por Roberto Savio
07
Octubre 2019
del
Sitio Web
IPS
Versión en ingles
Periodista italo-argentino, Roberto Savio fue cofundador
y director general de Inter Press Service (IPS), de la
que ahora es presidente emérito.
En
los últimos años también fundó
Other News, un servicio
que proporciona "información que los mercados eliminan". |
Un grupo de manifestantes estadounidenses
en favor del proceso de destitución del presidente Donald Trump,
abierto el 24 de septiembre por la presidenta de
la Cámara de Representantes, Nanci Pelosi.
Crédito: Pfaw.org
ROMA
Es muy probable que la
idea del impeachment a
Donald Trump sea un bumerán.
Los fans de Trump están
escuchando una campaña rabiosa, en que se habla de golpe de
Estado, y se califica a sus acusadores de ser traidores,
que merecerían ir a la cárcel.
En las primeras tres horas después del anuncio de la presidenta de
la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, de
que se iba a abrir un proceso de impeachment (proceso de
destitución), Trump recibió un millón de dólares, cinco millones en
24 horas, y 8,5 en dos días. Su campaña recibió 50.000 nuevos
donantes.
En noviembre de 2016, Trump ganó por poco menos de 80.000 votos
electorales.
Hay que recordar que el
sistema electoral estadounidense no elige el presidente por la
mayoría de los votos de sus ciudadanos, sino por delegados que cada
estado elige para votar el presidente.
Por razones históricas de
cómo se realizó la Unión, los estados menos poblados y menos
desarrollados, tienen proporcionalmente más delegados que los
estados grandes y ricos.
Trump hizo su campaña en los estados menos desarrollados y con menor
población, e ignoró en la práctica las grandes ciudades y los
estados más poblados, como California.
En la votación popular, o
sea de los ciudadanos, la candidata demócrata
Hillary Clinton ganó por casi
tres millones de votos.
Creo que los demócratas le han hecho un gran favor a Trump.
Y de todas maneras,
aunque el impeachment pase por la Cámara Baja, (donde los
demócratas tienen mayoría), tiene muy escasas probabilidades que
pase en el Senado, donde, siempre por las razones históricas de cómo
se crearon los Estados Unidos de América, cada estado tiene dos
senadores, prescindiendo de su población.
Wyoming, con 578.000
habitantes, cuenta con dos senadores, al igual que California,
el estado más poblado del país, con 37,2 millones de personas.
Y precisamente los estados menos desarrollados y de menor
población son los que permiten que los republicanos puedan
contar con la mayoría del senado.
Para que el
impeachment resulte, se necesitaría una mayoría de dos terceras
parte de los senadores, cosa sumamente improbable.
La única posibilidad es que aumente el número de electores que
concurran a las urnas, que no pasan de 50 por ciento de los que
tienen derecho a votar.
¿Pero, va a tener el
impeachment este impacto?
¿Van los ciudadanos
de los estados menos desarrollados a subir su participación
electoral, en protesta por las acciones de Trump?
No hay ninguna evidencia,
y mucho va a depender de quien sea el candidato o la candidata
demócrata en las elecciones de noviembre de 2020.
La campaña de demonización de Joe Biden va a tener
algún impacto. Y los candidatos progresistas, Bernie Sanders
y Elizabeth Warren, son el tipo de políticos que parecen
demasiado elitistas en los estados que votan a Trump.
Son regiones muy
conservadoras, y Trump tiene el apoyo incondicional de la Iglesia
evangélica, que se calcula en 40 millones de feligreses y con la
muy conservadora Iglesia católica.
Obviamente, si hay una crisis económica, ya que los estadounidenses
tradicionalmente votan con el bolsillo, esto puede tener un
impacto trasversal.
Pero, por el momento, 90
por ciento de los electores republicanos siguen fieles a Trump, así
como sus legisladores.
Aquí reside la fragilidad de la democracia, cuando se basa en reglas
no democráticas.
Boris Johnson
no ha sido elegido primer ministro británico por el pueblo
inglés, sino por los 100.000 militantes del Partido Conservador.
La diferencia es que
Johnson ha tenido que expulsar a 21 miembros de su partido,
todos parlamentarios de gran perfil.
Ha sido bloqueado en
su camino personalista y autoritario, por la Corte Suprema, que
ha anulado su decisión de cerrar el Parlamento.
En Estados Unidos, ningún legislador afín ha hecho la mínima
crítica a Trump, y la Corte Suprema tiene una mayoría
republicana, que va a cambiar considerablemente el sistema
jurídico estadounidense.
La lección que emerge de
todo esto, es que la democracia funciona si tiene leyes que
garanticen el equilibrio de poderes y que exista una ciudadanía
consciente e interesada en el bien común, no dividida de manera
partisana, donde el otro es considerado un enemigo y no uno que
tiene ideas diferentes.
El caso del BREXIT y de Trump, son buenos ejemplos...
Pero no olvidemos el caso de Hungría, donde
Viktor Orbán, tras ser elegido
democráticamente en 2010,
desarrolló una
política xenófoba contra los migrantes, llevó a cabo un control
férreo de la prensa, de la Comisión Electoral Nacional y del
Poder Judicial, enriqueció a sus fieles con fondos provenientes
de la Unión Europea (UE), cambió todo el sistema electoral
acomodándolo a su partido y luego se declaró seguidor de una
"democracia iliberal"...
Ante la posibilidad de
que la oposición unida gane en Budapest las elecciones municipales
del domingo 13 de octubre, el ministro Gergely Gulyas, jefe
de gabinete de Orban advirtió que en tal caso, el gobierno cortaría
financiamientos a la capital.
El estilo, ha sido similar al de Adolf Hitler y Benito
Mussolini, que llegaron por vía democrática al poder, para
después eliminar la democracia, mediante la identificación de un
enemigo del pueblo, en cuyo nombre decían hablar:
el poder judío...
Hoy el principal blanco
de la derecha populista y xenófoba para subir sus porcentajes
electorales, son los inmigrantes...
El BREXIT en buena medida se dio
por la anunciada llegada de millones de turcos, que ni estaban en la
UE.
Trump hizo de la
"invasión" mexicana y de centroamericanos, el punto fuerte de su
defensa del pueblo estadounidense, junto con la amenaza China.
Si el elector se traga
estas mitologías, la democracia esta ciertamente en peligro.
Trump y Johnson son la punta del iceberg...
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