08 Julio 2020
del Sitio Web
Tendencias21
Un colosal
agujero negro, situado a 12.500
millones de años luz, es 34.000 veces más pesado que nuestro
Sol y brilla mil veces más que toda una galaxia.
Si estuviera en la
Vía Láctea casi habría acabado con la vida en nuestro planeta...
Los astrónomos han
descubierto en el interior de un quásar situado a 12.500 millones de
años luz de la Tierra un colosal agujero negro supermasivo que
devora el equivalente a la masa de un sol cada día.
No sólo es el agujero negro de más rápido crecimiento en el
universo, sino también el más luminoso:
brilla miles de veces
más que una galaxia entera y, si estuviera en el centro de
nuestra galaxia, lo veríamos 10 veces más brillante que una luna
llena y haría casi imposible la vida en nuestro planeta.
Conocido como
J2157, este agujero negro fue descubierto en 2018 por el mismo
equipo de investigación, dirigido por la Universidad Nacional de
Australia, que ahora revela algo inesperado:
a tenor de los
conocimientos actuales, es imposible que sea tan grande...
Según los nuevos datos
obtenidos por los astrónomos, J2157 no es el agujero negro más
masivo conocido, pero es 34.000 millones de veces más pesado que
nuestro sol y cinco veces más pesado que
M87*, el agujero negro
supermasivo presente en la galaxia elíptica M87.
En relación con el agujero negro supermasivo que tenemos en el
centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, llamado
Sagitario A*,
J2157 es 8.000 veces
más pesado...
En el universo
temprano
Lo más relevante de este descubrimiento que J2157 está creciendo
desde que el universo tenía solo 1.200 millones de años, menos del
10% de su edad actual.
Crece a una velocidad un 40% más rápida que la velocidad límite
máxima establecida por su masa:
por lo tanto, está
creciendo más rápido de lo que un agujero negro debería ser
capaz de hacer.
Los astrónomos se
preguntan cómo es posible que agujeros negros de este calibre
pudieran existir desde una época tan temprana del universo.
Los científicos australianos habían estimado previamente que J2157
tenía una masa récord de 20 mil millones de soles, pero nuevas
observaciones con el
Very Large Telescope de ESO en
Chile han permitido establecer la velocidad con la que J2157 aspira
magnesio ionizado, que produce una firma espectral precisa, y
definir la masa con mayor precisión.
Objeto
imposible
Con estos nuevos datos, J2157 se ha convertido en el agujero negro
más grande en un período tan temprano en la historia del universo,
ya que según los conocimientos actuales sería imposible que
se hubiera desarrollado con esas magnitudes.
Este descubrimiento está llevando a los astrónomos a reconsiderar
sus modelos cosmológicos relativos a la creación de agujeros negros
en el universo, según los cuales,
un agujero negro de
esas características habría necesitado mucho más tiempo y
materia que absorber que la que había en el universo cuando se
formó...
No solo no sabemos
cómo se formó y cómo creció, tampoco sabemos cómo los agujeros
negros han podido crecer tanto poco después
del Big Bang, destacan los
investigadores.
Referencias
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