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			por Andreas Faber-Kaiser 
			1976 
			de
			
			AFK Website 
			  
			Habiendo sobrevivido a las heridas que le causara la crucifixión, 
			Jesús comenzó una segunda vida en Cachemira, adonde llegó en busca 
			de las diez tribus perdidas de Israel. Allí murió a edad muy 
			avanzada de muerte natural. Está enterrado en la capital de 
			Cachemira, en donde se venera su tumba desde hace casi 1900 años.
 
			
			¿SENTADO A LA DERECHA DEL PADRE?
 
				
				Jesús fue crucificado un viernes hacia el mediodía. Antes de caer la 
			noche, ya muerto fue bajado de la cruz y depositado su cadáver en la 
			gruta funeraria de José de Arimatea, cuya entrada fue taponada con 
			una roca. El domingo siguiente, el cuerpo de Jesús había 
			desaparecido inexplicablemente del interior de la gruta. Se había 
			cumplido la profecía bíblica: había resucitado de entre los muertos. 
			Tras una breve estancia en la Tierra, durante la cual sus discípulos 
			entraron en contacto con él, Jesús ascendió al Cielo, donde está 
			sentado a la derecha del Padre. 
			Esto es dogma de fe para la religión cristiana.
 Pero, por otra parte, en el sector Khanyar de la ciudad de Srinagar, 
			capital de Cachemira, está enterrado el cuerpo de Jesús en la cripta 
			conocida por el nombre de "rozabal".
 
 ¿Cómo explicar que Jesús esté sentado en el cielo y que al mismo 
			tiempo yazca muerto en Cachemira? Algo no cuadra, a partir del hecho 
			cierto de la crucifixión.
 
 En tela de juicio están la muerte de Jesús en la cruz, su 
			resurrección, y su ascensión al Cielo.
 
 Porque no hay datos históricos que avalen su muerte en la Cruz. 
			Tampoco nadie presenció la resurrección.
 
 
  En cambio, hay indicios históricos de un hombre de ideas y 
			filosofías idénticas, que a partir de aquellos años marcha hacia el 
			Este, dejando testimonio de su vida y de sus actos. Un hombre que se 
			encamina hacia Cachemira, se establece en ese país y muere en él. Su 
			tumba se está venerando hoy en día en Srinagar, capital de Cachemira. 
 Leyendas, tradiciones y textos antiguos nos refieren esta segunda 
			vida de Jesús al Norte de la India. Por esos documentos sabemos que 
			Jesús tuvo hijos en Cachemira, y que de resultas de esta unión con 
			una mujer, un hombre, Basharat Saleem, puede afirmar hoy ser el 
			descendiente vivo de Jesús.
 
 En la misma ciudad en que este descendiente por vía directa de Jesús 
			conserva el árbol genealógico de su familia que, arrancando de Jesús 
			llega íntegro y sin lagunas hasta su misma persona, un destacado 
			arqueólogo, el Profesor Hassnain, director de los Archivos, 
			Bibliotecas y Monumentos del Gobierno de Cachemira, está 
			investigando intensamente las posibilidades para esta hipótesis de 
			una segunda vida de Jesús.
 
 Así, una realidad que es sabida a nivel de investigación y a nivel 
			sectario por unas cuantas personas repartidas por todo el mundo, es 
			sin embargo desconocida para la inmensa mayoría del público, que 
			creo es ya hora de que sea informado de que el pilar sobre el que se 
			asienta el Credo cristiano, Jesús, posiblemente no haya muerto en la 
			cruz, sino que después de vivir una segunda etapa de su vida en 
			tierras lejanas, muriera a edad muy avanzada, de muerte natural. Con 
			ello, y sólo así, habría completado la misión para la que fue 
			enviado a la Tierra, misión que incluía el encontrar y el predicar a 
			las tribus perdidas de Israel, a los hijos de Israel.
 
 Se establecen así puentes lógicos sobre unos vacíos en modo alguno 
			claros, que ofrece el texto bíblico.
 
 Debo señalar que los nombres Yusu, Yusuf, Yusaasaf, Yuz Asaf, 
			Yuz-Asaph, Issa, Issana, Isa, que aparecen en textos, leyendas y 
			recuerdos cachemires, son todos ellos traducciones del nombre de 
			Jesús. Por lo tanto, cuando hablo de Jesús en las páginas que siguen, 
			me puedo estar refiriendo a cualquiera de las traducciones de su 
			nombre en las lenguas cachemir, árabe o urdú. También se refieren al 
			nombre de Jesús prefijos toponímicos tales como Yus-, Ish- o Aish-.
 
 
			
			"YO SOY INOCENTE DE ESTA SANGRE"
 
			Antes de entrar en los detalles que me inducen a creer que Jesús no 
			murió en la Cruz, creo conveniente dejar bien sentada la simpatía 
			que Pilato, procurador romano de Judea que se vio forzado a decretar 
			la muerte de Jesús, sentía por éste.
 
			  
			Leemos en el Evangelio de Juan 
			(19,12): 
				
				.."Desde este momento Pilato intentó liberarlo (a Jesús); pero los 
			judíos gritaban: 'si lo dejas ir, no eres amigo del César; todo 
			aquel que se declara rey se declara en contra del César'". 
			Y continúa Mateo (27,24): 
				
				.."Viendo Pilato que no conseguía nada, sino que el tumulto aún 
			crecía, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo diciendo: 
			yo soy inocente de esta sangre; vosotros mismos." 
			Evidentemente, Pilato no deseaba la muerte de Jesús. Pero 
			los judíos 
			declararon a Jesús un rebelde, que deseaba llegar a ser rey. 
			Advirtieron a Pilato que si le dejaba libre sería él el desleal al 
			César. A Pilato, que no se podía jugar su alto cargo, y al que no 
			convenía en modo alguno la enemistad del César, sólo le quedaba la 
			opción de ajusticiar a Jesús de tal forma que, aparentemente muerto, 
			pudiera sin embargo seguir con vida. Así fijó en primer lugar la 
			crucifixión en un viernes, a pocas horas de la puesta del sol, y a 
			punto de caer la noche del gran Sabbath. Especulaba Pilato con que, 
			de acuerdo con las leyes judías, el cuerpo de Jesús no podía 
			permanecer en la cruz después del anochecer. También en el instante 
			preciso, aparece en escena un hombre llamado José, declarado amigo 
			de Pilato y persona notable de la localidad, discípulo secreto de 
			Jesús. Este hombre se lleva el cuerpo de Jesús a un lugar en el que 
			los judíos no tenían nada que buscar.
 
			
			JESÚS NO MURIÓ EN LA CRUZ
 
			Analicemos desde varios ángulos la real probabilidad de que Jesús no 
			muriera en la cruz.
 
 En primer lugar hay que considerar que Jesús no permaneció muchas 
			horas crucificado. Fue bajado de la cruz en la tarde del mismo día 
			en que le fue dictada y ejecutada la sentencia.
 
				
				
				Jesús fue crucificado en un viernes. 
				
				
				El sábado es el Sabbath judío. 
				
				
				Esta circunstancia obligaba a bajar el cuerpo de Jesús antes de la 
			caída de la noche, ya que el dí judío comenzaba con la entrada de la 
			noche, o sea que el sábado comenzaba a contar a partir de la noche 
			del viernes. 
				
				Estaba prohibido, según las leyes judías, dejar colgado 
			en la cruz a un ajusticiado durante el día sagrado del Sabbath 
			Insisto en que Jesús sólo permaneció en la cruz durante algunas 
			horas, porque se podía vivir durante varios días en esta horrible 
			condición. El verdadero objeto de la crucifixión no era la muerte 
			inmediata, sino que era una tortura que se prolongaba a lo largo de 
			3 ó 4 días. Conviene tener presente que si a un crucificado se le 
			bajaba de la cruz a tiempo y se le trataba cuidadosamente, 
			generalmente se recobraba y sobrevivía.
 Considérese ahora que Jesús fue crucificado junto con dos 
			malhechores. Los tres, por lo tanto, están sufriendo un mismo 
			suplicio, como leemos en Lucas (23,40) que un ladrón le dice al otro: 
			"¿Tú tampoco temes a Dios, tú que te hallas en un mismo suplicio?". 
			Pero resulta que en el momento de bajarlos de la cruz al mismo 
			tiempo que a Jesús, los dos ladrones siguen con vida, por lo cual 
			los soldados romanos les quiebran las piernas para que acaben de 
			morir. Es improbable que Jesús, habiendo sufrido el mismo suplicio, 
			hubiera muerto ya.
 
 Además Pilato, persona que conocía por experiencia lo que tarda una 
			persona en morir en la cruz, se extrañó de que Jesús hubiera muerto 
			ya. Cuando José de Arimatea fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo 
			de Jesús, leemos textualmente en Marco (15,44): "Pilato se extrañó 
			de que hubiera ya muerto".
 
 También es harto conocido el hecho de que cuando el centurión romano 
			prueba si Jesús está muerto hiriéndole con su lanza en un costado, 
			de la herida fluye agua y sangre. Pero de un cuerpo muerto brotan 
			únicamente algunas gotas de sangre espesa. Llegados a este punto nos 
			interesa recordar que el llamado "sudario de Turín" ha quedado 
			recientemente demostrado ser el auténtico lienzo con el que fuera 
			envuelto el cuerpo de Jesús una vez bajado de la cruz, y que de su 
			análisis se desprende que este cuerpo seguía con vida en aquellos 
			momentos.
 
 
			
			JESÚS SALE VIVO DEL SEPULCRO
 
			Una vez bajado Jesús de la cruz, según vimos con vida, se suceden 
			una serie de acontecimientos que indican que se le intentó curar y 
			que salió también con vida de su sepultura. Recuérdense aquí los 
			sentimientos de simpatía de Pilato hacia Jesús.
 
