por Patrick Mazza
27 Julio 2024
del Sitio Web
TheRaven
traducción de Rafael Poch de Feliu
25 Agosto 2024
del Sitio Web
RafaelPoch
Versión original en ingles
Batalla entre
el USS Monitor
y el Merrimack
Dominio público
¿Una nueva Guerra Civil?
Análisis de las perspectivas.
Sea
quien sea el vencedor de
las
presidenciales
de
noviembre 2024 en Estados Unidos,
gran parte
de la población
estará
profundamente descontenta
y se
sentirá amenazada existencialmente.
Es la
receta para enfrentamientos conflictivos...
La tarde del 13 de julio, un familiar me llamó.
"Acaban de
disparar a Trump. Así es como
empiezan las guerras civiles".
El familiar es un ferviente partidario de
Trump y cree, como muchos otros en el bando trumpista, que el
tirador no actuó solo.
La flagrante omisión de dejar un tejado en la
línea de fuego sin protección alimenta esa creencia, al igual que
hechos como que el tirador fue visto en el tejado de antemano, y que
de alguna manera fue capaz de llevar una escalera y un rifle a
través de una distancia de unos 200 metros desde su furgoneta hasta
el edificio sin ser desafiado.
Ya se trate de un conjunto monumental de meteduras de pata o de algo
peor, un tópico que aprendí hace tiempo sobre política es que la
percepción es la realidad.
Y por esa razón, si Trump hubiera sufrido algo
más que una herida superficial, habría legitimado una respuesta
violenta a los ojos de muchos.
Esta es una razón por la que el sentimiento
demasiado extendido, "Lástima que fallara", es notablemente
miope...
La gente que cree que Trump es el problema,
y no el síntoma de algo más profundo,
simplemente no lo está entendiendo.
Hay una creciente división en Estados Unidos entre lo que parecen
ser opuestos casi irreconciliables.
Es difícil ver cómo se resolverá esa división sin
algún tipo de conflicto. Cabe esperar que no sea sangriento, aunque
la violenta historia de este país no inspira confianza.
En cualquier caso, sea quien sea el elegido en
noviembre, un amplio segmento de la población estadounidense estará
profundamente descontento, de hecho se sentirá existencialmente
amenazado.
Esa es la receta para enfrentamientos y
conflictos.
He vuelto sobre este tema en los últimos años. En este post repasaré
una serie de artículos que he escrito y que son motivo de profunda
preocupación.
Sobre encuestas que muestran expectativas
generalizadas de ruptura nacional, e incluso un amplio sentimiento a
favor de la división en naciones separadas.
Y reseñas de varios libros que profundizan en la
posibilidad de que se produzca. A continuación, en un post
posterior, ofreceré mis propias ideas sobre cómo afrontar los
próximos años de la forma más pacífica posible.
Encuestas sobre las perspectivas
de guerra civil
En un artículo de 2021 me preguntaba:
"¿Está
Estados Unidos más allá de toda reparación?"
"Las encuestas muestran un amplio apoyo a la secesión en todo el
espectro político.
Una encuesta de la Universidad de Virginia
encontró un apoyo a la división de los estados azules y rojos en
dos países separados del 52% entre los votantes de Trump y del
41% entre los votantes de Biden.
A la pregunta de si los líderes del otro
partido son 'un peligro claro y presente para la democracia', el
80% de los votantes de Biden y el 84% de los de Trump
respondieron que sí".
Una encuesta de la
Universidad de Virginia de 2021
encontró un alto
apoyo a la secesión en todas las regiones,
con el mayor apoyo
entre los republicanos del sur
y los demócratas de
la costa oeste.
La sensación de que el otro bando representa una
amenaza existencial es exactamente lo que provoca las guerras
civiles.
La elección de Lincoln en 1860 creó esa sensación
entre los esclavistas sureños, temerosos de perder sus propiedades,
y condujo a la secesión de la Confederación.
