05 Junio 2022
del Sitio Web
SputnikNews
recuperado a través el
Sitio Web
WayBackMachine
© Sputnik / Evgeny Biyatov
En caso
de que
las
organizaciones internacionales
declaren un
default técnico a Rusia,
los primeros que
sufrirán las consecuencias
serán los
acreedores, explica el analista Mijaíl Kogan.
No obstante, tal
desenlace no se deberá
a la falta de
fondos en Rusia,
sino a "razones
políticas", asegura...
Rusia tiene una de las deudas más bajas del mundo, que supera poco
más de los 57.000 millones de dólares y equivale a un 14% de su PIB.
Al mismo tiempo, las
reservas de Moscú permiten liquidar la totalidad de sus obligaciones
en cualquier momento.
No obstante, las recientes restricciones impuestas por EE.UU. y sus
aliados obstaculizan para Rusia los pagos en dólares y euros, lo que
podría significar un default técnico.
Esta situación se declara
por instituciones financieras y crediticias cuando el prestatario
tiene los recursos necesarios para realizar el pago, pero no puede
hacerlo por razones técnicas.
"Que se
acostumbren al rublo"
El ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, declaró a
finales de mayo que tal desenlace sería "una situación de impago
artificial" y que su departamento está listo para resolverla
directamente con los acreedores de manera bilateral.
"No vamos a anunciar
ningún incumplimiento, tenemos dinero. Pagaremos en rublos",
aseguró Siluánov el pasado 18 de mayo durante su intervención en
el foro estudiantil Nuevos Horizontes.
El ministro de Finanzas
ruso agregó que la deuda de Moscú se ubica alrededor del 14% de su
PIB - uno de los índices más bajos del mundo - de los cuales solo el
3% pertenece a acreedores extranjeros.
Con Siluánov concuerda el
presidente de la Cámara Baja del Parlamento ruso,
Viacheslav Volodin, quién comentó que en caso de una situación
de impago técnico sería,
"es una decisión
premeditada de EE.UU. (...) Entonces, que EE.UU. y sus satélites
se vayan acostumbrando al rublo".
Un tiro por la culata
En palabras de Siluánov, la economía rusa sufrirá escasamente.
"Tenemos dinero y la
disposición a pagar [por las deudas]. Esta situación creada
artificialmente por un país hostil no afectará la calidad de
vida de los rusos".
Quienes sí sufrirían
serían los propios acreedores extranjeros, asegura a la agencia
Prime Mijaíl Kogan, director del departamento de análisis de
la Escuela Superior de Gestión Financiera.
El experto considera que
no hay ninguna razón económica para declararle a Rusia una situación
de impago. Solo política.
En caso de que esto suceda, los acreedores usualmente inician un
proceso de reestructuración de la deuda tras el cual las
posibilidades de recibir de vuelta el 100% es muy bajo. En otras
palabras, perderán parte de los fondos ubicados en bonos rusos.
"Los titulares
extranjeros serán los únicos que sufrirán.
Dado que tal
situación de impago sería artificial, no tendrá ningún impacto
significativo.
Sería más bien una
locura de EE.UU., que destruye el sistema financiero
internacional", asegura a su vez Artem Tuzov, director
ejecutivo de la agencia Univer Capital, en comentarios para el
medio NG.
"Los mercados
inicialmente reaccionarán negativamente al incumplimiento, pero
tras varios días todo volverá a la normalidad", predice
Vladislav Antónov, analista financiero de BitRiver.
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