por Eduardo Martínez de la Fe
14 Enero
2021
del Sitio Web
Tendencias21
Representación artística de la galaxia ID2299
mientras parte de su gas es expulsado
por una «cola de marea» como resultado de
la fusión con otra galaxia.
Crédito: ESO/M. Kornmesser.
Las galaxias mueren
porque pierden la capacidad
de generar nuevas estrellas:
unos tentáculos que
emergen
después de una colisión galáctica
provocan la pérdida
del gas
que genera hasta 10.000 soles cada año.
Su menopausia es el
principio del fin...
Los astrónomos han observado por primera vez cómo muere
una galaxia
que está a 9.000 millones de años luz de distancia de nosotros,
arrojando nuevos datos al rompecabezas de cómo nacen y mueren los
conglomerados galácticos.
Las galaxias son acumulaciones de gas, polvo y miles de millones de
estrellas y sus sistemas solares, agrupadas gracias a la gravedad.
Se calcula que hay al menos dos billones de galaxias en el 'universo
conocido' (observable) y que el 90 por ciento de sus masas está constituida por
materia oscura.
Las galaxias son de las primeras estructuras que se formaron en el
universo mucho después del
Big Bang:
para gestarse, cada
galaxia necesita unos 3.000 millones de años...
Todas tienen su proceso
de nacimiento, vida y muerte, aunque hemos descubierto que
nunca
tienen 'infancia'. Sin embargo, el momento más enigmático de la
historia de una galaxia se considera su muerte.
Todo empieza
con la menopausia
La muerte de una galaxia se inicia cuando pierde todo el gas que le
permite crear nuevas estrellas.
Seguirá con vida mientras
las estrellas creadas con anterioridad tengan combustible:
luego se
apagarán y llevarán a la galaxia a su destino final.
La nueva investigación ha contemplado cómo una galaxia empezó a
perder el combustible que le permitía generar nuevos soles cuando el
universo tenía solo 4.500 millones de años, un tercio de la edad
actual.
En ese momento, perdía la capacidad de generar 10.000 nuevos soles
al año porque el 46% del gas que alimentaba esa matriz de estrellas
se disipaba irremediablemente.
Este proceso se acentúa porque el 54% del gas restante lo emplea la
galaxia en crear nuevas estrellas a una velocidad cientos de veces
más deprisa que la Vía Láctea, lo que significa que, en unas pocas
decenas de millones de años, esa galaxia remota finalmente morirá.
Los astrónomos han averiguado algo más sobre ese momento crítico de
la historia de la galaxia:
el fatídico proceso
se habría iniciado tras la colisión con otra galaxia, que habría
provocado la eyección de gas debido a las fuerzas desencadenadas
por el choque.
Origen cósmico
Las fusiones de galaxias eran comunes en el universo temprano, pero
lo que ha ocurrido con esta galaxia agónica, denominada
ID2299, está llevando a los
astrónomos a replantearse,
cómo las galaxias pierden la capacidad de
generar nuevas estrellas, una especie de menopausia cósmica...
Hasta ahora se ha considerado que los vientos cósmicos generados por
las nuevas estrellas y la actividad de
los agujeros negros, son los
que provocan la pérdida del gas frío que permite formar nuevas
estrellas.
Lo que plantea la nueva investigación es que, sin descartar la
importancia de esos procesos, considera que no son tan relevantes en
desencadenar la muerte de una galaxia.
Al mismo nivel de importancia se situaría otro factor cósmico,
conocido como,
"cola de marea", una especie de brazo o tentáculo que
se extiende al espacio desde el interior de una galaxia.
Estos filamentos son el resultado de una interacción gravitatoria
entre dos galaxias cercanas y, en el caso de ID2299, los astrónomos
han verificado que pueden explicar la pérdida de gas que inicia el
principio del fin de una galaxia.
Momento
brillante
El equipo observó ese momento brillante justo cuando se lanzaba al
espacio y pudo identificar que se trataba de una cola de marea y no
de vientos procedentes de la formación de estrellas en el interior
de la galaxia.
Los investigadores consideran que anteriores estimaciones sobre el
papel de los poderosos vientos originados por la formación de
estrellas en la pérdida de gas, en realidad han sido confundidos con
las colas de marea, que son las realmente causantes de la eyección
del gas crítico que permite formar nuevos soles.
"La prevalencia de
esos vientos podría haber sido sobreestimada, por lo que tal vez
merezca la pena reconsiderar al menos una parte de la
bibliografía dedicada a las expulsiones de material y su impacto
general en la evolución de las galaxias", concluyen los
investigadores en
su artículo.
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