 Observemos en primer lugar que Jesús fue entregado, no a sus 
			enemigos, sino a quienes le eran amigos. Así leemos en el Evangelio 
			de San Juan (19,38-39):
 
				
				"..Después; José de Arimatea que era 
			discípulo de jesús; pero a escondidas por miedo a los judíos, pidió 
			a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de jesús, y Pilato se lo 
				concedió. Fueron pues, y se lo llevaron. Fue también Nicodemo, el 
			que anteriormente había ido a encontrarle de noche, llevando una 
			mezcla de mirra y aloe, unas 100 libras." 
			Es curioso observar ahora que Jesús fue llevado a una 
			tumba de José 
			de Arimatea, y que esta tumba no fue rellenada con tierra, como es 
			costumbre entre los judíos, sino que únicamente fue tapada con una 
			gran piedra o roca. Se trataba de una tumba espaciosa en la cual 
			había aire suficiente para respirar. Curioso es también observar que 
			para salir del sepulcro, jesús necesitó apartar la roca que tapaba 
			su entrada. Lo cual indica que de ahí salió un cuerpo físico humano 
			y no un ente espiritual o divino para el que no hubiera sido 
			necesario desplazar la roca. Es más, Jesús-hombre precede a sus 
			discípulos en el camino a Galilea. A partir de la entrega del cuerpo 
			a José de Arimatea leemos todo esto en el Evangelio de Marcos (15, 
			46-47; 16, 1-7): 
				
				"Este (José de Arimatea) compró una sábana, bajó el cuerpo, lo 
			envolvió en la sábana, lo depositó en un sepulcro tallado en la roca 
			e hizo rodar una piedra para tapar la puerta del sepulcro. María 
			Magdalena y María, madre de José, miraban dónde lo ponían. Pasado el 
			sábado, María Magdalena, madre de Jaime, y Salomé compraron perfumes 
			para ir a ungirlo. De buena mañana, el domingo, llegaron al sepulcro 
			a la salida del sol. Y se decían entre ellas: ¿Quién nos separará la 
			piedra de la puerta del sepulcro? miraron, y vieron que habían 
			separado ya la piedra; era realmente muy grande. Entraron entonces 
			en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con 
			un hábito blanco, y se asustaron. Pero él les dijo: no tengáis 
			miedo. Buscáis a Jesús de Nazareth, el crucificado; ha resucitado, 
			no está aquí; ved el lugar en que le pusieron. Pero id, y decidles a 
			sus discípulos y a Pedro que os precede a Galilea; allá lo veréis 
			tal como os dijo." 
			La afirmación de que María Magdalena, 
			María y Salomé entraron en el 
			sepulcro, indica las dimensiones espaciosas de éste.
 Por una parte existen indicios claros de que Jesús fue curado de sus 
			heridas por Nicodemo. Este le aplicó un ungüento que curaba las 
			heridas y facilitaba la circulación libre de la sangre en el cuerpo. 
			El ungüento aplicado por Nicodemo a Jesús se conoce por el nombre de 
			Marham-I-Isa (el ungüento de Jesús) o también Marham-I-Rosul (el ugüento del profeta), ungüento citado en numerosos tratados médicos 
			orientales en muchos de los cuales se afirma también que es un 
			ungüento aplicado a las heridas de Jesús cuando fue bajado de la 
			cruz. El más conocido de estos tratados es el famoso Cánon de 
			Avicena.
 
 
			
			JESÚS RESUCITADO COME PAN Y PESCADO
 
			Jesús, curado de sus heridas y abandonado el sepulcro, se pone en 
			marcha para huir de sus enemigos, comenzando así una nueva etapa de 
			su vida humana. La misma Biblia nos demostrará cómo la imagen de 
			Jesús vista después de su salida del sepulcro, es la imagen de un 
			cuerpo humano físico, y no la imagen de un ente divino o espiritual.
 
 Salido del sepulcro, Jesús se encuentra primero con María Magdalena 
			y su compañera, que abrazan sus pies —señal de que era un cuerpo 
			físico—, y a las que Jesús encarga que comuniquen a sus discípulos 
			que se trasladen a Galilea donde se reunirán con él.
 
 Luego Jesús será visto por Jaime y por Pablo, como lo leemos en la 
			primera epístola de este último a los corintios (15, 7-8).
 
 Jesús se encuentra esporádicamente con sus amigos, no osando dejarse 
			ver abiertamente en público, por temor a que le reconozcan y prendan 
			los judíos. Si leemos atentamente el Evangelio de Mateo veremos 
			claramente expresado este temor (28, 8):
 
				
				"Se fueron inmediatamente 
			del sepulcro (se refiere a María y su compañera) con gran temor y 
			gran alegría, y corrieron a anunciarlo a los discípulos".
				 
			Es 
			evidente que las dos mujeres dentro de la alegría de saber que Jesús 
			estaba vivo, albergaban un gran temor de que fuera descubierto. El 
			mismo Jesús se da cuenta de ello e intenta apaciguarlas (10): 
			 
				
				"Entonces Jesús les dijo: No tengáis miedo; id y decid a mis 
			hermanos que se vayan a Galilea y allá me verán".  
			Luego, Jesús 
			emprende una caminata a pie de unos 100 kilómetros para llegar a 
			Galilea y despistar así a sus posibles perseguidores.
 Pero veamos más pruebas de que Jesús seguía en su cuerpo humano 
			terrestre, y que no se había espiritualizado. Leemos así en el 
			Evangelio de Lucas, cuando Jesús se aparece a los apóstoles (24, 
			37-39):
 
				
				"Despavoridos y llenos de temor, pensaron que veían a un 
			espíritu, y él les dijo:¿Por qué os asustáis y por qué os vienen al 
			corazón estos pensamientos? Miradme las manos y los pies que soy yo 
			mismo; palpadme y mirad, que un espíritu no tiene carne y huesos 
			como veis que yo tengo". 
			Dos versículos más adelante Jesús de repente muestra tener hambre. 
			Algo absolutamente inconcebible en un ente divino o en un ente 
			espiritual. Así lo leemos (41-43):  
				
				"Entonces les dijo: ¿Tenéis aquí 
			algo para comer? Ellos le dieron un trozo de pescado a la brasa; lo 
			tomó y se lo comió delante de ellos". 
			Vayamos al Evangelio de Juan. Leemos ahí (20,27) cómo Tomás palpa 
			las heridas de Jesús. Demuestra así que lo que se les apareció era 
			un cuerpo tangible de carne y huesos:  
				
				"Después le dijo a Tomás: 
			Acerca el dedo aquí y mira mis manos, y acerca, y acerca la mano y 
			ponla en mi costado, y no seas incrédulo, sino creyente". 
			Lo que queda claro es que Jesús tenía que desaparecer de Palestina. 
			Tomó, como hemos visto, los últimos contactos con sus discípulos, 
			contactos esporádicos para no ser descubierto, y emprendió la marcha 
			hacia el Este. Era, al fin y al cabo, un hombre perseguido. Para no 
			ser descubierto, incluso se disfraza durante los últimos días de su 
			estancia en Palestina, como lo demuestra el texto del Evangelio de 
			Marco (16,12):  
				
				"Después de esto se apareció en una 
				figura distinta a 
			dos de ellos que caminaban e iban hacia el campo" 
			Pero, aparte de que ahora se veía forzado a 
			huir, Jesús tenía de 
			todos modos que acabar de cumplir la misión para la que fue enviado. 
			De haber muerto efectivamente en la cruz, Jesús habría fracasado en 
			el cometido que le fue asignado. Quiero decir que Jesús no debía 
			morir sin haber antes buscado y salvado a las tribus perdidas de 
			Israel.
 
			
			EN BUSCA DE LAS TRIBUS PERDIDAS DE ISRAEL
 
			Evidentemente, Jesús debía ir en busca de estas tribus. Pero, ¿dónde 
			estaban?
 
 Volviendo atrás en el tiempo, recordaremos que Josué dividió la 
			Tierra Santa entre los hijos de Israel, siendo ocupada la mayor 
			parte del Sur de Palestina por las tribus de Judá y Benjamín, 
			mientras las restantes diez tribus se establecieron en el Norte de 
			Palestina. Bajo el rey Saul, las doce tribus volvieron a 
			reunificarse, si bien más tarde, en tiempos del sucesor del rey 
			Salomón, una revolución separará para siempre a diez de las tribus 
			de Israel de la casa de David.
 
 Luego, y como resultado de una incursión asiria, el rey 
			Tiglatpileser se lleva a muchos de los habitantes de las tribus del 
			norte. Comenzó así la cautividad de las diez tribus. Casi todos los 
			supervivientes fueron enviados a cautiverio años más tarde por Sargón, que finaliza victorioso el sitio puesto por los asirios a la 
			capital del reino del Norte israelita, Samaria. De este cautiverio 
			ya no regresarían jamás.
 
 Englobados de esta forma en el imperio persa, los componentes de las 
			diez tribus así perdidas de Israel, fueron desplazándose hacia el 
			Este a medida que los grandes conquistadores persas iban expandiendo 
			sus dominios por tierras del actual Afganistán, Pakistán y 
			Cachemira 
			por el Norte, para detenerse a la ribera del río Indo. Allí se 
			establecieron los supervivientes israelitas, siendo conocidos hasta 
			hoy con el nombre de Bani Israel, o sea "hijos de Israel".
 
 Estas tierras serían por lo tanto el objetivo inmediato de Jesús:
			Cachemira.
 
 
			
			LA HUÍDA DE JESÚS
 
			Ibn-i-Jarir, en su famoso Tafsir-Ibn-i-Jarir at-Tabri escribe:
 
				
				"El y 
			su madre, María, tuvieron que emigrar de Palestina y partir hacia un 
			país lejano, pasando de país en país". 
			Jesús, según los relatos bíblicos, se había encaminado hacia 
			Emaus, 
			hacia el valle de Josafat, habría pasado a través del Occidente de 
			Judea y habría llegado a Samaria, un país en el que les estaba 
			prohibido entrar a los judíos. Había alcanzado finalmente Nazareth, 
			encaminándose al lago Tiberíades (Juan, 21, 1). De Nazareth partían 
			las grandes caravanas en ruta hacia Damasco.
 A tres kilómetros de Damasco existe un lugar que desde entonces y 
			hasta hoy se llama Maqam-I-Isa (el lugar de estancia de Jesús). 
			Jesús debió haber vivido ahí el tiempo suficiente como para 
			convertir en discípulos suyos a Ananias y otros.
 
 Durante su estancia en Damasco Jesús recibió una carta del rey de Nisibis, en la que se le informaba que el mencionado rey había caído 
			en una grave enfermedad y que pedía a Jesús que acudiera para 
			curarle. Jesús envió una contestación diciendo que enviaría a uno de 
			sus discípulos y que él mismo seguiría más tarde, según leemos en la 
			Biblioteca Cristiana Ante-Nicena, Vol. XX (Documentos siríacos, 1). 
			Jesús sabía que algunas de las tribus perdidas de Israel estaban en 
			Nisibis, circunstancia que también mencionó el historiador Josephus. 
			Pero se da cuenta de que es hora de marcharse de Damasco para salvar 
			su vida (Actos, 9, 23).
 
