por Richard Boylan


Al encontrarse por primera vez a un visitante sideral, una de las cosas que más llama la atención es la intimidad, el diálogo y el establecimiento de una relación que comienza al instante de iniciarse la comunicación de mente a mente entre el principal ente de un grupo de visitantes siderales y un humano contactado. A menudo, el visitante irradia amor. Se forja frecuentemente un vínculo de toda la vida entre el visitante sideral y el humano que han escogido para visitar.

Entre el experimentador (“experiencer”) y su principal contacto sideral, se afianzan vínculos que conducen a comportamientos y sentimientos en apoyo de la relación. Uno de los aspectos más conmovedores del fenómeno de contacto sideral es el aliento y el esmero con que ambas partes, visitante y visitado, tratan esta relación.

Como decía una joven:

“Sentía la necesidad de vincularme con los extraterrestres. Hay momentos en que los echo de menos. Cuando estaba con ellos percibía paz y amor. Te vuelves parte del extraterrestre (principal) que se ocupa de ti. Él se vuelve tu contraparte.”

A este primer encuentro cercano en persona por lo general le siguen comunicaciones que se llevan a cabo a distancia. El mensaje se proyecta por telepatía sobre la mente del experimentador. Esta comunicación puede tomar diferentes formas:

  • un mensaje enviado al dormir que aparenta ser un sueño

  • nuevos conocimientos o intuiciones al despertar

  • pensamientos diurnos ligeros o profundos pero tan atípicos como para llamar la atención, sugiriendo un origen externo

El encuentro cercano afecta permanentemente al humano participante. Entre los resultados más comúnmente observados en aquellos experimentadores que han recibido asesoramiento competente está la conciencia alterada y realzada. A ello le sigue la necesidad de “dejar las malas costumbres” que no están a tono con el estado de conciencia superior. Algunos experimentadores sienten predilección por el vegetarianismo, mientras que otros han sentido urgencia por deshacerse de hábitos que interferían con el desarrollo pleno de la conciencia. Se han deshecho de substancias que alteran el estado de conciencia tales como el tabaco, el alcohol, la marihuana y otras drogas, la cafeína y el azúcar. A veces me quejo de que los visitantes siderales me han convertido en un “monje zen”. Pero lo cierto es que he cambiado porque me siento mejor y los anteriores hábitos ahora me repelen.

Según algunas revistas populares de ovnilogía, a los visitantes siderales sólo les interesa la tecnología exótica. La sorprendente verdad es que la clave del contacto sideral está en el mensaje filosófico y espiritual que nos trae. Durante un encuentro, otro experimentador, de veintitantos años, quiso tratar el tema que más tenía presente: si los visitantes siderales creían en Dios. Creen. “Los extraterrestres respaldan mi fe en un Ser Supremo”, explicaba con alivio el experimentador. De hecho, entre las personas que han tenido encuentros hay quienes cultivan una faceta espiritual, dejando atrás una vida agnóstica e irreligiosa.

Claro está que los visitantes siderales tienen un conocimiento de Dios más bien sutil. Se le ha informado a numerosos experimentadores que los visitantes reconocen una Fuente Suprema del todo. Basándose en dicha Fuente, los visitantes siderales reconocen un vínculo común. En efecto, por ello le dicen tantas veces al humano que visitan:

“Tú y nosotros somos uno.”

Otra experimentadora dice reconocer que el papel que juega la espiritualidad en su vida es resultado de la sutil pero profunda influencia de los visitantes. Considera que el contacto sideral tuvo como consecuencia un resurgimiento espiritual. Además, pudo reconocer en lo espiritual algo práctico y cotidiano.

“Como resultado de mi contacto extraterrestre, me alejo del materialismo. Caigo en cuenta de que el reino espiritual y material se atraviesan.”

Carecemos de espacio para entrar en detalles sobre cómo los visitantes siderales hicieron resurgir su espiritualidad. Pero añadiremos que otros tantos experimentadores han cambiado de rumbo, siguiendo una vida más filosófica y espiritual por el contacto con estos seres sabios, sensitivos y profundamente bondadosos, por no decir nada sobre el cambio de perspectiva que conlleva el ser consciente de la vida inteligente en otras partes del universo.

¿Por qué estos visitantes siderales se molestan en viajar a través de tan enormes distancias para llegar hasta aquí? Al analizar sus encuentros siderales, una experimentadora recuenta su impresión sobre el propósito de los visitantes siderales. La ansiedad del primer encuentro fue remplazada por la tranquilidad y su aprecio por el papel que juegan en este periodo de la historia de la humanidad. Según su sucinto comentario,

“Los visitantes siderales están aquí para ayudarnos.”

De hecho, mis investigaciones sobre los experimentadores me hace pensar en los visitantes siderales como algo similar al Cuerpo de Paz de Estados Unidos.

Pero hay otra revelación fundamental de los principios filosóficos de los visitantes siderales: que han de evitarse los conflictos armados y la violencia. “Entendí que hay que luchar por la paz. ¡Es importante!”, nos decía un joven. Nuestro belicismo y el hecho de que tengamos armas de destrucción masiva (nucleares, de combustible aéreo, biológicas y aerosoles de gases nerviosos) que pudieran causar bajas apocalípticas, preocupa enormemente a los visitantes siderales. Puesto que la vida es sagrada, a los visitantes siderales esto les parece moralmente impensable. Sorprendentemente, hasta los militares que han tenido encuentros con visitantes siderales prefieren apartarse de la guerra por no matar.

Hay quienes, como resultado de estas visitas y comunicaciones, se sienten atraídos por una misión a cumplir. Se tiene a veces la impresión de algo específico. Por ejemplo, conté entre mis clientes con una ama de casa estadounidense, mestiza de origen indígena, quien sintió que debía dedicarse a la oratoria. A veces, la impresión de tener una misión que cumplir es imprecisa. La persona presiente que tiene un cometido relacionado a la presencia de los visitantes pero aún no descifra de qué se trata. Hasta hay ocasiones en se queda a nivel subconsciente. La sensación de que algo no anda bien intranquiliza e impacienta a la persona visitada pero aún es incapaz de percibir cómo ha de cambiar. En muchos casos tal persona meditará y pedirá consejos sobre cuál misión le ha sido encargada hasta percibirla con mayor claridad.

Otro principio importante de la filosofía de los visitantes es su preocupación por la crianza de los niños, sean humanos o siderales. Los encuentros hacen que muchos visitados entiendan la importancia de prestar atención a su bienestar. Otra visitada declaraba:

“Me comunican que es importante que los niños sigan el buen camino.”

Los visitantes son conscientes de que la próxima generación ya da sus primeros pasos. Los visitados comparten su pasión por dicha generación. Quizás por ser conscientes de ello, los visitantes con frecuencia comienzan sus visitas durante la infancia de la persona, a veces antes de la edad escolar o aun siendo bebé. Creen que para animar el desarrollo de las personas visitadas, es importante que su preparación comience durante sus años de formación. En consecuencia, estos humanos sienten profundamente sus raíces cósmicas, que tienen un pie en cada mundo: el humano y el cósmico.

 

Por ende, los experimentadores se transforman en lo que el ex asesor jurídico del Instituto Smithsonian llamó “Homo Alterios Spatialis” (el ser humano transformado en ser cósmico). Como tales, estos vanguardistas inician el camino que cogerá la sociedad prontamente según los gobiernos admitan que las visitas siderales son reales.