"En conjunto, uno tiene que preguntarse,
¿está llegando a su fin Estados Unidos
tal y como lo hemos conocido?
¿Será la continuación en su forma actual
tan inaceptable para uno u otro bando que volará en pedazos?
Si los demócratas lo consiguen y ganan en
2024,
¿pasarán a primer plano las fuertes
tendencias a la secesión en los estados rojos?
Si ganan los republicanos, y parecen
consolidar un gobierno minoritario permanente,
¿qué consecuencias tendrá eso en la costa
oeste y en el noreste?".
En 2022, informé de los resultados de una
encuesta reciente en un artículo titulado "Una
nueva encuesta muestra altas expectativas de guerra civil".
Escribí:
"Alrededor del 40% de los ciudadanos
estadounidenses cree que estallará una guerra civil, el 47%
espera un colapso económico total y el 50% anticipa el fin de
Estados Unidos como superpotencia mundial, todo ello en los
próximos 10 años.
Estos son los resultados de una encuesta
realizada entre 1.000 ciudadanos estadounidenses del 1 al 4 de
septiembre por YouGov y The Economist, en la que se preguntaba
la opinión de la gente sobre 15 escenarios catastróficos.
El margen de error es del 3%. Los resultados
demuestran que Estados Unidos, antaño el país del optimismo, se
ha sumido en un profundo pesimismo sobre su futuro".
El sondeo tenía un punto positivo.
"Aunque muchos esperan una guerra civil,
pocos piensan que sería algo bueno. En general, el 69% contestó
que mala, y sólo el 6% que buena".
También informaba:
"Las personas que creen que la democracia
sobrevivirá en EE.UU. sólo superan marginalmente a las que
esperan su fin, un 39% frente a un 38%.
El fin de la democracia estadounidense es
considerado muy probable por el 13%, pero el número de los que
lo creen muy improbable no es mucho mayor, un 18%."
Los peligros de buscar el dominio
El año pasado reseñé un libro del escritor conservador David
French en un artículo titulado "El afán de dominación pone en
peligro la unidad de Estados Unidos".
Prologué su libro,
Divided We Fall - America's
Secession Threat and How to Restore Our Nation, con estas
palabras:
"Es hora de que los estadounidenses
despierten a una realidad fundamental:
no se puede garantizar la continuidad de
la unidad de los Estados Unidos de América.
En este momento de la historia, no hay una
sola fuerza cultural, religiosa, política o social importante
que esté uniendo a los estadounidenses más de lo que nos está
separando.
No podemos suponer que una democracia del
tamaño de un continente, multiétnica y multiconfesional pueda
permanecer unida, y no permanecerá unida si nuestra clase
política no puede y no quiere adaptarse a un público
estadounidense cada vez más diverso y dividido".
"Culpa de las crecientes divisiones precisamente a esa clase.
Las personas que realmente dirigen la
política estadounidense están comprometidas con la escalada, y a
medida que escalan, llevan a sus seguidores comprometidos a un
frenesí cada vez mayor... los incentivos culturales y económicos
se alinean para conceder una y otra vez más fama y fortuna a
aquellos que avivan más la rabia".
"En una nación demasiado diversa para funcionar de otro modo que
no sea como un orden pluralista, el afán de dominación pone en
peligro la unidad.
Escribe French:
'... la búsqueda de la dominación moral,
cultural y política por cualquiera de los dos lados de
nuestra división nacional corre el riesgo de dividir la
nación en dos (o tres o cuatro)'.
"El propio French se convirtió en blanco, y
en meme, por su defensa del civismo y del liberalismo
tradicional en el sentido de respeto a las libertades civiles,
cuando el editor de artículos de opinión del New York Post
Sohrab Ahmari publicó un ensayo, 'Contra el David French-ismo'
que se hizo viral.