 Muhammad bin Khavendash bin Mahmud, comúnmente llamado Mir Khwand, 
			escribe en su famoso libro Rauzat-us Safa que se ha convertido en un 
			libro persa de historia clásico:
 
				
				"Jesús y María abandonaron la 
			ciudad y se encaminaron hacia Siria"  
			Voy a cambiar rápidamente de 
			fuentes para leer en el Sagrado Corán (23, versículo 50):  
				
				"E hicimos 
			con el hijo de María y con su madre, un milagro y les refugiamos en 
			una benéfica colina provista de manantiales". 
			En la obra Jami-ut-Tawarihk se nos explica que durante estos días 
			María, la madre de Jesús llevaba un bastón en su mano y caminaba a 
			pie. A continuación el autor nos cuenta que Jesús se encaminó hacia 
			el rey de Nasibain (Nisibis) y predicó allí. Desde esta ciudad 
			marchó hacia Mashaq, donde está situada la tumba de Sem, hijo de 
			Noé. Descripción similar podemos hallar en la obra 
			Nasikh-ut-Tawarihk (vol. 1, 28). Ni en el Jami-ut-Tawarihk, ni en el
			Rauzat-us-Safa, hallamos explicación alguna para la repentina marcha 
			de Jesús de Nisibis. Sin embargo sí la hallamos en la obra de 
			Ibn-i-Jarir, Tafsir-Ibn-i-Jarir-al-Tabri (vol. 3, 197):  
				
				"El rey (de Nasibain) era un hombre astuto. El pueblo quería matarlo (a Jesús) y 
			éste huyó". 
			En aquella época existían tres ciudades con este nombre. A saber: 
			 
				
					
				 
			En el libro Majma-ul-Buldan 
			publicado en 1207, leemos que la primera de ellas está situada en la 
			ruta de las caravanas de Siria a Mosul y más allá y que está situada 
			a una distancia de seis días de viaje de Mosul. Mosul era un 
			importante centro de comercio. Edessa, conocida ahora por el nombre 
			de Urfa, no está lejos de este lugar. De Urfa a Aleppo hay cuatro 
			días de viaje y Aleppo está situada en lo que siempre ha sido la 
			gran ruta del comercio entre el Océano Indico y el mar Mediterráneo. 
			Ain-ul-Arus está situada a sólo unas cuantas horas de viaje de 
			Aleppo. Así pues, Jesús fue a todos estos lugares para llegar a 
			Aleppo y proseguir su viaje. En Ain-ul-Arus está la tumba de Sem, 
			hijo de Noé, lugar en el que también han sido encontrados vestigios 
			hititas. Así, Jesús visitó la tumba de Sem durante su viaje.
 Desde que el pueblo de Nisibis quiso matar a Jesús, y dado que él no 
			podía ir muy lejos en pocos días, viajó de incógnito bajo el nombre 
			de Yuz Asaf, y los libros y tradiciones locales de las regiones que 
			visitó o por las que pasó después de su marcha de Nisibis hablan de 
			él llamándole Yuz Asaf. En la obra Farhang-i-Jahang y en el
			Anjuman-i-Arae Nasiri leemos que Asaf fue uno de los grandes países 
			no árabes. En el Burhan-i-Qate Asaf es el nombre dado al hijo de 
			Barkhia, que fue uno de los eruditos de Beni Israel.
 
 En el Farhang-i-Anand Raj el nombre Yuz se explica como "procurador 
			o líder". Ambas palabras son hebreas. Pero ninguna de las obras 
			citadas explica realmente qué significa Yuz Asaf y no le hallamos 
			explicación lógica a la luz de los significados aportados. En el 
			libro Farhanf-i-Asafia se explica de la siguiente forma el 
			significado de Asaf: En tiempos de Hazrat Isa (Jesús) cuando los 
			leprosos fueron curados por él, éstos, habiendo sido admitidos entre 
			la gente sana que estaba libre de enfermedades, fueron llamados Asaf.
 
 Así, la palabra Asaf fue aplicada a los leprosos curados por Jesús. 
			Por lo tanto, Yuz Asaf significa "el procurador o líder de los 
			leprosos curados por Jesús". ¿Quién podía ser esa persona, sino 
			Jesús mismo? El nombre Asaf, teniendo así un significado especial 
			conocido en aquella época por las pocas personas que rodeaban a 
			Jesús, sirvió para el propósito y le describía con mayor propiedad 
			que cualquier otro nombre que hubiera podido adoptar. Faizi, el 
			poeta de la corte de Akbar, cita a Jesús:
 
				
					
					"Aiyki nam-i to: Yuz o Cristo" (O tú cuyo nombre es Yuz y Cristo). 
			Más tarde volvemos a encontrar a Jesús en el
			Irán. Allí se sabe de Yuz Asaf que vino de un país situado al Oeste y que predicó aquí y 
			que mucha gente creyó en él. Los recuerdos que se tienen de Yuz Asaf 
			en las tradiciones iraníes, son similares a los que se tienen de 
			Jesús.
 Rastros de Jesús se hallan también en el Afganistán: en Angazni, en 
			el Oeste, y en Jalalabad, en el extremo Sudeste del Afganistán, 
			existen dos explanadas que llevan el nombre de Yuz Asaf, ya que aquí 
			había predicado. Uno de los emires del Afganistán nombró uncelador 
			para esta parcela en Jalalabad, e igualmente donó una subvención 
			para su mantenimiento.
 
 Muy cerca ya de la actual frontera entre el Pakistán y Cachemira 
			aunque todavía en el lado paquistaní, volvemos a encontrar datos 
			sobre el paso de Jesús por la localidad de Taxila. Allí estaba Tomás 
			esperando la boda de un hijo de Gad, hermano del rey Gondafras. Así 
			está escrito en el acta Thomae:
 
				
				.."Tomás, terminadas las ceremonias, abandonó su sitio. El novio 
			apartó la cortina que le separaba de su novia. Vio a Tomás, según 
			supuso, conversando con ella. Entonces le preguntó sorprendido ¿Cómo 
			puedes estar aquí? ¿No te ví salir antes que a nadie? Y el Señor 
			contestó: No soy Judas Tomás, sino su hermano".  
			Debo hacer un breve inciso aquí para aclarar que 
			Juan llama también 
			a Tomás por el nombre de Didimo, correspondencia griega del arameo 
			Toma, que significa "mellizo", a causa del extraordinario parecido 
			físico entre Tomás y Jesús (Juan, 20, 24).
 Tomás acompaña a Jesús en su huída de Jerusalén hasta Cachemira. 
			Así, aparece junto a María, madre de Jesús, en el momento en que se 
			supone que debería haber tenido lugar la resurrección (Actos, 1, 
			13-14), aparece también junto al lago Tiberíades (Juan, 21, 1-2), 
			aparece en Damasco y en Magdonia (Nisibis), y aparece ahora en 
			Taxila, como acabamos de ver. A partir de aquí acompaña a Jesús a 
			Cachemira, en donde se encontraba también en el momento de la muerte 
			de éste. Luego retrocedería hasta Taxila para seguir hacia Kerala en 
			el Sur de la India, siendo muerto y quemado en Milarope, Madras.
 
 
			
			MARÍA, ENTERRADA EN EL PAKISTÁN
 
			Salidos de Taxila, Jesús, su madre María y Tomás prosiguen camino 
			hacia Cachemira. Pero María no llegaría a ver el llamado "Paraíso 
			sobre la Tierra". No soportando ya más las penalidades del largo 
			viaje María muere en el pequeño pueblo de Murree, situado, por la 
			carretera actual, a unos 70 kilómetros de Taxila, y a escasos diez 
			kilómetros, en línea recta, de Rawalpindi. Murree se llamaba aún 
			hasta 1875, en memoria de la madre de Jesús, María. El lugar en que 
			está enterrada María se conoce con el nombre de Pindi Point, y la 
			sepultura misma se conoce por el nombre de Mai Mari de Asthan, 
			significando "lugar de descanso de la madre María". De acuerdo con 
			la costumbre judía la tumba está orientada de Este a Oeste.
 
 
			
			EL PRADO DE JESÚS, PORTAL DE CACHEMIRA
 
			Desde Murree, Jesús prosiguió su avance hacia Srinagar entrando en 
			Cachemira a través de valle que hasta hoy sigue llamándose 
			"Yusmarg", para recordar que es el valle por el que Yusu o Jesús, 
			entró en Cachemira. Situado a unos 40 kilómetros al Sur de Srinagar, 
			capital de Cachemira, el prado de Jesús está habitado por la raza 
			judía de los Yadu que viven ahí en devota condición secular de 
			habitar el lugar elegido por Jesús para entrar en Cachemira. Allí lo 
			pudimos comprobar personalmente mi mujer y yo en entrevistas con las 
			gentes del lugar.
 
 El Yusmarg es el punto de paso en la antigua ruta de mercaderes que 
			generalmente a pie procedían del Afganistán para encaminarse al 
			valle de Kaghan, o a la inversa. El montículo de Murree limita con 
			Cachemira por el Oeste, mientras que la región de Kaghan lo hace por 
			el Este. Si desde Yusmarg se avanza pues sobre la mencionada ruta de 
			mercaderes se pasa necesariamente por Aishmuqam. El prefijo "Aish-" 
			es una forma derivada de Isa, Jesús. Muqam significa lugar de 
			reposo, significando reposo durante breve tiempo. Así Aishmuqam es 
			el lugar en el que descansó Jesús en su viaje. Aishmuqam está 
			situado a unos 75 kilómetros al Sureste de Srinagar. En el Nur Nama 
			se narra el recuerdo de que un príncipe llegó y descansó por algún 
			tiempo en este lugar, que por ello lleva su nombre. En la misma obra 
			leemos que en este lugar fue muerto un espíritu maligno a manos de 
			un Brohan, que era un luchador en el tiempo de Jesús 
			("Dastan-i-Kushta Shudan-i-Deu Az dasti-i-Brohan ke dar Zaman-i-Issa 
			pahalwani bud").
 
 Aishmuqam es hoy lugar de culto musulmán. En nuestra visita al lugar 
			supimos que conservaban allí bajo llave la cornamenta de lo que 
			llaman el carnero de Dios. Algunos autores afirman que se conserva 
			también ahí el bastón de Jesús. Pero tanto los responsables de la 
			custodia del Santuario de Aishmuqam durante nuestra visita, como el 
			profesor Hassnain durante las largas sesiones de trabajo en su casa, 
			nos indicaron que esto era una apreciación errónea, y que el bastón 
			conservado en Aishmuqam era el bastón de Moisés, de quien hablaremos 
			en el próximo número (1).
 
 
			
			JESÚS, VECINO DE CACHEMIRA
 
			Vamos a repasar ahora algunos textos que nos testifican la estancia 
			de Jesús en Cachemira, su segunda y última patria.
 
