ANTONIO SCORZA
MONTEVIDEO (Sputnik)
El año que termina
presenció el regreso de la izquierda a
Brasil y
Chile, y su llegada por primera vez
a
Colombia.
Pero los líderes
progresistas de América Latina exhiben hoy un perfil diferente a los
de aquellos que protagonizaron la primera década del siglo XXI.
Los presidentes,
-
Néstor Kirchner
(Argentina, 2003-2007)
-
Cristina
Fernández de Kirchner (Argentina, 2007-2015)
-
Luiz Inácio Lula
Da Silva (Brasil, 2003-2010)
-
Rafael Correa
(Ecuador, 2007-2017)
-
Evo Morales
(Bolivia, 2006-2019),
...se caracterizaban por
un gran carisma, pero los nuevos líderes izquierdistas de la región
optan por adoptar más bien un enfoque de 'gestores'.
Así lo explicó a Sputnik el analista
Sergio Pascual, del Consejo
Ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica
(Celag).
"A Dilma [Rousseff,
Brasil, 2011-2016] no le tocó la misma tarea que a Lula.
A Luis Arce
[presidente de Bolivia] no le tocó lo mismo que a Evo Morales.
A Alberto Fernández
[presidente de Argentina] no le tocó la tarea que hicieron los
Kirchner.
Son perfiles con
rasgos más de gestión que los que protagonizaron esa primera
fase, que eran perfiles claramente carismáticos para una
tarea diferente, que era de reconstrucción nacional", afirmó
Pascual, quien fue el primer secretario del partido español
Podemos (izquierda) y diputado.
Un líder carismático es
capaz de mover grandes cantidades de ciudadanos porque fascina su
forma de ser, tiene una capacidad especial para comunicarse y
expresar sus ideas, sabe escuchar y utiliza la información para
llegar a la sociedad con creatividad, definió el famoso sociólogo
Max Weber.
Por el otro lado, un
líder gestor pone el foco de su mirada en las tareas administrativas
y busca cumplir con las acciones que fueron puestas como objetivo,
ya sea reducir impuestos, bajar la corrupción, etcétera.
Es decir, mientras el
líder carismático tiene como fortaleza su relación con la ciudadanía
y los movimientos sociales, el otro tipo de dirigente se enfoca en
cumplir objetivos de administración.
En los países en los que ya existieron gobiernos progresistas, como
son el caso de Argentina, Bolivia y
Brasil, los dirigentes que emergieron en estos nuevos
tiempos no tuvieron que impulsar procesos de "reconstrucción
nacional" como sí lo hicieron los líderes de principios del siglo
XXI, explicó Pascual.
"Hace falta un
liderazgo carismático para crear una nueva gestión y contrato
social, pero quizás es más adecuado un gestor para poner en
marcha normas.
Es lógico que nos
encontremos con transiciones de liderazgo", agregó.
Un líder carismático
sirve para crear una nueva forma de gestión, un nuevo contrato
social e impulsar a los movimientos sociales mientras que un líder
gestor busca hacer cumplir los planes de gobierno y las normas
cuando ya se tiene el respaldo de esas estructuras
partidarias y sociales, indicó.
Ejemplos
Los presidentes Arce, Fernández y Gabriel Boric,
de Chile, son ejemplos de líderes gestores, indicó Pascual.
"Los gestores no se
pueden desapegar de su origen y vinculación con quienes
construyeron los movimientos sociales y políticos que los
llevaron al poder y por eso surgen fricciones.
Ciertos liderazgos se
autonomizan de sus predecesores", agregó.
Estas fricciones han
surgido en Bolivia, entre Arce y Morales, así como también
entre la rama que sigue a la ex-presidenta Cristina Fernández y
el sector de Alberto Fernández en Argentina, afirmó.
"Gabriel Boric es un
líder gestor que está teniendo problemas en el tema de la
reforma de la Constitución, porque no es un dirigente que haya
abanderado el proceso constituyente.
De hecho, se desapegó
de ese proceso y creo que eso tuvo cierta influencia sobre el
resultado final", consideró Pascual
El analista opinó que, en
este caso,
"Chile necesitaba un
dirigente que hiciera más política con mayúscula y a lo mejor
menos gestión".
En el plebiscito del 4 de
septiembre, realizado en Chile, más de 7,8 millones de ciudadanos, o
62% de los votantes, se inclinaron por rechazar la propuesta de
nueva carta magna redactada por la Convención Constitucional y solo
4,8 millones (38%) prefirieron adoptarla.
