del Sitio Web ElMundo
más cercana a la Tierra.
ESA
Este argumento, en el que los extremos
se tocan, no sólo es un recurso frecuente de la ciencia ficción sino
que también es una idea que está en el espíritu de muchos
investigadores y teorías científicas.
Esencialmente, las unidades básicas que las forman son grandes cantidades de hidrógeno, oxígeno, monóxido de carbono y, en menor medida, cientos de tipos de moléculas diferentes, como agua, amoniaco, alcoholes o azúcares.
Sin embargo, estas moléculas simples, formadas por muy pocos átomos, no son las únicas.
Los nuevos datos observacionales, provenientes tanto de nuevos y más potentes radiotelescopios como de los telescopios espaciales, muestran evidencias de la existencia tanto de moléculas más complejas como de nanopartículas.
Curiosamente, éstos son algunos de los elementos básicos de la nanotecnología. Un descubrimiento curioso ha sido realizado recientemente usando el telescopio Spitzer de la NASA.
En el curso de sus observaciones, un grupo de astrónomos encontraron, cerca de las estrellas "XX Ophiuchi" (distantes 6.500 años-luz de la Tierra), un elevado número de diminutas partículas sólidas, que resultaron estar compuestas por moléculas de C60.
Hasta ese momento, en el cosmos únicamente se habían encontrado fullerenos en fase gaseosa, siendo esta la primera vez que se observaba su existencia en el espacio en fase sólida.
Pero no solo es importante el hecho de su existencia, sino también el de su cantidad.
El número de fullerenos detectados fue tal que podría llenarse con ellos el equivalente a 10.000 montes Everest.
Además de los fullerenos descritos hasta
el momento, también se han hallado en los alrededores de nebulosas
planetarias evidencias de otros más complejos (por ejemplo, C240
conteniendo en su interior C60), moléculas que no se saben
sintetizar en la Tierra de forma controlada.
El mecanismo que permite la formación de esta gran variedad es, a día de hoy, desconocido pues los datos provenientes de observaciones astronómicas son muy escasos y de difícil interpretación.
Este proyecto, que combina lo más grande y lo más pequeño, se denomina NANOCOSMOS e involucra a dos grupos del CSIC y uno del CNRS (Francia).
Los investigadores integrantes del proyecto construirán varias cámaras de simulación en las que intentarán reproducir en un laboratorio la atmósfera que existe alrededor de algunas estrellas moribundas, pues es ahí donde se forman los granos de polvo interestelar y muchas de las moléculas.
Para avanzar en la comprensión del Universo, es importante dilucidar cómo se produce este proceso ya que estas nanopartículas, al cabo de millones de años, acaban formando parte de nuevas nubes interestelares donde nacerán estrellas y también planetas, algunos rocosos como la Tierra.
Por algo se dice que no somos más que "polvo de estrellas".
Las nuevas máquinas y dispositivos que
se construyan no sólo nos ayudarán a comprender mejor el universo,
sino que también a desarrollar nuevos materiales basados en los
conceptos de la nanotecnología.
Y es que el poder de estos imaginarios super-malvados parece ilimitado y dirigido a conjugar la energía del cosmos con la magia del mundo-nano para dominar la Tierra y subyugar a la sociedad.
Sin embargo, en los laboratorios y
centros de investigación reales se trabaja para desvelar los enigmas
de los extremos y que la sociedad adquiera el poder más importante:
el de conocer mejor el universo en el que vivimos.
|