por Andy Tomaswick

27 Febrero 2022
del Sitio Web UniverseToday

traducción de SOTT
28 Febrero 2022

del Sitio Web SOTT

Versión original en ingles

 

 


 


© Francesco de Gasperin, SARAO
Imagen del frente de la onda de choque más grande,

y una imagen de la Vía Láctea a escala.

 

 


Los astrónomos sienten predilección por las grandes explosiones y colisiones, y parece que siempre intentan superarse a sí mismos para encontrar una más grande y brillante.

 

Hay un nuevo participante en esa categoría: un acontecimiento tan grande que creó un estallido de partículas hace más de mil millones de años que todavía es visible hoy en día y es 60 veces mayor que toda la Vía Láctea.


Esa onda expansiva fue creada por la fusión de dos cúmulos de galaxias para crear un supercúmulo conocido como Abell 3667.

 

Según los cálculos del profesor Francesco de Gasperin y su equipo de la Universidad de Hamburgo y el INAF, fue uno de los acontecimientos más energéticos del universo desde el Big Bang.

 

Cuando ocurrió hace más de 200 millones de años, disparó una ola de electrones, de forma similar a como lo haría un acelerador de partículas.

 

Todos estos años después, esas partículas siguen viajando a Mach 2,5 (1.500 km/s), y cuando pasan por campos magnéticos, emiten ondas de radio.
 

 


© Francesco de Gasperin

SARAO

 


Imagen del cúmulo de galaxias Abell 3667, donde el color blanco del centro es una concatenación de 550 galaxias distintas, pero las estructuras rojas representan las ondas de choque formadas durante la creación de este supercúmulo.


Esas ondas de radio son las que el Dr. de Gasperin y sus colegas observaron utilizando un nuevo conjunto de telescopios en Sudáfrica conocido como MeerKAT.

 

Sin embargo, las señales de radio no fueron suficientes para caracterizar la onda de choque en sí:

el observatorio de rayos X XMM-Newton también pasó algún tiempo centrado en Abell 3667.

El resultado de todas esas observaciones es una mejor comprensión de la física de la fusión de estos cúmulos de galaxias, que fueron,

"mucho más complejos de lo que pensábamos inicialmente", dijo el Dr. de Gasperin.

Las propias ondas de choque parecen,

"filamentos que trazan la ubicación de líneas de campo magnético gigantes".

Lo que queda claro a partir de las imágenes es que, incluso cuando los científicos se limitan a buscar grandes colisiones, las imágenes de radio resultantes pueden ser asombrosas en sí mismas.