 Mulla Nadiri, el primer historiador musulmán de Cachemira, que 
			escribió en persa, afirma en su obra Tarik-i-Kashmir que Yuza Asaf, 
			el Yuzu de las tribus de Israel, proclamó su cualidad profética en 
			el año 54. Leemos textualmente:
 
				
				.."El rey tomó el nombre de Gopananda y comenzó su actividad en el 
			valle de Cachemira. Durante su reinado fueron erigidos y reparados 
			muchos templos. Invitó a Sulaiman de Persia a emprender las 
			reparaciones debidas en el trono de Salomón en el monte. Los hindús 
			presentaron objeciones diciendo que ya no era un hindú y seguía otra 
			religión, no podía reparar la tumba sagrada. 
				.."Durante este período Yuza Asaf llegó de Palestina y proclamó su 
			calidad de profeta en el valle de Cachemira. El mismo dedicó días y 
			noches a las oraciones y fue muy piadoso y santo. Acercó al pueblo 
			de Cachemira a las palabras de Dios. Muchos se convirtieron en sus 
			discípulos. El rey le pidió que condujera a los hindús al camino 
			recto.
 
				.."Sulaiman reparó el trono de Salomón y erigió los cuatro pilares 
			con las siguientes inscripciones:
 
					
					.."Constructores de estos pilares son Bhisti Zargar. Año 54..."Y Khawaja Rukun, el hijo de Mirjan.
 .."Yuza Asaf proclamó su cualidad de profeta. Año 54.
 .."El es Yuzu, de las tribus de Israel."
 
			Estas inscripciones seguían intactas y no se habían hecho ilegibles 
			cuando Khwaja Haidar Malik Chadura escribió su Tarik-i-Kasmir.
 El santuario conocido por el nombre de Trono de Salomón está 
			emplazado en lo alto de un monte que domina la ciudad de Srinagar 
			por su lado Este.
 
 
			
			DIÁLOGO DE JESÚS CON EL REY DE CACHEMIRA
 
			En un antiguo libro escrito Sánscrito, el Bhavishya Mahapurana, 
			atribuido a Viyas, escrito en el año 3191 de la Era Laukika, que 
			corresponde al año 115 de nuestra Era, se informa que tiempo antes, 
			en el año 48, el raja Shalewahin salió cierto día a dar un paseo por 
			las montañas y en Voyen, cerca de Srinagar, vio a un personaje 
			distinguido de complexión blanca, portando ropas blancas. El raja le 
			preguntó por su nombre. Jesús le respondió que le conocen por el 
			hijo de Dios, y como nacido de una virgen.
 
 Doy a continuación la traducción exacta de los versos escritos en 
			Sánscrito:
 
				
				"Cierto día, Shalewahin salió hacia los montes del Himalaya, y allí, 
			en medio del país de los Hun, el poderoso rey vio a un personaje 
			distinguido sentado cerca de una montaña. El Santo era de complexión 
			clara y llevaba vestidos blancos. El rey Shalewahin le preguntó 
			quien era. El replicó gustosamente:"Soy conocido como el hijo de Dios y nacido de una virgen'.
 "Como el rey se asombrara de esta respuesta, el Santo le dijo:
 "Soy el predicador de la 
				religión de los Meleacas y seguidor de 
			principios verdaderos'.
 "El rey le preguntó acerca de su religión y él le contestó:
 "Oh Rey, vengo de un país lejano, en el que ya no existe la verdad y 
			en el que el mal no conoce límites. Aparecí allí en el país de los 
				meleacos como Mesías. Por mí tuvieron que padecer los pecadores y 
			los delincuentes y yo también sufrí a manos de ellos.'
 "El rey le rogó que le explicara mejor las enseñanzas de su 
			religión, y el Santo le dijo:
 "Enseña el amor, la verdad y la pureza de corazón. Enseña a los 
			hombres a servir a Dios, que está en el centro del sol y de los 
			elementos. Y Dios y los elementos existirán siempre'.
 "El rey regresó después de haber dado su obediencia al Santo."
 
 
			JESÚS, PADRE DE FAMILIA 
			Un antiguo libro persa, traducido al urdu, cuyo título es 
			Negaris-Tan-i-Kashmir, narra la historia de que el mismo rey que 
			vimos interrogaba a Jesús acerca de su condición, procedencia y 
			enseñanzas, el rey Shalewahin, le dice a Jesús que necesita mujeres 
			que cuiden de él, que le cuiden la casa, que le laven la ropa, que 
			le hagan la comida, etc. El rey ofrece a Jesús cincuenta mujeres. 
			Pero Jesús le replica que él no necesita a ninguna, que nadie tiene 
			que trabajar para él. Pero tanto insistió el rey, que al final Jesús 
			accede a tomar una mujer que le haga la comida, que le lave la ropa, 
			que mantenga limpia su estancia. El mismo libro afirma que esta 
			mujer tuvo hijos de Jesús. Y de esta mujer y de Jesús sería 
			descendiente el señor Sahibzada Basharat Saleem, que nos recibió en 
			su casa de Srinagar.
 
 A nuestra pregunta de sí se consideraba descendiente de Jesús 
			contestó que cuando él le preguntaba a su padre acerca de este tema, 
			su padre solía contestarle que el abuelo de sus abuelos era un santo 
			profeta, de nombre Yuza Asaf. Solía explicarle también, siendo niño, 
			que en el mismo distrito de Khanyar en el que está la tumba del 
			citado antecesor, existe, muy cerca de ella, un Santuario en el que 
			reposan los restos de un gran Santo de Cachemira, venerado por todos 
			los habitantes de Srinagar. Pues bien, le decía su padre, este Santo 
			tan venerado y tan importante en Cachemira, no es absolutamente nada 
			comparado con el profeta que yace en la tumba conocida por 
			"Rozabal".
 
 Nos dice también el señor Basharat Saleem que cuando alguien le 
			preguntaba a su padre si era descendiente de Jesús, el respondía 
			siempre "sí, efectivamente, pero nosotros le llamamos Yuza Asaf".
 
 Sahibzada Basharat Saleem es hijo de Sahibzada Ghulam Mohiyudin, que 
			es a su vez hijo de Sahibzada Abdul Ahad, hijo de Sahibzada Abdus 
			Smad, hijo a su vez de Sahibzada Abubekr. Y así, siguiendo una larga 
			lista, el señor Sahibzada Basharat Saleem conserva en Srinagar, 
			Cachemira, el árbol genealógico completo de su familia desde Jesús 
			hasta él, Sahibzada Basharat Saleem, descendiente vivo hoy, 1976, 
			del Mesías.
 
 Preguntado acerca del nombre de la mujer que dio hijos a Jesús, nos 
			dice que se llamaba Marjan, y que era oriunda de una de las idílicas 
			aldeas que abundaban en el valle cachemir de Pahalgam.
 
 
			
			LA MUERTE DE JESÚS EN CACHEMIRA
 
			El gran escritor e historiador oriental Shaikh al Sa'id-us-Sadiq, 
			muerto en Khurasan en el año 962, hace mención de los viajes de Yuz 
			Asaf en su famoso libro Kamal-ud-Din vas Tmam-un-Ni'mat fi 
			Asbat-ul-Ghaibut was Ksf-ul-Hairet, llamado también Ikmal-ud-Din. 
			Este libro es considerado por los orientalistas occidentales como 
			altamente valioso. En él se describe la escena de la muerte de 
			Jesús. Se dice allí que Jesús, al sentir la aproximación de su 
			muerte, envió a buscar a su discípulo Ba'bat (Tomás) y le expresó su 
			último deseo referente a la continuación de su misión. Indicó a 
			Tomás que construyera una tumba sobre su cuerpo en el lugar exacto 
			en que expirase. Se estiró entonces con sus piernas dirigidas hacia 
			el Oeste y su cabeza hacia el Este y murió. Esta escena queda 
			descrita en las páginas 357 y 358 del mencionado libro.
 
 
			
			LA TUMBA DE JESÚS EN CACHEMIRA
 
			La tumba que, según el relato anterior, fue en principio erigida por 
			Tomás sobre el cuerpo de Jesús, en el sitio exacto donde éste 
			expiró, está situada en el distrito Khanyar, en pleno centro de la 
			ciudad de Srinagar, capital de Cachemira. En la calle puede verse en 
			un poste de tendido eléctrico un cartel azul con la inscripción en 
			blanco "Rozabal", contracción de las palabas Rauza Bal. El nombre 
			Rauza se aplica únicamente a tumbas de los profetas, mientras que 
			las tumbas de los santos se llaman Ziarat. El edificio en sí es una 
			construcción rectangular, a la que está adosado un pequeño vestíbulo 
			de entrada. Detrás del edificio se extiende un camposanto musulmán. 
			Todas las tumbas de este camposanto están orientadas, según la 
			costumbre islámica, de Norte a Sur.
 
			  
			Al penetrar en el Rozabal, se 
			entra primero en una galería, que rodea a la cámara interior. A esta 
			cámara interior se accede a través de un ventana. A la izquierda de 
			esta ventana está adosado un plafón de madera que sustituye al 
			plafón que llevaba la leyenda original y que ha desaparecido. El 
			texto de este nuevo plafón encabezado por las palabras "Ziarat Yuza 
			Asaf Khanyar" (la tumba -es de destacar que en este plafón se emplea 
			la palabra Ziarat, que vimos se aplicaba a la tumba de los Santos- 
			de Yuza Asaf, Khanyar) indica que ahí reposa Yuza Asaf, que llegó al 
			valle de Cachemira muchas centurias antes, y dedicó su vida a la 
			oración y a la prédica de la verdad. Sobre el piso de la cámara 
			interior del edificio se aprecian dos túmulos o losas sepulcrales. 
			La mayor de ellas, que está situada en la mitad Norte de la cámara, 
			es la que corresponde al sepulcro de Jesús.  
			  
			La losa más pequeña, 
			situada en la parte Sur, o sea contigua a la ventana de 
			comunicación, corresponde a la sepultura de un gran Santo cachemir, 
			Sayyid Nasir-ud-Din. Estos dos túmulos o losas sepulcrales están 
			también orientadas según la costumbre musulmana de Norte a Sur. Pero 
			la sepultura real de Jesús, situada en la cripta que hay debajo de 
			esta cámara interior del edificio, está orientada de acuerdo con la 
			costumbre judía de Este a Oeste. Según hemos visto, todo este 
			edificio conocido por el nombre de Rozabal ha sido construido sobre 
			el cuerpo de Jesús que yace en su cripta en el lugar y la posición 
			exacta que adoptó al morir.  
			  
