2 - Los Mayas - Adivinos de La Armonía


Felizmente, mi ruta personal hacia el Factor Maya floreció a través de influencias que fueron sembradas por los estudios de historia del arte que condujeron finalmente a contemplaciones maravillosas y a intravisiones que espantarían la mente de naturaleza galáctica.

 

En verdad, el que los mayas sean conocidos se debe a que ellos echaron un ancla en nuestra imaginación, con sus objetos de arte y manuales de arqueología. Mientras la National Geographic Society, muy recientemente ha llevado a los mayas hasta la atención popular a través de páginas policromas con comentarios sobre sus ruinas misteriosas, y obras hechas en piedra en las junglas de América Central, debe recordarse que el actual conocimiento de los mayas tiene escasamente más de 140 años.

Cuando el equipo artístico arqueológico de John Stephens y Frederik Catherwood publicó sus diversas obras, exquisitamente ilustradas, que documentan sus viajes por Yucatán y América Central en 1840, el resultado fue sensacional.

 

Este consistió en el virtual descubrimiento de una civilización “perdida”, con todo el romance y la fantasía que una tal imagen llega a evocar. Algunos escritores-exploradores del siglo XIX, como Charles Brasseur de Beauboug, Lord Kingsborough, y Augusto le Plongeon, mientras sacaban a la luz algunos asuntos de interés arqueológico, también estuvieron prontos a relacionar a los mayas con el antiguo Egipto y la Atlántida.

 

Otros escritores, como James Churchward y Lewis Spencer, construyeron gran parte del aura atlante-lemuriana, que ellos atribuyeron a las ruinas mayas y a las escrituras jeroglíficas.

Al mismo tiempo, a fines del siglo XIX, arqueólogos y pensadores puramente “científicos” tales como Alfred P. Maudslay, Ernest Willem Förstemann, y Herbert J. Spiden, se han aferrado al sistema matemático y astronómico de los mayas, que para la mente científica era claramente el aspecto más fascinante de los mayas.

 

En 1927 se completó lo que embarazosamente se conoció como la correlación de la cronología Maya y Cristiana de Goodman-Martínez Hernández-Thompson. Esto quiere decir que el “inicio” del “Gran Ciclo” Maya ha sido ubicado entre el 6 de agosto y el 13 de agosto del año 3113 A.C. en el calendario cristiano. En la cronología maya esta fecha se escribe así: 13.0.0.0.0.

 

Esta misma fecha, 13.0.0.0.0., se repetirá el 21 de diciembre del año 2012 D.C.

Lo que esto quiere decir es que entre la primera fecha de 13.0.0.0.0. y la segunda, han transcurrido trece ciclos de algo menos de 400 años cada uno. A estos grandes ciclos de 394 años y un poco más los mayas los denominaron baktunes.

 

Ya que en la fecha 13.0.0.0.0. el coeficiente 13 se refiere a la culminación de un Gran Ciclo de 13 baktunes, el primer Baktún de un nuevo ciclo es efectivamente el Baktún 0, el segundo ciclo es el Baktún 1, y así con lo demás. De este modo, la fecha correspondiente al año 2.993 A.C. se escribiría así: 0. 1.0.0.0..

 

Lo que se llama civilización Clásica Maya se desenvuelve casi completa en el ciclo diez, Baktún 9, 435-830 D.C., y así la mayoría de las fechas descifradas se parecen algo a esto, cuando son escritas en nuestro sistema de numeración escrita: 9.13.10.0. (año 702 D.C.), Pero más adelante continuaremos con esto.

Fue en 1935 cuando Sylvanus Griswold Morley, quizás el más sensible de los arqueólogos científicos, en su estudio por decir algo árido titulado “Guía para las ruinas de Quirigua”, resumió lo que aún es la perspectiva más predominante e iluminadora sobre los mayas:

Cuando a los adelantos materiales de los antiguos mayas en la arquitectura, escultura, arte de la cerámica, arte de trabajar con las piedras preciosas, el trabajo con plumas, y el arte de tejer y teñir el algodón se les suman a sus realizaciones abstractas e intelectuales, es decir, la invención de las matemáticas posicionales con su desarrollo concomitante del cero; la construcción de una cronológica elaborada con base en un punto fijo de partida, el uso de un sistema para contabilizar el tiempo, tan exacto como nuestro propio calendario gregoriano; un conocimiento de astronomía superior al de los antiguos egipcios y babilonios - y todo esto juzgado a la luz de sus propias limitaciones culturales, que estaban a la par con las de la temprana era neolítica del mundo antiguo, nos permite proclamarlos, sin temor a contradicción, como al pueblo aborigen más brillante de este planeta.

Tan alta como pueda ser esta apreciación, queda la conjetura de que a pesar de su brillantez, los mayas fueron sin embargo neolíticos y aborígenes. ¿Qué implica realmente el uso de estos términos?.

 

Neolítico - Edad de Piedra - y Aborigen - desde el comienzo del tiempo, antes de la civilización - estos dos términos son medidos de la vara del progreso. El uso de estos términos obliga a la mente a la perspectiva de que cualquiera que sea la ingeniosidad que haya sido lograda por este pueblo, éste perteneció inexorablemente al pasado, es una anomalía, y de ahí que tenga escasa aplicación en el presente.

Sin embargo, con frecuencia se plantea la pregunta siguiente: si los mayas fueron aborígenes neolíticos y realmente no tenían metalurgia y no usaron la rueda, ¿qué hacían con un sistema matemático de tan exquisito refinamiento?. ¿Por qué eran tan intelectuales?.

 

Y cuando uno examina el asunto, el período Clásico Maya, que tuvo su apogeo entre los años 435 y 830 D.C., tiempo en que transcurrió la “Edad Oscura” europea, se ve que no están tan alejados, al menos en el tiempo. Según las normas generales, las posteriores Eras de Piedra transcurrieron en otras partes del mundo hace unos 12.000 a 6.000 años.

 

Hay algo que está equivocado: ¿están equivocados los mayas, o lo está la vara con que se les ha medido?

Desde que Morley escribió su declaración quinta esencial arqueológica en 1935, se han efectuado unos pocos descubrimientos espectaculares en la arqueología Maya, tales como los murales de Bonampak, descubiertos en 1946; y la pirámide sepulcral de Palenque, excavada en 1952.

