27 Agosto 2019 del Sitio Web LiveScience
Mystery
Planet del Sitio Web MysteryPlanet
Representación artística de una nave espacial entrando en un agujero de gusano.
Crédito: Daniela Mangiuca.
Todo lo que necesitas es un par de agujeros negros y algunas cuerdas cósmicas.
Nada del otro
mundo…
Un atajo de esta
naturaleza nos permitiría ir de una esquina a otra del universo sin
mayor consumo de tiempo.
Tanto que si envías un
simple fotón a través de él, el agujero colapsará más rápido que la
velocidad de la luz.
Todo lo que se requiere son dos agujeros negros y unas pocas cuerdas cósmicas infinitamente largas. Súper fácil...
De acuerdo a la
teoría de la relatividad general de Einstein,
la masa y la energía envuelven la fábrica del espacio-tiempo. Y
cierta configuración especial de la materia y la energía permiten la
formación de un túnel, un atajo entre dos porciones distantes del
universo.
Aunque una dosis de masa
negativa - masa de signo contrario al de la masa de la materia
ordinaria - podría contrarrestar los efectos desestabilizantes de la
materia que pasa a través del túnel.
Un agujero de gusano tiene por lo menos dos extremos conectados a una única garganta, a través de la cual podría
desplazarse la materia.
Cuando estas dos extrañas criaturas cósmicas se juntan engendran una nueva:
Lo malo:
Estos hambrientos
monstruos pueden tener carga eléctrica y
su interior es un lugar extraño,
con su punto de singularidad estirado y distorsionado, permitiendo
así formar un puente a otro agujero negro con carga opuesta.
De fusionarse ambos en uno solo, entonces solo tendríamos un enorme agujero negro cargado e inservible para crear un agujero de gusano.
La potencial solución: Las cuerdas cósmicas son defectos del espacio-tiempo, similares a las grietas que se forman cuando el hielo se congela.
Estos restos cósmicos
nacieron en el universo temprano, tras las primeras fracciones de
segundo posteriores
al Big Bang. Son objetos
verdaderamente exóticos, no más anchos que un protón pero con una
sola pulgada de su longitud más pesada que el Monte Everest.
el Universo puede haber sido creado a partir de unas cuerdas cósmicas: hilos invisibles más delgados que un átomo, terriblemente energéticos - pues la energía del Big Bang está en su interior - y desconcertantemente excéntricos en su comportamiento.
Los hilos estarían
repartidos de modo disperso, como una madeja de hilo desenrollado a
lo largo y ancho del cosmos, y se moverían a una velocidad cercana a
la luz.
En otras palabras, no les gusta que las toquen...
Si tocas un agujero de gusano con una cuerda cósmica, y permites que la cuerda pase por los bordes exteriores de los agujeros negros, estirándose hasta el infinito, entonces la tensión resultante prevendría que los agujeros cargados eléctricamente se atrajeran, manteniéndolos en sus respectivos lugares como entrada y salida.
En resumen, los extremos distantes de las cuerdas cósmicas actúan como dos equipos jugando al tira y afloja.
Aquí es donde
necesitaríamos de otra cuerda cósmica tocando el agujero de gusano
pero también formando un círculo a través del espacio entre los
agujeros negros.
Sus
vibraciones agitan el tejido del
espacio-tiempo a su alrededor, y cuando están
sintonizadas en las vibraciones correctas pueden generar que la
energía del espacio cercana se vuelva negativa, actuando
efectivamente como masa negativa dentro del agujero de gusano y
estabilizándolo.
de que el espacio-tiempo conocido contenga estructuras de este tipo, por lo que en la actualidad
es solo
una posibilidad teórica en la ciencia.
En ella advierten que aunque es posible estabilizar el túnel, no es algo permanente.
Eventualmente las vibraciones de las cuerdas cósmicas - las mismas que mantienen las puertas abiertas - tiran energía, y por ende masa de la cuerda, haciéndola cada vez más pequeña.
Esto quiere decir que con el tiempo las cuerdas vibran hasta su perdición, haciendo que el agujero de gusano colapse luego.
Eso sí, primero debemos
hallar algunas cuerdas cósmicas…
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