			A la cripta inferior, en la que yace el 
			cuerpo de Jesús, se puede acceder únicamente a través de una 
			escalera desde el exterior del edificio. Hoy , esta escalera está 
			tapiada y sólo queda de la apertura una pequeña rendija que da a la 
			calle situada en el lado Oeste del edificio. Siendo edificio sagrado 
			para musulmanes y también para hindús, para penetrar en él hay que 
			descalzarse previamente. En la cámara interior, los túmulos 
			funerarios de Jesús y de Sayyid Nasir-ud-Din están cubiertos por un 
			armazón de madera artísticamente labrado.
 Para tomar las fotos desde el interior de la cámara pequeña del 
			Rozabal, tuvimos que entrar en él a primeras horas de la mañana, y 
			trabajar a puerta cerrada, ya que está prohibido entrar en esta 
			cámara interior en la que se hallan los dos túmulos funerarios.
 
 Digamos para finalizar, que entre la gente de Cachemira que visita 
			el lugar y deposita sus ofrendas allí, la tumba es conocida como la 
			de Hazrat Yuz Asaf, o la de Nabi Sahib (el profeta) o 
			Shahazda Nabi 
			(el príncipe profeta), y también como la de Hazrat Isa Sahib 
			(Jesús).
 
 
			
			EL SILENCIO EVANGÉLICO
 
			Los cuatro evangelios canónicos guardan silencio sobre la actividad 
			de Jesús desde su nacimiento hasta cumplir ya los 12 años de edad.
 
 Toda mención al Mesías niño se reduce a:
 
				
				"El niño crecía y se fortalecía lleno de sabiduría, y la gracia de 
			Dios estaba en él. Sus padres iban cada año a Jerusalén por la 
			fiesta de Pascua. Cuando contaba 12 años, subieron como era 
			costumbre de la fiesta y, pasados los días, cuando regresaron, el 
			niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que se dieran cuenta sus 
			padres. Creyendo que iba en la caravana, llegaron al término de la 
			jornada y lo buscaron entre los parientes y conocidos. Como no lo 
			encontraron, regresaron a Jerusalén para buscarlo. Y, al cabo de 
			tres días, lo hallaron en el Templo, sentado ante los Maestros, 
			escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos cuantos le escuchaban 
			se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo se 
			quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué te has 
			portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando con 
			ansias.» Él les dijo: «¿Cómo es que me buscabais?, ¿no sabíais que 
			yo he de estar en casa de mi padre?» Pero ellos no comprendieron lo 
			que les decía. Después bajó con ellos, regresó a Nazareth y les fue 
			obediente y su madre lo conservaba todo en su corazón. En cuanto a 
			Jesús, progresaba en sabiduría, crecía y aumentaba en gracia tanto 
			ante Dios como ante los hombres." 
				(Lucas, 2, 40-52) 
			Pero lo más sorprendente es que la Biblia no vuelve a mencionar a 
			Jesús después de este hecho ocurrido a sus 12 años, hasta que ha 
			cumplido ya los 30: 
				
				"Cuando Jesús comenzó tenía unos 30 años."(Lucas, 3, 23)
 
			Entre esta cita bíblica y la anterior han transcurrido 18 años. 
			18 
			años de silencio, que rompen la continuidad en el relato bíblico de 
			la vida de Jesús. Pero no debemos contentarnos con este silencio. Ya 
			que en tal caso, sería completamente lícito plantearse seriamente la 
			pregunta de si este hombre que aparece en la vida pública a los 30 
			años de edad, es realmente el mismo niño Jesús nacido en Belén.
 
			
			EL HALLAZGO DE NIKOLAI NOTOVITCH
 
			En nuestra primera visita a la casa del profesor Hassnain en 
			Srinagar, éste nos narró cómo y por qué llegó a interesarse por el 
			tema de los viajes de Jesús a Cachemira.
 
 Hallándose un crudo mes de enero en Ladakh, región montañosa 
			limítrofe entre Cachemira y el Tibet, quedó aislado por la nieve en 
			su capital, Leh.
 
 Para matar el rato, el profesor Hassnain se dedicó a revisar viejos 
			textos y manuscritos conservados en las bibliotecas de la lamasería 
			de Leh.
 
 Así fue como se topó con los 40 volúmenes de diarios de los 
			misioneros alemanes doctores Marx y Francke, misioneros de un grupo 
			religioso que recorría los lugares apartados del mundo. No iban a 
			capitales como Srinagar o Nueva Delhi sino a puntos más remotos como 
			por ejemplo Leh, en Ladakh. El diario estaba fechado en 1894. El 
			doctor Hassnain, que no lee alemán, lengua en la que estaba escrito 
			el diario, sintió sin embargo curiosidad por este manuscrito, y 
			comenzó a pasar sus páginas. En esto se topó con un nombre escrito 
			en rojo: San Issa. Frente a este hombre aparecía el de Nikolai 
			Notovitch. Dado que no podía leer el texto, el profesor Hassnain 
			optó por fotografiar las dos páginas del manuscrito en que aparecían 
			estos nombres.
 
 De regreso ya en Srinagar, el profesor Hassnain se hizo traducir 
			estas dos hojas. Se enteró así de que los misioneros doctores Marx y 
			Francke hacían referencia en su diario a unos manuscritos hallados 
			por Notovitch en la lamasería de Hemis, a 38 kilómetros al sureste 
			de Leh. Según estos manuscritos hallados por Notovitch, Jesús habría 
			estado en la India y en las regiones más norteñas del Tibet y de 
			Ladakh precisamente durante estos 18 años en que la Biblia no da 
			razón de su paradero. Los dos misioneros alemanes no dan crédito a 
			los informes de Notovitch. Tampoco dan crédito a este primer viaje 
			de Jesús a la India los responsables del movimiento Ahmadiyya. En 
			cambio, el profesor Hassnain está convencido de la autenticidad del 
			testimonio de Notovitch, y cree que Jesús huyó hacia Cachemira 
			después de ser salvado de la muerte en la cruz, precisamente porque 
			ya habría estado anteriormente en Cachemira.
 
 Pero vayamos al texto de Notovitch. Nicolai Notovitch fue un viajero 
			ruso que a finales de la década de los 80 del siglo pasado (XVIII), 
			exploraba los territorios norteños de la India avanzando hacia 
			Cachemira y Ladakh, región conocida también como el «pequeño Tibet». 
			Después de visitar Leh, capital de Ladakh, Notovitch prosiguió viaje 
			hasta llegar a la lamasería de Hemis, una de las principales de la 
			región, que alberga además una vasta biblioteca de obras sagradas. 
			Conversando con el lama principal de esta lamasería, Notovitch le 
			refiere que en una visita reciente a la lamasería de Moulbek, 
			situada en lo alto de los riscos que culminan el pueblo de Wakha, le 
			habían sido narradas cosas interesantes acerca del profeta Isa. Y le 
			pidió al lama de Hemis que le contara más cosas acerca de este 
			profeta.
 
 El lama le contestó que el nombre de Isa era muy respetado entre los 
			budistas, pero que era conocido con exactitud únicamente por los 
			lamas importantes que habían leído los rollos que relataban su vida. 
			Le dijo también que existen una infinidad de budas similares a Isa, 
			y que los 84.000 rollos que existen abundan en detalles acerca de 
			cada uno de ellos. Pero que muy pocas personas habían leído 
			escasamente una centésima parte de estos rollos. De acuerdo con las 
			costumbres establecidas, cada pupilo o lama que visitaba Lhasa, la 
			capital del Tibet, no debía dejar de hacer un regalo de una o más de 
			estas copias a la lamasería a la que pertenecía. Le dijo el lama a 
			Notovitch que su monasterio (el de Hemis) poseía un gran número de 
			estos rollos, y que entre ellos había descripciones de la vida y de 
			la labor del buda Isa, que enseñó las doctrinas sagradas en la India 
			y entre los hijos de Israel.
 
 Continuó el lama explicando que los rollos traídos desde la India al 
			Nepal y del Nepal al Tibet, en que se relataban la vida y las obras 
			de Isa, estaban escritos en lengua pali, y que se encontraban en 
			Lhasa, pero que una copia en lengua tibetana existía en la lamasería 
			de Hemis. Las masas, sin embargo, ignoraban esto. Apenas había 
			alguien más aparte de los grandes lamas que conocía a Isa, porque 
			ellos habían dedicado su vida entera al estudio de estos rollos que 
			relataban los hechos de Isa. Pero dado que su doctrina no constituía 
			una parte canónica del budismo, y dado que los adoradores de Isa, 
			los cristianos, no reconocían la autoridad del Dalai Lama, en el Tibet
			el profeta Isa, como muchos otros similares, no era reconocido 
			como uno de sus santos principales.
 
 Llegados a este punto del relato, Notovitch le preguntó al lama si 
			era posible mostrar a un extranjero estas copias que conservaba en 
			su lamasería. El lama le replicó que lo que pertenece a Dios 
			pertenece también a los hombres y que era su deber de lama ayudar a 
			la propagación de sus doctrinas. Pero le dijo también que no tenía 
			noción en aquellos momentos de dónde en su biblioteca se conservaban 
			los rollos mencionados y que si en alguna otra ocasión Notovitch 
			visitaba la lamasería, se los tendría preparados y se los mostraría 
			gustosamente.
 
 A Notovitch no le quedó otro remedio que regresar a Leh e ingeniarse 
			un plan para hallar una excusa y poder regresar a la lamasería. Dos 
			días después envió al lama superior un regalo consistente en un 
			reloj de alarma y un termómetro con un mensaje de que probablemente 
			volvería a rendir una segunda visita a la lamasería antes de 
			abandonar definitivamente Ladakh, y que esperaba que el lama la 
			mostraría entonces los rollos que habían sido el motivo de su 
			reciente conversación. Notovitch se había propuesto abandonar Ladakh 
			y encaminarse hacia Cachemira para volver más tarde al monasterio y 
			no despertar interés en los rollos que hablaban de Isa. Pero la 
			casualidad jugó en su favor, ya que al pasar junto a la montaña en 
			cuya cumbre está la lamasería de Pittzk, su caballo tropezó lanzando 
			a Notovitch al suelo, lo que le causó la fractura de una pierna. No 
			deseando regresar a Leh ordenó a sus porteadores que le llevasen a 
			la lamasería de Hemis, donde fue amablemente recibido y atendido.
 