 

Pero sobre todo, se ha presentado un refinamiento gradual en el estudio de la arqueología maya, inclusive la aparición de la nueva disciplina llamada la arqueoastronomía.

 

Y además, el uso del ordenador ha hecho incursiones en el desciframiento de los jeroglíficos, pero en gran parte sólo en la identificación de nombres considerados líderes “dinásticos”, como Pacal Votan de Palenque.

Sin embargo, a pesar de estos “avances” en la arqueología, la verdadera historia de los mayas permanece como un libro cerrado. En lugares como Quirigua y Copan, los jeroglíficos grabados en piedra con elegancia y asombrosa precisión, inquietan a la mente por su asombrosa cantidad y sentido del orden. ¿Y realmente son tan impenetrables?.

 

En nuestras reflexiones se presentan otros hechos acerca del período Clásico Maya.

 

Aunque en el último periodo Clásico hay descripciones de lo que parece ser prisioneros, en ninguna de sus esculturas hay escenas de guerras; y cuando los mayas empezaron a construir sus centros ceremoniales astronómicos de piedra a fines del baktún 8 (200-400 D.C.), el sistema jeroglífico matemático estaba plenamente conformado, y era perfecto en todos sus detalles.

 

Hay poca evidencia de etapas formativas, de desatinos y errores; este es un sistema completo de signos, matemáticas y cálculos, acompañado de un código jeroglífico altamente desarrollado.

Agréguese a esto la repentina suspensión de las construcciones, y particularmente del registro de fechas alrededor del año 830 D.C., y así se tendrá completo el misterio Maya. Resumamos pues lo que generalmente se conoce respecto a los mayas. En algún momento hace cerca de 2.000 años en América Central, un pueblo llamado Maya empezó a dejar rastros o indicios de su presencia.

 

En el área general, llamada por los arqueólogos Mesoamérica - Méjico y América Central - los mayas habían sido precedidos por un grupo misterioso llamado los Olmecas, cuyos orígenes a lo largo de la línea costera del Golfo de Méjico, datan a lo menos de hace 4.000 años, y por los Zapotecas de las tierras montañosas de Oaxaca, al sur de Méjico, y cuyo gran centro, llamado Monte Albán, fue fundado en el año 600 A.C.

Coincidiendo con la aparición de los mayas en América Central, ocurrió el florecimiento de Teotihuacán, la metrópoli de la gran pirámide, situada en el centro de Méjico, apenas un poco al nordeste de la actual ciudad de Méjico. Y, aunque poseían, en común con sus vecinos de las tierras montañosas mejicanas, una agricultura básica con rasgos culturales que compartían colectivamente, tales como el Calendario Sagrado de 260 días, y el juego ritual de la pelota, en sus dominios de la jungla, los mayas eran distintos artística e intelectualmente.

Habiendo comenzado alrededor del año 300 D.C., en un sitio llamado Uaxactún, en el corazón de la jungla, región conocida como Petén, y extendiéndose desde allí hacia Tikal, Palenque, Copán, y Quirigua, ya en el año 500 D.C. estaba en marcha el gran impulso de la civilización Maya.

 

En los 300 años siguientes, es decir, la duración del Baktún 9, los mayas construyeron sus templos diseñados armoniosamente en forma de pirámides escalonadas, y dejaron gran número de piedras gigantescas con grabados, llamadas estelas, en las cuales cada 5, 10, o 20 años, se registraron fechas y otras informaciones.

 

Luego, con el paso del Baktún 9 al Baktún 10, en el año 830 D.C., vino la repentina decadencia o desaparición del período Clásico Maya.

Al final del siglo X, cuando la cortina sube otra vez para dejar ver a los mayas, o más bien a los descendientes de los mayas, aparece una escena totalmente distinta. El norte de Yucatán es el hogar base. Se había efectuado una mezcla entre los mayas y sus vecinos mejicanos los Toltecas. El factor cultural que sirve de nexo es la dispensación religiosa de Quetzalcóatl/Kukulkán en el 1 caña, que va del año 947 al 999 D.C.

 

Aunque se efectúan grandes logros arquitectónicos, tales como los que encontramos en Uxmal y Chichen ltza, ya no hay grandes monumentos hechos en piedra que registren fechas interminables y datos astronómicos. Por el contrario, se ha desarrollado una versión simplificada extraída del sistema cronológico, y los escritos en su mayoría se hacen en manuscritos jeroglíficos llamados códices, de los cuales sólo tres sobreviven.

 

Las guerras y los sacrificios humanos están en su apogeo, y una alianza política sin precedentes, la Alianza de Mayapan, ha reemplazado a la era realmente autónoma y apolítica de los Mayas Clásicos.

Con la caída de Mayapan a causa de una guerra interna en 1441, llega a su fin la última fase Maya. Cuando en 1527 los españoles llegan con fuerza vigorosa a Yucatán, como lo había predicho Ah Xupan, el profeta Maya del siglo XII, los descendientes de los mayas están desunidos. En 1697 las intolerantes crueldades del nuevo orden cristiano, junto con las viruelas y otras enfermedades, han terminado totalmente con los mayas como entidad cultural o política.

 

A pesar de los terribles sucesos del destino, los mayas han persistido, al menos culturalmente, al permanecer diferentes hasta la época actual. Y, aquí y allá, los hechiceros, guardianes de las más antiguas tradiciones, se las han arreglado para mantener vivos el conocimiento, el código, y las líneas de la verdad que conducen directamente a las estrellas.

Cuando miramos la historia y examinamos lo que los mayas dejaron atrás, se hace claro un hecho. Los españoles no solamente no tenían idea de que había ocurrido una separación en el tiempo entre los Mayas Clásicos del baktún 9 y los últimos mayas de la Alianza de Mayapan, sino que los mismos textos y manuscritos de los últimos mayas - el Popol Vuh, Los Libros de Chilam Balam, y Los Anales de los Cakchiqueles, realmente no nos dan información respecto a sus antecesores los Mayas Clásicos.

