Chavín - 2
- Los Anunnaki - La Conexión Perú IV
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06 Enero 2012
Panorámica del complejo arqueológico
de Chavín de
Huántar.
Los Anunnaki, de Zecharia Sitchin, podrían haber estado en el Perú.
En la entrega anterior vimos como las
teorías sobre el origen de la cultura peruana merecían ser
revisitadas a la luz de los recientes descubrimientos arqueológicos,
sentamos un marco de interpretación, y presentamos algunas
evidencias que reclaman una revisión de la historia del antiguo
Perú.
Ahora, vamos a tratar de probar la existencia de un contacto directo
no sólo entre Chavín y Tiahuanaco, sino también entre Chavín y
la cultura Olmeca.
¿Cómo se dio este contacto?
Siguiendo con nuestra teoría alternativa, podemos presumir que
cuando los Anunnaki y su mano de obra africana e indoeuropea, que
habían llegado de la región mesopotámica, empezaron a agotar los
recursos auríferos de las zonas cercanas a Tiahuanaco, estos
decidieron desplazarse hasta Chavín de Huántar, en la sierra central
del Perú, para continuar con la extracción del metal dorado.
Los Anunnaki, Tiahuanaco y Chavín
Empecemos por las evidencias de la influencia de Tiahuanaco en
Chavín.
Estas dos culturas se encuentran en
lugares aislados o de difícil acceso pero estratégicamente situados.
El complejo arquitectónico de Tiahuanaco se encuentra en la
confluencia de tres ríos canalizados a través de complejos sistemas
hidráulicos, que como vimos en una entrega anterior de esta serie,
sirvieron para usos metalúrgicos. Lo mismo sucedió en Chavín.
El centro arquitectónico de Chavín también se encuentra en la
confluencia de dos ríos: el Wacheksa y el Mosna. Estos ríos fueron
canalizados a través de un sofisticado sistema hidráulico
subterráneo al igual que en Tiahuanaco. Aquí tenemos una primera
influencia importante de señalar.
Esto no es una coincidencia pues no se han encontrado otros trabajos
de ingeniería hidráulica, tan sofisticados para la época, en otras
partes del Perú. Los sistemas de control de aguas de Chavín y
Tiahuanaco fueron construidos como parte de una instalación Anunnaki
para procesar metales.
De acuerdo con esta teoría, Chavín no es
sólo un oráculo sino un importante centro de procesamiento de
minerales, como lo fue Tiahuanaco.
Antes del diluvio
universal,
el lago Titicaca
habría sido parte del océano
y sus aguas
habrían servido para la
planta de
procesamiento de metales de los Anunnaki.
(Foto por Christian
Haugen)
Probablemente, alrededor del año 2,000 a.C., los Anunnaki llegaron a
las alturas de Chavín desde Tiahuanaco trayendo consigo su mano de
obra africana, indoeuropea y algunos tiahuanaquenses.
Chavín recibió de estos nuevos
visitantes el culto al dios Wiracocha y tecnología avanzada para
realizar estructuras arquitectónicas y sistemas hidráulicos.
En ese momento la futura cultura Chavín estaba en gestación, y no
existían todavía ni el templo ni el castillo que son sus restos
arqueológicos más conocidos. La representación iconográfica de razas
no originarias de América Latina (como los africanos, casitas e
hititas), encontradas en Aija, Sechin y en Chavín de Huántar nos dan
indicios de esta migración.
Los africanos e indoeuropeos que,
dirigidos por los Anunnaki, migraron de Tiahuanaco a Chavin, se
habrían podido ir quedando por el camino influenciando culturas
regionales como las de Aija y Sechin.
Especial atención merece el siguiente busto de piedra (adornado con
un turbante) con rasgos faciales que no corresponden a los
aborígenes del antiguo Perú.
¿Qué otras evidencias existen de esta migración?
Para la arqueología tradicional, encontrar el rastro que apoye la
migración de los Anunnaki de Tiahuanaco a Chavín de Huántar, no es
evidente todavía. Sin embargo, hay precisiones matemáticas en la
arquitectura de ambas culturas que no pueden ser atribuidas a una
mera coincidencia.
"En Chavín, al igual que en
Tiahuanaco los diseñadores han utilizado la diagonal como punto
de partida de todas las medidas en cuanto a la arquitectura. Y
principalmente, también en el arte lítico…
Esta medida de 35,50 metros es la
medida clave utilizada por los arquitectos de Chavín. Una medida
que parece haber sido una suerte de código secreto solamente
comprensible para los entendidos en matemáticas."
(María Scholten)
Este código matemático al que alude la
doctora Scholten, probaría otra transferencia de conocimiento de
Tiahuanaco a Chavín.
A la derecha el
supuesto dios Wiracocha
representado por la
cultura Tiahuanaco en la Puerta del Sol.
A la izquierda, el
mismo dios representado por la cultura Chavín en la estela Raimondi.
Los dos tienen un
báculo en cada mano.
La representación del dios Wiracocha (Viracocha),
originario de Tiahuanaco, en la cultura Chavín es otra evidencia.
