
por Karina Noriega
12 Febrero 2025
del Sitio Web
RevistaGente

El anticipo del explosivo libro
que cuenta las miserias y
caprichos de
Kate, William, Harry, Meghan,
Carlos III y Camilla.
Los secretos de la familia real británica,
firmado por Tom Quinn y basado
en testimonios
de empleados del Palacio,
revela los secretos de
Buckingham.
Desde por qué Kate Middleton
trata a William "como a un
hijo"
y el despectivo apodo de la
reina,
a los royals con más berrinches
y los snobismos puertas
adentro...
A diferencia de las memorias del príncipe Harry (Spare),
Yes Ma'am - The Secret Life of Royal Servants, el libro de
Tom Quinn, promete sacudir a fondo a la monarquía británica.
Es que las declaraciones que narran los dramas
del Palacio de Buckingham esta vez entregan una visión desde
"abajo", ya que son los propios sirvientes y empleados que revelan
todo lo que vieron.
Y son ellos mismos quienes exponen tensiones, snobismos, vanidades,
conflictos de personalidad, caprichos, rebelión contra el protocolo
y otros detalles polémicos que tienen a todo el Reino Unido
hablando.
Según un adelanto exclusivo al que Revista GENTE accedió,
compartimos innumerables detalles sobre la compleja relación entre
Kate Middleton y el príncipe William, por ejemplo.

Tom Quinn,
autor de Yes
Ma'am: The Secret Life of Royal Servants,
que
"atemoriza" a la familia real británica.
El periodista
colaboró para medios como
Times, The
Telegraph y Daily Mail,
y
escribió decenas de libros, como
Escándalos de
los Palacios Reales.
¿Un breve spoiler del spoiler?
Entre otras cosas, el libro revela la
necesidad de la princesa de Gales de tratar a su marido "como su
cuarto hijo", el apodo despectivo que William y Harry le
pusieron a Camilla Parker Bowles y el "inapropiado vínculo" que
Meghan Markle mantenía con un miembro del staff.
Pero atención que las entrevistas con el personal
de Buckingham no sólo se limitan al cotilleo frívolo, sino que
exploran una amplia gama de anécdotas que incluyen que los royals
dependen de los sirvientes para tareas básicas de su rutina diaria,
y comportamientos muy poco conocidos de los miembros de la realeza.
A continuación, resumimos y adelantamos esas contradicciones que se
dan en la vida dentro del palacio y contrastan la glamorosa imagen
pública con su realidad más humana, cínica y hasta caótica.

El libro de Quinn,
incluye
testimonios anónimos del personal doméstico,
criadas,
doncellas, asistentes y guardias,
entre otros
empleados del Palacio de Buckingham.
Los secretos que esconden las
paredes de Buckingham, según el nuevo libro de Tom Quinn
Las narrativas familiares que todos conocemos suelen filtrarse a
través de expertos reales pero esta vez quienes tienen la palabra en
Yes Ma'am: The Secret Life of Royal Servants son antiguos
empleados domésticos del palacio que no tienen nada que perder y
revelan los trapitos sucios y los detalles más sorprendentes de los
Windsor puertas adentro.
"He hablado con numerosos miembros del
personal real con la estricta condición de que se proteja la
identidad de los informantes.
Lo que surge es una visión de las vidas
ocultas de la familia real, junto con las complejidades de ser
miembro de la realeza en un mundo moderno", confiesa el autor.

Los Windsor al descubierto,
gracias a los
empleados de la familia real británica.
"Hay que
lustrar los zapatos, dejar los trajes planchados
y elegir las
corbatas el día anterior",
mientras que
los baños deben "realizarse exactamente
a la
misma hora todos los días", detalla el autor.
Kate Middleton "materna" cuatro
hijos, incluido el príncipe William
Según relatos del personal, Kate Middleton suele encontrarse en la
posición de tener que bajarle el tono a su esposo durante sus
momentos de frustración,
"hasta con las tareas cotidianas".
Una ex-empleada del palacio comentó:
"No sé dónde estaría William sin Kate. Ella
no lo ha tenido todo servido en bandeja, así que lo calma cuando
se pone un poco irritable.
Dice que a veces tiene que tratarlo como a su
cuarto hijo".