 

No sólo fueron los cristianos los que alteraron o interpretaron mal lo que les fue dicho por los mayas, sino que los mismos mayas tardíos parecen haber confundido intencionalmente sus textos. ¿Por qué?.

Cuando Stephens y Catherwood hace 150 años encontraron por casualidad en la jungla los centros de los Mayas Clásicos, verdaderamente ellos habían dado con una “civilización perdida”, pero perdida únicamente para nuestra mente. Cuando todo haya sido dicho y hecho, serán solo los contornos visibles de la mente científicamente materialista lo que ha descrito la arqueología sobre los Mayas Clásicos.

 

Lo que en realidad yace en la jungla que está situada en las tierras bajas de Peten, es muy diferente a lo que describe la arqueología. Como una constelación estelar impresa en las junglas de América Central, el modelo que conecta los distintos centros de la era clásica atisba a través del laberinto del tiempo.

 

Los templos piramidales y las plazas esparcidas con grandes monumentos en piedra, esculpidos intrincadamente con jeroglíficos y datos astronómicos, representan una operación de registro científico más precisa que cualquier otra conocida por la humanidad.

En verdad, tomados como un todo, los centros de los Mayas Clásicos del Baktún 9 parecen una verdadera carta de presentación cósmica.

 

Los monumentos parecen contarnos:

“Oh, vosotros los de la Tierra: aquellos que nos construyeron han estado aquí, con apariencia de humanos, como vosotros, oh terrestres. No podéis ver, ¿no podéis entender lo que hemos dejado para vosotros?. Si pudierais abrir vuestros ojos desapegadamente veríais y conoceríais el don que os espera”.

Evidentemente, para los Mayas Clásicos más importante que adquirir territorios y hacer la guerra, fue la necesidad de rastrear los ciclos del planeta Tierra mediante un singular sistema de matemáticas.

 

El objetivo de este bien elaborado sistema para la conservación de la información parece haber sido la relación recíproca de los ciclos terrestres y de los otros planetas dentro de nuestro sistema solar, con la matriz armónica de un programa maestro.

 

Esta matriz, que abarca los armónicos cíclicos de los planetas que están dentro de nuestro sistema solar, era de naturaleza galáctica, ya que ésta representaba una perspectiva más grande y más amplia que la que pudiera obtenerse desde dentro de nuestro sistema solar.

Siendo algo único desde todo punto de vista conocido, esta perspectiva implica el que los Mayas Clásicos tuvieran una misión precisa.

 

Cualquier persona que tenga una misión, también tiene un mensaje, y este es un hecho que parece bastante obvio, pero que escapa con demasiada frecuencia a la mente de los arqueólogos materialistas.

El hecho de que los Mayas Clásicos fueran una civilización sin paralelo en su consumación, y única en la auto-conclusión de su realización, se debe en su totalidad a la misión que era su deber cumplir.

 

Parece que esta misión era la de colocar la Tierra y su sistema solar en sincronización con una más vasta comunidad galáctica. Ese es el significado de las fechas y de los jeroglíficos acompañantes.

 

Una vez que este objetivo hubiera sido alcanzado, pues esta es la causa y el significado de la intensa actividad del Baktún 9, los mayas se marcharon, pero no todos.

Algunos se quedaron atrás como custodios supervisores, hablando el lenguaje del Zuvuya, código críptico de las significaciones de los diferentes ciclos del tiempo. La clave y el código que fueron dejados por los Mayas Clásicos, o diremos mejor por los mayas galácticos, y que explicaban su propósito y su ciencia, están depositados en el sistema engañoso por su simpleza de trece números y veinte símbolos llamado el Tzolkin.

 

En efecto, en el Tzolkín, la matriz armónica, está todo lo que necesitamos saber respecto al Factor Maya.

 

Pero, ¿cómo fue hecho todo esto?. ¿Cómo llegaron los mayas aquí?. ¿Cuál es el significado de la sincronización galáctica, y qué conexión tiene ahora todo esto con nosotros?.

En respuesta a estas preguntas, todo lo que podemos decir es: lo que diferencia a la ciencia Maya de la ciencia actual, es que la primera es un sistema que opera dentro de un marco galáctico. Una ciencia que actúa dentro de un marco genuinamente galáctico, no puede ser separada de lo que llamamos mito, arte o religión.

 

Porque, como perspectiva comprensiva el marco galáctico de referencia de los mayas, sintetiza en vez de separar. Los mayas no sólo desafían nuestra ciencia, sino que juegan con nuestros mitos, y, tal y como lo veremos, renuevan nuestra historia con un significado y un alcance que ubican nuestro destino dentro de los designios invisibles del firmamento estrellado pero de una manera impensada para los fabricantes de juguetes de latón de nuestros modernos programas espaciales.

Habiendo examinado a los mayas desde la perspectiva arqueológica y de la moderna ciencia materialista; examinémoslos ahora desde el punto de vista galáctico comprensivo que nos ha proporcionado el Factor Maya.

 

Los términos mayas Hunab Ku y Kuxan Suum, son importantes porque nos dan una perspectiva galáctica que sintetiza la ciencia y el mito.

Hunab Ku se traduce ordinariamente como el “Dador de Movimiento y Medida”; es el origen de la vida más allá del sol. En este aspecto, Hunab Ku es el nombre del núcleo galáctico, no solo como un nombre, sino también como una descripción del propósito y de la actividad. El movimiento corresponde a la energía, origen de la vida y conciencia inmanente en todo fenómeno y que todo lo penetra.

 

La medida se refiere al principio del ritmo, de la periodicidad y de la forma, que dan cuenta de las diferentes cualidades limitantes que la energía asume a través de sus diferentes transformaciones.

Kuxan Suum, literalmente el “Camino hacia el Cielo que Conduce al Cordón Umbilical del Universo”, describe los hilos o fibras de vida galácticas invisibles que conectan al individuo y al planeta a través del Sol con el núcleo galáctico, o Hunab Ku.

HUNAB KU

EL QUE DA MOVIMIENTO Y MEDIDA
 

Estos hilos o fibras son los mismos filamentos luminosos, que se extienden desde el plexo solar, como lo describe el vidente don Juan, en la serie de libros de Carlos Castaneda, que tratan sobre la sabiduría Yaqui.