 Refiere Notovitch que estando inmovilizado en la cama, y mientras un 
			joven iba girando ininterrumpidamente el cilindro de oraciones junto 
			a su lecho, el venerable anciano que gobernaba la lamasería le 
			entretenía con interesantes historias. A menudo le hablaba del reloj 
			de alarma y del termómetro que Notovitch le había enviado como 
			regalo, preguntándole acerca de su correcto uso. Finalmente, dice 
			Notovitch, accedió a sus insistentes preguntas acerca de Isa y trajo 
			dos grandes paquetes de libros cuyas hojas estaban ya amarillentas 
			por el paso del tiempo. El lama le leyó entonces a Notovitch la 
			biografía de Isa, mientras nuestro ruso viajero iba apuntando 
			cuidadosamente en su bloc de notas, todo cuanto su intérprete le iba 
			traduciendo. Este curioso documento está escrito en forma de versos 
			aislados que muy a menudo no guardan relación el uno con el otro.
 
 
			
			PRIMER VIAJE DE JESÚS A LA INDIA
 
			A continuación voy a reproducir las partes más interesantes de esta 
			vida de Isa, tal y como nos la refiere Nicolai Notovitcha partir de 
			los manuscritos conservados en la lamasería Hemis de Ladakh, copia a 
			su vez de manuscritos originales que se conservan en Lhasa, capital 
			del Tibet.
 
 Estos manuscritos cuentan literalmente a partir del verso 5° de la 
			sección 4ª lo siguiente:
 
				
				"Poco tiempo después un hermoso niño nació en el país de Israel; el 
			mismo Dios habló por boca de este niño explicando la insignificancia 
			del cuerpo y la grandeza del alma. 
				Los padres de este niño eran gente pobre, que pertenecían a una 
			familia distinguida por su piedad, que había olvidado su antigua 
			grandeza sobre la Tierra, celebrando el nombre del Creador y 
			agradeciéndole las desgracias con que los había provisto.
 
				Para premiar a esta familia por el hecho de haber permanecido firme 
			en el camino de la verdad, Dios bendijo a su primogénito y lo eligió 
			para que redimiera a aquellos que habían caído en desgracia y para 
			que curara a aquellos que estaban sufriendo.
 
				El niño divino, al que dieron el nombre de 
				Isa, comenzó a hablar, 
			siendo aún un niño, del Dios uno indivisible, exhortando a la gran 
			masa descarriada a arrepentirse y a purificarse de las faltas en que 
			habían incurrido.
 La gente acudió de todas partes para escucharlo y quedó maravillada 
			ante las palabras de sabiduría que surgían de su boca infantil; los 
			israelitas afirmaban que en este niño moraba el espíritu santo.
 
				Cuando Isa alcanzó la edad de 13 años, la época en que un israelita 
			debe tomar una mujer
 
				La casa en que sus padres se ganaban el pan mediante una labor 
			modesta, comenzó a ser sitio de reunión de la gente rica y noble que 
			deseaba tener al joven Isa por yerno, siendo así que en todos lados 
			era conocido por sus discursos edificantes en nombre del 
			Todopoderoso.
 
				Fue entonces cuando Isa desapareció secretamente de la casa de sus 
			padres, abandonó Jerusalén, y se encaminó con una caravana de 
			mercaderes hacia Sindh.
 
				Con el propósito de perfeccionarse a sí mismo en el conocimiento 
			divino y de estudiar las leyes de los grandes Budas."
 
			Estos versos terminan la 4ª parte de los manuscritos originales que 
			relatan la vida de Isa.
 Como ya dije y como queda bien patente en esta narración, Isa es 
			Jesús; por lo tanto voy a resumir ahora el resto del contenido del 
			manuscrito trascrito por Notovitch, pero refiriéndome ya siempre a 
			Jesús cuando el manuscrito hace referencia a Isa.
 
 Prosigue el manuscrito de la narración de la vida de Jesús diciendo 
			que a los 14 años cruzó el Sindh y se estableció entre los Aryas en 
			el país preferido de Dios. La fama del joven Jesús se extendió 
			rápidamente por toda la región norte del Sindh; cuando cruzó el país 
			de los cinco ríos, los devotos del dios Jaina le imploraron que se 
			quedara entre ellos. Pero él los dejó y siguió caminando hacia 
			Jagannath en el país de Orissa, donde yacían los restos mortales de 
			Vyasa-Krishna. Aquí fue recibido con gran alegría por los sacerdotes 
			de Brahma, que le enseñaron a leer y comprender los Vedas, a 
			salvarse mediante las oraciones, a explicar las Sagradas Escrituras 
			al pueblo, a expulsar el espíritu del mal del cuerpo humano y 
			devolverle su forma humana, Jesús vivió seis años en Jagannath, 
			Rajagriha, Benares y otras ciudades sagradas. Todo el mundo le 
			quería y vivió en paz con los Vaishyas y Shudras a quienes enseñó la 
			Sagrada Escritura.
 
 Jesús se granjeó las primeras antipatías cuando habló de la igualdad 
			de los hombres, ya que los Brahmanes tenían esclavizados a los 
			Shudras y opinaban que sólo quedarían libres de su esclavitud con la 
			muerte. Invitado por los Brahmanes a abandonar la compañía de los 
			Shudras y a abrazar las creencias brahmánicas, Jesús rechazó esta 
			invitación y fue a predicar entre los Shudras contra los Brahmanes y 
			los Kshatriyas. Condenó gravemente la doctrina que da a los hombres 
			el poder de robar a otros hombres sus derechos humanos, y defendió 
			la creencia de que Dios no había establecido diferencias entre sus 
			hijos, que eran todos igualmente amados por él. También se empeñó 
			Jesús en combatir la idolatría y el defender la creencia en un solo 
			y único Dios Todopoderoso. Finalmente, debido a su labor en favor de 
			los Shudras, los sacerdotes brahmánicos decidieron su muerte, y con 
			esta intención enviaron a sus servidores en busca del joven profeta. 
			Pero, Jesús, advertido del peligro por los Shudras, abandonó 
			Jagannath de noche, alcanzó las montañas y se estableció en el país 
			de Gautamides, en el que había nacido el gran Buda Shakya-Muni, 
			entre el pueblo que adoraba al único y, sublime Brahma.
 
 Habiendo aprendido perfectamente la lengua pal, Jesús se entregó al 
			estudio de los rollos sagrados de los Sutras. Seis años después 
			Jesús estaba capacitado para explicar perfectamente los rollos 
			sagrados. Entonces abandonó el Nepal y las montañas del Himalaya, 
			descendió al valle de Rajputana y se encaminó hacia el Oeste. A su 
			paso, Jesús iba hablando a las gentes en favor de la abolición de la 
			esclavitud, al tiempo que pregonaba la existencia de un único Dios 
			indivisible e instaba al pueblo a destruir los ídolos y a abandonar 
			su creencia en los falsos dioses.
 
 Así, cuando Jesús entró en Persia los sacerdotes se alarmaron y 
			prohibieron al pueblo que escuchara sus palabras. Pero como el 
			pueblo le escuchara, los sacerdotes le hicieron prender y entablaron 
			un largo diálogo con él. En el curso de este diálogo Jesús intentó 
			convencerles de que abandonasen el culto al Sol y el culto a un Dios 
			del Bien y a un Dios del Mal, explicándoles que el Sol era sólo un 
			instrumento creado por el Dios único y que el Dios único era un Dios 
			del Bien, no existiendo ningún Dios del Mal.
 
 Habiéndole escuchado los sacerdotes, resolvieron no causarle ningún 
			daño; pero, durante la noche, mientras todo el pueblo dormía, le 
			prendieron y lo llevaron fuera de las murallas abandonándolo ahí con 
			la esperanza de que sería pronto presa de las fieras salvajes. Pero 
			Jesús continuó su camino sano y salvo.
 
 Continúa más adelante la narración de los manuscritos conservados 
			por los lamas tibetanos, afirmando que Jesús contaba ya 29 años 
			cuando regresó al país de Israel.
 
 A partir de aquí lo que nos refiere Notovitch acerca de los 
			manuscritos tibetanos transcurre ya en Palestina y forma parte de la 
			historia que nos narran los textos bíblicos. Los manuscritos así 
			trasladados por Notovitch al mundo occidental darían una explicación 
			lógica a las actividades de Jesús durante los largos años en que la 
			Biblia no nos refiere absolutamente nada de él.
 
 Nosotros, durante nuestra estancia en Cachemira, no pudimos 
			proseguir hasta Leh y el monasterios de Hemis, como habría sido 
			nuestro deseo, debido a que estábamos en el mes de abril y Leh sólo 
			puede alcanzarse usando las carreteras y caminos de alta montaña que 
			en aquel momento estaban completamente bloqueadas por la nieve. Sin 
			embargo cualquier estudioso puede acudir a la biblioteca de la 
			lamasería de Hemis para buscar allí los manuscritos de referencia. 
			Yo los he resumido aquí para conocimiento de todos, ya que tal es el 
			espíritu de este artículo: informar al lector y a través de él a un 
			amplio sector de la opinión pública de las tradiciones, leyendas y 
			datos históricos que en Cachemira y sus inmediaciones se conocen hoy 
			en día, y que tienden a confirmar la creencia popular de que Jesús 
			vivió y murió a los pies del Himalaya.
 
 Hasta aquí lo que he podido reunir acerca del primer viaje de Jesús 
			a tierras orientales. Viaje realizado antes de su predicación en 
			Jerusalén y previo por consiguiente, a su crucifixión.
 
 Veamos ahora lo que se sabe en Cachemira de Moisés.
 
 
			
			MOISÉS, ENTERRADO EN CACHEMIRA
 
				
					
					«Pero hasta hoy nadie conoce su 
					sepultura»(Deuteronomio, 34, 6)
 
			Moisés, el primer guía del pueblo hebreo, yace en algún lugar del 
			mundo. ¿Dónde? Hasta hoy, nadie lo sabe. Si bien allá por el siglo IV de nuestra Era, San Juan Crisóstomo parece haber intuido algo. 
			Porque de forma muy acertada, se pregunta: 
				
					
					"Pero decidme, ¿no yacen los restos de Moisés en algún lejano lugar 
			del Este?"(Homilía 26, epístola a los Hebreos, capítulo 3).
 