Retrato nupcial de Kate Middleton
y el príncipe William
a cargo de su
fotógrafa oficial, Millie Pilkington
Los ex-empleados de
Buckingham aseguran que
Kate debe
tratar como a un hijo a William.
Por otro lado, una ex-criada del Palacio de Kensington también reveló
algo impensado:
"Kate tuvo que explicarles muchas de las
cosas que los padres ajenos a la familia real hacen con sus
hijos como algo normal.
Por ejemplo cómo llevar a los niños a
caballito".
Quiénes son los
más caprichosos del Palacio y los que tienen peor carácter
"El rey Carlos le confesó una vez a un
miembro de su personal que, si creces con gente que hace todo
por ti, te invade una mentalidad de terror permanente de que, si
tuvieras que hacerlo tú mismo, estarías completamente perdido.
Dijo:
'Es el único beneficio de ser príncipe
de Gales (como lo era Carlos en aquel entonces) las 24 horas del
día y los 7 días de la semana',"
...reproduce un fragmento del
libro.

Carlos III y Camila
Parker Bowles
Según el libro, el
rey Carlos III
es uno de los más
propensos a hacer berrinches,
junto a su hijo
William.
En la foto, en los
jardines del palacio
junto a Camilla
Parker Bowles.
Las rutinas en Buckingham están más que scheduleadas.
"Hay que lustrar los zapatos, dejar los
trajes planchados y elegir las corbatas el día anterior",
mientras que los baños deben "realizarse exactamente a la misma
hora todos los días", detalla el autor.
En medio de la exposición de las rutinas, señaló
que quienes más propensos son a los berrinches son el rey Carlos III
y su hijo William.
"Sobre todo si las cosas no se hacen como a
ellos les gusta. Ambos se irritan muy rápido", explica en el
libro un exmiembro del staff real.
Además de detallar que,
"son muy exigentes", subraya que las quejas
"les salen de manera natural".

Los empleados que
"todo lo ven"
revelaron numerosos
detalles íntimos de la familia real británica,
como que no saben
hacer casi nada solos,
sus caprichos,
desaires y obsesiones.
A la hora de hablar sobre el mal carácter que manejan algunos
miembros de la realeza, un ex sirviente le recordó a Quinn,
"cómo el insistió en que un miembro del
personal fuera transferido porque no le gustaba un lunar que
tenía en la cara".
Eso no fue todo: otro empleado cuenta en el libro
al detalle la ocasión en la que Andrés se deshizo de un colaborador,
"por llevar una corbata con nailon" y cuando
el príncipe Eduardo "una vez levantó en peso al chofer por mirar
muy seguido por el espejo retrovisor".

El príncipe Andrés
(en la foto junto a la reina Isabell II)
es marcado por los
empleados de Buckingham
como uno de los
integrantes de la familia real británica
con peor
carácter.
Harry, otro nacido en cuna de oro
complicado con lo más básico
Aunque ex-empleados
de Buckingham coinciden que, en general,
Harry,
"es uno de los tipos más agradables y fáciles
de tratar", un ex-miembro contó que antes de mudarse a
California era "propenso a sufrir arrebatos de irritación".
Y en el libro es un antiguo sirviente del
príncipe quien lo detalla así:
"Recuerdo que una vez, en sus aposentos
privados, se me estropeó algo, algunos de sus papeles sobre el
escritorio o algo así.
Se enojó de inmediato y la exageración no
guardaba proporción con el problema, o al menos eso pensé".
La broma interna sobre Harry que circulaba entre
los empleados era que,
"se parecía mucho al príncipe regente de la
serie de televisión Blackadder".
Básicamente, lo que se murmuraba era que,
"sin un sirviente, Harry tardaría dos semanas
en ponerse los pantalones".

El libro destaca el papel de Harry
como un
mediador a menudo indeciso,
dividido entre
la lealtad a Meghan y su familia.
El apodo
despectivo que recibió internamente Camilla Parker Bowles
El libro también revela que los príncipes William y Harry se
referían en privado a Camilla, la actual Reina Consorte, como "Cruella
de Vil", en referencia a la villana de 101 dálmatas.
Sin dudas, un apodo que sugiere cierta tensión en
el vínculo.
Según ex-empleados había otros nombres que
circulaban:
"Lady Macbeth y la Bruja del Oeste".
Sobre ella, el personal doméstico tuvo mucho más
que decir.
Expusieron que alguna vez Camila odió la idea de
ser reina y que calificó el protocolo real "como tonterías", pero
que Carlos le pidió:
"Lo estás haciendo (convertirse en reina) por
mí, cariño".
Y que su título inicialmente iba a ser "princesa
Consorte", no "reina Consorte".