 

De acuerdo a los textos mayas existentes, El Popol Vuh, y Los Anales de los Cakchiqueles, los yaquis fueron la primera tribu Maya que se separó del resto de los clanes después de su entrada en este mundo. El propósito de los yaquis al hacer esto, fue el de conservar al menos algunas de la enseñanzas originales de los mayas, en un estado de relativa pureza y en un lugar distante.

En cualquier caso, las fibras o Kuxan Suum, definen una senda resonante, como un walkie-talkie, al suministrar un canal de comunicación continua, una línea de vida cósmica. A través de Kuxan Suum, cada uno de nosotros tiene una conexión que se extiende desde el plexo solar hacia el Sol por medio de la membrana reflectiva del campo planetario, y finalmente, hacia el núcleo galáctico.

 

Esta línea de vida, ¿podría tener algo que ver con el origen de los mayas en este planeta?.

 

Y si así es, ¿cómo?.

Tanto como un telescopio o como un walkie-talkie, el sendero resonante descrito por el Kuxan Suum puede interpretarse como una serie de lentes vibratorios o resonantes.

 

En un extremo está la lente de Hunab Ku, el centro de la galaxia, el núcleo galáctico. En el otro extremo está la lente del ser humano individual. Realmente como resonador cósmico, el ser humano individual verdaderamente tiene tres lentes. Uno corresponde al cerebro reptídico o sistema autónomo; el segundo corresponde al cerebro mamífero, o neocórtex y el tercero corresponde a la mente superior, que conecta al individuo con el gran cuerpo planetario.

 

Es esta última lente la que realmente se extiende desde el plexo solar.

Cuando estas tres lentes sean puestas en línea, una cuarta lente aparece, corresponde a la mente solar, la conciencia del Sol y del sistema solar. La quinta lente es el mismo Sol.

 

Finalmente, hay dos lentes que median entre el Sol y Hunab Ku, el núcleo galáctico.

 

Una de ellas es para enfocar información galáctica de un sistema estelar al otro; la otra lente, más cerca a Hunab Ku, está impresa con el núcleo de la información galáctica común, la matriz armónica. De esta manera la información queda articulada al pasar a través de Kuxan Suum, fibras de vida galáctica, y dependiendo de cuál de las ocho lentes sea llevada a foco, se pueden enfatizar diferentes niveles o etapas de ser y de conocimiento.

Mirando por este telescopio galáctico de lentes vibratorias, en lugar de un universo atomístico de espacio y tiempo, de distancia y separatividad, el Factor Maya trae a foco un universo de coherencia y unidad, una matriz resonante dentro de la cual la transmisión de información es virtualmente “instantánea”. Si fuéramos a darle un nombre moderno a este proceso de enfoque galáctico y de transmisión de información, este seria el principio de la resonancia armónica.

Pero, ¿qué es resonancia?.

 

Todo el mundo habla de ella, los electricistas, los físicos, los músicos, y los sanadores. Pero, realmente, ¿qué es resonancia?. Resonancia significa la cualidad de volver a sonar. Resonar es reverberar. Reverberar implica dar y recibir, lo cual es la definición de la comunicación que siempre es simultánea, y al menos entre dos agentes. Cualquier comunicación implica un intercambio de información.

 

La gente habla de la “era informática”, pero, ¿qué es información?.

 

Desde la perspectiva de los armónicos resonantes, información es la forma-vehículo de calidades de energía que pasan entre dos agentes o partes. Como “volver a sonar”, la resonancia es información.

Entonces, la esencia de la información no es su contenido sino su resonancia. Por eso es tan importante sentir las cosas. El sentir la resonancia de la información entrante, co-crea un campo resonante. Si tratamos de conceptualizar una experiencia antes de que hayamos resonado con la experiencia, el campo queda deshecho o se interrumpe. Si el campo se interrumpe eso quiere decir que el Kuxan Suum se ha obscurecido en el plexo solar en una palabra, hemos dejado de sentir las cosas, y nuestra resonancia se ha debilitado.

Cuando la gente habla de resonancia, también habla de frecuencias y de tonos. Se refiere a la rata de vibración.

 

Como todo el mundo sabe, hay grados de vibración altos y bajos, mientras que toda vibración es pulsación de ondas. Una frecuencia “sostenida durante un simple período de onda, conocido de otra manera como pulsación, se convierte en un tono. Por consiguiente, un tono es una frecuencia sostenida, cuyo nivel determina cuál de nuestros órganos de los sentidos puede ser afectado.

 

En otras palabras, el tacto tiene sus tonos; el perfume es un tono del campo sensitivo del olfato; aún la “mente” experimenta sus tonos sensitivos de alta frecuencia.

Incluida en todos los campos de los sentidos, la armonía es la sincronización de dos o más tonos. La habilidad para sincronizar los tonos y sintetizar los campos de los sentidos, es un arte, como también una ciencia. La práctica de esta ciencia ofrece oportunidades insospechadas desde una perspectiva materialista, la cual, por ejemplo, lo lleva a uno a pensar que volar es el paso de un cuerpo físico llevado a través del aire y entre dos puntos.

 

Pero, ¿qué es volar para los campos sensibles del pasajero que va en el avión? El brusco estremecimiento vibratorio de los motores del jet el olor del combustible, y comida del horno micro ondas.

 

Pero, ¿y si volar es la capacidad para identificar la conciencia con la resonancia, y cabalgar sobre las frecuencias de diferentes niveles, de realidad?.

Verdaderamente, la armonía es una ciencia. Aquellos que practican esta ciencia son los verdaderos artistas, los adivinos de la armonía, porque son ellos los que transmiten - no como una doctrina sino como realidad misma - el principio de la resonancia armónica.

 

Al aplicarlo galácticamente, este principio describe la totalidad del universo, como un campo que es puesto en acción por lentes o láminas resonantes. Mediante la afinación o pulsación adecuada de estas lentes, se puede producir el sonido de los tonos superiores, que penetran a los niveles altos o bajos de la actividad tonal.

 

Al hacer sonar los tonos y tonos superiores, como al pulsar las cuerdas de un arpa, y observar el efecto de las vibraciones formando ondas pequeñas en una taza de agua, la información de diferentes niveles u octavas, se transmite a otros niveles y octavas.

