
21 Abril 2025
del Sitio Web
SputnikMundo

Cuerpo de la Policía Nacional
Bolivariana
Sputnik Mundo, 21.04.2025
© Foto : Portal Web del CPNB
Mientras medios internacionales insisten en presentar a
Venezuela
como un Estado forajido y exportador de criminalidad, las cifras
oficiales revelan una realidad diametralmente opuesta:
el país
registra en la actualidad una de las tasas de homicidio más bajas de
América Latina.
"La gente sale a la calle sin miedo. La seguridad ya no es un dolor
de cabeza para el venezolano",
...asegura
Pablo Fernández Blanco,
especialista en seguridad ciudadana y derechos humanos y Secretario
Ejecutivo del Consejo General de Policía, quien detalla para Sputnik
cómo el modelo bolivariano logró desmontar estructuras delictivas
como el
Tren de Aragua
y construir una política integral de
seguridad basada en,
la prevención, la inclusión y los derechos
humanos...
"Una concepción de prevención"
El punto de inflexión que transformó la seguridad en Venezuela
comenzó en 1999 con la llegada de Hugo Chávez al poder.
Fernández
Blanco sostiene que la Revolución Bolivariana puso la seguridad en
el centro de su proyecto político y social, con el objetivo de,
"reducir las condiciones de inequidad social que contribuyen a la
violencia".
Un hito clave fue la reforma que redefinió la seguridad como un
derecho humano fundamental, reflejado en el artículo 55 de la
Constitución.
"Pasamos de una concepción represiva a una
concepción de prevención, atención y garantía de derechos",
enfatiza el analista, quien destaca que la primera gran medida
fue abordar el problema policial.

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En 2006, Chávez convocó la Comisión Nacional para
la Reforma Policial, que impulsó una profunda transformación del
sector.
Según Fernández Blanco,
"las políticas en Venezuela no se
hicieron para la gente, sino con la gente".
Este cambio de paradigma cristalizó en la creación del nuevo modelo
policial bolivariano, caracterizado por,
"organismos
profesionalizados, garantes de los derechos humanos, cercanos a la
gente y con alta preparación técnica".
Fernández también destaca otra transformación vital ocurrida entre
2011 y 2012:
el control y desarme de armas de fuego.
Esta iniciativa
generó consenso incluso entre sectores políticos adversos.
El año 2012 marcó otro salto cualitativo, con la implementación de
la "Gran Misión A Toda Vida Venezuela".
Chávez definió esta
estrategia como,
"una concepción poliédrica y despolicializada de la
seguridad", orientada fundamentalmente a la prevención.
Este modelo
no solo atendía los fenómenos delictivos, sino también,
"a las
víctimas, proporcionando atención jurídica, psicológica, social y
económica".
La llegada de Nicolás Maduro al poder continuó esta senda,
enfrentando un contexto adverso por la intensificación de medidas
coercitivas externas contra el país latinoamericano.
A partir de
2017, Maduro implementó la "Gran Misión Justicia Socialista" y luego
la "Gran Misión Cuadrantes de Paz" en 2019, orientada hacia la
territorialización de la seguridad ciudadana, enfocándose en las
realidades locales.
"La clave ha sido la continuidad y la profundización territorial de
las políticas", afirma Fernández Blanco, destacando cómo los
"cuadrantes de paz" optimizaron recursos y fortalecieron la
corresponsabilidad ciudadana.
Según cifras oficiales proporcionadas por Fernández Blanco,
la tasa
de delitos bajó de 690 por cada 100.000 habitantes en 2016 a tan
solo 84 en 2024, una caída del 87%.
En tanto, la tasa de homicidios
pasó de 55 por cada 100.000 habitantes en 2012, a solo 4 en
2024, similar a la de países europeos.
Fernández resalta también cómo la percepción ciudadana coincide
ahora con estas cifras oficiales,
"la gente realmente se siente
segura, sale a la calle sin miedo y ha recuperado la confianza en
los espacios públicos".
Esta realidad, agrega, es totalmente
contraria al discurso
mediático que intenta presentar a Venezuela
como un Estado fallido.
Privatización de la seguridad
En relación con el "Tren de Aragua", Fernández Blanco explica cómo
esta organización, que en algún momento operó desde una cárcel
venezolana, fue,
"completamente desmantelada por el Estado
venezolano".
A pesar de ello, dijo, continúa siendo instrumentalizada
internacionalmente para alimentar una narrativa xenófoba contra los
venezolanos migrantes.
"De las personas retornadas bajo acusaciones
de formar parte del Tren de Aragua, ninguna ha sido identificada
como integrante real de dicha estructura", aclaró.
"El Tren de Aragua se convirtió en un cliché para justificar la
agenda intervencionista",
...sostiene, comparando esta estrategia con
otras similares aplicadas en países como Siria o Irak, donde se creó
una narrativa criminalizante para legitimar intervenciones militares
y económicas.
Para Fernández Blanco, las deportaciones masivas de Estados Unidos
no solo buscan acrecentar el expediente negativo contra Venezuela,
sino que también esconden una peligrosa tendencia:
la privatización
de la seguridad pública...
El especialista pone el acento en la política de seguridad del
presidente Nayib Bukele para ejemplificar su punto de vista.
"La
seguridad privada es un caballo de Troya. Su objetivo no es
garantizar derechos, sino generar lucro", alertó.
"Cuando privatizar cárceles se convierte en un gran negocio, solo
funciona si tiene privados de libertad.
Entonces, si un país tiene
pocos privados de libertad, se necesita incrementar esa 'materia
prima' mediante la criminalización de sectores sociales vulnerables.
¿Cuántos jóvenes salvadoreños hoy encarcelados realmente pertenecen
a pandillas y cuántos son falsos positivos para justificar campos de
concentración como el que mantiene Bukele, similar a una réplica de
Guantánamo?", destacó.
Otra de las amenazas crecientes para los pueblos es la
privatización
del uso de la fuerza, un fenómeno que ha cobrado fuerza en los
países que abrazan modelos neoliberales extremos.
En estos contextos, proliferan empresas de seguridad privada que
operan ejércitos corporativos, escoltas armados y servicios de
protección para intereses transnacionales, sin estar sometidos a
marcos legales locales.
Fernández Blanco alerta que estos grupos
actúan sin rostro ni responsabilidad ante autoridad alguna y que
muchos gobiernos los utilizan como sustitutos de sus fuerzas
regulares para evitar el costo político de la represión estatal,
creando así un monstruo fuera de control.
"Aquí no vamos a permitir que ese modelo privatizado, que responde a
intereses económicos y no sociales, tenga cabida", afirma Fernández
Blanco.
El país mantiene una estricta regulación sobre cualquier figura de
seguridad privada, desde quienes instalan cámaras hasta los ofrecen
servicios de escolta o blindaje.
El Estado se reserva la autoridad
sobre el uso de las armas en función de la seguridad ciudadana,
rechazando cualquier intento de delegar esa responsabilidad a manos
privadas.
Fernández concluye resaltando que Venezuela, con sus políticas de
seguridad,
no solo ha reducido drásticamente los índices delictivos,
sino que también ha sido pionera en una visión integral y humanista
de la seguridad ciudadana, convirtiéndose en un ejemplo para la
región y el mundo, demostrando que es posible abordar el problema de
la violencia desde una perspectiva preventiva, inclusiva y
profundamente democrática.
"Venezuela es un país garantista, ha transformado su marco
jurídico-político en función de los derechos humanos, y cualquier
exceso cometido por fuerzas de seguridad es procesado
judicialmente", concluye el experto.
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