por Camila Bentancor
Santana
12 Enero
2023
del Sitio Web
SputnikNews
Protestas durante el asalto en Brasilia
a las sedes de los tres poderes del Estado
© AP Photo / Eraldo Peres
El asalto
a los poderes en Brasilia
y los atentados
contra las vicepresidentas
de Colombia y
Argentina
completan una
cadena de episodios
de violencia
política que preocupa a la región.
En diálogo con
Sputnik,
el politólogo
Daniel Prieto dijo que
es vital que los
países puedan
"entender cómo
funcionan estos movimientos".
El inicio del año 2023 estuvo cargado de tensiones para la región.
A tan
solo una semana de la investidura presidencial de
Luiz Inácio Lula da Silva,
Brasil fue
testigo de un asalto a las sedes de los tres poderes del
Estado por parte de
bolsonaristas descontentos con los resultados
electorales.
En
Colombia, los servicios de inteligencia
y seguridad detectaron un artefacto explosivo sobre la
carretera que conduce a la residencia familiar de la
vicemandataria, Francia
Márquez, en el municipio de
Suárez (en el
departamento de Cauca,
al sur-occidente del país), un hecho que se trató de un
"evidente atentado" contra la dirigente, según un
informe de las autoridades policiales.
Paralelamente,
Perú
registra al menos 47 muertos y más de 600 heridos
producto de los
enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de
seguridad en el marco de las protestas que reclaman,
entre otras demandas, la liberación del ex-mandatario
Pedro Castillo,
quien se encuentra cumpliendo prisión preventiva
mientras continúan las investigaciones en su contra, y
el adelanto inmediato de las elecciones generales.
"Una
parte de la población ha mostrado descontento frente
al ascenso de las izquierdas y el progresismo y, al
mismo tiempo, se ha radicalizado en la medida en la
que ya no se reivindican valores constitucionales",
dijo a Sputnik el politólogo colombiano y doctorando
en Ciencias Sociales, Daniel Prieto.
Estos
movimientos radicales que apelan a figuras autoritarias,
"reivindican tristemente estas tentativas de golpes de
Estado" y han conducido a "hechos de violencia física,
belicista", incluso llegando a planificar atentados,
explicó el experto.
La
situación no es nueva:
en
septiembre de 2022 la comunidad internacional y la
esfera política
argentina se vieron escandalizadas por
el intento de magnicidio contra la vicepresidenta
Cristina Fernández de Kirchner llevado
a cabo por una organización conocida como "la banda de
los copitos" que
compartía su odio contra el peronismo y defendía una
ideología de corte liberal, según dio a conocer la
prensa local.
Para
Prieto, este tipo de casos, no solamente parten desde la
interna de partidos políticos o con influencia de figuras
representativas como expresidentes o líderes de extrema
derecha, sino que,
"también hay una base social que ha formado movimientos
e incluso superado las expectativas discursivas de esos
representantes".
El experto
identifica varios elementos que intervienen en estos
actos de violencia...
El primero
es,
"un
discurso antidemocrático que ha intentado deslegitimar
el resultado de las urnas para las elecciones
presidenciales".
Según
Prieto, tanto en Brasil como en
Colombia, ya existían desde antes de los comicios
campañas que apuntaban a señalar un fraude electoral.
El segundo
elemento clave para el experto es el intento de,
"deslegitimar al poder público, no solamente al
Ejecutivo, sino también al Legislativo y Judicial".
En ese
sentido, Prieto sostuvo que,
"hay un
ataque constante a los Congresos nacionales que se han
elegido recientemente", así como contra "las
determinaciones de las cortes constitucionales" de los
distintos países.
Un tercer
factor es la influencia de los
movimientos
religiosos, particularmente evangélicos
y cristianos, en estos movimientos golpistas y
antidemocráticos, más visibles en el caso brasileño.
El experto
advirtió que estos movimientos comienzan a adquirir una
autonomía y desprenderse de sus referentes iniciales:
"En el
caso de Colombia
ya no podemos decir que esto esté relacionado
con (el ex-presidente Álvaro) Uribe, o en Brasil
con Bolsonaro o en Argentina, con
Mauricio Macri.
Son
movimientos que tienen una tendencia a la autonomía, que
han superado sus mismos discursos y que representan un
peligro para la misma democracia, para la integridad del
orden público y del orden institucional".
Condenar la
violencia e investigar a los movimientos
De acuerdo
a Prieto, es importante el
apoyo de la comunidad internacional y cómo esta,
"se ha
apresurado a rechazar la violencia política y los
intentos de golpes de Estado, y salvaguardar la
democracia en estos países que se han visto afectados
por esta escalada de
movimientos extremistas".
Para el
experto, la cooperación internacional puede incidir en
solucionar los conflictos internos, aunque también los
Gobiernos deben tomar medidas para desarticular estos
movimientos.
"Es clave
poder volver a resaltar los valores de las mismas
democracias y señalar nuevamente que no es por la vía de
los golpes de Estado, por las vías antidemocráticas, de
la violencia política, que se logran efectos
estructurales en el Estado", señaló.
Prieto
remarcó la necesidad de que las acciones institucionales de
los países conduzcan a,
"entender cómo funcionan estos movimientos, cómo se
financian, cuáles son los objetivos puntuales, cuales
son los representantes políticos que han exacerbado el
ánimo para que escale la violencia política".
Identificados estos grupos, es preciso actuar, según el
analista,
"no
solamente a través de la vía punitiva, sino también
desde el diálogo con todos los sectores sociales que, de
alguna forma, han sentido algún descontento".
Esta tarea
requerirá de una fuerte coordinación entre todos los órganos
del poder público...
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