Caso n.° 7

VAMPIRISMO SIDERAL

En un capítulo anterior hemos visto cómo el fenómeno OVNI se relaciona con los apagones inexplicables de ciudades y regiones enteras. En éste le presentaremos al lector otra extraña relación del fenómeno —es decir, de las inteligencias que están detrás de él— con la muerte de animales y personas y con su desangramiento. Es una relación en grado sumo desconcertante y por ello muchos investigadores se resisten a aceptarla. Pero para el autor no hay duda alguna, aunque todavía no haya llegado a descubrir con certeza el trasfondo de tan extraños hechos.

Lo cierto es que determinadas entidades no humanas buscan la sangre tanto de los animales como del hombre y en ocasiones algunas de sus vísceras. A veces lo hacen de una manera indirecta, encubriendo su búsqueda con otros hechos concomitantes y sin hacerse visibles de una manera notoria. Pero en otras ocasiones, la procuran de una manera descarada que no deja lugar a dudas.

Como ya he escrito bastante sobre este tema (Defendámonos de los dioses) me limitaré a transcribir unos cuantos párrafos de aquel libro.

El hecho desnudo e irrefutable es éste: los OVNIS acostumbran con cierta periodicidad a llevarse determinadas vísceras y sobre todo grandes cantidades de sangre que extraen de animales —preferentemente vacas y toros— que previamente han sacrificado en granjas.

 

Estas carnicerías, que siempre suceden durante la noche, han ocurrido prácticamente en todas partes del mundo y las autoridades de unos cuantos países, avisadas por los ganaderos perjudicados, han intervenido activamente para dar con el causante de las matanzas, sin haber llegado nunca a dar una explicación convincente.

El hecho de que nosotros relacionemos estas muertes con los OVNIS no proviene de deducciones, sino de haber investigado personalmente gran cantidad de sucesos de esta índole y de haber oído innumerables testimonios de testigos presénciales.

El lector que por primera vez lea u oiga acerca de esta extraña cualidad de los OVNIS pensará que se trata de una leyenda más. Pero en este caso no se trata de hechos para cuya investigación haya que acudir a tradiciones orales o a viejos libros, sino que lo único que hay que hacer es tomarse el trabajo de leer los despachos que las modernas agencias de noticias publican de vez en cuando en los periódicos.

Y el que ante un hecho tan extraño quiera convencerse, tiene que hacer lo que hizo el autor, quien en cuanto apareció la primera noticia en el periódico acerca de misteriosas muertes de animales (que eran encontrados con extrañas heridas en el pescuezo y en la cabeza y totalmente desangrados), salió para aquella región montañosa a investigar los hechos personalmente. Y no sólo logró oír testimonios, sino que fue capaz de fotografiar vacas que habían sido muertas aquella misma noche por los OVNIS, y que tenían las heridas características de esta clase de muertes.

En los Estados Unidos cobraron tanta notoriedad estos extraños hechos, en la década de los setenta, que hasta llegó a publicarse una revista titulada Mutilations que exclusivamente se dedicaba a reseñar y catalogar estos fenómenos.

En dicha revista se dedicaban casi con exclusividad a hechos ocurridos en los Estados Unidos, pero es de sobra conocido que tales matanzas han ocurrido y siguen ocurriendo en todos los países de los cinco continentes; y de algunas naciones como Francia, Brasil y Sudáfrica, entre otras, hay informes muy detallados fruto de largas investigaciones.

En España, el año 1986, los principales periódicos publicaron noticias acerca de las muertes masivas e inexplicables de animales en Aragón y Navarra, que pasaron inadvertidas entre el torrente de noticias desagradables y sensacionalistas que diariamente genera nuestra desquiciada sociedad.

 

Transcribo del diario El País un pequeño artículo firmado por Javier Ortega desde Zaragoza:

«Centenares de cabezas de ganado muertas por un animal desconocido en Aragón y Navarra. Un animal desconocido ha matado ya entre 700 y 1.000 ovejas de diversos rebaños en la comarca de Las Cinco Villas y desde hace más de un mes ha sembrado la inquietud y el miedo entre los ganaderos y vecinos de la zona. Por el momento, la misteriosa fiera ha atacado ya en al menos seis municipios de Zaragoza y en algunas de Las Bárdenas en Navarra. El hecho de que el animal no haya sido visto a ciencia cierta por nadie ha dado pie a todo tipo de especulaciones y se habla ya de la fiera de Las Cinco Villas...»

El artículo continúa conjeturando cuál puede ser la causa, pero por supuesto no llega a conclusión alguna. No dice nada de si se les hizo a las ovejas algún análisis después de muertas, pero de habérselo hecho no sería nada extraño que las hubiesen encontrado a todas sin gota de sangre.

Algún periódico de Pamplona dedicó páginas enteras a reseñar todo este para ellos inexplicable suceso.