Si esta perspectiva universal suena pitagórica - la música de las esferas - ¡es que lo es!

 

Sin embargo, la diferencia entre los pitagóricos y los mayas es ésta:

Los mayas demostraron hasta un grado muy determinado que ésta no es meramente una filosofía, sino la base de toda una civilización. Una civilización así, basada en el principio de la resonancia armónica, obviamente es diferente en naturaleza y propósito, a una civilización como la nuestra, que está basada en la adquisición de bienes materiales y en la defensa de territorios.

Para entender a los mayas y sus bases científicas como una alternativa a nuestro actual desorden, debemos continuar aún más la descripción de dicha civilización.

 

Por ejemplo,

  • ¿Cuáles serían las metas y propósitos de una civilización basada en el principio de la resonancia armónica?

  • ¿Podría ser algo diferente de colocar al conjunto terrestre en resonancia con el Sol, como miembro evolucionante de una gran familia galáctica?

  • ¿Cómo se compara esto con los objetivos de nuestra actual civilización?

  • ¿Quién puede decir cuáles son los objetivos de nuestra civilización?

  • ¿Tienen estos objetivos alguna relación con el planeta o al menos con el sistema solar?

Precisamente, por estar basada en el principio de la resonancia armónica, a una civilización como la Maya se la puede describir como una civilización dotada de información galáctica.

 

Es decir, en el principio de resonancia armónica, hay una onda de doble sentido como medio de información, que forma ondas pequeñas hacia y desde el ser individual, hasta la mente colectiva o planetaria, y desde la mente planetaria, pasando a través del Sol, hasta el núcleo galáctico.

Sí los mayas son “agentes galácticos”, el tener información galáctica, solamente describe un proceso de divulgación de información, o también describen un proceso que en la actualidad llamaríamos “viaje espacial”.

 

¿O, más bien, no podría ser que desde la perspectiva de la resonancia armónica y el flujo en doble sentido de información galáctica, no hay diferencia entre divulgación de información y viaje espacial?.

Pienso que en este punto hay una diferencia importante por considerar. A diferencia de la ciencia occidental, la cual se basa en la investigación de la materia - y de ahí el materialismo científico - la ciencia Maya se basa en la mente como fundamento del universo. El universo es mente, y las diferentes cualidades de la mente pueden describirse por relaciones numéricas enteras y simples.

 

Para la ciencia Maya, lo que nosotros llamamos materia, representa a diferentes tonos que se sostienen conjuntamente como un espectro de frecuencia armónica, y que es perceptible por el sentido del tacto, Igual que las demás experiencias resonantes, la materia puede ser representada por relaciones numéricas enteras. Como cualquier matemático sabe, el número mismo es una estructura puramente mental.

Un corolario más de la perspectiva Maya, es la universalidad de la conciencia. Ya que el universo es de naturaleza mental en vez de material, o más bien, puesto que la noción de lo material se deriva de lo mental, en realidad sólo existe la conciencia - energía inteligente - sea ésta un pedazo de cuarzo, una hormiga, un ser humano, o algo más allá. Todo vive. No hay nada que no tenga sensibilidad.

 

El campo de la realidad está saturado de propósito.

Según esta perspectiva, la forma de las cosas es la forma de la conciencia en una articulación particular de frecuencia resonante. Una articulación de frecuencia resonante puede definirse como la sincronización de dos o más espectros tonales que unen la necesidad momentánea con el propósito universal. El medio ambiente puede necesitar a la “hormiga” para que efectúe una labor, la de airear la Tierra.

 

Y en tal caso está el espectro tonal uniendo la necesidad momentánea con el propósito universal de airear la Tierra. De una manera similar, en un punto de su evolución, la Tierra puede necesitar inteligencia sincronizada que la coloque en una relación más consciente con el Sol y con la galaxia como un todo. O, más bien, al mismo tiempo el Sol puede necesitar un cuerpo planetario para fundamentar conscientemente la información galáctica que él está recibiendo desde el núcleo galáctico, y desde otros sistemas estelares más evolucionados.

 

Esta es exactamente la situación que le corresponde al Factor Maya: La sincronización de la información galáctica con las necesidades mutuas de la Tierra y del Sol. Como hormigas galácticas, los mayas y su civilización serian los sincronizadores de la necesidad momentánea, (representada por la inteligencia planetaria o solar) con un propósito universal: la entrada plenamente consciente en la comunidad galáctica.

Examinemos por un momento un escenario. Supongamos que la galaxia es un inmenso organismo que posee orden y conciencia, de una magnitud que trasciende el umbral de la imaginación humana. Como un cuerpo gigantesco, ésta se compone de un complejo de sistemas estelares miembros, cada uno coordinado por el núcleo galáctico, Hunab Ku.

 

Al ciclar energía e información, simultáneamente en dirección de las manecillas del reloj y en sentido contrario, la pulsación densa del corazón galáctico emite una serie continua de señales, llamadas por nosotros radio - emisiones.

 

En realidad, estas radio-emisiones corresponden a una matriz de resonancia, que es un vasto campo galáctico de energía inteligente cuya pulsación primaria de actividad y descanso proporciona las bases para las cuatro funciones de onda universal; una función de transmisión o función informativa; una radioactiva, o función electromagnética; una atractiva, o función gravitacional; y una receptiva, o función psicoactiva.

El único objetivo de la continua emisión de la onda de información inteligente desde Hunab Ku, el núcleo galáctico y radio estación cósmica, es la coordinación superior de los organismos miembros, los sistemas estelares. Por coordinación superior se quiere significar primero que todo, la habilidad de la inteligencia local, que por medio de un enfoque de las lentes del Kuxan Suum, quiere llegar al umbral de la percepción del todo y alinearse convenientemente.

 

Por inteligencia local, se quiere dar a entender la mente planetaria o campo de conciencia que constituye el campo autorreflectivo de un planeta (o planetas), dentro de un sistema estelar dado. Entonces, una vez que el alineamiento con el todo haya sido percibido y realizado, por un sistema local, el objetivo es extender el proceso a los sistemas miembros en los que aún no se haya alcanzado el umbral de la percepción del todo.

