por Sergio Prostak
28 Septiembre 2012
traducción de
Adela Kaufmann
Un equipo internacional de astrofísicos ha medido por primera vez el "punto de no retorno" del agujero negro - la distancia más cercana que la materia puede acercarse antes de ser tirada irremediablemente dentro del agujero negro.
El agujero negro es orbitado por un grueso disco de gas caliente. El centro del disco se ilumina en rojo vivo, mientras que el borde del disco muestra en silueta oscura. Los campos magnéticos canalizan algo de material en una salida cp,p-de-jet - los mechones verdes que se extienden hasta la parte superior derecho e inferior izquierdo. Una línea de puntos marca la órbita interior circular estable, que es la distancia más cercana que el material puede orbitar antes de volverse inestable y sumergirse dentro del agujero negro (Chris Fach / Perimeter Institute y la Universidad de Waterloo)
El equipo examinó el agujero negro supermasivo en el centro de una galaxia elíptica gigante llamada Messier 87, que se encuentra a unos 50 millones de años luz de la Tierra.
Ese agujero negro es 6 mil millones de veces más masivo que el sol. Está rodeado por un disco de acreción de gas girando hacia las fauces del agujero negro.
Aunque el agujero negro es invisible, el disco de acreción es lo suficientemente caliente como para brillar.
Según la teoría de Einstein de la relatividad general, la masa de un agujero negro y su giro determinan qué tan cerca puede orbitar el material antes de volverse inestable y caer en el horizonte de eventos.
El equipo fue
capaz de medir esta órbita más interna estable y se encontró que es
sólo 5,5 veces el tamaño del horizonte de eventos del agujero
negro. Esto sugiere que el tamaño del disco de acreción está girando
en la misma dirección que el agujero negro.
El telescopio es
capaz de ver los detalles 2,000 veces más finos que el Telescopio
Espacial Hubble.
Sheperd S. Doeleman et al. Estructura de Lanzamiento-Jet Resuelta cerca del agujero supermasivo en M87 Negro. Science, publicado en Internet el 27 de septiembre 2012, doi: 10.1126/science.1224768
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