Y si las matanzas de animales no son admitidas de buena gana, mucho menos lo es que los OVNIS en ocasiones se atrevan a desangrar personas. Y no es admitido o reconocido porque en general los hechos de esta índole son menos abundantes en nuestros días y cuando se dan suelen ser realizados de una manera muy discreta y en regiones apartadas, por lo que llegan muy difícilmente al conocimiento del gran público.

En 1977, cuando me encontraba en la ciudad de San Luis Potosí (a unos 300 kilómetros de la ciudad de México), llegó a mis oídos el primer caso de esta naturaleza: un recién nacido que había sido encontrado muerto, totalmente desangrado. Las extrañas circunstancias del caso me incitaron a una investigación más a fondo, hasta que en seguida descubrí que no se trataba de un caso aislado, sino que era uno entre muchos otros parecidos.

Las circunstancias generales eran éstas: ordinariamente se trataba de recién nacidos o con muy poco tiempo de vida; solían presentar hematomas o magulladuras en la piel, como si a través de ella les hubiese sido succionada la sangre; porque el común denominador de todos era que estaban completamente vacíos de sangre. En algunos casos daba la impresión de que la sangre les había sido succionada a través de la boca, ya que no había heridas ni marcas de ninguna clase en la piel.

 

Es también corriente que las madres de estos niños sean descubiertas sumidas en un estado letárgico al lado de sus bebés muertos como si hubiesen sido drogadas por alguien mientras realizaba la tarea de desangrar a su hijo. Algunas de estas madres han tardado días en volver en sí y cuando lo hacen se sienten extremadamente débiles. Hay también adultos que dicen —o suponen— que han sido atacados por alguien durante el sueño, porque descubren mataduras y golpes en la piel por todo el cuerpo y sienten también una gran debilidad.

Todos estos hechos sucedieron en el municipio de Landa de Matamoros, en el Estado de Querétaro, en diferentes localidades. Naturalmente la gente comenzó a hablar de vampiros y otras cosas y cundió el pánico entre los humildes habitantes de la zona. Los casos fueron remitidos a las autoridades, las cuales hicieron algunas averiguaciones para ver cuál había sido la causa de las muertes, pero no se llegó a ninguna conclusión definitiva y las mismas autoridades trataron de que se olvidase todo.

Naturalmente uno puede atribuir todos estos hechos a causas naturales, pero sin embargo hay unas cuantas circunstancias que las asemejan mucho a las mutilaciones de animales. Una de esas extrañas circunstancias, que a uno que conozca bien el fenómeno OVNI le dirá mucho, es el hecho de que por esos mismos días los habitantes de la región veían constantemente luces que se movían lentamente en el cielo nocturno; algunas de ellas se detenían encima de los cerros cercanos y hasta encima de las copas de los árboles y hacían movimientos muy raros. La humilde gente del lugar les llama a estas luces (que se aparecen de tiempo en tiempo) «brujas» y de hecho les tienen bastante temor, hasta el punto que practican para defenderse de ellas ciertos ritos mágicos que me describieron.

Todos estos hechos fueron reseñados más de una vez en la Prensa y de hecho conservo un recorte del periódico de la región, El Heraldo de San Luis Potosí, en el que se lee:

«Los casos más recientes tuvieron lugar en Tres Lagunas y Valle de Guadalupe. En el primer lugar una niña de 7 años descubrió por la mañana que su madre, Josefa Jasso de Martínez, dormía profundamente abrazada a su bebé de sólo dos días. Como no acabara de despertarse la niña corrió a avisar a su tía. Cuando llegaron encontraron que el bebé estaba muerto y la madre no recobró totalmente el conocimiento hasta dos días más tarde.»

El periódico cita otro caso en el pueblo de Valle, muy parecido al que acabamos de transcribir: la madre, llamada María Nieves Márquez, fue encontrada inconsciente al lado de su bebé muerto. En ambos casos las madres estaban muy débiles y los bebés no tenían heridas o señales en la piel.

Algo por el estilo se podría decir de tres cazadores canadienses hallados el 17 de noviembre de 1977, con sendas heridas en el cuello y sin gota de sangre, en una solitaria isla del lago Winnipeg (Manitoba). Las noches anteriores había habido una gran actividad de OVNIS en toda la región.

Al leer esto, a algunos «ufólogos» les pasa lo que les pasó a las autoridades de San Luis Potosí, que se enfadaron conmigo y me llamaron la atención porque investigaba estos hechos y «alarmaba a la población». Los «ufólogos» se disgustan y me critican porque los relaciono con sus amados OVNIS a los que en el fondo siguen considerando como los salvadores de la Humanidad.

Para mí fue muy desagradable convencerme de la realidad de los hechos, pero no sería sincero si no le comunicase al lector cuál ha sido el resultado de mis averiguaciones, aunque éstas sean inquietantes.

 

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