12 Abril 2022
del
Sitio Web
SputnikNews
Recuperado a través el Sitio Web
WayBackMachine
La Guerra del Agua en Bolivia - Sputnik Mundo, 1920
07.04.2022
© AP Photo / Jeff Schonberg
En 2000 la
población de Cochabamba
se levantó
contra el Gobierno de
Hugo Banzer
(1997-2001),
las fuerzas de
seguridad y
la transnacional
inglesa Bechtel,
quienes
pretendían privatizar el agua de la ciudad.
Sputnik conversó
con uno de los líderes
de aquella gesta
popular llamada
'Guerra del Agua'...
En los primeros días de
abril del año 2000 los cochabambinos se enfrentaron a los
privatizadores del servicio de agua potable:
el presidente Hugo Banzer, el alcalde
Manfred Reyes Villa y la transnacional 'Aguas
del Tunari'...
Marcelo Delgadillo, uno
de los líderes de aquella gesta, contó a Sputnik cómo fueron esos
días y qué legado quedó para el pueblo boliviano tras las
movilizaciones.
Todo comenzó en octubre de 1999, cuando el Congreso de la República
aprobó la ley 2029, que bajo el título de Ley de Agua Potable y
Alcantarillado Sanitario daba luz verde a la privatización de las
aguas de todo el país...
En ese momento, Delgadillo y otras personas más comenzaron a alertar
a la población sobre los peligros de esta ley. Pero nadie les dio
atención en ese momento.
De inmediato se benefició
de la concesión la empresa Bechtel,
"una multinacional
inglesa, a la cual se le concesionó todo el servicio de agua
potable y alcantarillado, todos los recursos hídricos no
solamente de la ciudad, sino de toda la región metropolitana y
rural, más los valles centrales, valles de Sacaba y el valle
Bajo" del departamento.
Con esos y otros datos
recopilados por la organización en la cual participaba Delgadillo,
se acercaron a varios sectores sociales.
Los únicos que los
escucharon fueron los regantes...
Privatización
del agua de riego en Cochabamba
Dos décadas atrás, alrededor de la
ciudad de Cochabamba había varias
comunidades campesinas que producían alimentos.
Estaban organizados como
"regantes" para repartirse equitativamente las aguas que transitaban
por los canales de riego. Para 2022, la mancha urbana creció tanto
que no quedan cultivos de alimentos alrededor.
Hasta ese momento, los regantes y sus abuelos hasta donde tenían
memoria habían utilizado las aguas de ríos y montañas de forma
gratuita.
No iban a tolerar que se
les cobre un impuesto por tocar un recurso tan esencial como el
aire.
Los regantes constituían,
"una organización muy
grande en Cochabamba.
También logramos socializar con comités de
cooperativas de agua", que eran sistemas de agua construidos por
los vecinos ante la ausencia estatal.
En Cochabamba,
"el Servicio
Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa) cubría
solamente el 50% del agua potable y alcantarillado.
En la mitad de la
ciudad, toda la zona sur sobre todo, los mismos vecinos habían
hecho sus propios sistemas, que se abastecían a través de pozos
y tanques elevados", relató Delgadillo.
"Hemos logrado reunir a toda esta gente.
Estaban enojados,
porque esta concesión de Bechtel pretendía intervenir todas las
fuentes de agua, ya sean pozos, aguas, tanques y sistemas.
La multinacional
tenía que administrar, dotar y cobrar", recordó Delgadillo.
Ya era diciembre de 1999:
"Algunas personas no
eran muy crédulas, sobre todo porque en Cochabamba tenía un
dominio total de la situación política Nueva Fuerza Republicana
(NFR), el partido del alcalde Manfred Reyes Villa".
Pero en enero de 2000
llegó la primera factura de Aguas del Tunari, empresa formada por
Bechtel,
"y cinco empresas
pequeñas de Bolivia, a las cuales les dieron el 5% de las
acciones, para que no digan que era algo totalmente extranjero".
Delgadillo contó que
llegaron las facturas hasta con un 400% de aumento.
Algunas facturas de agua llegaron por sumas de 20 dólares, lo cual
era una cantidad extremadamente alta, considerando que en esa época
los salarios rondaban los 100 dólares mensuales.
"Ahí sí la gente se
alarmó, porque era un abuso muy flagrante. Eso se hizo porque
NFR se creía dueño de la situación política.