			Porque, según parece, también Moisés está enterrado en Cachemira.
 El profeta Moisés emigró de Egipto. Le siguió una sección de los 
			hebreos que se establecieron en Palestina, el país sagrado, como lo 
			leemos en el Deuteronomio (1, 8):
 
				
					
					"Os ofrezco el país que tenéis delante vuestro. Id a tomar posesión 
			del país que Yahveh juró dar a vuestros padres, a Abraham, a Isaac, 
			a Jacob y a su descendencia." 
			Luego nombró a Josué su sucesor para guiar a la próxima generación, 
			como está escrito en el mismo Deuteronomio (31, 14): 
				
					
					"Después Yahveh le dijo a Moisés: «Se acerca el día de tu muerte. 
			Llama a Josué y quedaos junto a la tienda del oráculo; y yo le daré 
			mis órdenes.»" 
			A Moisés mismo le fue denegada la entrada en Palestina. Seguimos 
			leyendo en el deuteronomio (1, 37): 
				
					
					"Hasta contra mí se indignó Yahveh por culpa vuestra, y me dijo: «Tú 
			tampoco entrarás.»" 
			El Deuteronomio menciona cinco lugares relacionados con la Tierra de 
			Promisión. Son: Bethpeor (4, 46), Heshbon (4, 46), Pisgah (4, 49), 
			el monte Nebo (34, 1), y el valle o las llanuras de Moab (34, 5-8). 
			Todos los comentarios bíblicos han admitido que estos lugares no han 
			sido localizados. Peale dice literalmente que estos lugares son 
			desconocidos.
 Pero en Cachemira, sí se encuentran estos lugares. Vamos a verlos 
			uno por uno:
 
				
				
				Bethpeor significa la casa o el lugar de la apertura. El río Jhelum 
			es llamado Behat en persa y Vehath en en lengua cachemira.
				
				Bandipur, o Bandipoor, en Cachemira fue conocida por 
				Behatpoor. 
			Bandipur es el lugar de la apertura en el sentido de que a partir de 
			este lugar se abre el valle de Cachemira. También aquí, el río 
			Jhelum pasa a través de una puerta al lago Wular. Así Bethpoor 
			(Behatpoor), parece, a todas luces, ser el Bandipur que existe en 
			Tehsil Sopore, Cachemira.
				
				Hesbon se cita en conexión con pequeños lagos. En Cachemira existe 
				Hashba (Hazbal), un pequeño pueblo, famoso por sus lagos ricos en 
			pesca, situado a unos 19 kilómetros al noroeste de Bandipur.
				
				El manantial de Pisgah (Pishnag) está aproximadamente a kilómetro y 
			medio al nordeste de Aham Sharif, un pequeño pueblo al pie del monte 
			Nebo. Sus aguas son famosas por sus propiedades medicinales.
				
				Los llanos de Moab (Movu) están situados a unos seis kilómetros y 
			medio al nordeste del monte Nebo.
				
				El monte Nebo y el monte Abarim han sido considerados como uno 
			mismo, pero la realidad es otra. En primer lugar el monte Nebo es 
			uno de los picos del monte Abarim. Por otra parte, el monte Nebo ha 
			sido mencionado junto con Bethpeor (Deuteronomio, 34, 1-6).  
				
				Establecida la identidad de Bethpeor, el 
				monte Nebo debe buscarse en 
			sus proximidades.   
				
				Por otra parte, los lugares denominados Bethpeor, 
			Heshbon, Moab y Pisgah se hallan todos ellos en Cachemira, y además 
			en un área que cubre solamente escasos kilómetros.
				
				En Cachemira existe el monte Nebo (Baal Nebu, Niltoop), situado a 
			unos 12 kilómetros al nordeste de Bandipur. Newall llama a esta 
			montaña Naboo Hill. Desde lo alto de esta montaña se ve Bandipur y 
			todo el valle de Cachemira. 
			Este último detalle es importante, ya que 
			Yahveh ordenó a Moisés 
			subir a la montaña desde la que vería la Tierra Prometida.
 Hay un dato en la Biblia que indica que la Tierra Prometida es 
			Palestina:
 
				
				"Yahveh le dijo a Moisés: «Sube a esta montaña de Abarim, y 
			contempla el país que he dado a los israelitas.»" (Números 27, 12). 
			Y el monte Abarim, ciertamente está en Palestina. Pero en Cachemira 
			existe, justo encima del monte Nebo, el monte Ablu. Desde el monte Ablu se disfruta una vista maravillosa del valle de Cachemira.
 Por lo demás, la Tierra de Promisión era un país de montañas y de 
			valles que se riega con la lluvia del cielo (Deuteronomio, 11, 11). 
			Esta descripción coincide absolutamente con la descripción de 
			Cachemira. Palestina por el contrario, no responde a las 
			descripciones del País de Promisión tal como nos lo describe la 
			Biblia.
 
			  
			Y ciertamente, añade Mohammad Yasin, autor de la obra 
			Mysteries of Kashmit (Misterios de Cachemira, que lleva por 
			subtítulo Cachemira, el país prometido) no existe otro país al este 
			del Jordán o del Eufrates, excepto Cachemira, que pueda aportar 
			tantos manantiales, ríos, abundancia de frutas y de flores, prados y 
			verdes valles. Muy acertadamente —afirma— Cachemira ha sido llamado 
			Jannat-ut-duniya (El Paraíso del mundo) y Bagh-i-Jannat (El jardín 
			del Paraíso).
 
			
			LA TUMBA DE MOISÉS
 
			Las tradiciones cachemiras, tanto escritas como orales, afirman que 
			Moisés llegó a Cachemira, y que allí está enterrado. Así lo leemos 
			en la obra Hashmat-i-Kashmir:
 
				
				"Moisés llegó a Cachemira y la gente le escuchó. Unos continuaron 
			creyendo en él, otros no. Murió y fue enterrado aquí. La gente de 
			Cachemira llama a su tumba «El Santuario del Profeta del Libro»". 
			Los textos bíblicos ignoran la localización de la 
			tumba de Moisés. 
			Así lo leemos, por ejemplo, en el Deuteronomio (34, 5-6): 
				
				"Moisés, siervo de Yahveh, murió en la 
				tierra de Moab por orden de 
			Yahveh. Le enterraron en el valle, en el país de Moab, delante de 
			Bethpeor; pero hasta hoy nadie conoce su sepultura". 
			Nadie, excepto los cachemires. Porque en lo alto del monte Nebu 
			existe una tumba, venerada desde hace 3500 años, aproximadamente, 
			como la tumba del «Profeta del Libro», como la tumba de Moisés. 
			Desde esta tumba se ve Bethpeor (Bandipur) y no lejos de allí están 
			Hazbal (Heshbon), Moab y Pisgah. Los alrededores están llenos de 
			lugares conocidos por Muqam-i-Musa, significando el «lugar de 
			Moisés».
 El profeta Mahoma dijo que cuando Moisés sintió acercarse la hora de 
			su muerte, rogó a Dios que le permitiera ver el país de promisión. 
			Sus súplicas fueron escuchadas. Hazrat Abu Hurairah nos informa a 
			este respecto que el profeta Mahoma añadió: "Moisés murió ahí. Si yo 
			estuviera allí, habría podido mostrar su tumba en el sendero de un 
			abrupto monte".
 
 Y esto, coincide absolutamente con la localización de la tumba de 
			Moisés en Cachemira.
 
 A 58 kilómetros al norte de Srinagar, y tras haber pasado el lago 
			Mansbal, y haber dejado también el lago Wular, se llega a Bandipur, 
			localidad ya citada en este capítulo. Sería la Bethpeor bíblica. A 
			partir de Bandipur debe proseguirse por una estrecha carretera hasta 
			el pueblo de Aham Sharif, debe efectuarse a pie la ascensión al 
			monte Nebu, hasta llegar a la tumba de Moisés.
 
 Desde allí, desde Aham Sharif, dice la tradición que ascendió 
			Moisés 
			hasta el lugar de su definitivo reposo.
 
 En la ascensión hasta la tumba de Moisés, partiendo desde Aham 
			Sharif, ascensión que en ocasiones se hace algo difícil debido a lo 
			escabroso del terreno en el primer tramo del sendero, y a lo 
			resbaladizo de la pinaza del bosque en el trayecto restante, se 
			invierten aproximadamente unas dos horas. Téngase en cuenta también 
			que en Cachemira, ninguno de los lugares citados en este libro
			(2), 
			ninguno de los lugares sagrados para el pueblo cachemir, está 
			señalizado en forma alguna. Se debe conocer el terreno para llegar 
			hasta ellos. O se debe por lo menos dominar la lengua urdu o el 
			cachemir, para preguntar a los habitantes inmediatos al lugar que se 
			quiere visitar, por la localización exacta de éste.
 
 Al cabo de la ascensión citada se llega a un reducido enclave 
			habitado, aislado en la montaña. Son unas cuantas casas de una 
			comunidad judía aislada por completo de los restantes habitantes de 
			la zona, comunidad que se encarga de la conservación, mantenimiento 
			y adoración del lugar de reposo de su ancestral guía, Moisés.
			Wali 
			Reshi es el celador actual, por herencia, de la tumba. A unos 50 
			metros más abajo de esta aldea de montaña, y junto al camino —tal 
			como vimos afirmaba el profeta Mahoma—, está el recinto en el que se 
			localiza la tumba de Moisés. Una puerta de madera da acceso a este 
			recinto: una explanada al aire libre, cercada por un muro bajo. En 
			la puerta de madera que da acceso al citado recinto están grabados 
			los nombres de los celadores sucesivos de la tumba. Wali Reshi nos 
			diría que su familia es celadora del recinto desde hace 900 años, 
			según sus recuerdos. Nos diría también que la comunidad de la aldea 
			está formada por 45 familias, que no están en buenas relaciones con 
			los habitantes de Aham Sharif, porque éstos no quieren que se 
			divulgue que allí está la tumba de Moisés. Para ellos el tema es 
			excesivamente polémico, y temen que su divulgación acarrearía la 
			intranquilidad de la zona.
 
 Al margen del contexto de este libro, quiero reflejar aquí la 
			anécdota más destacada de nuestro viaje a Cachemira: al saber que yo 
			era alemán, Wali Reshi, celador de la tumba de Moisés, judío puro de 
			rancio abolengo, me cuenta entusiasmado la gran ilusión de su vida: 
			poder reunir el dinero suficiente para ir al país alemán, para 
			conocer a su jefe, Hitler, de quien ha oído decir que es un gran 
			rey.
 
 La tumba de Moisés propiamente dicha se destaca porque a cada lado 
			de ella se yergue un enorme árbol. Estos árboles fueron plantados 
			hace aproximadamente 400 años por Hazrat Makhdoom Shaikh Hamza de 
			Cachemira, que oró allí durante 40 días, junto a la tumba del 
			profeta Moisés. La tumba, entre los dos árboles, está orientada de 
			Este a Oeste, según la costumbre judía. Junto a la tumba de Moisés, 
			en el mismo recinto sagrado, hay tres tumbas más, que están 
			cubiertas y orientadas de Norte a Sur, según la costumbre musulmana. 
			Son estas tumbas las de Sang Bibi una ermitaña discípula de 
			Sheikh 
			Noor-ud-Din Reshi, que está enterrado en el margen izquierdo de la 
			carretera que conduce al Yusmarg, y de Nakraez Reshi y Navroz Reshi, 
			discípulos de Sang Bibi.
 