 

De este modo, la comunidad de la inteligencia galáctica evoluciona lentamente.

La comprensión del todo implica la directa comunicación consciente por la vía de la estrella local, con el núcleo galáctico. Esto también implica una activación continua de la línea de vida del Walkie-talkie galáctico, el Kuxan Suum. La capacidad para mantener la comunicación directa y de continua para establecer y extender la comprensión del todo, es el logro consciente de la armonía. El final del proceso puede no ser más que un paso trascendente de toda la galaxia a un grado inconcebible de sincronización armónica.

En el proceso que estamos describiendo, algunos sistemas locales logran el alineamiento con el conjunto mucho antes que otros sistemas.

 

Digamos que a la inteligencia que alcanza esta etapa se le conoce con el nombre de Mayas, adivinos de la armonía. Adivinar es conocer directamente por la mente. Ser un adivino de la armonía, un Maya, seria conocer directamente las frecuencias armónicas de un nivel o grado de ser, en otras palabras, ser capaz de ponerse a tono con las cualidades de aquel nivel o grados del ser, y aún de asumirlas.

Debido al logro de tal conocimiento, uno de los poderes del Maya seria el de la transducción resonante. A través del conocimiento directo de las ondas armónicas y de los cambios de frecuencia, la transducción resonante es la capacidad de aplicar este conocimiento, y pasar directamente de una condición del ser a otra y, en consecuencia, de un sistema estelar a otro.

 

De hecho, lo más imperativo al lograr la alineación con el conjunto y al convertirse en un Maya, en un adivino de la armonía, es extender tal realización a otros sistemas estelares locales. De esta manera, la matriz galáctica comienza a entrelazarse en un tejido de inteligencia autoreflectiva.

Además, con el objeto de que todos los sistemas puedan lograr el mismo nivel de coordinación armónica, el conocimiento o la información habrían de ser sistematizados en el código más simple que sea posible, de modo que éste pueda ser utilizado en común. Sistematizar y transmitir este código también es responsabilidad de los mayas.

 

El código, como lo veremos, es denominado módulo armónico, o Tzolkín, que es la matriz matemática más simple posible y que acomoda el mayor número posible de transformaciones armónicas, transmisiones y transducciones. En una palabra, es una verdadera tabla periódica de frecuencias galácticas.

Los viajeros intrépidos del Kuxan Suum, los viajeros galácticos que exploran los sistemas estelares en los que el potencial para la realización y la alineación con el conjunto apenas está madurando, los mayas, adivinos de la armonía, están viajando incansablemente. Una vez que un sistema haya sido inspeccionado, supervisado, y se encuentre que tiene el potencial evolutivo para la Yealizaci6n armónica, los mayas están listos para los arreglos finales.

 

Por supuesto, como los sistemas locales que logran la sincronización armónica aumentan en número, también aumenta el nivel de coordinación cooperativa para los sistemas menos evolucionados. Y así como los mayas trabajan con un código uniforme de información galáctica, que es el módulo armónico, al cumplir la necesidad imperativa de extender la armonía, ellos también trabajan con un código galáctico de honor. ¿Por qué?.

Como todo el mundo lo sabe, no hay inteligencia en la coerción o en el acto de obligar a otro a la acción o la realización. Y si el nombre del juego galáctico es la armonización superior, inteligente, este debe jugarse de modo que a la inteligencia local se le enseñe o se te indique de qué modo se ejecuta, de manera que él saque sus propias conclusiones.

 

En otras palabras, el código galáctico de honor es para manifestar y demostrar la armonía, por cualquier medio que sea posible. Al jugar siempre con las reglas de la armonía, pero respetando al mismo tiempo a la inteligencia local, la orden principal del código seria de no hacer nada para promover cualquier noción de dualidad o separatividad.

 

En este aspecto, una frase clave de los mayas es:

In Lakech - Yo soy otro tú.

Al ser expertos en la transducción resonante, es decir, los medios por los cuales la onda armónica se transmite, se comunica, y pasa de una condición del ser a otra, mediante la utilización práctica del Kuxan Suum, los mayas actuarían como mediadores entre Hunab Ku, núcleo galáctico, y la inteligencia evolutiva de un sistema estelar local.

 

Pero si bien puede ser bastante fácil imaginar que la información está siendo transmitida a través del Kuxan Suum, como las ondas propagadas a través de la caja de hojalata de un walkietalkie, ¿qué hay respecto al viaje espacial?.

 

De acuerdo al Factor Maya, el viaje espacial es información, una información transmitida por el principio de la resonancia armónica. Nosotros somos información. El universo es información. La información, igual que el número, es en última instancia una propiedad de resonancia mental.

La información es energía estructurada de acuerdo al receptor para el cual está destinada. El elemento limitante o forma que lleva el aspecto de la información no oculta el hecho de que el contenedor está informado por una cualidad de energía. Escuchamos música, “ondas de sonido propagadas a través del espacio”, y algo dentro de nosotros experimenta una carga emocional. Ha ocurrido una transducción - una transformación de sonido, un tipo de información, en energía emocional, que es otro tipo de información.

Toda energía posee propiedades transductivas de onda. Toda cualidad de una onda es susceptible de ser transmitida resonantemente como sobre-tonos de frecuencia. Una octava es un ciclo coherente de frecuencias, y en todas las octavas cualquier tono puede hacerse sonar para producir sobre-tonos en otras octavas.

 

Agregue a esto el hecho de que cualquier cualidad de una onda puede ser transducida de una forma a otra, a través de un medio particular, tal como un cristal de cuarzo, y tendrá usted los principios básicos que subyacen en la resonancia armónica.

Como sólo ahora lo estamos comenzando a descubrir, el ADN, o código genético - código de la vida - posee una infraestructura con carácter de onda.

 

Esto implica que entre las células del cuerpo hay un sistema universal de comunicación que avanza a velocidades que oscilan entre la del sonido y la de la luz. Como también lo sabemos, el código ADN corresponde a una fórmula numérica completa que representa una progresión binaria a la sexta potencia, 2, 4, 8, 16, 32, 64 - produciendo 64 palabras claves de seis partes o codones.