French dice que Ahmari tipifica exactamente
aquello contra lo que él advirtió cuando éste argumentó que la
política se estaba moviendo hacia un estado de "guerra y
enemistad" por lo que el civismo y la decencia hacia los
oponentes políticos eran "valores de segundo orden".
"Ese tipo de 'búsqueda de la dominación es
peligroso'...
Los guerreros culturales más furiosos de
nuestra nación deben conocer el coste de su conflicto. Al tratar
de aplastar a sus enemigos políticos y culturales, pueden
destruir la nación que pretenden gobernar".
Examinando las perspectivas de
secesión
En un artículo de 2023 titulado
A national divorce? - Surveying
the potential for a national breakup, reseñé otro libro de un
escritor conservador sobre el mismo tema,
American Secession - The
Looming Threat of a National Breakup, de F.H. Buckley.
"Los movimientos de secesión están surgiendo
en todo el mundo, señala Buckley.
Cita el movimiento por la independencia de
Escocia, la desintegración de Checoslovaquia y la Unión
Soviética, y los sentimientos separatistas en naciones que van
desde Pakistán e Indonesia hasta Turquía y Nigeria.
Si repasamos la lista, encontramos grupos
secesionistas en casi todos los países.
¿Y vamos a pensar que, casi solos en el
mundo, somos inmunes a esto?".
Para demostrar su punto de vista, Buckley cita
los esfuerzos de secesión en California y Cascadia
(nombre que los activistas secesionistas otorgan a la franja costera
noroeste de la costa del Pacífico, incluyendo territorio de Canadá.
N. del T.), procedentes de la izquierda, y en Texas, procedentes de
la derecha.
"Estamos viviendo un momento secesionista en
la historia del mundo".
"Los países amenazan con separarse cuando sus
pueblos parecen irremediablemente divididos", escribe Buckley.
Hoy estamos menos unidos que nunca desde la
Guerra Civil, divididos por,
la política, la religión y la cultura...
En todos los aspectos que importan, salvo por la
fuerza desnuda de la ley, ya estamos divididos en dos naciones tanto
como en 1861.
"Las divisiones nacionales han provocado el
bloqueo político, con un gobierno dividido incapaz de reunirse
en torno a cuestiones clave como la sanidad y la reforma de la
inmigración.
Esto ha producido la primera crisis
constitucional desde la Guerra Civil. Y, como en 1861, esa es
una receta para la secesión".
"Aunque la idea de la secesión 'ha sido relegada al manicomio
político desde la Guerra Civil', la idea es cada vez más
respetable, afirma Buckley.
Las barreras para una ruptura son mucho
menores de lo que la mayoría de la gente piensa, y si los
votantes de un estado estuvieran decididos a abandonar la Unión,
probablemente podrían hacerlo".
"Escribe Buckley:
'Nos veo en un tren, rumbo a la ruptura.
Los interruptores que podrían detenernos han fallado, y si
queremos permanecer unidos debemos aprender a frenar el
motor.'
Su solución recomendada... es,
'una devolución de poder a los estados'."
Gran apoyo a las mancomunidades
regionales
En otro artículo de 2023, "Mientras la independencia regional gana
tracción, necesitamos considerar nuestra interdependencia", informé
sobre una encuesta que muestra una proporción sorprendentemente alta
de personas en Estados Unidos a favor de alguna forma de
descentralización.
"Aunque los movimientos que proclaman el
apoyo a la secesión y la independencia son todavía relativamente
pequeños, el apoyo potencial a la idea es sorprendentemente
grande.
Una encuesta realizada en julio de 2022 por
Yahoo News/YouGov encontró:
-
El 32% de los republicanos y el 21% de
los demócratas creen que a EE.UU. le iría mejor dividiéndose
en países "rojos" y "azules".
-
El 42% de los republicanos y el 51% de
los demócratas dicen que las cosas irían peor.
-
En conjunto, el 21% de los votantes está
en el bando de mejor situación, frente al 46% que responde
peor.