 Veamos ahora lo que la literatura cachemira nos aporta acerca de la 
			llegada de Moisés a Cachemira.
 
 Leemos en el Tarikh-i-Azami:
 
				
				"Y esta Sang Bibi fue igualmente una ermitaña renombrada y superó a 
			los hombres en la meditación y la oración. Cerca de su tumba existe 
			un lugar que es conocido como el sepulcro de Moisés, el profeta de 
			Dios, y la gente que lo conoce asegura que muchos beneficios se 
			derivaron de este lugar". 
			En el Guldata-i-Kashmir leemos: 
				
				"Los musulmanes llaman a este lugar «una réplica del Cielo sobre la 
			Tierra», y lo llaman el «Jardín de Salomón». Hay muchos santuarios 
			en este país. Dicen que Hazrat Sulaiman llegó aquí y que Hazrat, 
			Musa (Moisés) llegó y murió en este país." 
			Referencias similares se hallan en el Wajeez-ut-Tawarikh y en el
			Tarikh-i-Hasan.
 Viajeros y escritores europeos tales como Francis Bernier, George 
			Moore, el teniente coronel H. B. Torrens, y Mrs. Harvey, mencionan 
			también en sus obras la presencia de Moisés en Cachemira.
 
 
			
			LUGARES DE CACHEMIRA QUE LLEVAN EL NOMBRE DE MOISÉS
 
			Musa (Moisés) es un nombre harto frecuente entre los cachemires. 
			Aparte de ser un nombre propio frecuente, hay diversos lugares, como 
			ya apunté anteriormente, que en Cachemira llevan el nombre de 
			Moisés.
 
 A continuación, y para finalizar ya este capítulo, daré algunos de 
			ellos:
 
				
				
				En Awantipur tenemos Gund-i-Khalil o Gund-i-Musa. 
				
				Sir Auren Stein 
			menciona el lugar conocido por Kohna-i-Musa cerca de Shadipur y 
			Rampur. 
				
				Nazir Ahmad afirma que existen por lo menos cuatro lugares 
			denominados Muqam-i-Musa (el lugar de reposo de Moisés) en 
			Cachemira. 
				
				Uno está cerca de Auth Wattu en Hadwara Tehsil. 
				
				Este 
			lugar es conocido también como Ayat Maula, el signo de Dios; Moisés 
			habría entrado en el valle procedente de esta dirección, y habría 
			orado aquí durante 40 días. 
				
				El segundo está en la conjunción de los 
			dos ríos Jhelum y Sindh, cerca de Shadipur. 
				
				Se le conoce también por 
			el nombre de Kohna-i-Musa, y se conserva allí la «roca de Moisés», 
			que no debe confundirse con la «piedra de Moisés» que estudiaremos 
			en el capítulo próximo. 
				
				El tercero está en Pisgah, y el cuarto cerca 
			de Bandipur.
 
			LA PIEDRA DE MOISÉS 
			En Bijbihara, a 43 kilómetros al sur de Srinagar, las gentes del 
			lugar custodian desde tiempos inmemoriales la llamada «piedra de 
			Moisés» (Sang-i-Musa), el famoso «Ka Ka Pal».
 
 Se trata de una piedra que pesa alrededor de 49 kilogramos. La 
			tradición dice que si once personas colocan simultáneamente un dedo 
			cada una en el borde inferior de la piedra, y recitan 
			simultáneamente el mantra «ka ka ka ka ka ka...», ésta se eleva 
			sola. Si la misma operación se intenta con diez personas o con doce, 
			no resulta.
 
 Una tradición explica que, habiendo sido desheredada una tribu —la 
			de Levi— de las doce de Israel, las once restantes quedan 
			simbolizadas en esta piedra de Moisés.
 
 Pero particularmente he hallado otra posible explicación a esta 
			piedra de Moisés, en la obra de historia persa Rauzat-us-Safa, ya 
			mencionada. En el volumen II de la primera parte de esta obra, se 
			narra la «Historia de la piedra». El texto literal es el siguiente:
 
				
				"Se dice que Moisés era tan tímido y tenía tanta vergüenza de 
			mostrar su cuerpo desnudo, que nadie lo había visto nunca. No 
			estando prohibida la desnudez completa entre los hijos de Israel, no 
			la rehuían en presencia de otros. Pero como él fuera adverso a esta 
			práctica, los más malvados entre su pueblo comenzaron a imputarle 
			una enfermedad sucia. Esta sospecha alcanzó tal magnitud, que Dios, 
			para mostrar la inocencia de Moisés, ordenó a una piedra, sobre la 
			que éste había depositado su ropa mientras tomaba un baño, a moverse 
			por sí misma, con las ropas encima de ella. Cuando Moisés se 
			apercibió de ello salió completamente desnudo del agua y corrió en 
			pos de sus ropas; perseguía de forma tan cegada a la piedra, que no 
			se apercibió de la gente que le miraba al pasar, hasta que ya la 
			había rebasado.    
				Las personas que le vieron pasar no vieron nada 
			excepto la pureza de su augusto cuerpo, lo que hizo que se volvieran 
			más cautos con respecto a la falsedad de sus sospechas, de forma que 
			todos los hijos de Israel se vieron impulsados a reconocer su pureza 
			interna y externa. Después de este suceso, a Moisés le fue ordenado, 
			por inspiración divina, conservar esta piedra, que necesitaría más 
			adelante. Se dice que esta piedra tiene cuatro caras, de cada una de 
			las cuales manan cuatro fuentes al ser golpeadas con el bastón; al 
			comienzo el agua solamente goteaba, pero gradualmente se hizo tan 
			abundante que fue suficiente para todas las tribus de Israel." 
			Estas últimas afirmaciones cuadrarían perfectamente con la 
			abundancia de agua que existe en todo el valle de cachemira. En 
			cuanto a la facultad de elevación autónoma de la piedra, quedaría 
			perpetuada hasta hoy en la práctica de la operación de los once 
			dedos descrita, en la que la piedra se eleva por sí sola. Por otra 
			parte la piedra está situada a escasos quince metros de un caudaloso 
			río, que muy bien pudiera ser el lugar exacto en el que Moisés se 
			hubiera bañado desnudo, según el relato que acabamos de leer.
 Posteriormente, junto a la piedra fue erigido un santuario hindú, en 
			cuya cámara central se conserva un precioso mantra, constituido por 
			once lingams, encerrados en el símbolo de la fertilidad. El número 
			de lingams hace así referencia también al número once, requerido 
			para la elevación de la piedra.
 
 Digamos que los habitantes de Ladakh llaman a Moisés Ka Ka, y que 
			los patanes llaman a una persona mayor o santa Ka Ka.
 
 En este contexto, quiero recordar que la misma voz Ka significa 
			alma 
			en Egipto, significa el doble del cuerpo, o sea «lo que sigue 
			existiendo después de la muerte». En idioma maya, Ka es una 
			partícula duplicativa, es decir, que da su raíz filológica al Ka, 
			doble del cuerpo en Egipto, y para mayor confirmación Kabaguil es el 
			nombre del Dios maya-quiché cuyo nombre significa lo oculto, doble 
			«que no se ve y al mismo tiempo se ve por sus manifestaciones». 
			También puede mencionarse aquí la Kábala, doctrina antiquísima 
			aplicada a los profetas como opuesta al Pentateuco. Kábala, en 
			hebreo, significa recepción, doctrinas recibidas en que los 
			misterios de la deidad y la cosmogonía están ligados. Aquí está 
			claro el significado: «lo que no se ve y al mismo tiempo se ve por 
			sus manifestaciones».
 
 Lo curioso del caso es que se me ha informado que también en el 
			Japón existe una llamada «piedra de Moisés», a la que también llaman 
			Ka, pero que presenta la particularidad de llevar inscripciones 
			grabadas en su superficie.
 
 
			
			EL «BASTÓN DE MOISÉS», TAMBIÉN CONOCIDO POR «BASTÓN DE JESÚS»
 
			En Aishmuqam, lugar ya citado al describir la ruta tomada por Jesús 
			al hacer su entrada en Cachemira durante su segundo viaje a Oriente, 
			se conserva un bastón conocido como «bastón de Jesús», y también como «bastón de Moisés». Para unos sería el bastón llevado por Jesús, 
			para otros sería el bastón de Moisés, y para los terceros sería el 
			bastón original de Moisés, que pasó más tarde a manos de Jesús. Al 
			hablar en el capítulo anterior de la «piedra de Moisés», hemos visto 
			cómo en el texto citado del Rauzat-us-Safa, se decía que golpeando 
			la piedra con el bastón de Moisés, brotaba agua de la misma. Este 
			sería el bastón aquí conservado en Aishmuqam. El mismo bastón de 
			Moisés que ya en el texto bíblico obraba milagros. Lo cierto es que 
			el bastón está allí guardado bajo llave y que no se muestra a nadie. 
			Únicamente se saca al exterior en casos de una grave epidemia, o de 
			una gran sequía, o de otra plaga o desastre similar. Los efectos del 
			bastón son notorios, y los lugareños afirman que efectivamente se 
			produce lluvia al sacarlo en épocas de gran sequía.
 
 En Cachemira, el bastón es conocido por el nombre de Asa-i-Isa, y 
			también por el de Asa-i-Musa, según se atribuya el mismo a Jesús o a 
			Moisés. De acuerdo con las tradiciones cachemiras, la posesión de 
			este bastón cambió de manos y lugares varias veces, hasta que 
			finalmente fue depositado en el Santuario de Hadrat Zainud-Din Wali 
			en Aishmuqam. También se le da el nombre de Balagir, que 
			literalmente significa «atajador o preventor de calamidades». En su 
			constitución física, el bastón es de color marrón muy oscuro, de 
			madera de olivo. Su longitud es de 8 pies y tres pulgadas, y su 
			diámetro varía de 1¾ pulgada a 1¼ pulgada.
 
 El bastón de Jesús o de Moisés se conserva en Cachemira. También la 
			piedra y la tumba de Moisés. Y el prado, los descendientes y la 
			tumba de Jesús, piedra de toque de la religión cristiana.
 
 En Cachemira —¿tierra bíblica?— puede estar encerrada buena parte 
			del gato que se presiente en los negocios que sobre la Tierra han 
			ido floreciendo en nombre de Dios.
 
 
 
				
					
					1 El autor se refiere al n° 5 de la revista 
					Mundo Desconocido. 2 Jesús vivió y murió en Cachemira.
 
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