Pero la gente se
indignó y a mediados de enero se hizo un cabildo en Cochabamba",
contó Delgadillo.
Y recordó que a él lo
habían delegado para que dirigiera el cabildo.
"No se pensaba que
iba a haber mucha población. Muchos líderes y dirigentes
connotados no querían ir, salvo los regantes".
En esa ocasión, 30.000
personas llenaron la plaza principal.
En ese momento se pidió que se revirtiese la concesión a
Aguas del
Tunari, que se cambiase la ley 2029 y que se declarase "traidores de
la patria" a todas las autoridades que habían firmado la
privatización.
Al cabildo le siguieron
dos semanas de protestas que fueron reprimidas por la Policía, hasta
que el Gobierno de Banzer accedió a que se revisen los documentos
observados por la población.
Entonces se conformó la Coordinadora en Defensa del Agua y de la
Vida, encargada de organizar todas las movilizaciones y actividades:
"Comenzamos a hacer
cursillos, debates, reuniones, bajar la información que se
tenía", dijo Delgadillo.
En ese momento, todas las
organizaciones sociales se sumaron a la protesta.
Se hizo un segundo cabildo en febrero,
"que fue totalmente
masivo".
Y en marzo, después del
Carnaval, se realizó el tercer encuentro:
"Se decidió ir a la
huelga general y al bloqueo total del departamento hasta que se
vaya Aguas de Tunari, se revise esa ley que daba legalidad a los
contratos, y hasta que no renuncien ciertas autoridades del
Gobierno central".
Las últimas
represiones de Banzer
El general
Hugo Banzer llegó al poder en 1971 mediante un golpe de
Estado.
Fue dictador hasta 1978,
cuando una movilización popular lo sacó del poder. En 1997 volvió a
la presidencia, esa vez con vestimenta de civil y la mayoría de
votos para su partido, Acción Democrática Nacionalista.
Abdicó en agosto de 2001
para fallecer en 2002.
A principios de 2000, su Gobierno respondió con represión a la
población y persecución a los líderes de la protesta, quienes fueron
capturados y enviados a una cárcel de Pando.
Al día siguiente, la
movilización en defensa del agua se hizo aún más fuerte en esta
ciudad, que en ese momento tenía 700.000 habitantes.
El 8 de abril de 2020, Banzer firmó el decreto que declaraba el
estado de excepción en Cochabamba.
"Pretendía apresar a
todos los dirigentes y personas que estábamos comprometidas con
el cabildo.
Se llevaron a alguna
gente presa en el estado de sitio, pero no duró más que una
semana, porque todos se volcaron totalmente a las calles,
cercaron el aeropuerto, hubo enfrentamientos".
Quedó registrado en video
que la Policía disparó a las y los manifestantes:
Uno de ellos terminó con
la vida de Víctor Hugo Daza, de 17 años.
"Ha habido muchos
heridos de bala [121, según datos oficiales]. Todo el
departamento estaba bloqueado", contó Delgadillo.
"La situación de
convulsión era total. Entonces la
empresa Bechtel decidió
retirarse de la concesión.
Los dirigentes de la
coordinadora viajaron a La Paz, en un día el Parlamento derogó
la ley 2029 y sacó otra, de Servicio de Agua Potable y
Alcantarillado, que tiene vigencia hasta ahora", relató el
referente de la movilización.
Delgadillo hubiera
preferido que en el departamento se hiciera una cooperativa de agua.
En cambio, la concesión
volvió a manos de la Alcaldía,
"lo cual es un gran
error, porque la Alcaldía permitió esta privatización".
También observó que los
sucesivos Gobiernos desde entonces,
"no trabajaron en
dotar de una infraestructura de agua ni de alcantarillado ni
saneamiento ambiental", destacó Delgadillo, quien es arquitecto.
De esta experiencia,
¿quedó alguna memoria en el pueblo boliviano?
"Creo que la
experiencia de la coordinadora nos enseñó que, al ver la
necesidad, la población se autoorganiza, se autoconvoca y se
mueve", aseguró Delgadillo.
"Un viejo dicho dice que los cochabambinos,
son ovejas dormidas,
pero cuando despiertan son leones...
Eso pasó en ese
momento: estuvimos aguantando a que nos hagan muchas cosas, pero
cuando nos metieron la mano en el bolsillo, ahí reaccionó el
león y todo el mundo salió a las calles", sostuvo el dirigente.
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