04 Mayo 2021

del Sitio Web SputnikNews
 

 

 

 

Jennifer Gates y sus padres, Bill y Melinda Gates,

en un evento el 2017

© AFP 2021 / Yana Paskova

 

 

 

El fundador de Microsoft y 'filántropo' Bill Gates anunció el 3 de mayo que se divorciará de su esposa Melinda, tras 27 años de casados.

 

Jennifer Katharine Gates, la hija mayor de la pareja, habló brevemente sobre la separación de sus padres en las redes.

"Ha sido un período de tiempo desafiante para toda nuestra familia", escribió Jennifer en una historia de Instagram.

La hija mayor de los Gates afirmó que todavía está aprendiendo cómo lidiar con sus propias emociones, así como proporcionar el apoyo necesario a los miembros de su familia en este momento.

"Personalmente, no comentaré más sobre nada relacionado con la separación, pero sepan que sus amables palabras y apoyo significan mucho para mí", concluyó la heredera de unos de los hombres más ricos del mundo.

Bill y Melinda Gates anunciaron la decisión de poner fin a su matrimonio a través de un comunicado conjunto en el que, desde luego, informaron que darán continuidad en los trabajos de su organización 'filantrópica', la Fundación Bill y Melinda Gates.

La pareja se casó en la isla hawaiana de Lanai el 1 de enero de 1994.

 

Además de Jennifer, de 25 años, Bill y Melinda también tienen a Rory, de 21 años, y a Phoebe, de 18.

De momento, no está claro cómo exactamente la separación afectará la vasta fortuna de Bill Gates.

 

Actualmente, el empresario ocupa el cuarto lugar en la lista de Forbes de los multimillonarios, con un patrimonio neto estimado de más de 130.000 millones de dólares.
 

La ley del estado de Washington, donde viven y solicitaron el divorcio, prevé que todo lo adquirido durante un matrimonio se considera propiedad de ambos cónyuges, informó Yahoo Finance.
 

Eso no significa necesariamente que la fortuna se dividirá por la mitad. Los tribunales pueden otorgar más o menos a cada uno de los miembros de la pareja, dependiendo de lo que consideren justo.

 

Además, es posible que el público jamás se entere de cómo se repartió el patrimonio, pues la decisión podría ocultarse en contratos privados.