Carlos III y Camilla
Parker Bowles, la foto oficial ya coronados
El retrato oficial de
Carlos III y Camilla Parker Bowles, ya coronados.
Según escribió Quinn,
ella odiaba la idea
de ser reina y consideraba
que el protocolo real
era "puras tonterías".
El "inapropiado" vínculo de Meghan
con un empleado del Palacio y su dificultad para amoldarse a las
reglas
Según explica el autor de libro,
"Meghan era una modernizadora por naturaleza.
Era alguien que quería hacer las cosas y cambiar el status quo.
De hecho, era muy buena para persuadir a
algunos miembros del personal, incluso a los más jóvenes, para
que se pusieran de su lado".
Tanto es así, que al decir de Quinn, sus fuentes
le revelaron que la esposa de Harry,
"se volvió especialmente amistosa y cercana
con un miembro del personal en particular".
Se trataba de un,
"hombre bastante joven" y eso, como era de
esperarse, "fue visto como inapropiado por los miembros de la
realeza de mayor edad".

La llegada de Meghan
a la familia real
exacerbó las
tensiones preexistentes entre William y Harry,
"creando un ambiente
de chismes y divisiones entre el personal".
Siempre siguiendo las revelaciones de la novedad editorial pronta a
salir, se supo cuál era la lectura de un ex-miembro del Palacio en
relación al rol de Meghan:
"Cuando alguien llega de los Estados Unidos y
trata de cambiar las cosas, a la vieja guardia realmente no le
gusta. Y la vieja guardia son unos snobs terribles".
Eso sí:
al referirse a la personalidad de Meghan,
otra fuente le explicó a Quinn la incomodidad que generaba la
duquesa en las primeras reuniones en Kensington.
"Fue extraordinario porque estaba tan
segura de sí misma que se notaba que quería dirigir la
reunión en lugar de aprender sobre la familia real", reveló
un ex-empleado.
Y agregó:
"Creo que esto fue típico de lo que sucedió
durante su estancia en el Palacio de Kensington y luego en
Windsor.
Ella creía firmemente en agarrar al toro por
las astas, excepto que la familia real no es realmente un toro".

La mansión del Príncipe Harry y
Meghan Markle
Según el libro de
Quinn,
Meghan tenía una
visión idealizada de la vida real,
lo que generó "una
discrepancia con la realidad de
la vida palaciega y
la rigidez de las tradiciones".
"William estaba terriblemente
incomodado por los abrazos de Meghan"
La llegada de Meghan Markle al seno de la familia real trajo consigo
un choque cultural notable.
Su naturaleza afectuosa y extrovertida y
tendencia a los abrazos fueron vistas con recelo por algunos
miembros del personal, quienes interpretaron su comportamiento como
un intento de seducción hacia William.
"Kate, William y Charles tendían a
estremecerse cuando ella se acercaba para abrazarlos.
Meghan se sintió comprensiblemente herida, ya
que aparentemente todos abrazan a todos en California. Meghan
incluso intentó abrazar a un escudero de Old Etonian
singularmente rígido.
Él también se estremeció como si ella hubiera
tratado de pincharlo en el ojo".
Así lo expresa en el libro otro miembro del
personal.

"Tienen peleas terribles en las
que se tiran cosas el uno al otro.
Kate puede
parecer una persona muy tranquila, y William también.
Pero no siempre
es verdad. Porque el gran estrés de ambos
es que están
constantemente rodeados de ayudantes de palacio.
Es como una
novela de Jane Austen",
aseguró Tom
Quinn en otro de sus libros, titulado
Gilded Youth:
An Intimate History of Growing Up in the Royal Family.
Y agrega que esa confianza,
"hizo que William se sintiera incómodo,
porque Meghan lo abrazaba prácticamente cada vez que se
encontraban".
Según ese relato:
"Los abrazos y los besos en las mejillas
alimentaron los chismes entre el personal de que Meghan estaba
coqueteando con William, lo que obviamente no era así.
Pero la
atmósfera tensa profundizó la grieta entre los hermanos".
Y el choque era tanto que la propia Meghan se
sorprendía por la inhibición de William.
Un ex-empleado recordó la
vez en que ella preguntó:
"¿Por qué William y Carlos suenan tan serios
todo el tiempo?".
Imaginemos la tormenta que generará en los
aposentos reales ver las narrativas íntimas de los Windsor
filtradas. Y esto tan sólo es un anticipo.
¡God save the gossip...!
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