Una ciencia basada en el principio de la resonancia armónica podía traducir las matemáticas de números compuestos de estos codones, a estructuras de onda de diferentes frecuencias, y transmitir la información como una transducción resonante a través del Kuxan Suum. Como viajeros estelares de máxima velocidad que relampaguean a través del éter galáctico, los mayas se podían transmitir como información del código. ADN de un sistema estelar a otro.

Sin embargo, para respetar la perspectiva del sistema, la transmisión de información genética o de otra especie desde un sistema más evolucionado a uno menos evolucionado, uno debe pasar por la jerarquía de mando que corresponda. La cadena básica de mando va desde Hunab Ku -el núcleo galáctico hasta la estrella, y desde la estrella la inteligencia reflectiva, que es la mente o conciencia planetaria.

 

Una vez que una conciencia planetaria particular se haya colocado en alineamiento con el todo - es decir, a través de su estrella madre al núcleo galáctico -entonces podría establecerse la comunicación con otro sistema estelar, mediante cambios que se hagan en el código universal, o módulo armónico.

Es importante tener en mente que la información comunicada desde un sistema a otro, debe pasar por la estrella del sistema receptor. Esta es la estrella, de la cual nuestro Sol es un ejemplo, la que media el Kuxan Suum entre Hunab Ku, el núcleo galáctico y el planeta que está evolucionando hacia una inteligencia consciente y reflectiva.

 

¿Cómo ocurría esta transmisión de información usando al Sol como principal mediador?.

Suponiendo que se ha efectuado una supervisión, y que una inspección al sistema local ha verificado que el sistema ha evolucionado lo suficiente como para estar en el punto de entrada del alineamiento total, entonces el código propio de información sería alistado. A través de la estrella local, es decir, nuestro Sol, llamado Kin por los mayas, se emitiría una sonda de inteligencia transmitida como un código de sincronización.

 

Ya que el Kin, nuestro Sol, tiene un ciclo inferior a los 23 años, que están divididos en dos pulsaciones que en promedio son de a 11.3 años cada una, la sonda de inteligencia sé sincronizaría primero con este ciclo solar. El ciclo de pulsación de 11.3 años produce incidentalmente un fenómeno conocido como la heliopausa; una fluctuación en la burbuja virtualmente imperceptible que forma el heliocosmos - que a su vez es la totalidad del campo gravitatorio y electromagnético del Sol, la cual abarca las órbitas de los planetas de todo el sistema solar.

Una vez que el campo informativo del Sol se haya sincronizado con el flujo de la información de los sistemas más evolucionados, puede ocurrir la transducción de información crítica; es decir, la impregnación genética del campo planetario seleccionado.

 

Como un rayo sutil afinado de acuerdo al ciclo solar, entraría instantáneamente a manifestarse la onda de información genética codificada según las frecuencias particulares y las cualidades del planeta seleccionado. Los mayas, navegantes galácticos y adivinos de la armonía, habrían penetrado en otro sistema.

 

¿A qué se parecería esto?. ¿Cómo ocurría esto realmente?.

El comienzo del más coherente de los textos mayas existentes, es decir, El Popol Vuh: El Libro de la Comunidad o de las Cosas Comunes, aunque escrito después de la conquista española, contiene algunas pistas interesantes.

Aquí expresaremos la revelación, la explicación, y la narración de lo que estaba oculto, la revelación... y al mismo tiempo la explicación, la narración conjunta de la Abuela y el Abuelo... lo sacaremos a la luz porque ahora el Popol Vuh... ya no puede ver más, en el cual se veía claramente la venida del otro lado del mar.

 

Existió el libro original, escrito hace mucho tiempo, pero su vista está oculta al investigador y al pensador.

Grandes eran las descripciones y el relato,

  • de cómo fueron formados el cielo y la Tierra, de cómo esto fue formado y dividido en cuatro partes

  • de cómo fue partido esto

  • de cómo fue dividido el cielo,

...y fue traída la cuerda para medir, y ésta fue extendida en el cielo y sobre la Tierra, sobre los cuatro ángulos, sobre las cuatro esquinas, como había sido dicho por el Creador y el Hacedor, la Madre y Padre de Vida, de todas las cosas creadas, él, quien da aliento y pensamiento, ella, quien da el nacimiento a los niños, él, quien vela por la felicidad de la gente, y por la felicidad de la raza humana, el hombre sabio, él, quien medita en la bondad de todo lo que existe en el cielo, en la tierra, en los lagos, y en el mar.

De un modo similar, en otro texto llamado Los Anales de los Cakchiqueles, está escrito lo siguiente:

... Del otro lado del mar llegamos al lugar llamado Tulan... la gente llegó a Tulan desde cuatro lugares. En el oriente hay un Tulan. Otro en Xibalbay; otro en el occidente desde donde vinimos nosotros mismos, y hay otro donde está Dios; por eso hubo cuatro Tulanes y emprendiendo el viaje llegamos a las puertas del Tulan.

 

Solo un murciélago vigilaba las puertas de Tulan... En aquella época, a nosotros, los trece clanes de las siete tribus que somos, los trece clanes guerreros, nuestras madres y padres nos ordenaron venir

De estas descripciones crípticas, hay varias cosas que de inmediato nos llaman la atención.

 

Primero que todo, estas son descripciones de una llegada y no a la existencia, del paso de un lugar situado en otra parte y que es el descrito como “el otro lado del mar”, ¿es un océano real, o es una metáfora para designar al mar galáctico?.

 

En segundo lugar, hay una descripción mandálica, bien sea de los cuatro Tulanes o de las cuatro partes en que fueron divididos el cielo y la Tierra.

 

¿Qué describe esto en realidad?. ¿Es también una referencia al Kuxan Suum la cuerda para medir, por medio de la cual el centro determina la relación de las cuatro esquinas o cuatro direcciones?.

Entonces aquí está la referencia a las trece familias de guerreros, y a las siete tribus.

 

Estos son los números claves de la matriz Maya. El número trece, que representa el movimiento que está presente en todas las cosas, repetido veinte veces, da 260, que es el número armónico del Tzolkin o matriz galáctica.

