en un acto con empresario en Buenos Aires, el pasado 5 de junio. AGUSTIN MARCARIAN / REUTERS
Javier Milei cumple medio año como presidente al compás de una crisis de gestión que lo obligó a desprenderse de su jefe de ministros, Nicolás Posse.
La súperministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, está al borde del precipicio después de un escándalo de la falta de provisión de millones de toneladas de alimentos a los más necesitados.
Unos 30 funcionarios de segunda y tercera línea abandonaron el barco de la ultraderecha y se esperan nuevas deserciones.
Ocupado más por la construcción de su figura de
profeta global, autorizado a "advertirle al planeta" sobre los
peligros socialistas, Milei desdeña los asuntos diarios de la
gobernanza, salvo para lanzar sus insultos contra las "ratas" que
obstaculizan su programa radical en el Congreso y amenazar con un
veto a toda iniciativa adversa al grito "me
importa tres carajos".
Las encuestas muestran de que al menos la mitad de los consultados siguen confiando en sus promesas mesiánicas al amparo de "las fuerzas del cielo", acaso porque todavía no pueden desprenderse del recuerdo de las enormes frustraciones precedentes.
La oposición, en tanto, se muestra impotente y
perpleja ante un nuevo tipo de liderazgo que se compara con
Terminator, dice venir de "un
futuro apocalíptico" y se ve a sí mismo como un "topo" que se ha
infiltrado en el Estado para destruirlo.
Aquel 10 de diciembre que Milei prestó juramento de espaldas a la legislatura, símbolo inequívoco de la "casta" que tanto odia y necesita, queda muy lejos en el tiempo.
Ernesto Tenembaum, un conocido presentador radiofónico y columnista de 'Infobae', advierte una,
La ultraderecha no ha logrado que el Congreso sancione por el momento ninguna de sus propuestas.
La cámara de Diputados acaba de aprobar un proyecto que mejora las pensiones con dos terceras parte de los votos. Milei, a estas alturas, no sabe si el Parlamento aprobará la Ley Bases que le otorga facultades excepcionales para desguazar el Estado.
El mismo destino incierto le espera al Decreto
de Necesidad y Urgencia (DNU).
Los discursos enrevesados se dan de bruces con los números del presente, mucho peores de los que sellaron la suerte electoral del peronista Sergio Massa.
La moneda nacional se devaluó un 118%, la inflación acumulada desde diciembre es 107%.
El ministro de Economía, Luis Caputo,
lleva adelante un furioso plan de ajuste que ha conseguido domar el
déficit fiscal pero a costa de postergar pagos a proveedores del
Estado, no pagar a los importadores y congelar las pensiones.
A su criterio,
Se trata de indicadores propios de la pandemia en su momento de mayor restricción de las actividades.
El sector privado ha perdido 63.000 puestos de trabajo. Unos 25.000 empleados públicos fueron echados. Milei quiere, "motosierra" mediante, llevar el número a 75.000.
Por lo pronto, el paro es de dos dígitos.
El Gobierno ha interrumpido en nombre de la "motosierra" la provisión estatal de medicamentos para pacientes con patologías críticas, entre ellos los oncológicos.
Se contabilizan en siete las víctimas fatales de
esa indiferencia.
Eso significa,
Grabois, quien encabezó las denuncias contra el Ministerio de Capital Humano por no responder a las demandas de asistencia alimentaria, asegura que en Argentina hay,
La cultura ha sido otro campo de batalla:
El discurso contra el ambientalismo ha sido
también parte de esta pulsión ideológica que trasciende fronteras.
Como hombre que odia al Estado, el encuentro entre estadistas no le atrae.
De hecho, cinco de sus ocho viajes fueron a Estados Unidos, donde se vio con el ex-mandatario Donald Trump, el magnate Elon Musk y los principales referentes de Silicon Valley.
Ha salido de Argentina por cuestiones religiosas, ligadas al judaísmo ortodoxo o en calidad de agitador en un acto de Vox.
Su
enfrentamiento con el jefe de Gobierno de
España, Pedro Sánchez, estuvo precedido de guerras
retóricas con los presidentes de Colombia y México, Gustavo Petro y
Andrés López Obrador.
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