La propuesta progresista,
feminista y ecológica, la que iba a ser la primera en el mundo en
ser escrita por hombres y mujeres en paridad numérica, fracasó.
Una única ola
Al contrario de lo que piensan algunos analistas y dirigentes,
Pascual consideró que no existen dos etapas progresistas, sino que
el ciclo de la izquierda, que comenzó a principios de este siglo y
se vio interrumpido por golpes de estado y persecución judiciales,
volvió a ser retomado en este últimos años.
"En general hay una
oleada progresista que viene desde el inicio del siglo y al que
se incorporaron países que no habían agarrado esa ola, como son
Chile, México [con Andrés Manuel López Obrador] y
Colombia [con Gustavo Petro].
De modo que no son
tanto una ola distinta sino la continuidad de una y la
incorporación de actores nuevos a aquella corriente con
particularidades propias del lugar, como es la incorporación
feminista y ecologista que se vive de forma muy nítida en
Colombia", agregó.
En Argentina,
Bolivia y Brasil se ve mismo proceso con
actores que tienen continuidad, pero hay nuevos dirigentes, más
jóvenes, con perfil más de gestores que se han
añadido, indicó.
El experto consideró que López Obrador y Petro sí son "líderes
carismáticos" ya que surgen en países que no vivieron antes un
gobierno progresista.
"Ellos llegaron con
'retraso'. Serían equivalentes al primer Lula o a Nestor
Kirchner.
Las agendas políticas
que ellos tienen por delante son todavía de la primera ola, como
la pacificación o la reforma tributaria.
Hay reformas de orden
electoral, de organización del sistema eléctrico en el caso de
México que se parecen mucho a las que hizo Evo Morales cuando
nacionalizó el gas en Bolivia", agregó.
Inserción
internacional
En el progresismo actual hay un "menor nivel de integración
regional" y se apostó a una relación bilateral de cada país con las
potencias; eso se debe a que han existido liderazgos más de gestión
que carismáticos, indicó Pascual.
"Cuando uno se dedica
a la gestión de los problemas internos, mira menos a la
integración latinoamericana como un horizonte estratégico algo
que es más propio de un dirigente de corte carismático, que hace
política con mayúscula", agregó.
Recordó que el
progresismo en un comienzo fue influenciado por,
"el fenómeno del
liderazgo del [presidente venezolano Hugo] Chávez
(1999-2013) de comandar la unidad del progresismo
latinoamericano".
"Esto no sucede en este momento.
Los procesos son más
autónomos y hay una menor coordinación latinoamericana, pero ha
surgido algunas particularidades novedosas como es el peso que
está ejerciendo México, López Obrador se tomó muy enserio su
papel de dirigente latinoamericano y está velando para
que no se repitan momentos golpistas", agregó.
En el último año, México
se destacó a nivel internacional por brindar asilo a distintos
líderes latinoamericanos, como por ejemplo cuando le dio refugio a
Morales durante el el golpe de Estado en Bolivia.
Además, México brindó
asilo a la familia del ex-presidente peruano
Pedro Castillo (2021-2022).
Retos
Pascual consideró que uno de los desafíos del progresismo es avanzar
en la integración latinoamericana, ya que es un "momento único" para
que todos los gobiernos puedan entenderse a partir de unos mismos
"códigos de referencia ideológica".
"El otro gran reto lo
tienen los procesos políticos que vienen como segunda etapa:
inventar una nueva hoja de ruta.
Una vez que tu hayas
conseguido que no haya hambre, que existan derechos políticos
para indígenas, para sectores excluidos, te toca dar otro
horizonte de construcción que ilusione con el proceso de cambio.
El que mejor lo está
interpretando es un dirigente que no ha estado desde el inicio
del siglo, como es Gustavo Petro, con el tema feminista y
ecologista", agregó Pascual.
En el último tiempo,
distintos líderes latinoamericanos insisten en la importancia de
fomentar la integración en la región.
En noviembre, el
ex-candidato presidencial ecuatoriano Andrés Arauz comentó a
Sputnik que la izquierda latinoamericana tiene que aprovechar
la victoria electoral de
Luiz Inácio Lula da Silva en
Brasil para avanzar en la integración regional ya que tiene poco más
de un año para conseguir un progreso en este sentido.
En la misma sintonía, el canciller
boliviano Rogelio Mayta
comunicó a Sputnik a inicios de diciembre que América Latina
debe defender sus intereses e impulsar la integración de la región
para evitar influencias extranjeras ante la lucha que se está
produciendo entre potencias mundiales...
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