 

El siete es el número del centro místico. El seis, al ser restado del siete, da uno, el número de la unidad. El seis, sumado al siete da trece, que es el armónico celeste del movimiento y la totalidad. El siete, sumado al trece, da veinte, factor que combinado con el trece da origen al módulo armónico.

 

Los números situados en las cuatro esquinas del Tzolkin o matriz armónica son:

el uno en el comienzo, el trece al final, y el siete en las dos esquinas intermedias.

En estas descripciones sobre el origen,

  • ¿Realmente estamos tratando con el lenguaje codificado del Zuvuya, el cual describe el paso por el Kuxan Suum hacia la Tierra?

  • ¿Es el cuádruple mandala, o cuádruple Tulan, una descripción de un modelo armónico primario a través del cual se puede transmitir la genética u otra información, sin que sufran ninguna alteración?

  • ¿Representan las trece familias y las siete tribus un lenguaje codificado para memorizar la matriz galáctica?

La Abuela y el Abuelo, que en otros textos mayas y mejicanos son descritos como los habitantes del cielo trece, que es el cielo más alto, ¿representan el comando, la inteligencia coordinadora y benévola del sistema de donde provenían los mayas, o al menos de donde provenía la comente informativa de los mayas?

PACAL VOTAN NAVEGANTE
 

 

Si el Kuxan Suum, como un walkie-talkie galáctico y resonante, puede ser el agente transmisor de la información necesaria para transportar a los mayas como exploradores de una sincronización de alta frecuencia, desde un sistema exterior al nuestro, hasta nuestro planeta tierra, entonces el Kuxan Suum tendría semejanza con el sipapu de los hopis.

 

Descrito como un tonel o pasaje que conduce hacia y desde los diferentes mundos, el sipapu es el hijo o línea de la vida que enlaza no solamente al núcleo galáctico, a los sistemas estelares, y a los diferentes planetas, sino que también enlaza las diferentes eras universales.

 

Siendo así, cuando termina una era universal y está a punto de empezar otra, el sipapu es el pasaje que indica el camino.

Siguiendo esta ruta hipotética de transmisión resonante entre los sistemas estelares y galácticos, encontraríamos a la comente de información Maya desarrollándose en este planeta quizás hace 3.000 años, si no antes.

 

Dedicándose a su objetivo de reunir información respecto a la Tierra en su relación con el Sol, la luna, y el resto del sistema solar, los mayas observaron, adoptaron, interactuaron y asimilaron. Manteniendo siempre comunicación con el cuartel central, cuando el tiempo maduró para permitir su mensaje las alturas luminosas de la civilización clásica de los mayas - ellos se dedicaron a ello con precisión, sentido artístico y aplomo.

 

Ya que a través del Kuxan Suum ellos aún estaban en comunicación con el Hunab Ku, núcleo galáctico, el sistema matemático “llegó” plenamente desarrollado.

 

Después de la observación y adaptación al nuevo sistema planetario, los veinte jeroglíficos claves habrían sido modificados de manera conveniente. Y siguiendo la conclusión de su misión, es decir, la correlación de los ciclos planetarios de nuestro sistema solar dentro de la estructura galáctica de la matriz armónica, entonces los agentes claves habrían regresado hacia su punto de partida, a través del sistema de las lentes mediadoras del Kuxan Suum.

En esta forma podría explicarse el “misterio” de los mayas.

 

Dado este escenario, hay un género de esculturas que los mayas dejaron en Quirigua y también en Palenque, las cuales retratan a figuras humanas o que se parecen a figuras humanas, y en posiciones que muestran los pies levemente en posición de jarras, como si estuvieran elevándose o flotando, ascendiendo o descendiendo, viniendo a este mundo, o saliendo de él.

 

La más famosa de éstas, es la figura que está en la tapa de la tumba del Pacal Votan en Palenque, en la cual parece que el árbol de la vida saliera del abdomen o plexo solar de la figura principal. ¿Este árbol de la vida es realmente el Kuxan Suum?. Más intrigantes son las dos figuras de Quirigua, sin ninguna duda, el centro intelectual más brillante de los mayas.

 

También es interesante el hecho de que, como el más brillante de los centros mayas, Quirigua alcanzó su pináculo de perfección artística e intelectual en los períodos finales del Baktún 9 - año 790 al 830 D.C.

Una figura que está sobre el gigantesco altar de piedras de la “figura zoomorfa O” en Quirigua, posee una cabeza fantásticamente grotesca, un tocado fenomenal, y por lo demás, una figura humana. En su mano derecha sostiene una especie de manija. Detrás del cuerpo hay una gran valla de forma orgánica que consta de tres discos circulares u ovalados, en los que hay incisas unas pequeñas formas circulares.

 

La posición de las piernas, brazo, y en particular, la cabeza vuelta de lado, le dan a esta figura la apariencia de estar elevándose o flotando.

En otra escultura del mismo género en Quirigua, sobre el altar de piedra igualmente monumental de la “figura zoomorfa P”, solamente los pies y las pantorrillas parecen reconocibles como humanos. El resto del cuerpo, que parece como si estuviera casi sentado, desaparece en un laberinto de estructuras extrañas y al mismo tiempo orgánicas.

 

Mirando el altar de la “figura zoomorfa P”: hay una escultura sedente en actitud contemplativa y sosteniendo un cetro. Todas las figuras de Quirigua están acompañadas por abundantes jeroglíficos.

 

La figura de Palenque está adornada en la tumba por representaciones de los Nueve Señores del Tiempo o del Bajo Mundo. ¿Qué está sucediendo?. ¿Son estas las representaciones de la forma que viene a manifestarse o que se sumerge de regreso en el campo vibratorio del Kuxan Suum?.

Mientras que, según la normas comentes, todo esto puede parecer especulación, o hipótesis descabelladas, estamos en Tierra firme al tratar con la matriz armónica, o sea un módulo armónico de 13 X 20, llamado comúnmente el Tzolkin.

 

Al volver nuestra atención a esta única pieza de evidencia, que es intrigante/coherente, penetraremos aún más en el misterio galáctico de los mayas, adivinos de la armonía y al mismo tiempo a través de nuestro entendimiento del Tzolkin, nosotros mismos podemos llegar a adivinar el propósito de los mayas al venir a este planeta.

 

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