Las semejanzas entre el supuesto
Wiracocha de la Puerta del Sol en Tiahuanaco y el ser antropomorfo
representado en la Estela Raimondi de Chavín, saltan a la vista. Las
únicas diferencias están dadas por algunos rasgos felinos (garras y
colmillos), que adquiere el supuesto dios Wiracocha en Chavín, como
consecuencia de la fauna de la región.
No es una coincidencia que dos culturas
separadas por cientos de kilómetros y más de 1,000 años, hayan
representado a un ser, supuestamente divino, de manera similar y con
una especie de báculo en cada mano.
Para Los Divulgadores,
el dios Wiracocha podría ser el líder Anunnaki
del grupo que llegó hasta las orillas del lago Titicaca y desarrolló
la cultura Tiahuanaco.
Es más, la influencia de Chavín en otras culturas pre-incas como
Paracas y Nazca, se puede entender a partir de la evolución de la
representación del supuesto Wiracocha en estas culturas. Estaríamos
viendo la subsistencia de la divinidad principal de la cultura
Tiahuanaco en la costa peruana hasta mediados del siglo VIII d.C.
Esto lo veremos en detalle en otra
entrega de esta serie, cuando analicemos la cultura Nazca.
Los Anunnaki, los Olmecas y Chavín
La cultura Olmeca (3,000 a.C. a 500 d.C. aprox.) también tuvo
contacto e influenció a los habitantes de la región que luego se
desarrollarían la cultura Chavín
Según Zecharia Sitchin, fueron dos grupos diferentes de Anunnaki los
que llegaron a Tiahuanaco y a la región donde se desarrolló la
cultura Olmeca. Estos dos grupos se encontrarían más tarde en Chavín.
Sitchin apoya su teoría en dos hallazgos
importantes:
-
Un episodio del
relato épico de Gilgamesh,
el rey sumerio de Uruk, narra la lucha entre este héroe y
dos leones. El hecho fue representado por los Hititas
(pueblo indoeuropeo), colocando al héroe flanqueado por dos
leones.
-
La misma escena está
representada en las piedras labradas encontradas en Aija,
como podemos ver en la ilustración siguiente.
Según Zecharia Sitchin, fueron los
pueblos de origen indoeuropeo que llegaron con los Anunnaki a
América Central, quienes habrían traído la historia de Gilgamesh a
la sierra central del Perú.
La similitud entre el
monumento Hitita en la parte superior
y las
representaciones peruanas en la parte inferior es evidente.
Estos pueblos se fundieron con la cultura Olmeca (o dieron origen a
la misma) en América Central y luego llegaron a costas peruanas por
vía marítima, para finalmente afincarse en la región del actual
departamento de Ancash, donde se encuentra Chavín.
Otro elemento que sustenta la teoría de la migración Olmeca es la
representación de un dragón bicéfalo encontrada en la zona de Rurek,
cerca de Aija. El dragón está representado en el escudo de un
guerrero tallado en piedra. La representación de dragones bicéfalos
no es propia de la región andina sino más bien de las culturas del
medio oriente o de Europa.
La teoría de Zecharia Sitchin propone que en la región de Chavín
confluyeron dos civilizaciones, la Olmeca y la Tiahuanaco. Cabe
preguntarse entonces, si lograron convivir en paz o si hubo un
conflicto.
Al parecer hubo conflicto.
No muy lejos de Chavín se encuentran los restos arqueológicos de
Sechín. En los muros y bloques de piedra de su estructura principal
encontramos representaciones iconográficas, que dan cuenta de una
sangrienta batalla, en las que se aprecian hombres mutilados con
evidentes rasgos africanos.
Esta podría ser la confirmación del
enfrentamiento entre los que llegaron de Tiahuanaco y los que
llegaron de América Central.
El problema es que la cultura Olmeca está datada, por la arqueología
"oficial", alrededor de 1,500 años a.C. y los restos de Sechín se
sitúan entre 2,500 y 3,000 años a.C. Con estas diferencias
temporales sería imposible que los Olmecas puedan haber estado en
tierras peruanas en el momento en que se erigió el memorial de
Sechín.
Sin embargo, una cronología diferente
podría corroborar la hipótesis del enfrentamiento entre Tiahuanaco y
Olmecas.
Los guerreros
tallados en las piedras de Sechín dan cuenta de una batalla.
Las investigaciones de Zecharia Sitchin sitúan el origen de la
cultura Olmeca hacia el 3,000 a.C. basándose en análisis de
representaciones artísticas, y en una serie de misteriosos
acontecimientos.
Los Divulgadores proponemos que, de confirmarse la hipótesis de
Zecharia Sitchin sobre la antigüedad de los Olmecas, Sechín sería el
lugar del feroz enfrentamiento entre Tiahuanacos y Olmecas, del cual
resultaron vencedores los Tiahuanaquenses.
Como resultado de la victoria, estos se
afianzaron en la zona y tiempo después dieron origen a la cultura
Chavín de Huántar. No podemos saber si el enfrentamiento entre estas
dos culturas involucró a los Anunnaki, o si una división al interior
de los Anunnaki fue el detonante, o si sucedió después que los
Anunnaki dejaron el planeta o la región.
En la siguiente entrega veremos la posible presencia Anunnaki en las
culturas pre-incas de la costa del Perú como Nazca, Mochica y Chimú.
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