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por Pablo Javier Piacente
13 Diciembre
2021
del
Sitio Web
Tendencias21

Esquema basado en observaciones
de múltiples longitudes de onda de una "fuga"
en el enorme Agujero Negro ubicado en
el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
Créditos: NASA, ESA, Gerald Cecil (UNC-Chapel Hill)
y Dani Player (STScI).
El
telescopio espacial Hubble de la NASA ha detectado en el
Agujero Negro supermasivo de la Vía Láctea los vestigios de un "chorro
fantasma" parecido a un soplete:
la fuga se remonta a
varios miles de años e indicaría que la gigantesca estructura se
encuentra dinámica y activa.
Astrónomos de la NASA han
descubierto, mediante observaciones en múltiples longitudes de onda
con el telescopio espacial Hubble y otros instrumentos, que el
Agujero Negro supermasivo ubicado en el centro de la Vía Láctea
presenta una fuga:
las emanaciones serían producto de parte del
material sobrecalentado que expulsa ocasionalmente la enorme
estructura, debido a la acumulación de estrellas o nubes de gas.
El fenómeno indicaría que
el Agujero Negro todavía está activo, pero en una escala menor de
producción de energía que los estallidos conocidos anteriormente.
Según
una nota de prensa, el chorro de material habría sido
expulsado del Agujero Negro hace aproximadamente 2.000 años:
la fuga fue
identificada a partir de los datos infrarrojos del telescopio
Hubble, pero la información se enriqueció con los telescopios
Chandra, Alma y VLA, que aportaron datos de rayos X y radio.
El nuevo estudio (Tracing
the Milky Way's Vestigial Nuclear Jet),
liderado por el científico Gerald Cecil de la Universidad de
Carolina del Norte en Chapel Hill, fue publicado recientemente en
The Astrophysical Journal.
El gigante
"dormido" aún bosteza
La Vía Láctea
se encuentra rodeada por.
dos enormes burbujas de
plasma de gran brillo, que pueden apreciarse en rayos gamma y rayos
X.
Estas burbujas son
evidencia de un estallido explosivo del Agujero Negro supermasivo,
que ocurrió hace unos 2 millones de años.
Sin embargo, aunque los
astrónomos ya conocían estas estructuras, al sondear profundamente
en el núcleo de la galaxia apreciaron una nube de hidrógeno
brillante cerca del Agujero Negro.
Cuando se acercaron un poco más en detalle a esta nuble de
hidrógeno, comprobaron que la misma está siendo golpeada por un
chorro de material alargado y que se manifiesta en forma de
columnas.
Se trata de una fuga de
"residuos" extremadamente calientes que expulsa el Agujero
Negro, y
que son parte de las estrellas y el gas que va acumulando como
producto de su atracción gravitacional.
Al parecer, estas fugas
se repetirían ocasionalmente cada varios miles de años.
Pero más allá del detalle de la fuga, los investigadores remarcaron
que,
el descubrimiento confirma que el
Agujero Negro que domina el
centro de nuestra galaxia todavía se encuentra dinámico y en
actividad, aunque su producción de energía sea menor a la que
sostenía cuando concretó monumentales estallidos millones de años
atrás.
En otras palabras, el
Agujero Negro, que dispone de una masa de 4,1 millones de soles, no
es un monstruo inerte:
las estrellas y las nubes de gas siguen
provocando reacciones en él y periódicamente lo sacan de su 'letargo'...
Brillos de un pasado
violento
En el mismo sentido, los astrónomos indicaron que el Agujero Negro
central claramente aumentó en luminosidad al menos 1 millón de veces
en el último millón de años.
El aumento fue suficiente
como para que un "chorro" golpeara el halo galáctico, demostrando
que el Agujero Negro es dinámicamente variable.
Aunque actualmente podría
considerarse "apagado" si tenemos en cuenta el impacto que ha
demostrado en el pasado de nuestra galaxia, sería como un animal que
parece dormido pero que, en realidad, está al mismo tiempo atento y
dispuesto a saltar hacia su presa en cualquier momento.
Para tener una idea de la fuerza de esta monumental estructura
posicionada en el corazón de la Vía Láctea, los científicos
recordaron que,
en la gran explosión producida hace un par de
millones de años atrás, el Agujero Negro supermasivo pudo iluminar
con su estallido una estructura gaseosa, denominada
corriente de
Magallanes, que se ubica a unos 200.000 años luz del centro
galáctico.
Según las observaciones
del telescopio Hubble, el gas producido por esa lejana explosión
brilla desde ese evento hasta hoy.
Referencia
-
Tracing the Milky Way's Vestigial
Nuclear Jet - Gerald Cecil, Alexander Y.
Wagner, Joss Bland-Hawthorn, Geoffrey V. Bicknell and
Dipanjan Mukherjee. The Astrophysical Journal (2021). DOI:https://doi.org/10.3847/1538-4357/ac224f
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