"Aunque la mayoría favorece el statu quo, las
cifras hablan de una gran base potencial de apoyo a los
movimientos independentistas.
Una encuesta de julio-agosto de 2021 de la
Universidad de Virginia encontró un apoyo significativo a los
sindicatos regionales, del 66% entre los republicanos del sur y
del 47% entre los demócratas de la costa oeste.
El apoyo general a nuevos sindicatos
regionales no era inferior a un tercio en ninguna región."
"Estas cifras apuntan a escenarios de una amplia reordenación de
las estructuras de gobierno de Estados Unidos en los próximos
años.
Si la historia indica algo, es que los
grandes cambios suelen llegar de forma inesperada, desde la
Revolución Francesa hasta la desintegración de la Unión
Soviética.
Al igual que las tensiones que aumentan
durante mucho tiempo en una falla sísmica provocan un repentino
estallido, las condiciones que conducen a tales acontecimientos
políticos se acumulan durante mucho tiempo antes de que se
produzca la ruptura.
Las divisiones han ido en aumento en Estados
Unidos desde hace algún tiempo, y podrían estar cerca de un
punto de ruptura.
Grandes segmentos de la población se sienten
marginados de un sistema político que parece cada vez menos
receptivo a todos los intereses salvo los del gran capital."
La secesión desde una perspectiva
progresista
La mejor obra sobre las tendencias centrífugas de Estados Unidos es
la de un autor progresista, Richard Kreitner,
Break It Up: Secession, Division and The
Secret History of America’s Imperfect Union.
Kreitner documenta los movimientos secesionistas
a lo largo de su historia, incluido un esfuerzo poco conocido de los
abolicionistas de la esclavitud para que el Norte se separara del
Sur cuando este último dominaba la política estadounidense.
Escribí sobre ello en 2022 en este artículo
"Secesión desde la izquierda".
Merece la pena citar extensamente las
conclusiones de Kreitner.
"Si los abolicionistas radicales de la década
de 1840 pensaban que el Poder Esclavista tenía un control tan
completo sobre el gobierno que no se podía avanzar hacia la
emancipación dentro de él,
¿deberíamos preguntarnos si nos estamos
acercando rápidamente a ese día -si es que no ha llegado ya-
en que el control del Poder del Dinero sobre nuestros
políticos se ha vuelto tan profundamente arraigado, tan
inerradicable, que no se puede encontrar ningún remedio en
el sistema político existente?"
"¿Durante cuánto tiempo trabajarán los
estadounidenses, aterrorizados con razón por el caos climático
que se avecina, dentro de un sistema que parece totalmente
incapaz de hacer nada para destetar a nuestro país de un modo de
vida que ha convertido a los seres humanos en una especie en
peligro de extinción?
Nuestro gobierno parece estar
irrevocablemente roto, y nos estamos quedando sin tiempo... El
colapso del gobierno constitucional es casi total.
A nivel federal, cada rama está sumida en una
crisis de legitimidad de la que el futuro ofrece pocas
esperanzas de fácil extracción."
"Nuestro discurso político es la guerra civil por otros medios -
suena como si realmente ya no quisiéramos seguir siendo miembros
de un mismo país...
Nunca hubo garantías de que el país
sobreviviera, y ahora no las hay...
Digamos que podemos ponernos de acuerdo, a
pesar de todas nuestras diferencias, en que queremos preservar
la Unión... serán necesarios cambios significativos en nuestro
comportamiento político e incluso social.
No podemos seguir intentando aporrearnos unos
a otros hasta la sumisión o dar rienda suelta a fantasías sobre
la evaporación repentina, el exterminio al por mayor o la
rendición incondicional del otro bando".
El progresista Kreitner se hace eco aquí de los
sentimientos del conservador francés.
O como preguntó Rodney King:
"¿No podemos simplemente convivir?".
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